Panda and hedgehog, episodio 12

Pues sí. Teníamos a Pan Da Yang (Yoon Seung Ah) asustadísima viéndo cómo en la acera de enfrente del café, Seung Ji (Donghae) y Won Il (Choi Jin Hyuk) están en actitud hostil, y claro, es fácil que llegue a la conclusión de que están así por ella. Se lanza corriendo a la carrera para evitar que se peleen en serio, y cuál es su sorpresa al ver allí a Eun Bi, Pan Da Na y Won Yi, mirando cómo los chicos se empujan y se desafían sin hacer nada. A ellas les está encantando el espectáculo y no tienen intención alguna de detenerlos.

Pero en el fondo, cuando les miras bien, sabes que los empujones, los puñetazos dados al aire, y el cruce de insultos, sólo tiene la fuerza de las propias palabras. Ni siquiera lo están haciendo en serio. Ni Won Il pretende acertar los golpes que Seung Ji esquiva, por muy enfadado que esté, ni el erizo pretende devolverlos.

Sin embargo, Pan Da les detiene, y ellos le confiesan que no peleaban por ella, sino porque Seung Ji tuvo la fantástica idea de, siendo el menor de los dos, llamar bastardo a Won Il e incluso pretender que éste le llamara «hyung», XDDDDD. Son  como niños.

Won Yi agarra a Pan Da y se la lleva para explicarle la situación. Seung Ji ha provocado deliberadamente a Won Il por un motivo: quiere que Won Il pruebe los pasteles, y según ella misma le contó, provocarle el enfado le despierta el apetito. Won Il no bebe, no tiene vicios, no sale con chicas… sólo pueden recurrir a encabronarlo si es que quieren hacerle comer. La pelea y la provocación de Seung Ji, es un plan tramado por éste y por Won Yi.

Desde que llegó al Café Panda, Seung Ji ha estado tratándolo deliberadamente con el lenguaje menos formal que existe, llamándole «hyung» y provocando la situación en la que están en ese momento. Y Won Il ha reaccionado justo como ellos esperaban.

Así que, tras aclararle la situación, Won Yi le pide a Pan Da que ahora que está realmente enfadado, cuando su hermano quiera comer, deben ofrecerle sólo pasteles. Y las instrucciones de Seung Ji son que él debe comer precisamente el último trozo de chocolate y no otro.

Está todo preparado, e incluso Dong Goo es cómplice de todo el asunto. Seung Ji le ha ordenado que cierre la tienda al público.

Afuera la sangre no ha llegado al río. Seung Ji continua esquivando golpes e inmovilizando a Won Il con sus expertas llaves, y le reta a que lo siga adentro para terminar la pelea de otra manera. Todos los presentes echan más leña al asunto, llamándolo débil, nenaza y otras lindezas para encabronarlo más, y Won Il está ya para explotar.

La clienta ahjuma llega en ese momento para soplarle a Won Il, que se adolece todavía de su brazo retorcido, que está prevista la «fiesta de la verdad» para ese momento. Después aparecen Beom Bo y Tae Ji también… y todos van a darle palmadas justo donde le duele, jajajajajaa. Toda la escena desde el inicio del capítulo es divertidísima.

La mesa está preparada y todos van sentándose en ella. Y en la cocina, Da Yang y Seung Ji revisan el estupendo pastel de bolitas que Seung Ji ha preparado para la ocasión. Won Il, que sigue fastidiadísimo, está muy lejos de pensar que en todo el pifostio que han montado, él es el invitado de honor, y que el único menú de la reunión es ese pastel.

Pan Da explica las reglas del juego que van a jugar. Las bolitas están rellenas. Si eliges una y está rellena de crema, pasa el turno. Si lleva chocolate, dices un secreto tuyo y eliges a la siguiente persona que va a jugar.

