Háblame de tus alas, capítulo FINAL: «Háblame de tus alas».

@by Jeannelok

Leeteuk lloraba mucho, casi tanto como sonreía. Así era él, cuando estaba contento, feliz, eufórico, uno podía darse cuenta nada más mirarle. Cuando estaba preocupado, su ceño se fruncía y las arrugas se formaban en él. Cuando estaba triste, o extremadamente emocionado, las lágrimas acudían a sus ojos. Así de expresivo era él, que en cualquier momento podías saber qué tipo de emoción cruzaba por su mente…hasta aquel momento. Llevaba varios días con la mirada perdida, ausente, no parecía para nada el Leeteuk que todos conocían. Aquel era el segundo día desde que se encontraba de aquella manera, confundiéndolos a todos sentados en la mesa. En ese preciso momento llegó Yu Jin, quien seguramente planeaba recoger los platos y la cocina, pero los chicos no habían terminado todavía así que saludó formalmente y se dirigió al baño, alegando que todavía no lo había terminado. El mayor del grupo clavó los ojos en ella, incapaz de apartarlos, hipnotizado. Abrió la boca y la volvió a cerrar, queriendo decir algo pero sin ser capaz.

Igual que cuando ella se había confesado. Ante el mutismo repentino que sufrió el chico le había sonreído, levantándose y marchándose corriendo, sin que él fuera capaz de reaccionar. Incluso creyó que ella no regresaría, sin embargo al día siguiente se encontraba allí diligente para terminar sus tareas. Se sintió estúpido al haber desconfiado de la eficacia de Yu Jin, quien a pesar de lo que sucediera terminaría lo que debiese.

Pero no era eso lo que le carcomía la cabeza. No lo era, sin embargo tampoco tuvo tiempo de darle muchas más vueltas, porque pronto tendrían que marcharse a ensayar y debían terminar de comer. Poco después, todos se despidieron de la muchacha, el último Kyuhyun con quien mantuvo una corta conversación que ninguno escuchó, aunque entre todos había uno especialmente interesado por saber lo que sucedía.

Cuando Leeteuk se hubo marchado, Yu Jin respiró tranquila y se cubrió el rostro con las manos, notando sus orejas arder y preguntándose si los demás se habían percatado también. Kyuhyun le había preguntado si había sucedido algo con el líder de Super Junior, quien se mostraba de lo más extraño desde aquel día en que se quedaron solos tras la rueda de prensa. Se lo dije, lo que siento, había respondido ella, preguntándose hasta qué punto era justo que le confesara aquello al muchacho. Pero Kyuhyun simplemente había asentido con la cabeza, dibujando una media sonrisa, respondiendo que se alegraba por ella.

¿Por qué debía alegrarse? Quiso preguntar la chica a su espalda mientras le veía cerrar la puerta, ¿alegrarse por sufrir y de paso, hacérselo pasar mal a Leeteuk también? No era justo. Para ninguno de los dos…de los tres. ¿Qué pasaría si Yu Sun se enteraba? Era capaz de dejar a Leeteuk si se enteraba de que su relación hacía sufrir a su hermana pequeña, lo sabía y se odió nuevamente por haberlo hecho. Pero el mal estaba hecho, y ahora sólo podía cargar con las consecuencias y enfrentarlas lo mejor posible. Se encontraba cavilando todo esto cuando la puerta del apartamento se abrió. Yu Jin se preguntó quién debía ser, si alguno de los chicos se había dejado algo y fue a la entrada a ver, pero se quedó helada en el sitio al encontrarse de frente con el mánager de los chicos que tanto pánico le provocaba.

El hombre no era especialmente alto ni corpulento, pero la anterior vez cuando le había echado la bronca por no haber sabido cuidar debidamente de Leeteuk, la había trastocado tanto que al verlo sentía un terrible pánico, y aquella vez no estaban los muchachos para ayudarla. Contuvo la respiración, observando fijamente al hombre con los ojos muy abiertos, a la expectativa de lo que había ido a hacer allí.

