“비밀” Bimil – secreto. Capítulo nº 14

por Nuna y @Jeannelok

– Casi terminan con nuestra unidad – se quejó Mir.

Los pocos hombres que quedaban en pie de la misma, Thunder, Cyber, Insanity y Mir, estaban reunidos con el Jefe para intercambiar información y datos después del incidente.

– No podemos tolerar que la información se nos escape de las manos – siguió diciendo el chico -. Tenemos que interrogar a esos dos tíos. No tienen derecho a impedirlo. No fueron ellos quienes los sacaron de allí, fuímos… fueron ellos…

– Tenemos la información que necesitamos – concluyó el Jefe -. Un laboratorio, eso es lo que era aquello, un laboratorio de pruebas donde las chicas eran tratadas como cobayas. Los detalles los tiene Insanity.

– Sí, y también las muestras de lo que estaban haciendo – dijo el aludido -. A primera vista me parece que estaban intentando cruzar sus dos razas… espero que, como todo indica, no llegaran a hacerlo en el sentido físico de la cosa…

– ¿Estaban intentando fabricar su propia profecía o algo así? – preguntó Mir.

– Eso parece. Aunque creo que andaban haciendo pruebas más allá de eso. También tengo varios cadáveres de esos tíos para analizar, y muchas preguntas científicas por resolver… sobre todo, qué narices pasó con aquella gumiho que murió.

– ¿A qué te refieres? – volvió a preguntar Mir.

– Desapareció, tío – respondió el científico – murió, y después desapareció en medio de otra de esas luces brillantes que ellas emiten. Y quiero saber por qué clase de fenómeno ocurrió eso.

– Cuando ellas mueren, desaparecen – apuntó el Jefe -. Es posible que por eso no encontrárais rastro alguno del cadáver de la primera víctima, la madre de Soo Min.

– Entonces, ¿ella está muerta?

– Muy probablemente.

Todos quedaron unos momentos en silencio.

– Seung Min… ella… supongo que lo sabe – dijo Cyber en voz baja.

– La agente Seung Min es consciente de ello desde el momento en que llegó a la primera escena del crímen y vio lo que había sucedido – declaró Mastermind -. Sin embargo, es una mujer muy fuerte, y ha preferido enfocar sus energías en agarrar a los culpables y cuidar de su hermana superviviente.

¿Había orgullo en su voz?

– Volviendo a esos dos tipos que se nos unieron en el último momento, ¿por qué no podemos interrogarlos? – preguntó CyberDanger.

– Porque son desertores… creo que estaban enamorados de algunas de las chicas… y las chicas de ellos. Quizás, sin saberlo, estaban más próximos a conseguir su objetivo de lo que pensaban – explicó el Jefe -. Ahora mismo están recuperándose bajo estrictas medidas de seguridad. Todo lo que puedan contarnos es muy valioso, y ellos también lo saben… Si supieran que estan vivos, tratarían de encontrarlos y eliminarlos.

– No me explico cómo no murieron cuando Sun Nyu hizo… lo que quiera que hiciera – murmuró Mir -. A los otros dos los dejó fritos – añadió, con un leve rastro de orgullo en la voz.

– Según he sabido, uno de ellos se cubrió al ver lo que ella iba a hacer, y el otro, el que casi se muere, había quedado debajo de una de las mesas de aluminio, la luz no le tocó demasiado, pero dicen que tiene quemaduras en las partes donde la piel no estaba cubierta… Si se salvaron… fue por pura casualidad.

– Por fin un golpe de suerte… – dijo Cyber.

– Ellos me han dicho que compartirán toda la información. Cuando esos dos tipos se recuperen y puedan hablar, les interrogarán, y nos enviarán toda la información disponible.

– ¿Y las chicas? – preguntó Insanity -. Estaría bien monitorizar su recuperación, saber qué les hicieron, ver realmente sus capacidades… no creo que Sun Nyu vuelva a dejarme…

Su perorata fue interrumpida por el sonido del puñetazo de Mir sobre la mesa.

– Si vuelves a acercarte a ella, te mataré, ¿entendido?

– Es necesario investigar más. Ellas pueden ayudarnos – se defendió el científico.

– Deja en paz a Sun Nyu. Ella ha salvado la vida de nuestra unidad, de todos. Si el líder aún respira, es gracias a ella, y lo mismo ocurre con Armaggedon. Si ella no hubiera llegado, los demás habrían vuelto ahí dentro para ayudarles, y esos animales los habrían matado uno a uno. ¿No conoces el significado de la palabra agradecimiento? ¡Deja en paz a Sun Nyu!

– Te prefería antes, cuando gastabas bromas raras y eras poco profundo – murmuró Insanity resignado.

Mir se levantó e intentó acercarse a Insanity con la peor de las intenciones, pero CyberDanger se lo impidió interponiéndose entre él y el científico.