Comienza el juego. La ahjuma clienta hace una revelación sobre su verdadera identidad. A Tae Ji le toca decir que está sin novia y sin empleo y le pide a Won Il trabajo. Éste le ofrece uno de camarero en Saint-Honoré. A Eun Bi le toca crema. Dong Goo confiesa que su título de pastelero es falso (jaajjajajaa me paaarto con él, no se puede ser más desastre)…

En su turno, Beom Bo suelta una bomba: que sabe que el abuelo tuvo un nieto que murió y que ahora tendría 26 años. Seung Ji se queda super loco, porque no sabía nada…

Le toca a Won Yi, que confiesa que prefiere a su hermano antes que a su padre.

Pan Da Na también la lía parda: confiesa que sus padres la tuvieron para consolar a Pan Da Yang de la pérdida de su primer amor… Seung Ji pregunta raudo y veloz a qué edad fue eso… Won Il también va como loco a preguntar quién fue. Es Pan Da Na quien cuenta que ella tenía ocho años, y él era el hijo de los panaderos del barrio. El niño quedó huérfano y luego desapareció, y eso dejó a su hermana hecha polvo.

Es el turno de Pan Da Yang, y le toca chocolate. Confiesa que su padre, que por ser médico forense, siempre tenía una sonrisa oscura, y que esto hacía que ella no fuera muy propensa a gozar de su compañía. A ella le parecía que siempre olía a formol y a muerte, y eso la asustaba. Por esto, él decidió traer un pastel consigo todos los días después de trabajar y contrarrestar así la mala impresión que su trabajo causaba en ella. La pastelería donde los compraba se quemó, la dueña fue arrestada por ello y el marido desapareció, por lo que el hijo de ambos terminó viviendo con ellos. Solían jugar con Won Il y los tres andaban siempre juntos. El niño se llamaba Min Woo.

Un día, su padre, el tío del tatuaje de serpiente en el brazo, se lo llevó. Min Woo intentó volver con ellos, pero el padre de Pan Da volvió a enviarlo con su padre, y nadie lo ha volvió a ver desde entonces. Pan Da le guardó rencor por esto a su padre, y debido a la culpa, él construyó el Café Panda, en espera de que Min Woo volviera y los pudiera encontrar. Las últimas palabras que le dijo su padre, fueron: «perdóname, desde ahora, espérale«.

Aquí es donde me hago yo una pregunta, chicas. ¿Es Min Wo el niño que perdió posteriormente Won Il? Se supone que ese niño vivía con ellos… si fuera la misma persona lo habría reconocido, ¿no?

El caso es que ahora todo el mundo comprende por qué se negó Pan Da a renunciar al café incluso cuando este atravesaba muy malos momentos económicos.

Quedan tres bolitas y tres personas, pero todas sabemos que Won Il será el último. Eun Bi, sin que nadie la mencione, se salta el turno y coge una de ellas. Quiere confesar que le gusta una persona, pero no le dejan saltarse el turno. Quedan dos bolitas. Una para Seung Ji, y otra (la que estaba prevista) para Won Il.

Won Il confiesa primero… y habla de MIN WOO. Le dice a Pan Da que no desapareció por culpa de ella (ERA EL MISMO, ERA EL MISMO, ERA EL MISMO NIÑOOOOO). Recurrió a él cuando el padre de Pan Da lo devolvió, y estaba con él, pero Won Il lo perdió. Cuenta que no dejaba de llorar preguntando por ella, y que fue a comparle un pastel para que dejara de hacerlo, pero que cuando volvió, él ya no estaba, y ese es el motivo por el que no volvió a probar jamás un pastel. Vomitó tanto cuando se dio cuenta de que Min Woo se había perdido, que echó hasta sangre.

Justo después de esa confesión, Seung Ji le hace ver que acaba de hacerlo. Le han engañado y sin darse cuenta, acaba de comer pastel. Entre todos, le cuentan que todo estaba preparado para él ese día, y que la idea de hacerlo así fue de Seung Ji… incluso lo de cabrearlo.