-Sabía que estarías-musitó el hombre-. Ahora ellos no pueden protegerte-no le contaba nada nuevo-, me gustaría hablar contigo, pequeñaja. No confío en ti, desde el primer momento en que te vi supe que ibas a dar problemas, ¡y así ha sido! Demasiado joven para este trabajo, rodeada de chicos famosos… ¡lo que quieres es aprovecharte de ellos! Y ya estás comenzando a hacerlo, ¿te crees que todo se soluciona con las palabras de Kyuhun?-Yu Jin se iba echando hacia atrás a medida que el hombre se le acercaba, amenazante- No, él es miembro de uno de los grupos de música más famosos no sólo de Corea, sino de Asia, ¿crees que las fans y los medios se calmarán sólo con esto? Y todo es tu culp…

-¡Hyung!-detrás de ellos apareció Ryeowook, quien no salía de su sorpresa al encontrarse aquella situación- ¿Qué estás diciendo?-se acercó a ellos, dando la vuelta alrededor del hombre para colocarse al lado de Yu Jin- ¿No te dijimos que dejaras en paz a Yu Jin? ¿Y se puede saber de qué cosa tiene la culpa? Veo injusto que menosprecies su trabajo a causa de su edad, ¡lo ha hecho perfectamente todo este tiempo!

-Ryeowook, os está utilizando.-el mánager de los chicos la agarró repentinamente del brazo queriendo sacarla de allí a la fuerza, aunque ella intentó resistirse. Al ver aquello, el chico se abalanzó sobre él e intentó liberarla, sin embargo no era lo suficientemente fuerte y al intentar zafarse de él, el hombre lo empujó y lo lanzó al suelo, con la mala suerte de que el chico se golpeó la cabeza contra la pata de la mesa y a pesar de los gritos de Yu Jin, no despertó.

 

-Todo está correcto-el doctor observó con detalle las radiografías y sonrió-. No os preocupéis, se ha desmayado por el golpe, no hay nada malo.-y les dejó en la habitación. Allí sólo se encontraban los dos mayores del grupo, Leeteuk y Heechul, y el mánager y Yu Jin, quienes se habían encargado de avisar a la ambulancia. Leeteuk suspiró aliviado cuando se marchó el doctor y se dejó caer sobre la silla, sudoroso, con los ojos empañados y el corazón latiéndole a mil por hora. Ryeowook sólo había regresado a casa a buscar el teléfono móvil, y de repente se encontraba con que el mánager llamaba diciendo que había pedido una ambulancia porque se había dado un golpe y no despertaba.

Leeteuk no podría soportar que de nuevo, alguna cosa le sucediera a alguno de los miembros del grupo, sus amigos, sus hermanos. No, no más sufrimiento para ellos. Por eso cuando le habían dicho que Ryeowook no despertaba había sentido que todo se detenía y hasta que no le dijeron que estaba bien, no regresó a su cauce.

-Tengo que ir a ver cómo va el ensayo. Dado que se encuentra bien traedlo en cuanto se despierte.-y sin añadir nada más, el hombre de marchó dejándolos con la palabra en la boca. Heechul se acercó a Yu Jin, quien permanecía con la mirada clavada en el suelo y la boca cerrada, como si no fuera tanto una persona como una estatua a la espera de que los años pasaron sobre ella sin envejecerla, sólo deteriorándola.

-Yu Jin, ¿qué ha sucedido?-preguntó dulcemente. Heechul no era dulce, ni mucho menos, pero sabía adaptarse a las situaciones como el camaleón a los colores y texturas, y por lo tanto sabía que lo mejor en aquellos momentos era hacer volver a la realidad a la chica de una manera suave, calmada, y tranquila. Aunque en realidad sólo lo hacía así porque era Yu Jin, la pequeña Yu Jin quien se había metido en la vida de todos y convertido en una hermanita pequeña. Además, Ji Sang le hablaba mucho de ambas hermanas, con quien solía quedar (en realidad, creía que más bien a Yu Sun iba a molestarla al trabajo), por lo cual hablaban de ellas a menudo.

-No…yo…-musitó, con la voz queda. Parecía que todavía no terminaba de reaccionar ante los sucesos.

