“비밀” Bimil – secreto. Capítulo nº 18

por Nuna y @Jeannelok

So Yeon cogió el teléfono a la primera llamada, mientras tomaba aire para no ponerse a gritar como la última vez por si se volvía a tratar de otra persona. Sin embargo, enseguida reconoció la voz que le hablaba al otro lado y frunció el ceño.

-Te parecerá bonito, ¿verdad? ¡No sabes lo preocupada que he estado! Eres un irresponsable… acepto que te dejases el móvil, ¿no podrías haberme llamado desde cualquier otro teléfono, como ahora? O qué pasa, ¿has recordado mi número mágicamente y de repente? ¿Te visó tu colega de que te había llamado trescientas mil veces, o qué?-calló, para tomar aire y respirar. Él todavía tardó unos segundos para responder, pero se decidió a hacerlo justo cuando ella volvía a abrir la boca de nuevo.

-Lo siento, So Yeon. Tienes razón. Simplemente me despisté, ha sido mucho trabajo y todo fue muy deprisa. Lo siento muchísimo.

-…Eres un idiota.-le era imposible enfadarse demasiado con él si se mostraba tan compungido. Era un malvado que sabía cómo controlar totalmente sus sentimientos.

-Lo soy. De verdad que lo siento. Sé que estás muy enfadada…

-Espero que me traigas un buen regalo.

-Mmm… ¡lo haré!

-¿Cuándo vuelves?

-No estoy segura pero eh… el equip…unos amigos quieren celebrar una fiesta por mi cumpleaños, vendrás, ¿verdad?

-¿Amigos, tú? ¿Me los vas a presentar, en serio? ¡Increíble! Siempre has sido tan misterioso con todo lo que es respecto a ti, incluso ante esta amiga de infancia…

-Lo sie…

-¡¡Para ya!! No es normal que te disculpes tanto. Iré, ¡iré! Falta alrededor de un mes para el dieciséis de octubre, pero ya me dirás cuándo lo celebras seguro.

-Por supuesto.

-Seungho…

-Dime, So Yeon.

-Tengo ganas de verte.-y colgó. No iba a darle el gusto de responderle a eso. Pero de verdad quería verle. Estaba pasando por demasiadas emociones últimamente, y aunque no fuera a explicárselas porque se sentía, en parte, avergonzada, sabía que verle la tranquilizaría.

Se mordió el labio inferior. Se sentía con fuerzas para ir por la tarde a ver al jinete.

***

Shin Min Ah se recogió el cabello en una coleta, mientras No Min Woo se ataba bien los zapatos. Habían avisado a los «espectadores» de que estaban algo oxidados, así que antes de comenzar con las clases iban a calentar. Se pusieron uno en frente del otro y se sonrieron.

-Perdóname, cariño.

-Tú a mí, querida. Intentaré no hacerte daño.-a pesar de las palabras, en sí bastante dulces ante la situación, había algo en el tono de voz de ambos que no encajaba con ellas.

-¡Allá voy!-la mujer se movió hacia adelante, con los puños en alto. Golpeó y su marido lo esquivó fácilmente. Repitió la operación un par de veces, dio un par de patadas y cuando alzó nuevamente el puño, Min Woo la agarró por éste y la obligó a dar una vuelta en el aire sin soltarle el brazo. Ella rodó sobre el suelo y se levantó grácilmente.

Los demás miraban en silencio, comenzando a olvidar que aquello era solo un entrenamiento cuando ambos cuerpos comenzaron a lanzarse el uno sobre el otro, golpeándose sin piedad. Quien los viera, dudaría de que se trataba de un matrimonio bien avenido.

En un momento dado Min Ah utilizó su poder para ser más veloz, golpeó el estómago de Min Woo, y cuando éste se estaba retorciendo se subió a su espalda y… se detuvo.

-He ganado.-y le besó la cabeza al hombre.