Poco después, solos los dos en la cocina, comienza el bromance otra vez. ♥____♥

Seung Ji le dice que ahora que ha probado sus pasteles, tiene que hacerle uno cada día, lo vuelve a provocar con el hecho de que Pan Da lo haya elegido a él para intentar que coma otra bolita, pero esta vez no cuela. Won Il, aguantándose la risa le ordena que siga a SU HYUNG. Justo antes de salir tras él, Pan Da viene a verle, y acaban discutiendo porque ella quiere que la llame noona… jajajajajjaaaa joer, en este drama no se aclaran para llamarse los unos a los otros en condiciones…

El caso es que Seung Ji y Won Il salen juntos, y Pan Da se imagina que es porque Won Il todavía tiene que revelar un secreto ese día…

Seung Ji le pide que vayan a beber, sabiendo que Won Il no suele hacerlo, y queriendo dárselas de buen bebedor… pero en lugar de soju u otro licor fuerte, elige beber cerveza, lo que provoca que Won Il se ría de él, puesto que es lo más flojo de todo. Won Il acepta y se meten a un bar. Pero claro, es ver entrar a estos dos guapetones, y pasa lo que pasa, que las chicas que atienden el negocio se alucinan tanto, que ellos tienen que cogerse de la mano y hacerse pasar por gays para eludir el acoso.

Seung Ji propone ir a un sitio que conoce, con mejor servicio, mucho más agradable, y donde te puedes quedar a dormir si te agarras la cogorza.

Las chicas, mientras, andan también de fiesta alchohólica, pero preocupadas por ellos, intentando imaginar dónde han ido. Eun Bi termina por confesar delante de todas que le gusta Won Il, cosa que no era un secreto para ninguna, pero es muy divertido ver cómo comienza a hacerle la pelota a Won Yi. Y por cierto, de todas ellas, ahí, la maknae, es la que mejor aguanta el tema soju-cerveza.

Así pues, pese al hecho de que estaban preocupadas por el hecho de que Seung Ji y Won Il pudieran estar corriéndose una juerga marinera, las nenas acaban así de animadas, pero a domicilio.

Acaban montándose una juerga loca, y la tía, que pasa por allí en ese momento y ve el café cerrado y escucha la música, decide dejarlas divertirse e irse a dormir a un baño público.

¿Y cuál era ese sitio maravilloso al que Seun Ji iba a llevar a Won Il? Pues terminan en casa del abuelo, o sea, a domicilio también. Y el caso es que, aunque Seung Ji jamás lo reconocería, tiene la misma buena tolerancia al alcohol que Won Il oportunidades de beber. O sea, ninguna. Vaya dos.

Seung Ji ha salido a comprar la bebida con la noonim, mientras que Won Il se queda con el abuelo.

Nuestro erizo, a sabiendas de que se agarra unos colocones tremendos, y para evitar que su amigo le gane a beber, vuelve con la bolsa llena de cervezas y comiendo helado tras helado, mientras su noonim lo acompaña. Ella le dice que es un chico maravilloso, y no sólo por el hecho de que tenga la personalidad que tiene, sino porque es alguien que no guarda rencores (refiriéndose a sus padres). Seung Ji lo tiene bastante claro…. sí los tenía. Tenía mucho rencor, pero entonces se imaginó que había nacido directamente sin padres, dejó de pensar en que éstos le abandonaron, y todos sus rencores se esfumaron.

La noonim, que se siente aludida por lo suyo, le dice que es posible que no fuera un niño abandonado, sino perdido por alguna razón (como el suyo). Seung Ji lo tiene todavía más claro todavía. Cuando piensa en todo lo que ha sufrido y en la vida que ha llevado, le preocupa poco o más bien nada, las circunstancias de sus padres. Tema cerrado.

Mientras esto ocurre, en casa del abuelo, éste está siendo un verdadero ENCANTO con Won Il. Es tan agradable este hombre que conmueve. Se preocupa por si está cómodo, le da incluso masajes en las piernas que se le han dormido por la posición, le habla maravillas de Seung Ji… e incluso le pregunta por sus preocupaciones.

Las preocupaciones de Won Il son bastante simples… encontrar reemplazo para los trabajadores que se han ido y los que se van a ir, y poder así cumplir con todos los pedidos que tienen y que van a tener en Saint-Honoré.