-Ryeowook está bien, no ha sido nada. No te preocupes.- Heechul alargó el brazo y lo apoyó en el hombro de la chica, ante la expectante mirada de Leeteuk, quien observaba con sorpresa la repentina madurez que parecía haber adquirido el otro chico.

-Fue mi culpa-sollozó de repente Yu Jin, dejando que un par de silenciosas, finas y delicadas lágrimas resbalasen por su rostro-, ¡ha sido mi culpa! Esto no puede continuar así-sorbió los mocos y se pasó la manga por los ojos, secándoselos-. Creo que lo mejor será que deje el trabajo.

-¿Cómo?-esta vez sí que fue Leeteuk quien reaccionó, levantándose de la silla de un salto y haciendo que Ryeowook se despertara, pudiendo escuchar así a la chica decir que quería dejar de trabajar para ellos, porque aquel no era un trabajo para toda la vida y no quería seguir perjudicándolos. Obviamente, creyeron que se refería al accidente de Ryeowook, pero para ella no sólo había sido eso, sino también el hacer sufrir a Kyuhyun, las molestias que ocasionaba a Leeteuk…Y tenía miedo, porque lo que había comenzado como un trabajo perfecto, sólo estaba acarreando el sufrimiento de otros.

Y aunque si otro indagaba en su interior podría sonar egoísta…sobre todo sufrimiento para ella.

 

Llegó la noche, trayendo consigo luna y estrellas. Los chicos habían terminado de ensayar a las tantas, pero finalmente podían regresar a casa. Era simplemente agotador, el estar todo el día de arriba abajo, dando conciertos, ensayando, y en medio de todo eso el susto que les había dado Ryeowook, que a media tarde se había reincorporado a ellos sin problemas, aunque por alguna extraña razón los tres chicos al unirse a ellos no parecían estar muy contentos a pesar de todo. Sin embargo y aunque a los demás la curiosidad les corroyera, debían seguir centrados en lo que estaban haciendo.

Algunos se ducharon allí, mientras otros regresaron al apartamento prefiriendo hacerlo en casa con tranquilidad. Leeteuk vigiló lo que hacía Kyuhyun, quien fue uno de los que se quedó, para poder cogerlo a solas y mantener una conversación que hacía tiempo que quería mantener con él. Mientras los demás estaban en las duchas y ellos en el vestuario cambiándose, se plantó a su lado y le cortó el paso.

-Tenemos que hablar.

-Me quiero duchar.

-Es sólo un momento, Kyu. No te robaré más tiempo, pero es algo que lleva tiempo rondándome la cabeza, y no puedo apartarlo porque os involucra a dos personas muy importantes en mi vida…

-Sé qué quieres preguntar, saber… ¿pero no lo tienes ya todo claro? Yu Jin te prefiere a ti, incluso si me ofrecí para estar a su lado, incluso si yo no la haré sufrir como tú…

-Hasta que ella no me lo dijo, no supe que…

-¡Porque eres idiota!-Kyuhyun de repente lo agarró del cuello, empujándolo hacia atrás y haciendo que se golpeara contra el casillero donde guardaban la ropa de ensayar-¿¡Cómo no pudiste verlo!? Le faltaba colgarse un cartel…pero tú, estúpido insensible que no ves más allá de ti mismo y tu amadísima Yu Sun…-en realidad no quería decirle todo aquello, estaba siendo injusto, porque Leeteuk no tenía la culpa. En realidad, nadie la tenía. No obstante…su mente no dejaba de reproducir el rostro de Yu Jin sufriendo por ese amor que tantísimo tiempo llevaba arrastrando y la rabia se apoderaba de él- Hyung…tú…yo siempre te he respetado mucho, creí que eras más inteligente. Te vanagloriabas de conocerlas a ambas, a las dos hermanas…y sin embargo, ¿cómo puede ser que el dolor de una de ellas pasara inadvertido de aquella manera por ti?

-Te aseguro que…quien más se odia en estos momentos, soy yo.-respondió. Kyuhyun aflojó la mano que retenía a Leeteuk hacia atrás. En realidad, desde que lo había empotrado no había apretado pero el otro chico no había hecho ningún ademán de querer liberarse.