-¿Estaban entrenando?-le musitó Joon a Mir. Él tragó saliva y se encogió de hombros.

-Dado que algunos de vosotros todavía no estáis recuperados del todo, no os sobre esforcéis porque es importante que estéis totalmente saludables cuando llegue el momento de la verdad. Sin embargo, tendréis que aprender a seguirnos el ritmo. Sabemos que sois lo mejor de lo mejor entre los agentes especiales, así que dudamos que os cueste. Más que nada intentaremos enseñaros puntos flacos de los inmortales, con la ayuda de los dos muchachos nuevos, y a las gumihos a usar vuestro poder plenamente, pero sin quedaros otra vez inconscientes en el camino. No seremos blandos, porque no somos críos y la situación es seria.

-De todos modos, sabremos que no tendréis quejas, porque si habéis llegado hasta aquí es porque estáis acostumbrados a dar vuestro mayor esfuerzo. Sois un equipo de élite.

-Por suerte, o desgracia, ya os habéis enfrentado a inmortales pero… a pesar de que hubiera uno especialmente violento, esos eran críos, adolescentes alocados, poco conocedores de su propia fuerza. A partir de ahora, os encontraréis con mecreteces, o con expertos… ¿estáis preparados?

Nadie dijo nada. Seung Min se levantó y se acercó a ellos.

-Me gustaría aprender más. Aprender a pelear mejor, y si por algún asomo, queda un ápice de poder mágico en mí, aprender a utilizarlo. Nunca le he dado la espalda a un enfrentamiento ni lo he perdido, así que no voy a comenzar ahora.

-Pareces muy segura de ti misma.-sonrió Min Ah.

-Tengo que estarlo.-respondió ella.

***

Lo último que necesitaba era una reunión urgente. Lo último. Aquellos maltitos c*brones podían salirle por cualquier lado, y se imaginaba que debian estar realmente enfadados, y sobre todo con él, que no había sido capaz de encontrar ninguna pista útil en la antigua cárcel.

Aunque claro, había mucha diferencia entre no encontrarla y que ésta no existiera. Tampoco es que ellos conocieran la expresión “no pedirle peras al olmo”, porque maldito lo que les importaba de qué tipo fuera el árbol siempre que diera los frutos que esperaban.

Y lamentablemente para él, las investigaciones no habían dado ningún fruto. Bueno sí, signos de lucha evidentes, aunque que allí había tenido lugar una pelea importante era ya de esperar, incluso sin haber entrado a investigar.

Y él lo hizo, cuando se aseguró de que el lugar no estaba vigilado. Los había llegado a ver. Furgonetas negras de lunas tintadas, gente uniformada con batas blancas (esos sin duda fueron los que se llevaron los datos de la investigación, suerte que la mayoría de los resultados concluyentes habían sido enviados a los peces gordos), aparatos de medición que quién sabe para qué servirían… Lo limpiaron todo en un segundo y se largaron sin más. Suponía que eran humanos, pero no eran humanos convencionales. Ningún humano concencional habría durado medio minuto contra uno de los suyos… pero estos sabían lo que se hacían.

Cuando entró al edificio, temeroso de que aún hubiera alguno de ellos allí, y escabulléndose en la oscuridad, encontró lo que encontró, o sea, nada. Signos de lucha, sangre probablemente humana y en abundancia (algunos de ellos recibieron lo suyo), ni rastro de cadáveres, y todas las malditas mujeres desaparecidas. Igual que los suyos. Si estaban vivos, habían huído, aunque ninguno de ellos había vuelto para contar lo que había pasado; si estaban muertos, se habían llevado los cadáveres. Y a ellas también.

Pero ahora estaba a punto de entrar en una reunión, en la que se suponía que tenía que dar una explicación de lo que había pasado y él sólo tenía algunas muestras de sangre que había recogido aquí y allá, para comprobar que fuera ADN humano.

Estaba realmente j*dido.

