Fic one shot: Azar.

Por @TaeEsMio para BombaSoju.

Bueno, aquí os traigo otro «one shot» interesantón, que nos ha mandado una chinguya, y que sigue la estela del anterior, es decir, que podéis ponerle los protagonistas que os dé la gana. Si alguna tiene intención de sacarlo de Bomba, por favor, hay que preguntarle primero a la autora, ¿arassó?

AZAR

Qué suerte más negra tengo”, pensó, mientras se apresuraba a entrar en el edificio de la estación de televisión. Después de un día agotador, le avisaron de que uno de los traductores no podría acudir a su trabajo, y le pidieron como favor personal que le sustituyese, pues ese encargo era muy importante para la labor de la institución. De algo le tenía que servir haber pasado su infancia en este país, y ser bilingüe, ya que, cuando las cosas se pusieron mal en el suyo, le dio la oportunidad de encontrar un buen empleo allí. Pero las labores de traductora no entraban en su contrato. Encima hacía frío y el pañuelo verde que se puso esta mañana para abrigarse el cuello, ahora era demasiado ligero. Suspiró y se acercó al mostrador de control.

Salida de la nada, apareció una mujer que se dirigía como un tren expreso hacia ella.

– Te parecerá bonito, ¿no? Llegas con retraso y encima no vas directa a donde se te ha dicho.

– Perdone, no…

– ¡No digas ni una palabra!

La agarró del brazo y, entre frases a gritos, de las que a veces no llegaba a entender ni la mitad, la arrastró por una serie de pasillos y escaleras, hasta llegar a una puerta. Sin dejar de quejarse, la abrió, le quitó el abrigo y el bolso a tirones, y con un empujón final, exclamó:

-¡Espero que al menos hagas bien tu trabajo!

Desgraciadamente, el empujón la desestabilizó, tropezó con su propio pie y empezó a caer. “Estupendo…”

 ***

Nuna da mucho miedo a veces”, pensó el muchacho, cuando vio a su coordinuna entrar gritando, arrastrando detrás de ella a una mujer extranjera con cara de asombro. Entre la curiosidad y el aburrimiento, la vio tirar el abrigo y el bolso de la chica en el sofá, y empujarla hacia él antes de salir. Al verla tropezar, actuó por reflejo, adelantándose y cogiéndola por el brazo en su caída, consiguiendo que sólo su hombro chocase levemente contra el de él. Su pelo le rozó la cara, llevándole su aroma, y repentinamente, un escalofrío le recorrió la espalda. Una sensación de ¿reconocimiento? le asaltó de golpe. La sorpresa fue tal, que, aun después de que ella recuperase el equilibrio, siguió sujetándola por el brazo, hasta que se dio cuenta de que miraba con cara de asombro. Se recompuso.

– Vamos un poco retrasados, podemos empezar cuando quieras.

– Gracias por ayudarme – inclinó levemente la cabeza- pero creo que ha habido una confusión.

– ¿No eres la maquilladora nueva?

– Me temo que no -contestó con una sonrisa de disculpa – Yo venía…

En ese momento se abrió otra vez la puerta, dejando ver a la coordinuna acompañada de una extranjera con un piercing en la nariz y mascando chicle. Disculpándose profusamente por su error, volvió a llevarse a rastras a la chica, a la que sólo le dio tiempo a inclinar la cabeza en su dirección antes de desaparecer.

Un destello de color desde el sofá llamó su atención. Un pañuelo verde claro descansaba sobre los cojines, sin duda propiedad de la desconocida.

-¿Empezamos?- dijo la maquilladora.

 ***

Se dio cuenta de que llevaba mirando fijamente la misma página desde hacía al menos diez minutos. Suspiró. “Así no hay quien termine esto”, pensó, pasando la vista por encima de las cifras. Tampoco es que unos presupuestos fueran una lectura animada, pero era su trabajo, y lo tenía que terminar.

Había salido al mostrador de la biblioteca, porque en su despacho no era siquiera capaz de mirar los papeles que tenía delante, y pensó que, al haber gente, al menos intentaría concentrarse. Pero no había servido de nada. El encuentro con el chico del otro día la había dejado extrañamente nerviosa. Algo le ocurrió cuando él la sujetó, algo extraño, y todavía seguía dándole vueltas. No había podido sacárselo de la cabeza, llevaba así toda la semana. Sacudió la cabeza e intentó concentrarse otra vez.