-Estoy harto de que sufra- Leeteuk lloraba mucho, casi tanto como sonreía. Tenía una facilidad impresionante para derramar lágrimas, mientras que Kyuhyun era bastante bueno ocultando sus sentimientos. El mayor y el más joven, totalmente opuestos, a la hora de ser, a la hora de amar. Y de repente, por primera vez, aquel chico que después de severo accidente que prácticamente se lo llevó de su lado, el muchacho que sonreía malicioso y parecía absorto en su propio mundo, sin llorar, sin quejarse, sólo con unas palabras, de repente…transmitió a Leeteuk muchísimo más dolor que si se hubiera lanzado a derramar agua por los ojos cual fuente. Por eso, sorprendido, conmovido, impresionado, Leeteuk rodeó con los brazos a aquel chico que tenía delante de sí, que a pesar de ser más alto, más fuerte y algunas veces, incluso más maduro, de repente se veía como el chaval que era-. Por primera vez…yo nunca…a mí no…Es la primera vez que el dolor de otra persona, me trastoca tanto.

-Lo siento…

-No me importa no ser correspondido, incluso si ella no quisiera volver a verme nunca más, podría soportar todo eso, menos volver a verla llorar…

-Lo siento…

-No quiero que vuelva a llorar…

Yu Jin sólo iba hasta donde vivía su madre el día del aniversario de la muerte de su padre y hermanas. Nunca en otro momento, porque tenía miedo de no poder soportarlo y hacer alguna estupidez, sin embargo en aquellos momentos se sintió débil y no pudo hacer otra cosa. Había tomado una sencilla decisión, aparentemente nada serio, que a ella la estaba retorciendo por dentro. Incluso si los chicos habían intentado pedirle que no lo hiciera, ya no había vuelta atrás.

Pero maldita sea, por primera vez después de tanto tiempo, a pesar de las lágrimas…había vuelto a ser tan feliz. Con ellos a su lado, volviendo a ver a Leeteuk, conociendo a Ryeowook y Kyuhyun. No podía pedir más, después de tanto tiempo padeciendo temía que aquella repentina felicidad fuera a significar que el golpe más duro la esperaba después. Y no sólo era por ella, también su hermana parecía más feliz, más contenta, más llena de vitalidad… Y sin embargo…ella debía despedirse. Porque si continuaba así, aunque en aquellos momentos no lo pareciera, a largo tiempo todo estallaría y sufrirían, ellos sufrirían…

Y no podía hacerles más daño…no podía seguir dañando justamente a aquellos que le regresaban las ganas de vivir y le dejaban ver la claridad, ¿cómo podría hacerlo?

Y ahí se encontraba, observando estática la casa que se imponía frente a ella, preguntándose qué hacer. No podía llamar al timbre como si nada, y si sus abuelos la veían la echarían a patadas. Tenía que marcharse, dejar de llorar, lamentarse de sí misma y largarse, pero…

-¿Estás bien?-no. No iba a voltearse. Porque seguramente aquella voz era una ilusión. A pesar del tiempo transcurrido, seguía grabada en su mente con fuego, era su imaginación la que le estaba pasando una mala jugada, y si se volteaba no habría nadie…como tantas otras veces había sucedido, su madre no estaría allí- Jovencita, ¿estás bien?

No…no podía ser…

Yu Jin se dejó caer al suelo de rodillas, y comenzó a llorar amargamente. Se sentía perdida, descarriada. La tristeza, la felicidad… ¿dónde quedaba el límite de cada una? Ni en su mente, ni en su corazón, tenía la respuesta. Sólo sabía que la realidad se escabullía entre sus dedos como nubes, que nada tenía sentido, que sólo quería…sólo quería…

¿Qué era…lo que quería?

¿Por qué lloraba de aquella manera desesperada?

¿Por su familia, por el amor no correspondido, por las heridas provocadas a los demás?