Seung Ji llega con la bebida, y al llevar la boca manchada de helado, Won Il lo caza haciendo trampas. Comienzan a discutir como siempre, incluso el abuelo entra en tema defendiendo a Won Il cuando el erizo lo trata de manera poco formal… estas escenas con el abuelo siempre son preciosas.

Al rato, Seung Ji ya está durmiendo la mona mientras el abuelo y Won Il comentan lo mal que lleva su capacidad de ingesta. Será Won Il quien lo acueste en su habitación. Pero ya sabéis cómo es Seung Ji cuando va colocado. Le entra una vena amorosa tremendaca, y Won Il no se va a escapar esta vez de sus declaraciones de amor. Es todo tan precioso… me está gustando más este bromance que el romance principal.

Pero mientras estos dos se lovean taco, el abuelo ya está poniendo en marcha las neuronas para ayudar a Won Il. Lo tiene todo pensado: Beom Bo se encargará del negocio, la noonim irá a ayudar a Pan Da, y convencerá a Seung Ji de que ayude a Won Il.

Amanece un nuevo día y los empleados del Saint-Honoré están llegando al trabajo. Eun Bi lo hace desde casa de Pan Da, con una resaca tremendona y sin cambiarse de ropa. En ese momento llega también Won Il con la misma ropa del día anterior también. Ha dormido en casa del abuelo.

Desde el balcón, la presidenta observa ambas llegadas… y también pesca al secuaz del chef maloso escondido en una esquina espiando. Más tarde, este hombre va a pasarle el parte a su jefe.

El chef está convencido de que Won Il no será capaz de mantener el negocio a flote sin el personal, y sobre todo, por «algo que ha hecho»… miedo me da. Más pronto o más tarde, le necesitarán, y él entrará por la puerta grade otra vez tras demostrarse que Won Il es un inútil. O por lo menos eso es lo que él piensa. Vemos que al secuaz empieza a parecerle algo mal todo lo que están haciendo, ya desde el capítulo anterior vemos que este hombre no está demasiado entusiasmado con las cosas que le ordena hacer el chef, e incluso este se da cuenta. Así que, lo envía a investigar un orfanato, y en concreto, el nombre de una persona: Jang Min Woo. Su hijo. Debemos deducir, por tanto, que fue allí donde lo abandonó él, y que dejó que Won Il pensara que lo había perdido… o eso creo yo.

Al mismo tiempo, en casa del abuelo, éste está hablando con Seung Ji para animarle a que ayude a Won Il. Y al mismo tiempo también, en Saint-Honoré, la presidenta está echándoles una broooonca de categoría a Gyun Woo, a Won Il y a Eun Bi, pero sobre todo a estos dos últimos, por irse de juerga la noche anterior sin preocuparse de estar en plenas facultades para sostener el negocio.

Gyun Woo intercede por ellos y le explica que ambos fueron a convencer a Seung Ji para que fuera a trabajar a Saint Honoré, pero claro, ella no ve a Seung Ji por ninguna parte, así que, no le vale la excusa.

Peeeeero en ese momento suena el móvil de Won Il. Y es Seung Ji, que llama para aceptar la oferta, aunque con una condición: que quiten tooooodos los carteles del chef de la tienda. Si lo hacen, está dispuesto incluso a trabajar gratis. La presidenta no se lo piensa y da la orden de que hagan lo que él pide.

Al rato, Won Yi habla con su madre y le cuenta que ha visto a su padre. Le dice que fue a llevarle sus cosas, y al hablarle sobre una especie de caja de caudales, la presidenta entra en pánico. Llama enseguida a las dos secretarias para preguntarles si conocen un buen abogado.

El chef debe haberse llevado algo realmente importante, yo apuesto por documentos o algo así, porque cuando la otra secretaria comenta que le padre de Eun Bi es abogado, no le importa que ésta diga que no es bueno, porque le pide que concierte una cita con él cuanto antes. Lo único que le importa es que la persona sea muuuy discreta, porque la cosa implica conocer todos los secretos del negocio (y familiares, me temo).