Un alboroto de gritos le llegó de lejos, amortiguado por la puerta. “Estas niñas coreanas son unas histéricas”, pensó, frunciendo el ceño, pero sin levantar la vista de los papeles. Oyó abrirse la puerta, y al momento, notó que alguien se había parado delante de ella. Antes de que pudiera alzar la vista, un pañuelo verde apareció ante sus ojos.

-Creo que esto es suyo.

Reconoció su voz. Levantó la vista y el hombre que tenía delante se bajó la mascarilla y le sonrió. Llevaba una cazadora negra, a juego con la gorra de visera calada hasta la nariz y la mascarilla. Mientras le miraba alucinada, oyó murmullos y vio cómo empezaban a acercarse estudiantes a curiosear. Se levantó.

-Sígame a mi despacho, por favor.

 ***

“Es una buena excusa”, llevaba diciéndose a sí mismo toda la semana. Como si tuviera que convencerse de algo que sabía que no tenía sentido. Podría haberle mandado el pañuelo a través de su manager en cualquier momento, pero se había autoconvencido de que era mejor llevárselo en persona. Ya, claro.

Al pasar la puerta que ella sujetaba ya dentro, el cansancio y la tensión de esas semanas de trabajo continuo para el comeback, unidos a la falta de sueño, le pasaron factura. Su vista empezó a nublarse y le falló el equilibrio. Empezó a caer…

Cuando recuperó la consciencia, su nariz y sus labios estaban en contacto con una piel suave, y su cabeza descansaba en el hueco de un hombro. Un mechón de pelo acariciaba su frente, y unos brazos le rodeaban, impidiendo que cayese. Respiró hondo, aspirando su olor, y la sensación de paz que le invadió fue instantánea y abrumadora. Tanto, que a punto estuvo de abandonarse a esa paz, pero una voz lejana disipó su sueño.

-¿Puede andar? Hay un sofá aquí mismo, pero necesito que me ayude a llegar allí.

Asintió levemente. Ella pasó uno de sus brazos por su cuello, y con el otro le agarró de la cintura. Con cuidado, le sentó en el sofá, y le ayudó a subir las piernas. Él mantuvo los ojos cerrados. Se arrodilló en el suelo, a su lado.

-¿Quiere un vaso de agua? –Negó con la cabeza. -¿Algo dulce? Creo que tengo unas galletas por ahí…

-No, gracias, ya estoy bien. –Se incorporó en el sofá lentamente.- Ha sido cansancio nada más.

-¿Ha venido solo?- preguntó ella. –Si quiere, llamo a alguien que venga a ayudarle…

-No hará falta, muchas gracias –le sonrió. “Al grano”, pensó. –La verdad, vine para disculparme por la confusión del otro día, y para compensarle de alguna manera.

Metió la mano en el bolsillo de su cazadora, y sacó lo que parecían dos pases VIP para un evento.

-Son para un concierto que vamos a dar este sábado.

Ella le miró.

-No era necesario, las disculpas fueron más que suficientes.

-No, pero yo quería hacerlo- la miró fijamente. –Y me encantaría que acudiera. Acompañada, si quiere.

Una media sonrisa apareció en su cara, mientras señalaba uno de los pases.

-No me hacen falta dos, no tengo con quién ir. Déselo a otra persona.

La sensación de alivio fue inmediata, dejándolo perplejo. “Esto empieza a ser preocupante”, se dijo mentalmente.

-Llévese los dos, por si acaso. – Y la premió con su mejor sonrisa.

 ***

Todo estaba preparado ya. En unos minutos saldrían al escenario. El nerviosismo anterior a actuar ya estaba ahí, mezclado con una ansiedad que no reconocía haber sufrido antes. Se estaba comportando de forma extraña, y sus compañeros empezaban a mirarle raro. No había salido a saludar a las fans que iban llegando, para animarlas antes de empezar como era su costumbre. No se había atrevido, para no fijarse esos dos asientos de primera fila que le tenían en ascuas. Pero ya no quedaba tiempo para pensar más que en dar lo mejor de sí para sus fans. Ocupó su lugar e inspiró hondo.

Las luces se encendieron y empezó a moverse con la música. Por suerte, con la nueva canción, él era el primero en pasar a primer plano, y pudo mirar fugazmente hacia los asientos VIP. Recorrió la fila, vio un asiento vacío…, y en el siguiente estaba ella. Una extraña euforia le recorrió por completo, y se dispuso a disfrutar ya totalmente de lo que más le gustaba hacer.