– Tranquilo, amigo – dijo -. Estás siendo demasiado susceptible en lo que se refiere a Sun Nyu. Ya sabías cuáles son los puntos de vista de Insanity… ¿por qué te alteras tanto?

Mir miró en silencio hacia otra parte. Sun Nyu… antes era una pesada que no lo dejaba vivir con sus constantes atenciones… ahora se había convertido en la heroína de la unidad.

– Ella… ella es una más de nosotros – musitó.

– Estamos todos muy nerviosos – intervino el Jefe -. Ha sido una experiencia muy difícil para todos, y los ánimos están muy caldeados ahora mismo, con dos de los nuestros luchando por su vida. Primero nos ocuparemos de ellos, y después seguiremos con todo esto. Id a descansar.

Y con esas palabras, dio por terminada la pequeña reunión.

– Me voy a ver cómo sigue Armaggedon – dijo CyberDanger dirigiéndose a la puerta -. Creo que van a tener que extirparle el bazo para salvarle la vida.

– Te acompaño – dijo Mir -. Quiero saber cómo están los demás también. Y el líder.

***

– ¿Cuánto tiempo llevan ahí dentro ? – preguntó Seung Min, cuando llegó a la pequeña sala de espera que había junto al quirófano donde habían llevado a Seungho.

Soo Min, que estaba sentada en una de las sillas se levantó rápidamente al escuchar su voz.

– Me has asustado…

– Estabas muy absorta. ¿Cuánto tiempo llevan ahí con él?

– No sé… horas – respondió la chica, elevando su mirada hacia la luz que indicaba que el quirófano estaba en uso.

– ¿Y has estado aquí todo el tiempo?

– Sí, desde que me enteré. Los demás también estuvieron. Se fueron hace un rato a una reunión con su jefe. No creo que tarden en volver. Todo el mundo está preocupado por él.

Soo Min la miró de nuevo, y esta vez se fijó en sus arañazos y en el brazo herido.

– ¿Estás bien?- preguntó, con urgencia.

– Sí. Sólo me lo disloqué – respondió Seung Min elevando el codo -. Cuando baje la inflamación y pase el dolor, estaré como nueva.

– ¿Cómo es posible que ellos estén tan heridos y tú…?

– Sé cuidarme bien – la interrumpió. Debía salir de ahí. No podía dejar que su hermana continuara con ese hilo de pensamientos -. Voy a ver cómo siguen los demás. Si tienes noticias nuevas de Seungho, no dejes de avisarnos, ¿vale?

***

Mir, Thunder y CyberDanger entraron al despacho del médico jefe. Le vieron caminando por el pasillo, y al leer su nombre y su puesto en su tarjeta de identificación, lo acosaron tanto, que tuvo que improvisar una pequeña reunión con ellos.

– Háblenos en cristiano, ¿entiende, doc? – solicitó Mir -. No nos largue una serie de tecnicismos médicos que no podamos entender. Queremos saber cómo están nuestros compañeros.

El médico suspiró:

– La situación, explicada de modo breve, es la siguiente…

“Agente Seung Min… luxación de codo, algunos golpes y hematomas. Nada más. Ha sido dada de alta después de recolocarle el desplazamiento del cúbito, y no presenta mayor problema de salud”.

“Agente G.O. Su herida es más escandalosa que grave. Ha necesitado bastantes puntos de sutura, pero su vida no está en peligro. La pérdida de sangre no fue lo suficiente como para necesitar una trasfusión. Su estado general es bueno, y sólo necesitamos vigilarle ante una posible infección, y cuidar de las múltiples heridas y contusiones que tiene. Esto último es una constante en todos los demás pacientes”.

“Agente Joon. Creíamos que había lesiones internas, pero las pruebas han arrojado buenos resultados en ese sentido. Estamos pendientes de uno de los golpes que tiene en la cabeza… no queremos accidentes vasculares ni formación de trombos que puedan tener consecuencias más graves, así que, dado que tiene pocas heridas y éstas están cerradas, podemos tratarle con anticoagulantes, aunque debe estar muy quieto. Tiene una fisura en la base de la tibia y otra en la rótula de su pierna derecha. Al margen de eso, golpes, heridas… Se pondrá bien”.

“Agente Armaggedon. Luxación del hombro izquierdo, esguince de tobillo en la pierna derecha, heridas, golpes… sin embargo el problema está en su bazo. Hay que extirparlo. Algo le propinó un golpe muy fuerte en el vientre y se lo rompió. Ahora mismo está en cirugía. Si logramos contener la hemorragia interna y no hay ningún otro problema añadido, se salvará”.