Won Il, mientras, llama por teléfono a Seung Ji, que ya está de vuelta en el Café Panda con su dueña, para informarle de que aceptan su condición. El erizo está preocupado por el hecho de que su pasado pueda afectar a Won Il si se descubriera, pero éste le dice que él es el mejor pastelero, y que eso no importa.

Tras colgar, Seung Ji se pone en contacto con el abuelo para contárselo todo y empezar a ejecutar el plan que tienen entre manos para poder atender los tres negocios.

Que Seung Ji vaya a ayudar a Won Il, implica que dejará de trabajar en el Café Panda, por lo menos por el momento, así que nuestros dos tortolitos se ponen emocionales, porque ya no pasarán tanto tiempo juntos como antes. Reproducen la conversación que tuvieron aquel día en que Seung Ji llegó al Café Panda y tuvo la competición con Gyun Woo, en la que la chica oso quería impedirle competir para que no perdiera y no se fuera avergonzado. Ahora las cosas son bien distintas, y ya no es sólo que Seung Ji sea mejor que Gyun Woo, sino que ha probado que es mejor que el propio chef.

Seung Ji le asegura que seguirá trabajando en el Café Panda también, por lo menos, hasta que regrese Min Woo… él está seguro de que ese niño puede que también se haya convertido en pastelero.

Pan Da quiere dejarle algo MUY CLARO: Min Woo nunca podrá sustituirle, como mucho, lo aceptaría como su asistente, y en todo caso, si es que está celoso de él, quiere añadir que mientras quiso a Min Woo durante 20 años, tiene toooooodos los que le restan de vida para que….

Pan Da no acaba la frase…

Y Seung Ji quiere que lo haga…

La presiona para que lo haga…

Ella da pasos hacia atrás, al tiempo que él avanza sobre ella preguntándole una y otra vez que iba a decir.

Pan Da, ya contra la pared y arrinconada, le pide que le dé un incentivo para responder, no sé, algo como su «one, two, three, GO!».

Y Seung Ji, muy pilluelo él, comienza a contar…

Uno…

dos…

tres…

y al llegar al GO, lo que hace es besarla en la frente y ser él quien diga la frase: «TE QUIERO».

PRECIOSSSSOSOSOOSOSOOSOSOOOOOOOOO.

Tras este PRECIOSSSSSOOOOOOO momento, se dedican a pasar el resto del día juntos, haciendose fotos por todas partes, cariñoseándose, y derritiéndonos con su monosidad.

Por la noche, Seung Ji va a casa del abuelo, pero éste ya está durmiendo, así que aprovecha la ocasión para preguntarle a la noonim por su hijo. Ella baja la cabeza y se pone triste ipso-facto, así que el erizo le pide perdón por haberle preguntado. Pero la noonim no está ofendida. Ella sólo quiere que se concentren en todo el trabajo que van a tener a partir de ahora, y le promete que cuando arregle las cosas en Saint-Honoré y estén más tranquilos, se lo contará todo.

Después de darse un abrazo PRECIOSO (sobre todo si contamos con que lo más posible es que en realidad sean madre e hijo), Seung Ji vuelve al café.

A la mañana siguiente, y por una vez en su vida, Pan Da se ha levantado antes que él y está en el escritorio de su habitación, pegando las fotos que se hicieron el día anterior en su móvil y en la parte interna de la solapa de su bata. Seung Ji la mira y le pide que se tumbe con él. Quiere pasar el último rato en el Café Panda achuchándola.

Pero el gozo no les dura ni medio minuto, porque Pan Da Na enseguida llama al erizo a gritos para que desayune bien antes de irse.

Es hora de ir al Saint-Honoré… y allá que llega Seung Ji, con el abuelo y con una importante colección de pasteleros que éste último ha convocado durante la tarde anterior. ¿Será por personal? Parece que los haya fabricado en serie.

Fuera, para recibirles, están Won Il, su hermana, Eun Bi, la otra secretaria y Gyun Woo. Además, desde su balcón, la presidenta observa atentamente y flipa al ver el poder de convocatoria de Seung Ji, que viene bien cargado de gente.