Cuando entró a la sala, allí estaban ellos, los de siempre, trajeados e impolutos, con el mismo rostro sombrío de siempre. Ellos no cambiaban nunca de expresión, así que, no era capaz de saber hasta qué punto estaban enfadados, ni por tanto, hasta qué punto peligraba su cuello.

– Siéntate – dijo uno de ellos.

Hizo lo que le decían. Siempre lo hacían. El que le había hablado lo miraba con un interrogante en los ojos.

– ¿Y bien?

– Humanos – contestó -. Pero no humanos cualquiera. Bien organizados, y muy bien entrenados si derrotaron a sólo uno de los nuestros. Fue un ataque planeado, debieron piratear el sistema de vigilancia y atacar por sorpresa, esa es la única forma en que hubieran podido…

– Todo eso ya lo habíamos imaginado. ¿Sabes quiénes son?

– No dejaron pistas sobre su identidad. Ese tipo de personas no va presentándose con tarjeta de visita. Pero tienen medios… vi algunos agujeros de bala y son armas de profesionales –. Maldijo todo lo que se le ocurrió al ver sus caras de decepción. ¿Es que esperaban nombres y apellidos?

– Entonces, ¿qué se supone que debemos hacer?

– No creo que haya mucha gente que cumpla todas las características – respondió, intentando ganar tiempo para pensar en una respuesta que pudiera satisfacerles.

– Sí. El gobierno. Tus conclusiones coinciden con las de nuestros investigadores – murmuró otro de los jefazos -. Esperábamos que tú nos lo confirmaras, y así ha sido.

Los tres tíos se miraron preocupados, mientras él suspiraba en silencio.

– ¿Qué debo hacer a partir de ahora? – preguntó, sumisamente.

Uno de los hombres abrió un cajón del archivador que había a su lado y extrajo un dosier.

– Es una organización militar de élite dependiente del gobierno llamada GOSE. Ha sido muy complicado encontrarles, y hemos tenido que mover hasta al último de nuestros contactos para acceder a una parte de la información sobre ellos, aquí tienes algunos nombres del equipo. No hay muchas fotos, pero esperamos conseguir más.

Agarró la carpeta evitando soltar algún sarcasmo. ¿Le habían enviado a investigar algo a lo que sólo moviendo sus hilos ellos habían podido acceder? ¿Y qué esperaban que averiguara entonces? Si por lo menos le hubieran dado esa carpeta antes, no habría perdido el tiempo.

Abrió la carpeta distraídamente, fingiendo interés en los datos, mientras pensaba en lo absolutamente arcaicos que eran esos tíos. Demasiado rígidos, demasiado anquilosados. No sabían ni encender un ordenador porque estaban atrapados en el pasado y se regían por las antiguas normas, pero ellos tomaban las decisiones. ¿Es que no había término medio entre las antiguayas y los idiotas que se habían dejado sorprender como ratas?

Salió de aquella habitación con ganas de hacerles comer el dossier, pero sabiendo que tenía que investigarlo a fondo si no quería cabrearles. Le había parecido ver algunos nombres y la dirección de su cuartel general. Conocer al enemigo estaba muy bien, y quizás las antiguayas habrían empezado por su organización, sus fuentes de financiación, sus medios, sus tácticas de lucha… todo eso eran tonterías. Al enemigo había que conocerlo más intimamente. La gente siempre se mostraba mucho más predispuesta a escuchar si le mencionabas a su familia que si le mencionabas su trabajo.

***

Cuando terminaron el entrenamiento, Mir parecía medianamente feliz. Sus costillas ya estaban recuperadas, y aunque los demás habían intentado oponerse a que se uniera ya al entrenamiento, finalmente le habían dejado participar con lo más básico.

Tenía el cuerpo algo resentido, pero se había adaptado con rapidez.