“El caso del agente Seungho… es difícil decir si sobrevivirá. Presenta un cuadro muy complicado con múltiples y graves lesiones. Lo que más nos preocupa en este momento es la herida abierta en su vientre. Están trabajando ahora en ello. Su estado es límite. La pérdida de sangre ha sido severa por varias heridas de su cuerpo. No sólo la del tórax, también está la del brazo, es una fractura abierta… trabajaremos en ella, y con suerte podamos reducirla para que no quede limitado de movimientos. Tiene algunos huesos rotos y algunas costillas fracturadas, así como un neumotórax… Ni siquiera sabíamos por dónde empezar… Está en quirófano, y hasta que no salga de ahí, si es que sale, no podemos avanzar nada”

***

– Ah, eres tú – murmuró Joon cuando reconoció a la persona que acababa de entrar en el cuarto. Seung Min se acercó sin ceremonias y se sentó en el sillón que había junto a su cama -. Me preguntaba dónde estábais todos. Es decir, estoy herido, enfermo, y solo – se detuvo y suspiró -. Debe haber alguien por ahí realmente j*dido si es que no se han pasado por aquí… ¿Seungho o Armaggedon? Ellos dos son los que se quedaron allí…

Ahora fue Seung Min la que suspiró.

– Ambos… – dijo, con desánimo -. Ambos están bastante mal. Armaggedon tiene muchas posibilidades de recuperarse pero…

La mirada de Joon se volvió sombría.

– Sin rodeos, Seung Min… por favor.

– A eso vine… Los médicos dijeron que estabas consciente, y supuse que te estarías preguntando cosas. Lamento tener que decirte que la vida del líder corre serio peligro. Él está… destrozado. Le atravesaron el vientre con algo, no sé el qué… Estaba con Armaggedon cuando ocurrió y Sun Nyu aún no ha despertado.

– ¿La hirieron también?

– No. Pero abusó de su poder…

– ¿Cuánto tardará en volver en sí?

– Ni idea.

De repente el silencio se hizo extraño. Joon miró a la chica y se dió cuenta de que su mirada estaba perdida en algún punto alejado en la pared.

– Seung Min… ¿y tú? ¿Estás bien?

– Sólo tengo esto – respondió, levantando su brazo -. No es nada. Te dije que era fuerte. Aquel día en el gimnasio… pude darte una buena paliza, lo sabes, ¿no?

Ella intentaba sonreír, pero su mirada triste no le pasó desapercibida.

– No me refiero a eso, Seung Min. ¿Estás bien? – repitió.

– Bueno, estás enfermo y ahora necesitas descansar, los médicos dijeron que no debías moverte mucho – se levantó -. Así que, no te molesto más. Recupérate pronto, ¿vale?

Joon la agarró de la muñeca.

– Seung Min, ¿estás bien?

Ella le miró durante unos instantes, con la duda en los ojos, y después se echó pesadamente sobre el asiento.

– No… no estoy bien… cuando vi lo que hacían… cuando pensé lo que podrían hacerle a mi hermana si la atraparan… No estoy bien – sollozó -. No dejo de preguntarme si habrá más sitios como ese, si tendrán a más de esas pobres chicas sometidas a esos mismos experimentos o a otros aún peores… ellas son mi familia de alguna manera… Quisiera matarlos a todos. Siempre he tenido la mente fría, pero esto me supera – las palabras salían como un torrente por su boca, igual que las lágrimas de sus ojos -. Jamás había sentido tanto odio, ni tanta impotencia, Joon. No sé qué hacer… y sé que tengo que hacer algo, que ahí fuera hay más de nosotras corriendo peligro, y que esta guerra ha durado tanto que es muy difícil que acabe algún día… ¿Qué diferencia hay entre los que luchaban hace siglos y nosotros? Nadie consiguió inclinar la balanza. Es todo una sucesión de muertes, sangre y vidas perdidas sin motivo ni sentido… ¡No estoy bien!

– Seung Min… te prometí que tu hermana estaría a salvo. Aquí está a salvo. En cuanto a las demás… Nosotros, este equipo, marcará la diferencia. Encontraremos la forma de solucionarlo.

– Casi nos matan a todos – gimió ella.

– Y hemos salvado algunas vidas.

Seung Min se limpió las lágrimas y se recompuso.

– Tienes razón. No hay que ser pesimistas. Quizás encontremos la forma de arreglarlo todo, de detener todo esto, y quizás quede alguno de nosotros vivo que pueda llevar una vida normal.

***

Mir observó a la chica por encima del hombro de Thunder mientras escuchaba sus palabras.

– … y por eso han traído a un médico de “los otros”. Quisieron llevársela con ellos para cuidarla, pero Mastermind se negó. Él dijo… dijo… que era una de los nuestros y que se quedaría aquí.

Mir sonrió al ver que Mastermind había utilizado su propio argumento para retener a Sun Nyu entre ellos.

– ¿Y qué le pasa exactamente? ¿Por qué no despierta? – preguntó sin dejar de observarla.

– Acabo de hablar con ese médico, dice que está extremadamente agotada, que usó todo su poder y cuando éste fue insuficiente, empleó también su energía vital. Dice que cuando esto ocurre entran en una especie de trance, un sueño reparador muy profundo, hasta que se recuperan. Empleó algunos tecnicismos, pero eso es lo que entendí – respondió Thunder -. Lo importante es que cree que dure lo que dure su sueño, ella se recuperará sin problemas.