Pero unos brazos volvieron a rescatarla. Unos brazos que no creyó volver a sentir nunca a su alrededor. No eran fuertes y protectores como los de Kyuhyun. Eran finos, débiles, pero amorosos. Los conocía tan bien como aquella voz que nunca había desaparecido de su cabeza, porque nunca podría olvidarla, porque era su madre, su querida madre, aquella que la había visto nacer, aquella que la reñía cuando se portaba mal, aquella que las había olvidado…

-Oh, pequeña…no pasa nada…oh…-la mujer la abrazaba con fuerza, meciéndose mientras el llanto de Yu Jin continuaba, prologándose hasta que ya no le quedaron más lágrimas que derramar.

Yu Sun estaba preocupada. Había llegado a casa después del trabajo y Yu Jin no estaba en ella, y no había ni una nota ni rastro de ella. Intentó llamarla al teléfono, pero a él respondió Leeteuk quien le explicó lo sucedido con Ryeowook, alegando que seguramente la muchacha se lo habría dejado allí a causa de todo el lío. Yu Sun comenzó a alarmarse y la angustia acudió a su garganta. Quiso decir algo más, pero no podía. Tampoco era capaz de colgar.

Se había quedado paralizada. Porque era la primera vez que Yu Jin desaparecía de aquella manera, y tenía miedo que en cualquier momento la policía llamara. Otra vez.

-Yu Sun-finalmente la voz de Leeteuk la atrajo a la realidad-, Yu Sun. No te asustes. Espérame, llego enseguida y salimos a buscarla. No te asustes, estoy a tu lado, ¿de acuerdo?

-Lo sé…-sollozó Yu Sun.

-Estoy cogiendo las llaves del coche…Kyu…¡Kyhyun! Tú no sabrás…por casualidad… ¿sabes dónde puede haber ido Yu Jin a estas horas?-Yu Sun escuchó el silencio al otro lado del teléfono, y repentinamente la voz de Leeteuk llamando al joven y corriendo detrás de él-Voy a buscarte, Yu Sun. Y él va a buscar a Yu Jin…no sé dónde, ni cómo, pero seguro que él es capaz de encontrarla.

Al menos, debía confiar en que así sería.

 

Cuando Yu Jin logró calmarse, su madre la invitó a tomar algo a casa e incluso le propuso que si estaba muy lejos de casa, se quedara a dormir. Yu Jin moriría por hacerlo, por pedirle que durmiera con ella, abrazándola toda la noche, como cuando era pequeña. Pero no sería justo, ni para su madre, ni para su hermana, ni para ella misma… ¿Crearse ilusiones? No podía hacer aquello, no…Por eso, le había dicho que ya estaba bien, que lo sentía, que lo agradecía, que era una mujer muy simpática, amable, buena persona…que le recordaba a su madre. Y ella había sonreído, con aquella hermosa sonrisa que ni siquiera Leeteuk, su amado y enseñado Leeteuk, había tenido nunca.

Porque Leeteuk era un ángel, un ángel que iluminaba su vida, que provocaba sufrimiento, pero a su vez el verle la llenaba de felicidad. Sin embargo, aquella mujer que le había dado todo su amor desinteresado y que después se había alejado dolorosamente de su lado, era un ángel todavía más hermoso, más luminoso, más importante en su vida de lo que ningún chico, ningún amor, y ninguna otra persona podría llegar a ser nunca.

-Mamá…-dijo a la nada-, por favor…mamá…Háblame de tus alas, esas enormes y magníficas alas transparentes…Te necesito, madre…

Cuando habían encontrado a Yu Jin, la muchacha esperaba al autobús, el cual ya no iba a pasar más aquella noche. Kyuhyun estaba sentado a su lado, ambos mirando hacia adelante sin decir nada. Al verla, Yu Sun bajó deprisa del coche de Leeteuk, mientras su mente le preguntaba por qué su hermana estaba allí, tan cerca de la casa de los abuelos y de su madre.

-¡¡Yu Jin!!-la llamó, haciendo que volteara la cabeza- ¡Yu Jin!-sollozó. La pequeña se levantó de un salto y corrió a los brazos de su hermana, fundiéndose ambas en un fuerte abrazo. Odiaba hacer padecer más de lo que ya lo hacía a Yu Sun, y sentía tantísimo haberla preocupado…Pero al menos, ya tenía una cosa clara.