-¡¡Mir!!-pronto apareció Sun Nyu a su lado, con las mejillas sonrojadas y visiblemente alegre por los avances de aquel día. A ella también le habían intentado prohibir que usara su poder, pero finalmente Min Ah le había estado enseñando a utilizarlo sin forzarlo tanto como las últimas veces, para evitar caer desmayada nuevamente.

-Sigo pensando que…

-Y yo pienso lo mismo respecto a ti-le cortó la gumiho antes de dejarle terminar la frase-, pero como ninguno hace caso al otro, mejor dejarlo estar.

-¡Pero es diferente! Este es mi trabajo.

-Y es mi vida. No me estoy metiendo en una batalla de desconocidos, lo que está en juego es mi propia existencia, ¿de verdad pretendes, pretendéis, que tanto Soo Min como yo nos sentemos a observar cómo nos salváis?-no podía responder a eso. Ella tenía razón. Estaban en su total derecho, al fin y al cabo, más que nadie.

-Pero no soportaría que volviera a pasarte algo…-se detuvo en seco, ¿qué narices acababa de decir su boca?

-No va a pasarme nada-sonrió ella, sin darle tanta importancia como él. De repente se le puso delante y le agarró las manos con dulzura, alzándolas ante sus cuerpos-. Estamos todos juntos en esto, ¿por qué debería sucederme nada? Mir, no debemos ir con miedo. Sea lo que sea que suceda, saldremos victoriosos. Están en juego todas las gumihos, y los inmortales que no desean seguir haciendo lo que les han establecido hacer.

-Pero su determinación será tan férrea como la nuestra, ¡ya viste qué hubiera pasado si no llegas a aparecer!

-Pero ahora somos más, estaremos mejor capacitados y tendremos dos infiltrados que nos ayudarán.

-Eso si no nos traicionan…

-No lo harán.

-¿¡Cómo lo sabes!?-apretó más sus manos y se encogió de hombros.

-Simplemente lo sé. Mir, oye… ¿sabes qué? ¡Me apetece un helado! Aunque es septiembre todavía hace bastante calor, ¿no?-se quedó descolocado ante ese radical cambio de tema y dudó qué responder. Sun Nyu soltó una de sus manos, pero tiró de la otra para hacerle avanzar- Llevamos demasiado tiempo dentro del cuartel. He pedido permiso a Mastermind para sacarte a que te dé un poco el aire. No te preocupes, seremos cuidadosos y solo será un rato.

-Nadie te ha pedido nada, Sun Nyu.-esta vez fue ella quien frenó en seco y le soltó la mano. El chico se percató de que había sido demasiado duro con ella, pero no sabía cómo disculparse ante el ambiente cargado que fue creándose alrededor de ambos.

-¿Sabes, Mir? Hasta ahora había vivido una vida de soledad. Con mi… bueno, sola. Pasé de eso a de repente conocer una sociedad que se dedicaba a enfrentarse a los inmortales y proteger a las gumihos. En realidad hasta prácticamente entonces no había sabido de ellos, solo que existía gente peligrosa de la cual debía huir y por lo tanto, esconderme. Vivir escondida, observando la humanidad de lejos. A veces me integraba, escuchaba las risas de la gente, paseaba, acariciaba los edificios, miraba escaparates y me imaginaba otra vida. El caso es que… os conocí. De repente, todo eso dio un vuelco. Volvía a estar escondida, pero nuevas experiencias se abrieron ante mis ojos. Personas a mi alrededor que me hablaban, me explicaban cosas, me sonreían. Yo nunca imaginé… algo así… ¿de verdad me está permitido?-sus hombros comenzaron a sacudirse. Mir alzó el brazo y lo volvió a bajar antes de posarlo ante ella, guardando ambas manos en los bolsillos del pantalón, azorado- Pero sobre todo, Mir, sobre todo… te conocí a ti. Fuiste lo primero que conocí de este nuevo mundo. Desde la primera vez, ni tu tacto ni tu voz se han separado de mí. Tu voz está grabada a fuego en mi mente, y mi retina tiene tu rostro totalmente memorizado. Nunca he intentado ocultarlo, y estoy segura de que tú y todos os habéis dado cuenta de que me gustas desde el principio.