***

El camerino era espartano: un espejo, dos sillas, una mesita y un pequeño sofá, pero alguien había tenido el detalle de llevar un centro de flores y frutas, y unos zumos. También había una bandejita con canapés, pero el nudo en el estómago le impedía comer. Sólo pensarlo le daba náuseas.

Si la semana anterior había sido rara, ésta había sido de locos. Había cambiado de idea miles de veces:

No, no voy”.

No seas cobarde, tienes que ir”.

No voy, qué vergüenza”.

Si no vas, siempre te preguntarás qué te perdiste”.

No sabía quién era hasta que él se lo dijo, y buscó en internet para saber algo más. Le vio bailando, cantando con esa suya voz tan peculiar, riendo y bromeando en los variety shows, y fue aún peor. Se despertaba por la noche, y recordaba el momento en que se desplomó encima de ella, con el corazón desbocado. Era enervante. Así que decidió ir para terminar con todo de una vez.

Llegó con el tiempo justo; no tenía ganas de aguantar a las fans más tiempo del estrictamente necesario. Las luces se apagaron y se encendió el escenario; los chicos aparecieron. A los pocos acordes, le vio al frente, y un detalle llamó su atención. Atado a la cintura, llevaba un pañuelo verde. Su pañuelo. En ese momento, él miró en su dirección, y el subidón de adrenalina la dejó con las piernas flojas. Optó por sentarse, para evitar males mayores. Sentía mariposas en el estómago y la cabeza ligera.

El resto del concierto pasó para ella como en una nube. Estaba hipnotizada por él, no veía nada más. En un momento dado, los miembros bajaron a mezclarse con el público, pero por suerte a él le tocó otro sector, y no miró más hacia ella. Cambió varias veces de ropa, pero el pañuelo aparecía siempre: en un brazo, colgando de la trabilla del pantalón, atado a un sombrero… Empezaba a ponerse cardiaca de verdad.

Cuando terminó, le sorprendió la sensación de tristeza que la invadió. Todo había terminado. Siempre podría verle en los programas, o comprarse los vídeos de sus conciertos, y oír su voz en su música. No iba a seguirle como una fan loca, ella no era así. Así que, cuando sintió un leve toque en su hombro, se sobresaltó. Era un miembro del staff, pidiéndole que le siguiera. Y allí estaba, en ese camerino, esperando no sabía qué.

Empezaba a pensar si tomarse algo para tranquilizarse, cuando oyó la puerta abrirse. Era él. Llevaba una camiseta y unos vaqueros, y tenía el pelo húmedo. En su mano estaba su pañuelo verde.

-Has venido.

No pudo contestar, tenía la boca seca. Asintió con una sonrisa trémula. Él se acercó.

-Quería devolverte el pañuelo…

Con una mano, deslizó el pañuelo entre su pelo y el cuello, sacándolo por el otro lado con la otra mano. Ella se quedó sin respiración. Era electrizante. No se atrevía a mirarle a los ojos.

-… Y averiguar por qué, cuando estoy contigo, siento que pertenezco a este lugar, que me quedaría aquí para siempre.

Entonces le miró. Era eso. Lo que había sentido todos estos días. No estaba nerviosa por haberle visto, estaba angustiada por no verle. Le echaba de menos. Así, cuando sintió su mano cogerle del cuello y atraerla hacia un beso, le pareció lo más natural, y el placer que sintió cuando sintió sus labios fue tal, que sus ojos cerrados se llenaron de lágrimas. Estrechó el espacio que les separaba, abrazándolo para hacer el beso más profundo, y pensó: “He llegado a casa”.

 ***

Quince años antes

Se había perdido. No le quedaba más remedio que admitirlo, y sentarse a llorar. Habían ido al aeropuerto a buscar a un familiar, pero en algún momento se había soltado de la mano de mamá, y no había sido capaz de encontrarla otra vez. Llevaba mucho rato andando, y estaba cansado, así que se sentó y enterró la cabeza entre sus brazos.

-¿Por qué lloras?

Levantó la vista, sorprendido. Una niña le miraba, agachada a su lado. Era mayor que él, y no se parecía a las niñas de su cole, sino a las que aparecían en los anuncios de cosas extranjeras. Al acordarse de su desgracia, volvió a hacer pucheros, pero se controló. No sabía por qué, pero no quería que esa niña pensase que era un llorón.

-No encuentro a mi mamá. Me he perdido.

-Si vienes conmigo, mis padres pueden ayudarte a encontrarla.- Y le extendió una mano.