-Yu Sun…He tomado una decisión. A mamá…yo quiero que mamá nos vuelva a querer.

Epílogo: Vida

 

Salieron de la casa de sus abuelos cogidas de la mano y con el corazón en el cuello. Había sido difícil convencer a Yu Sun. Habían llorado, padecido, dudado. Habían acudido a ver al doctor para presentarle la propuesta, y lo más difícil de todo había sido personarse allí. Quizá su idea no era la más idónea, posiblemente si había un Dios en el cielo, las castigaría por querer tocarlo, y sin embargo querían arriesgarse.

-Al menos…algo hemos conseguido.- Yu Jin tenía la emoción dibujaba en el rostro. Yu Sun estrechó con más fuerza su mano mientras bajaban a encontrarse con los chicos. Finalmente, Yu Sun se había sincerado con Leeteuk contándole todo lo sucedido con su familia, y el chico había intentado mostrarse sereno, aunque ella sabía que en casa había llorado mucho por el padre y hermanas de las chicas, que él también había querido tanto. También habría llorado por ellas dos, por no haber podido estar a su lado, y prometiendo que las cuidaría como nunca lo había hecho. Aunque no se lo hubiera dicho, Yu Sun lo sabía. Porque él era así.

Habían pasado varios meses desde aquella noche y la Navidad estaba a la vuelta de la esquina. Pero a pesar del tiempo transcurrido desde que tomaran la decisión y por más que costara, no iban a rendirse. Como Yu Jin había dicho, algo habían conseguido…porque sus abuelos al menos las habían escuchado. Las primeras veces les habían gritado, insultado, echado. Pero eran mayores, y poco a poco se habían reblandecido por aquellas dos niñas que llevaban su propia sangre y que tanto parecían necesitar un poco de atención.

No habían dicho que sí a la propuesta, pero tampoco que no. Y las habían escuchado. Aquel era un gran paso.

Porque lo único que ellas querían, era poder hacerse cercanas a su madre, sin contarle nada, sólo…ganarse su cariño poco a poco, según el doctor aquello incluso podía ser favorable. Si las recordaba, todo sería perfecto. Y si no lo hacía…al menos que las quisiera.

-Vamos a casa.-dijo Yu Sun cuando llegaron abajo y vieron a Leeteuk, Kyuhyun y Ryeowook. Yu Jin le había confesado la situación a este último también, porque al fin y al cabo era su mejor amigo. Y confiaba que poco a poco, se lo confesarían a todos sus amigos, a todo Super Junior y a Ji Sang, quienes habían estado al lado de las hermanas sin pedir nada a cambio desde el principio, y en quienes seguramente necesitarían apoyarse si las fuerzas flaqueaban, porque las habían aceptado en la familia e iban a estar para lo bueno y para lo malo. Incluso habían prácticamente rogado a Yu Jin que no desapareciera, que si no quería seguir trabajando limpiando porque no le gustaba no importaba, pero que no podían perder el contacto con ella, que pasara lo que pasara…no se alejara.

Había intentado negarse con todas sus fuerzas…pero entonces vio los ojos de Kyuhyun, suplicando sin decir nada…y ella no pudo resistirse a ellos. No podía hacerle aquello a alguien que tanto había dado y hecho por su persona. Porque entendía que aunque tenerla cerca le haría sufrir…si sucedía igual que le pasaba a ella con Leeteuk, prefería verle y sufrir en silencio mientras él era feliz con su hermana, que no saber nada de él.

Además, seguía pensando que ganar un sueldo trabajando en casa de Super Junior no estaba nada mal.

-¿A qué casa?-Leeteuk estaba bromeando, porque obviamente, se refería a la de los chicos. Incluso si ellas seguían teniendo su pequeño apartamento, siempre que los chicos regresaban a Seúl se reunían todos. Sin deudas de por medio y con ambos sueldos, Yu Jin había podido buscarse un trabajo más equilibrado y ambas podían vivir sin lujos, pero de manera agradable.