-Eh…bueno…-sí, ¡y tanto que lo sabía! No era un especialista en mujeres ni mucho menos, pero hasta él podía percatarse de algo tan evidente.

-Pues bien, Mir. No, no me gustas. Te quiero, estoy enamorada. Nunca lo había vivido, no conocía otras personas pero yo… aprendí a leer y… bueno, conseguía libros. Y leía, y hablaban de amor, de ese sentimiento que siempre pensé que para alguien como yo, estaba totalmente vetado. Apareciste como una bocanada de aire fresco que me hizo despertar. Por eso… está bien. Voy a aceptar que me trates así, porque sé por qué lo haces. Estás avergonzado, no sabes cómo tratarme así que respondes como un niño pequeño, ¿pero te has dado cuenta, Mir? Últimamente, aunque yo te vaya a buscar o no, siempre acabas estando a mi lado. Tú también me sigues.

-No estarás pensando en decir que…

-Sí. Aunque sea un poco, también he comenzado a gustarte-alzó el rostro, todavía enrojecidos por las lágrimas desaparecidas. Estaba desafiante y segura de sí misma. A Mir le dio un vuelco el corazón. Aquella imagen de Sun Nyu no era nada habitual-. Pero lograré ir más allá, y finalmente algún día yo también seré una bocanada de aire para ti.

***

Seung Min estaba sola dándole de leches al saco cuando Joon entró al gimnasio buscándola. La observó mientras golpeaba incansablemente, con furia, y al ver que corría el riesgo de arrancarlo del techo, la llamó por su nombre para hacerse notar.

Seung Min se acercó a él mientras se quitaba los guantes con los dientes.

– ¿Desfogando?

– No quieras saberlo – dijo ella pasando por su lado y sentándose en el banco que había junto a la pared. Jadeaba con fuerza.

Joon se agachó frente a ella.

– Tu hermana ya lo sabe todo, se os ve estupendamente juntas… ¿por qué tanta energía negativa liberándose contra el pobre trasto? – bromeó, señalando el saco con el pulgar.

– Era todo mejor cuando ella no sabía nada. O cuando fingía que no lo hacía. Ahora dice que quiere pelear. ¿Sabes? ¡Pelear! Vale, tiene la fuerza y seguro que algún poder oculto, pero no sabe utilizarlos. ¿Cómo es que quiere pelear? Y no hay forma de convencerla de lo contrario.

– Está yendo a las sesiones de entrenamiento de Min Woo Y Min Ah…

– Claro, como si eso fuera suficiente – protestó ella -. Vosotros estáis mil veces mejor entrenados y salísteis vivos por los pelos contra los más débiles. Seungho y Armaggedon lucharon contra los fuertes… y ya viste que les destrozaron. A veces las cosas dependen más de la habilidad que de la fuerza, pero cuando las fuerzas son tan desiguales…

– Bueno, Seung Min, siento llevarte la contraria y todo eso… pero de todos nosotros, lo más posible es que sólo tu hermana y Sun Nyu salieran con vida si volviéramos a encontrarnos con esos tíos.

– No lo entiendes – suspiró ella, sacudiendo la cabeza.

Joon sonrió.

– Más de lo que te imaginas, Seung Min…

– No, no lo entiendes. No puedo dejarla luchar. Ella es… ella es…

– A tu madre la pillaron desprevenida y sola, Seung Min – la interrumpió el chico -. Soo Min está alertada, y desde luego no está sola. Puede que nosotros no seamos de gran ayuda si la cosa se pone fea, porque no somos tan fuertes como ellos, pero tenemos a Sun Nyu que es espectacular. Y ahora también tenemos a la pareja Min.