– Ajá… me quedaré un rato con ella.

– Estupendo – Thunder le palmeó el hombro -. Yo voy a ver cómo sigue Armaggedon, creo que ya ha salido de quirófano, y después le haré una visita a G.O. Seung Min ha ido a poner al corriente a Joon de la situación… G.O. ha quedado a mi cargo. Después iré a ver si hay nuevas noticias del líder.

– Con el mal genio que tiene G.O… ¿llevas tus esposas? Átalo a la cama antes de hablar con él, o no habrá herida que consiga retenerlo cuando se entere de lo que le han hecho al líder…

Thunder esbozó una sonrisa triste.

– Buena idea…

***

Quería despertar… sabía que estaba profundamente dormida, pero hasta en aquel nivel de inconsciencia, sabía que lo que su mente generaba, los agradables sueños que estaba teniendo, eran sólo un producto de su cerebro. ¿Así que eso era estar latente?

Debía despertar cuanto antes. Armaggedon estaba muy herido, el líder estaba más muerto que vivo… debía despertar, ayudarles. No podían morir…

– Sun Nyu…

La voz de Mir se introdujo en su cabeza. ¿Era real o también era parte del agradable ambiente que había generado su mente?

– Sun Nyu…

Lo escuchó de nuevo. Los agradables paisajes que estaba viendo se plegaron sobre sí mismos… la voz de Mir era un estímulo externo, y estaba entrando en conflicto con el entorno irreal en que se encontraba. Su voz era todavía más placentera que aquellos paisajes idílicos, así que su mente recompuso la situación adaptándose. Su cerebro hizo que las imágenes se esfumaran, y entonces generó la cara del chico. Él estaba allí, delante de ella.

– Sun Nyu, no sé si me escuchas – sí, lo escuchaba claramente, quería escucharlo -. No sé si estás ahí o no… Yo… te mataría en este momento. Juro que te mataría por haberme engañado y por haberte puesto en peligro… estoy muy enfadado – oh, dios, sí, sonaba enfadado -. Pero, al mismo tiempo… Sun Nyu, te estoy tan agradecido… tanto. Les salvaste. Les has salvado, Sun Nyu. No sé cómo haré para pagártelo – no, no espero ningún pago, no, Mir -. Tuve miedo. Cuando te vi llegar en esa camilla, tuve mucho miedo. Sé por qué lo hiciste. Gracias, Sun Nyu. Voy a estar aquí cerca, ¿sabes? Me quedaré por aquí hasta que despiertes. Voy a cuidarte como tú lo hiciste conmigo. Es lo mínimo que puedo hacer. Gracias, Sun Nyu.

La voz dejó de hablar. ¿Estaba Mir a su lado? ¿Estaba con ella? Así debía ser. Los deseos por despertar, por abandonar aquel mundo irreal y poder mirarle a los ojos se multiplicaron por mil. Pero recapacitó… no debía luchar. Debía dejarse llevar. Esa era la mejor manera y la más rápida de volver con Mir y los demás. Decidió abandonarse de nuevo a las nuevas imágenes que su cerebro estaba recreando. Ahora no caminaba sola por preciosos prados ni a través de hermosos riachuelos. Ahora Mir iba junto a ella, y le agarraba la mano con fuerza.

***

Todos estaban reunidos a las puertas del quirófano. Soo Min seguía con la mirada clavada en la luz indicadora, esperando que ésta se apagara de un momento a otro. Mastermind llevaba rato esperando con ella en silencio.

Thunder había llegado después, y G.O. le acompañaba. Se había empeñado en que estaba bien. Podía andar, no tenía heridas significativas, más que la de la espalda, así que no habían encontrado la manera de hacer que se quedara en su habitación. Era extraño verle allí, vestido con la bata típica de hospital, callado y sombrío.

CyberDanger y Mir fueron los siguientes en llegar. Se habían encontrado por los pasillos, y ambos se dirigían al mismo sitio, así que llegaron juntos. Trajeron buenas noticias de Armaggedon, cuya operación había ido fantásticamente y ahora se encontraba en su habitación, inconsciente hasta que pasaran los efectos del anestésico.

Minutos más tarde apareció Seung Min. Tenía profundas ojeras y sus ojos estaban algo hinchados, como si hubiera estado llorando, pero se sentó discretamente sin decir nada justo al lado de Soo Min.

El tiempo pasaba muy lento, pero nadie dijo una sola palabra. No había ganas de entablar conversación. Unos cuarenta minutos después, Soo Min dio un respingo y se puso en pie ahogando un gemido. La luz roja había pasado a ser verde. La operación había terminado. Todos se acercaron hasta las puertas dobles, y segundos más tarde, apareció la camilla con Seungho.

Por lo visto seguía vivo. Salió rodeado de cables, de aparatos que emitían sonidos, y de unos doce médicos y enfermeras. Sus compañeros se acercaron más, pero la camilla no se detuvo y pasó por delante sin detenerse. Uno de los médicos se paró y se volvió hacia ellos.