-No me puedo mover, estoy muy cansado.

-Yo te llevaré. Súbete a mi espalda.

Mientras le llevaba así, con su pelo rozándole la mejilla y su olor fresco y suave rodeándole, se sintió extrañamente feliz, y pensó que se podría quedar allí para siempre.

FIN

18 respuestas a Fic one shot: Azar.

  1. Nuna dijo:

    Primera en comentar.

    Un fic MUY tierno. Extremadamente tierno. Me metí rápidamente en la historia, y la redacción me gustó muchísimo. Lo fui viendo todo hasta que llegó el colofón del final. Ese «quince años antes» que nos explica por qué los protagonistas se sienten como se sienten al reencontrarse y que me resultó una bonita sorpresa.

    Espero que @TaeEsMío se anime con algún otro 😉

  2. polina_star dijo:

    muy linda la historia… la leí de una vez, me absorbió! gracias!

  3. ARI8 dijo:

    Precioso, yo lo había leído ya y desde luego me produjo una inmensa ternura y me dejó muy buen sabor de boca. Es desde luego, maravilloso, espero leer algún otro suyo, porque escribe de maravilla.

  4. franx dijo:

    Los fics para mi son todo un descubrimiento, aún me estoy recuperando de Kotijmal, n__n , creo que aun tardare, pero este es una buena historia, concuerdo en que es tierna.

  5. lavete dijo:

    Awwww es una preciosidad. ¡Otro, otro! hahahaha la verdad me esparaba algo mas «candente», asi que esto resulto una linda sorpresa 😀 ❤

  6. nair1 dijo:

    wwwooww que ternura la parte de los niños !! me encanto , escribes muy lindo !! lo vas a seguir el fic ? muchas gracias por compartirlo

  7. nanita dijo:

    Me encantó, tierno y misterioso, me gusta como se arma la trama entre personas de diferente cultura ,jejejej una se siente representada 🙂 . Gracias por publicar estos fics, y por compartir este talento que tienen!

  8. TaeEsMío dijo:

    Muchas gracias por todos los elogios, voy a terminar más hinchada que un pavo real XD
    Mi estilo es mucho más moderado que el de la jefa Nuna, que nos dejó a todas con un calentón del quince XD; a mí me va más lo romántico. La inspiración me vino después de leer el fic «El Concierto», porque me pareció muy interesante no poner caras a los protagonistas, así podías tú elegir quién son. Eso sí, después de esto, mi inspiración se ha ido de vacaciones XDDDD
    Gracias, Nuna, por publicar este mini-fic, y por todos los ánimos. Ari y tú sí que controláis, y estoy esperando que os animéis a ponernos cardiacas con algo escrito por vosotras ❤

  9. Alusiana dijo:

    woooop… muy lindo y tierno^^

  10. sandy dijo:

    ahh me encanto…q ternurita de fic…y lo q mas me gusto fue eso de quince años atras,,,en verdad me encantan estas historias de ellos con extranjeras, como q sientes q puedes ser tu la prota jejeje…gracias y q sigan con los mini fics….=)

  11. Catita dijo:

    Me encantó!! le adoré, es que siento que nos vemos reflejadas.. ya quisiéramos muchas vivir una historia así no?? ojala publiquen más porque son entretenidos 😀

  12. Melodía dijo:

    Que bonito!! El detalle de los 15 años atrás no me lo esperaba, y me gusta mucho tu forma de expresar, @TaeEsMío. Gracias por el Fic.

  13. Heennytha dijo:

    pero que tierno, y el final un lindo toque, mmm un poco de dulzura a esta hora no esta nada mal. Que sigan los fics, los dulces y los que no son dulces también que para todos hay, los que te dan un subidón también valen. No me canso de expresar lo mucho que me gusta este blog desde que lo encontré me enganche y no lo dejo de leer en cada entrada. Muchas gracias a todas las que lo hacen posible y sobre todo a nuna, que no se ni tu nombre real pero me caes bien mujer.

  14. Jeannelok dijo:

    Por favoooooooooooor qué tierno, sobre todo el final, te deja con un suspiro. Espero leer más cositas tuyas *_*

  15. Rosa dijo:

    Muy bonito, muchas gracias por compartirla con todas. Espero seguir leyendo estos fantásticos fics 🙂

  16. akane dijo:

    Awww es precioso, acostumbrada a leer fic no apto para cardiacos este me dejo llena de ternura, sigue asi! Y apoyo la moción… otro! Otro!

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