– Quizás tengas razón – Seung Min bajó la cabeza, pensativa.

Joon levantó la mano para apartar de su cara el mechón de pelo que se le había soltado de la cola de caballo.

– La tengo y lo sabes. Además, ya estamos todos metidos en esto, y vosotras dos lo estábais desde siempre, sólo que ahora la guerra es un poco más abierta, pero antes o después, habríais tenido que dejar de esconderos y salir a luchar. Si no por la causa de los llamados neutrales, por vuestra propia vida. Y no estáis solas.

Seung Min levantó la cabeza y observó a Joon con una sonrisa triste.

– ¿Sabes? Eres lo más parecido a un amigo que he tenido en mi vida, y no estoy nada acostumbrada. Supongo que tendré que agradecerte que estés siempre cerca cuando estoy a punto de perder los nervios… y supongo que tendré que dejar de guardarte rencor por haberme metido y arrinconado en aquella sala de interrogatorios.

Joon soltó una carcajada.

– ¡Pensaba que eso ya estaba olvidado!

– ¡Pensaste mal!

Riendo, Seung Min lo empujó para que cayera hacia atrás, pero Joon agarró instintivamente su mano para sujetarse, con lo que sólo consiguió arrastrarla con él al suelo. Cayeron estrepitosamente la una sobre el otro muertos de la risa.

– ¡Auch! – se quejó Joon.

– ¿La rodilla? – preguntó Seung Min incorporándose alarmada.

– No exactamente… ¡Auch!

Seung Min miró hacia abajo, y entonces lo comprendió. Una de sus rodillas estaba enterrada entre las piernas de él, presionando cierta parte blanda, y probablemente había caído sobre ella unos segundos antes golpeándola.

Se levantó de encima de él y se tendió a su lado, sin saber qué hacer. En cuanto lo hizo, el chico se encogió sobre sí mismo con un gesto de dolor.

– ¿Cómo puedo ayudarte? – dijo ella -. ¿Qué hago?

– Si te pidiera un masaje me matarías, supongo… – bromeó él con voz entrecortada.

– No seas imbécil. ¡Dime qué hago!

– Se me pasará… en serio, no ha sido tan… tan grave… solo un golpe…

– Vamos, te llevaré a tu habitación – dijo la chica, levantándose y levantándolo a él con facilidad -. Y por el camino buscaremos una bolsa de hielo. ¿Es hielo lo que os ponéis en estos casos?

– Jod*r, Seung Min, tú has visto muchas pelis. Tendría que tenerlas como melones para dejarme poner hielo ahí, ¿sabes? Simplemente se me pasará, no ha sido para tanto.

– Está bien, está bien, déjame ayudarte a llegar a tu cuarto al menos.

– Lo del masaje sigue sin ser una opción, ¿no?

Seung Min le propinó un capón.

– No me obligues a aplicarte un tratamiento de choque – dijo, mientras pasaba su brazo por encima de sus hombros y empezaba a caminar.

– Supongo que no hablamos de choque de cuerpos, ¿verdad?

– De choque, Joon. Te puedo romper el brazo y hacer que el dolor que tienes ahí abajo no sea nada comparado con el que te haga sentir. Así que no sigas diciendo estupideces.

– Eso piénsalo antes la próxima vez que te apetezca romperme las pelotas, agente Seung Min. Mis futuros hijos te lo agradecerían. Supongo que preferirían nacer de un padre manco antes que no nacer nunca.

Sus risas se perdieron en el pasillo mientras abandonaban el centro de entrenamiento.

***

G.O miró a ambos lados del aparcamiento hasta que encontró el coche que le gustaba conducir. Una de las cosas buenas de ser agente especial era que el gobierno te dejaba conducir coches buenos, rápidos y caros. Pulsó el botón del mando a distancia, y los cuatro intermitentes parpadearon con el doble beep sonoro.