– ¿Quién está al mando aquí? – preguntó.

Mastermind se adelantó.

– Yo – respondió.

El médico se dirigió a él, pero habló alto para que todos pudieran escucharle.

– La operación ha terminado, y el paciente la ha superado – se escucharon suspiros de alivio -. Pero las próximas horas serán críticas. Queríamos inducirle el coma para favorecer su recuperación, pero no ha hecho falta, porque ya está en ese estado. Su cuerpo ha hecho el trabajo por nosotros. Por ahora eso puede parecer ideal para el cuadro que presenta, pero debería despertar pasado un tiempo, nos preocupa que eso no ocurra. Su respuesta a estímulos es prácticamente nula… aunque la actividad de sus ondas cerebrales nos dan bastante esperanza. Sus órganos internos no parecen haber sufrido daños, pero hemos tenido que intevenir el tubo digestivo y contener las hemorragias. También hemos reducido su fractura, y esperamos que la herida que presenta no nos cause ningún problema; al fin y al cabo, nosotros habríamos tenido que abrirle para operarle. Quiero que conserven la calma… y si saben rezar, diríganse a la iglesia más cercana. Es posible que se salve, pero necesitará toda la ayuda humana o divina que podamos darle.

Después de hacer esa declaración, se marchó sin más, dejándolos a todos petrificados, desanimados y entristecidos.

– Voy con él – dijo Soo Min, abandonando la sala de espera.

Salió corriendo hasta interceptar al médico y desapareció por el pasillo con él.

– Hay esperanza, chicos – murmuró Mastermind -. No está todo decidido. Voy a hacer unas llamadas. Su padre… dios, su padre. Hay que avisarle.

– Jefe… su móvil personal. No ha dejado de sonar. Lo traje, pero no quise responder – dijo CyberDanger, entregándole el objeto -. Es una chica…

Mastermind arrugó el ceño. Cogió el aparato y se marchó con él mientras empezaba a teclear en la pantalla táctil.

– No sé rezar… ¿alguien sabe rezar? – dijo Mir -. ¿Alguien puede enseñarme?

– Vamos – respondió Seung Min -. Conozco un sitio cerca. El pastor es amigo mío – agarró a Mir del brazó y casi lo arrastró con ella.

– ¡Tiene amigos! – exclamó él, mientras se dejaba llevar por ella.

– ¡Mierda! Voy a decírselo a Insanity. No ha salido del laboratorio desde que llegamos de ese lugar infernal, pero me pidió que le llevara noticias del líder – dijo CyberDanger, antes de marcharse.

Todos se fueron marchando hasta que quedaron G.O. y Thunder. Éste se derrumbó sobre la pared en la que estaba apoyado y se deslizó por ella lentamente hasta quedar sentado en el suelo.

– Ellos… vosotros, corriendo peligro dentro y yo – hundió la cabeza entre las rodillas -. En la furgoneta. Sé luchar, podría haber entrado con vosotros y entonces habríamos sido uno más… podría haber evitado esto.

– Seguías órdenes – dio G.O acercándose a él -. Seguías órdenes – repitió, sin saber qué más decirle.

– Órdenes… debí hacer caso a mi instinto, debí darme la vuelta y entrar corriendo en cuanto las sacamos. Qué narices, debí haber mandado el auricular y el micro a la mierda en cuanto la cosa se puso fea, y entrar sin más.

– Y hacerte matar, claro. Eso nos habría ayudado muchísimo. Mira cómo están Seungho y Armaggedon. Por no hablar de dejar a CyberDanger solo con toda la tecnología. Sí, Thunder, habría sido estupendo que hubieras hecho eso.

– ¿Y qué hice? ¡No hice nada! ¡No tengo ni un maldito rasguño!

G.O. se agachó dificultosamente delante de él y puso una mano en su hombro.

– ¿Que no hiciste nada? ¿Y el detector? ¿Y el inhibidor? ¿Crees que habríamos podido siquiera entrar o avanzar sin ser detectados si no los hubieras fabricado? ¿Crees que habríamos podido orientarnos si no hubieras hackeado el sistema de seguridad? ¿No hiciste nada? – Thunder levantó la cabeza y lo miró -. Créeme, Thunder, todos los demás podemos luchar, pero eso sólo habrías podido hacerlo tú… y Cyber.

– Tengo que salir de aquí – dijo Thunder, mientras se levantaba y salía de la sala precipitadamente.

***

– Malditos idiotas – masculló, mientras salía del punto de reunión con los superiores -. Lo han estropeado todo… ¡inútiles!

Había pasado un muy mal rato intentando explicar cómo narices había sido localizado el laboratorio, de dónde habían salido los atacantes, y cómo pudieron cogerles desprevenidos de aquella manera. Nadie había dado la alarma, no había quedado ni uno de ellos para contar cómo habían sucedido los hechos, y ni siquiera podían volver a buscar pistas porque aquellos tipos se lo habían llevado todo.