De alguna manera, el arrebato de desconcierto de Yu Jin había ayudado a que lograran dirigir sus vidas. Y Yu Sun, quien siempre había sido la que cuidaba de ella, protegiéndola de todo a su alrededor y evitándole salir herida de nada…al verla tan decidida, había abierto los ojos. Dándose cuenta de que su hermana había crecido, y que tal y como Leeteuk le había dicho no tenía que sobreprotegerla: podían apoyarse la una en la otra.

-Leeteuk oppa-dijo de repente la más pequeña, metiéndose en el coche. Porque gracias al pequeño avance de aquel día, por fin se veía con fuerzas de decirlo. Después de tanto tiempo queriendo decírselo, pero tanto temor…al fin tenía las fuerzas necesarias-, te quiero mucho, pero aún quiero más a mi hermana. Así que ya puedes esforzarte en cuidarla bien.

Leeteuk arrancó el coche para disimular su repentina vergüenza y todos estallaron en carcajadas en aquel frío día de Diciembre, mientras se dirigían a un nuevo año que parecía, iba a ser un magnífico nuevo año de vida.

FIN

Háblame de tus alas, índice de capítulos.

5 respuestas a Háblame de tus alas, capítulo FINAL: «Háblame de tus alas».

  1. ARI8 dijo:

    Inma, desde luego el episodio final te quedó precioso y al menos Yu Sun se quedó con Leetuk, aunque hubiese estado genial que con el paso del tiempo, Yu Jin se hubiese enamorado de Kyu y así, el final de las dos hermanas sería perfecto.
    Lo disfruté a más no poder y espero leer más fics con finales felices, porque las chicas pudieron por fin tener a su madre y cómo no, a todo el grupo para apoyarlas. Tyewook y Heechul, pues geniales, porque ambos a su manera, fueron importantes, sobre todo Ryewook.

    Pues nada, que espero más fics con ganas.

  2. marybv dijo:

    me ha encantado, gracias por compartir esta historia con nosotras . mi primer fanfic y realmente lo disfrute. me hiciste llorar, amar y sacar varias sonrisas de mi rostro. lo voy a estrañar pero todo tiene un fin.
    Ame la pareja Yu jin y Kyuhyun.
    Ame la historia de la madre
    Ame al mejor amigo Ryeowook

    un inmenso GRACIAS

  3. tomodachi005 dijo:

    GRACIAS TAMBIEN ES MI PRIMER FANFIC Y ME GUSTO MUCHO, TALVEZ UN POCO TRISTE PORQUE YU JIN SE QUEDO SOLA Y NO ACEPTO A KYUHYUN PERO AL AMOR NO PUEDES FORZAR Y FUE MUY DULCE LO QUE LE DIJO QUE AMABA MAS A SU HERMANA ESO ES MUY VALIOSO, Y QUE BUENO QUE AL MENOS EMPEZARON A PODER VER A SU MADRE. GRACIAS Y ESPERO MAS HISTORIAS TUYAS, SON MUYY BUENAS

  4. claudia.l dijo:

    uff me encantó (aunque insisto… que le pasó a Ju Yin??… que yo en su lugar al maknae ainnnnssss)
    en fin…. hay gente así ^^
    Un final emotivo, que me ha dejado pensando ¿eso de estar cerca de quien amas, sabiendo no ser correspondido, solo por el gusto de verle… uhmmm, es un nivel superior de amor?, la verdad creo más en la posibilidad práctica que de sanar te otorgan los amigos «tiempo y distancia» :p
    Me superultramegafascinaron las imágenes que acompañaron esta entrega… ver la sonrisa de KyuHyun para mi no tiene precio… para todo lo demás las creditcard jeje 😀
    gracias por el fic y ánimo porque esperamos muchos más!! saludos

  5. nubiia ^^ dijo:

    muy emotivo el final, me encantan tus Facfics son geniales!! muii tristes pero tienen sus ratos hermosos, lastima que Yu Jin no se quedara con Kyuhyun eso seria perfecto pero al final se conformo con el gran amor q le tiene a su hermana y la reconciliación con su familia de vuelta con su madre, me encanto eres genial C:

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