Iba a abrir la puerta del conductor cuando alguien puso una mano en su hombro. Se dio la vuelta y se encontró con Thunder. Mier*a, había estado intentando evitarlo y seguro que era totalmente evidente. No sólo para él, jo*er, algunos miembros del equipo los observaban cuando pensaban que no se daban cuenta porque a todas luces se notaba que algo había pasado entre ellos. ¿Era Thunder idiota o qué?

– Eh, colega – dijo el chico -. No me digas que te vas de juerga sin mí.

Su tono era el mismo de siempre, y G.O no entendía cómo era posible que no se sintiera incómodo o afectado por lo que había pasado entre ellos.

– No te ofendas tío, en serio, pero durante un tiempo me gustaría salir solo, ¿vale?

Se dio la vuelta y tiró de la maneta de la puerta, pero Thunder la empujó de nuevo cerrándola.

– No te ofendas tío – le imitó, pero esta esta vez su tono era más serio -. Pero te estás comportando como un gilipollas y estás haciendo una montaña de un grando de arena. Fue un puñetero accidente, y me tratas como si fuera una ramera barata desde entonces. Yo tampoco quería que ocurriera, ¿sabes? Pero tu actitud me hace sentir como si te hubiera violado o algo por el estilo.

G.O. se apoyó en el coche y bajó la cabeza.

– Lo siento, no sabía que te sentías así.

– Claro, no eres capaz de ver más allá de ti mismo, eso me está quedando claro últimamente.

Por primera vez desde que ocurrió aquello, G.O. tuvo el valor de mirarlo de frente.

– Escucha, tienes razón. Toda la razón. Estoy dándole demasiada importancia, pero créeme, es que no puedo evitarlo. De verdad me gustaría poder tomármelo como tú, pero el caso es que no puedo… Quizás, quizás a ti te es más fácil porque estás acostumbrado a cosas fuertes, pero… – mier*a, no sabía cómo hacérselo entender.

La risa de Thunder rompió el silencio de la noche.

– ¿Cosas fuertes? – otra carcajada salió de su boca -. ¡Cosas fuertes! Lo dices como si fuera una especie de pervertido o algo. Creo que deberíamos dejar esta conversación antes de que ambos digamos alguna estupidez. Pero por lo que yo he visto últimamente, también te encantan esas cosas fuertes.

– Lo que no incluye morrearme con mi compañero – soltó G.O. con rencor -. Eso es más fuerte de lo que mi curiosidad puede soportar.

La cara de Thunder se torció en una sonrisa fingida.

– Curiosidad… vale. Pensaba que te divertías, pero sólo estabas experimentando… Bien, estabas en tu derecho. Lástima que el experimento se te fuera de las manos. Deberías hablar con Insanity para que te diga qué diablos hace cuando se le va la mano y le explota la probeta en su virginal cara. A veces eres tan cuadriculado como él…

G.O. se incorporó levantándose del coche. Thunder lo estaba empezando a cabrear en serio.
– Escúcha, solo te pido un poco de tiempo… para acostumbrarme y eso, así que no sigas por ahí porque no acabaremos bien.

– No me j*das, G.O. ¿Acostumbrarte a qué? ¡No pasó nada! ¡No tuvo importancia para ninguno de los dos! Es que no entiendo por qué te estás machacando tanto con esta tontería.

– En serio, déjame en paz o me pondré violento. Sé que no entiendes cómo me siento, pero por lo menos respétalo.

– Oh… sí. Te respeto. Mucho, ¿sabes? Te respeto tanto, que te voy a hacer el favor de tu vida. Te voy a dar motivos para sentir toda esa mier*a que dices que sientes.

Antes de que G.O. pudiera evitarlo, Thunder se aferró a sus mejillas con ambas manos y le estampó un beso en toda la boca. Lo soltó con furia y lo miró desafiante.