Les habían dado un buen golpe, justo cuando estaban a punto de hacer un descubrimiento importante… pero ahora todo estaba perdido, y los jefes echaban chispas.

Por suerte, él no era el encargado de la seguridad, aunque a los de arriba les había molestado mucho que no hubiera averiguado nada de antemano. Le había costado mucho explicarles que por muy espía que fuera, no podía estar al tanto de lo que ocurría en todos los rincones de la ciudad, y por supuesto, no en lo que se refería a los humanos.

Supuso que tenían ganas de pagarla con alguien y les había parecido estupendo hacerlo con él, que no tenía culpa alguna de nada…

No habría castigo, habían dicho. Sólo faltaba eso…

– Necesito una copa, jod*r – pensó -. Y algo de compañía.

***

El muñeco cayó al suelo y se partió en pedazos. Él lo observó primero asustado y al instante rompió en llanto. Era un regalo nuevo, de su madre. Había estado pidiéndoselo tanto tiempo y ahora, de repente, se le resbalaba entre los dedos y se le rompía por la mitad.

Lo agarró e intentó juntar las partes de nuevo, pero fue inútil. Sollozó.

Pensó en ocultarlo. Pero tarde o temprano le preguntarían por el muñeco y tendría que confesar.

Y él ya tenía siete años: era todo un hombre.

Se armó de valor, sacó pecho y se limpió las lágrimas. Entró en casa y buscó a su madre, que descansaba. La mujer estaba delicada, y no salía mucho de casa. Aquel muñeco lo había ido a buscar especialmente ella un día en que su estado de salud parecía mejor que otras veces.

-Ma…¿mamá?-preguntó con timidez. Aunque se había prometido ser fuerte, de repente lo embargó el temor. No era miedo porque ella pudiera enfadarse. Era más bien el pánico a defraudarla por no saber cuidar de su regalo.

-Seungho, cariño. Pasa.-lo animó con voz dulce. Una voz que lo arropaba en su afecto y cariño.

Tragó saliva. No quería que su tono de voz cambiase.

-Mamá…-repitió, entrando en el cuarto finalmente. Se acercó a la cama donde el débil cuerpo de la mujer que lo había traído al mundo descansaba- Tengo algo que…contarte…-mantenía el muñeco roto tras su espalda, con la cabeza cabizbaja intentó contarle lo sucedido- Yo no quería…estaba jugando y… pero mamá, no hice nada. Se me cayó…-notó los ojos escocerle.

Era un hombre, todo un hombre. Los hombres no lloraban.

-¿Qué pasa, mi vida?-lo incitó a seguir hablando ella. Seungho sacó lentamente de detrás de su espalda las partes del muñeco.

-Mamá…lo siento…tanto…-dejó ambas piezas sobre la cama y se apartó ligeramente- Mamá… -al no escuchar respuesta, alzó ligeramente la cabeza, esperando encontrarse una mueca de enfado en ella.

Su madre sonreía con dulzura.

-Cariño, gracias por contármelo. Eres un chico muy bueno. Intentaremos arreglarlo, ¿de acuerdo? No te preocupes. Mamá se siente muy orgullosa de tener un hijo tan valiente y sincero.

Seungho sonrió débilmente, y al instante con fuerza. Olía a humedad.

Ya no había un cuarto. El cielo brillaba sobre su cabeza, y el césped estaba húmedo. Los zapatos oscuros se hendían sobre la tierra, ensuciándose.

-Mamá…-murmuró. Le dolía el pecho, le estaban estrujando el corazón y comiéndoselo en mordiscos.

Había sido tan fuerte… una mujer tan fuerte… había aguantado hasta que él había alcanzado los trece años y finalmente… La enfermedad ganó.

La gente fue marchándose, y él se quedó. Se quedó hasta que las primeras estrellas de la noche fueron visibles, y ya no quedaba nadie.

No había llorado en todo el día. No tenía fuerzas para llorar.

-Seungho-dijo una voz de repente. Se volvió despacio, encontrándose con su padre-, es hora de volver a casa.

-Pero yo… no puedo. Madre no estará allí y…

-¿Cuántos años crees que tienes? No eres un bebé. Tu madre ya no está, su cuerpo era débil y sin embargo aguantó bastante. Fue una vida dolorosa, pero ella fue feliz, ¿qué más pudo pedir?

-¡¡Pero padre!!-replicó. Y de repente, las lágrimas de tristeza y angustia comenzaron a salir, transformadas en ira- ¡¿Cómo puedes decir eso?! ¡Siempre tumbada en una cama, sin poder salir, consumiéndose día a día…! ¡¿A eso lo llamas felicidad?!

-Deja de llorar. No eres una niña de teta. Deja de llorar.