Seung Ji es el último en entrar y se detiene ante el escaparate en el que se apostó tantas otras veces mientras juraba venganza. Pero esta vez no está allí para eso. Ya no es aquel muchacho al que rechazaron y trataron con tanta dureza mientras se reían de él.

Ahora es un pastelero reconocido al que le han tenido casi que suplicar que fuera allí a a ayudarles.

Y mientras, en el exterior del Café Panda, vemos merodear a alguien que NO NOS GUSTA NADA. Sí chicas, el chef maloso ha ido a cotillear, pero al mirar al interior, ve por la ventana algo que lo deja totalmente alucinado. A la noonim (su ex-mujer que lo cree muerto) trabajando en la cocina. OTTOKÉ??!! Como se atreva a entrar lo colgamos de una encina manchega, y por donde todas sabemos.

Cambiamos de tercio y volvemos al Saint-Honoré, donde Seung Ji, después de recitar su canción, hace entrada triunfal, y no sé si ha sido la idea, pero esa forma de abrir las puertas y entrar a lo bessssstia, es lo más parecido que he visto a la llegada de Aragorn a Edoras, y a esa pedazo de visión de Mortensen entrando en tromba al salón real. No sé si estoy exagerando, pero a mí me ha dado la impresión, y me ha provocado casi el mismo subidón.

Fin del capo, voy a beber agua que Donghae esta vez me ha dejado KO en varios momentazos… bueno, ya que estoy me doy la ducha entera, como buena miembro del Club de la Ducha.

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6 respuestas a Panda and hedgehog, episodio 12

  1. ARI8 dijo:

    Me encantó el capítulo entero, salvo los momentos del CHP, que va a hacer hasta lo imposible por jo*erles vivos y quedarse con todo pero espero que aparezca el policía y le dé su merecido.

    Adoro los momentos bromance, me parecen de lo mejorcito y desde luego la química entre ellos es muy fuerte. Me partí de risa con el momento nos cogemos de las manos para que no nos coman y luego ya, cuando va con un ciego del doce, esa declaración de amor que le hace, sin olvidarnos del mordisco y la sonrisa bobalicona. Son adorables ♥♥♥♥ y ya si lo juntamos con los momentos con el abulo, apaga y vámonos.

    Con ella como pareja, me gustó cómo la arrincona, ese beso en la frente y que se le declare. Ahí me mató por completo. Lo que eché de menos que no pudiesen pasar más tiempos abrazados en la cama, leñes.

    Yo estoy convencida de que Seung Ji es el niño perdido de Panda y Won Il y el hijo de la noonim al mil por mil, vamos.

    Ah y destacar otro momento para mí PRECIOSO, cuando Won Yi le coge la mano al hermano en Saint Honoré y él le da palmadas dándole fuerzas. Creo que sin decir ninguno de ellos nada, lo dicen todo y queda claro que se quieren Y MUCHO.

  2. nanita dijo:

    Hae se luce cuando esta en modo pasado de soju jajajaj …me encanta como hace su papel! Y esa camiza azul del final le quedaba es-pec-ta-cu-lar ñammm

  3. Cynthia dijo:

    Porfin vere al pez en vivo y en directo T-T

  4. Glass dijo:

    Ja! la mención de Aragorn y Vigo me ha encantado, entrada triunfal como tiene que ser, lamentablemente no he visto ni un cap, porque ando sin tiempo, pero siempre lo he dicho tus revisiones son tan geniales, que siento como si lo viera, claro cuando me quite un poco de la presión de los exámenes, me pondré al día, porque ver a Donghae en acción no me lo puedo perder ^_^

  5. Mei-chan dijo:

    A mí también me encanta Donghae con unas cañas de más 🙂 Me parece totalmente estrujable en esos momentos. Una pena no haber visto al pipiolo aka Won Il en el mismo estado, aunque me da la impresión de que su personaje tendría un pedo muy distinto de la risa floja y los ataques de cariño que le entran a Seung Ji…

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