– Ahora ya te puedes sentir ultrajado. Y ahora ya tienes motivos para mantenerte a distancia del pervertido de tu amigo.

Los ojos de Thunder echaban chispas, y G.O. estaba simplemente impávido. No reaccionaba. Thunder esperó unos segundos durante los cuales el estallido de rabia comenzó a disminuir. Ladeó un poco la cabeza para poder verle mejor en la oscuridad.
Lo siguiente que supo era que estaba sentado en el suelo y que le dolía la mandíbula. El muy c*brón le había dado un puñetazo. Se llevó la mano al labio partido y sintió el sabor de la sangre en su boca.

– Maldito hij* de p*ta – dijo G.O., antes de subir al coche, arrancar, y salir chillando ruedas como un loco.

Listado de capítulos

8 respuestas a “비밀” Bimil – secreto. Capítulo nº 18

  1. Makino dijo:

    Ohhhh… ¡que buen capi! Me encanta la aparición de la pareja MinAh/MinWoo son demasiado monosos, las disculpas post lucha me parecieron muy dulces.
    HAHA, adoré la reunion de Joon y la agente. las barreras que habían entre ellos, Joon se encargó de derribarlas y ahora juegan, hacen bromas, así es como yo pienso que debe ser el amor… enamorarte de tu mejor amigo…
    Pa’ rematar el final, QUÉ SERÍA DE LA VIDA SIN UN POCO DE YAOI… VIVA EL FANSERVICE.. jajajaja…

  2. ¡¡Al fin salio!! -fangirling mode ON- Estoy demasiado enganchada a este fic,de verdad XD Buah, tampoco a sido tan larga la espera (ahora a volver esperar hasta la semana que viene ;3;) pero en serio que tenia ganas de leerlo~~Solo voy a decir una cosa y es por mis gustos y por que en fin…Thunder no mancilles los labios de G.O ¬¬ (es mi bias XD) Y dejando mi parte de asesina en serie a un lado -pasa un tupido velo- tengo ganas de ver más cosas de la parejita de Joon con Seung Min(soy fan,jejeje) X3 Pues a esperar el siquiente cap,muchas gracias por vuestro trabajo!!

  3. Sandy dijo:

    Ahhhh el capi de hoy me gusto mucho, ya habia dicho antes q me gustan los fanfic rosas jejeje y rlde hoy me encanto…me gusto muco la ternuita de mir tratando de negar lo q ya sabe y joon ahhh x algo es mi favorito vamos a ver cuanto dura la agente sin darle lo q el quiere( me refiero al masaje solamante x supuesto jejjej), falti seung jo…desde q desperto no h ablafo con la gummy???..en fin y xa remata go jajjaja como me rio con esta pareja en serio, aunq es la primera vez q leo de parwja a yaoi keje, en fin chikas una vez mas el cap qdo genial y en mi pais aun es miercoles jejeje…

  4. Alusiana dijo:

    Toma beso^^….. jejejejeje…. el amor está a flor de piel^^

  5. ARI8 dijo:

    Genial el capítulo nenas, me encantó.
    La confesión de Sun Nyu, fantástica, porque lo dejó fuera de juego, la relación de Joon y Soo Min, va viento en popa y con punto gracioso y finalmente, lo de Thunder y GO, lo siento, pero para partirse la caja. Qué grande Thunder, por Dios XDDDDDDDDDDDDD

  6. fullvcia dijo:

    jajjaja..¡¡qué genial!!..Sun Nyu…¡¡¡es total!!…¡¡me encanta!!…Ahhh..¡¡cómo me ha gustado este capítulo…aquí aún mucha miga que repartir y muchas historia que contar..¿qué pasará en el cumpleaños?…se llevará al jinete como acompañante..»tu me enseñas tus amigos, yo te enseño al mío»…Thunder y GO…¡¡¡que pareja!!!…veremos como acaban estos dos…Me ha gustado chicas….

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.