Deja de llorar…

Deja de…

Llorar…
Llorar…
…rar…

-¿Sun Nyu?-se pasó una mano por los ojos. Estaba secos, y él ya no era un crío de trece años. Era el agente Seungho, el líder de una unidad de agentes especiales. Era fuerte, un hombre valiente. Y no lloraba.

¿Pero por qué la joven gumiho estaba en su sueño?

-Ah… ¿duermes?-la muchacha se acercó a él. Cuando estuvo lo bastante cerca, el chico se sonrojó y apartó la mirada, sorprendido- ¡Oh! Aquí estamos desnudos… o algo parecido. Tranquilo, parece eso pero a la vez, no se ve nada. Porque parece que estemos… pero no es así.

-¿A qué te refieres?

-Estamos en un sueño… muy pocas veces he podido trasladarme mientras reposaba, pero esta vez…sentí una mente, una mente a la cual debía acercarme. Estaba sufriendo terriblemente… eras tú.

-¿Me estás tomando el pelo?

-Ese era tu padre, ¿verdad?-ignoró la pregunta.

-Sí… si se le puede llamar así.

-Estabas muy enfadado con él.

-¡Mi madre no le importaba nada! Nunca iba a verla… y ella sufría… gritaba de dolor, ¿sabes? Desde que era pequeño, la escuchaba por las noches, bajo mis sábanas. Me escondía debajo de ellas… para no salir corriendo hacia su cuarto. Me tenían prohibido acudir cuando gritaba.

-Y tú eras un chico obediente-él no dijo nada. Sun Nyu se sentó en…en la nada de aquel espacio vacío-. Me pregunto… esas noches de gritos… ¿dónde estaría tu padre? ¿Seguro que no lo sabes? Sus ojos… ¿miraste sus ojos alguna vez de verdad, líder?

-Sus ojos…

-A veces… los hombres, los más fuertes, los más duros, valientes y poderosos… lloran… y se sienten solos, y desvalidos, perdidos, débiles… y porque se sienten así, se niegan a mostrárselo a los demás.

-Mi padre no era así.-Sun Nyu sonrió.

-Yo no lo se. Solo opinaba por lo que he visto. Solo soy una gumiho viajera en tus sueños-ensanchó su sonrisa para borrarla en un instante-. Pero sí que hay gente llorando. Llorando por ti. Líder, no puedes quedarte eternamente aquí.

-Pero mi madre…-su madre estaba allí, la había visto, le había sonreído- Además, me duele. No lo noto, pero lo sé. Y aquí todo es…

-Aquí todo es nada. Líder, te esperamos. Y te lloramos.

Seungho se mordió el labio. Sun Nyu había desaparecido.

***

Cuando So Yeon entró al club, uno de los espectáculos estaba en pleno apogeo. Por el ruido de los gritos bien pareciera que era el Jinete quien actuaba, pero desgraciadamente no era así.

Desde que aquel día la había acompañado a su casa, y la había dejado en la puerta del apartamento sin intentar realizar ningún avance más, So Yeon había descubierto que, quizás, y sólo posiblemente, había un caballero debajo del playboy. Se había asustado un poco cuando él insistió en subir hasta arriba para dejarla sana y salva en la misma puerta de su casa, pero luego comprendió que sus intenciones no iban más allá de ahí. Él se despidió con un informal “nos vemos pronto” y se marchó.

Sólo poco después, cuando estuvo en el interior, cerró la puerta, y se dejó caer con la espalda apoyada en ella, feliz y casi jadeante, se dio cuenta de algo que le heló la sangre. Le había dejado saber dónde vivía… y él era un completo extraño. Seungho la iba a matar…

Pero había estado llamándolo los últimos dos días y no recibía más respuesta que la de su contestador automático. Al principio esperó pacientemente a que él viera los mensajes y le respondiera. Al fin y al cabo la última vez que hablaron le dijo que estaba muy ocupado… pero había pasado el tiempo, y él seguía sin dar señales de vida. Estaba realmente preocupada.

Había ido a su apartamento. Tampoco allí contestó nadie. Volvió un par de veces. Y nada. Pensó en ir a buscarlo al trabajo… y se dio cuenta de que no sabía dónde trabajaba. ¿Cómo era posible? Jamás le preguntó. Aunque nunca antes había hecho falta. Él siempre respondía en cuanto podía.

So Yeon se prometió que la próxima vez que le viera le exigiría que le entregara su tarjeta de visita. Si algo así volvía a ocurrir no quería morir de la preocupación mientras él, con toda seguridad, se pasaba las horas muertas trabajando en su despacho… y sin contestar sus mensajes.

No… algo había pasado. Era muy raro.

Por eso, aquella noche, sintiéndose sola y asustada, buscó a la única persona que podría ofrecerle algo de consuelo. Su reciente obsesión. Ese hombre misterioso del que sólo sabía el apodo.

Tenía que aprender a conocer mejor a los hombres que la rodeaban…

Se fue a una de las mesas libres, la más apartada que encontró, y pidió una botella de soju. Por lo menos, si él no actuaba esa noche, el sopor del alcohol mejoraría su humor.

Ni siquiera miraba a los bailarines. Sólo se servía un trago tras otro, mientras dejaba volar sus pensamientos entre su preocupación por Seungho, y la irresistible tentación que el bailarín ejercía sobre ella. Un segundo estaba buscando la manera de localizar a su amigo, y al siguiente estaba teniendo pensamientos muy muy tórridos.

Sus ojos vagaron por el local, miró a aquellas mujeres enfervorecidas, y esta vez no se sintió ajena o distinta a ellas. Todas estaban allí por lo mismo. Si ella no se había atrevido a gritar y a colocar billetes en la ropa interior del Jinete, había sido por pudor, o porque él era el único que no aceptaba esa clase de propinas. Pero su interior gritaba por él. Y mucho.

Levantó al vista hasta el escenario. Él seguía sin aparecer. Quizá aquella era una de las noches en que no actuaba. Hasta ahí llegaba su mala suerte. Cuando la bajó de nuevo hacia la mesa, sintió una presencia tras ella. Dos fuertes manos se apoyaron a ambos lados de las suyas, y sintió un cuerpo apretarse contra su espalda.

– Sígueme – susurró una voz demasiado familiar en una de sus orejas.

So Yeon se levantó de su asiento y cuando se volvió hacia él, ya estaba alejándose de ella. Iba vestido de negro, y llevaba una gorra. Sus movimientos eran ágiles, a la vez que varoniles, y su espalda tan ancha…

Lo siguió a lo largo de la barra, y después, él abrió una pequeña puerta que había tras una cortina, indicándole con la cabeza que entrara.

Era él, ¿verdad? Ni siquiera había levantado la cabeza, y no podía distinguir sus rasgos con la gorra. Pero su forma de andar no mentía. So Yeon entró, y sintió un escalofrío cuando escuchó la puerta cerrarse detrás de ella.

El Jinete pasó a su lado, se sentó en el sofá en forma de U que rodeaba una gran mesa, se quitó la gorra, y la miró pensativo.

– Esta es la sala VIP – dijo.

So Yeon miró alrededor con desconfianza. Mesa negra, sofá con estampados, paredes de color oscuro… Era como un reservado normal y corriente, y sin embargo estaba medio escondido. Algo en aquel ambiente le hizo sospechar que ese hombre que tenía delante había pasado muchas horas allí. ¿Con otras mujeres? ¿Haciendo qué cosas?

– No estoy muy segura de querer estar aquí – dijo. Todavía no sabía si le molestaba el lugar, o la idea de que él pudiera ir ahí regularmente con otras. Eso la dejaba claramente en la categoría de “una más”.

Él tiró cansinamente la gorra sobre la mesa, se incorporó, y se acercó a ella de una forma felina. So Yeon retrocedió, y se quedó apoyada en la puerta que él había cerrado momentos antes.

El Jinete posó sus manos a los lados de su cabeza, y se inclinó para acercarse más a ella.

– Tú quieres estar aquí – susurró, mientras la miraba fijamente con aquella invitación en los ojos -. Yo lo sé… todo tu lenguaje corporal me lo está diciendo – se retiró un poco sólo para mirarla mejor, y volvió a acercarse – ¿Cuál es el problema?

Su boca habló antes de que ella pudiera evitarlo:

– Yo… no quiero ser… como las otras – maldijo haber bebido tanto, ahora su lengua estaba demasiado suelta.

Él ladeó graciosamente la cabeza mientras la observaba mejor. Luego sonrió.

– Oh… entonces, te daré un tratamiento especial.

Y antes de que pudiera siquiera reaccionar a sus palabras, lo tuvo encima de ella, o más bien dentro, en su boca, sus manos sobre sus brazos agarrándola fuerte, imponiéndose de forma ruda.

Su beso era violento y brutal, y So Yeon trató de resistirse, forcejeó un poco, pero él no la dejó ir. Sintió algo más allá de aquella fuerza bruta… sintió su necesidad y su desesperación, ¿o estaba loca y el soju le hacía recibir las señales equivocadas? Dejó de luchar, y entonces él suavizó el contacto. La abrazó y la aferró por la nuca, con fuerza pero sin apretar demasiado. So Yeon se derritió entre sus brazos y se dejó llevar.

El hombre la agarró por los muslos y la puso a horcajadas sobre sus caderas, mientras comenzó a moverse sin dejar de besarla. Segundos después, So Yeon sintió la superficie lisa y fría de la mesa (¿era la mesa? Debía serlo) contra su espalda. Él levantó la cabeza y le dirigió una mirada salvaje.

– ¿Cómo te llamas? – preguntó.

– So Yeon… So Yeon – jadeó ella.

– Bien, So Yeon, he tenido un día durísimo. Vas a ayudarme con eso, ¿verdad? – la miró unos instantes para comprobar su reacción -. Sí… vas a ayudarme – murmuró, satisfecho, mientras se inclinaba de nuevo sobre ella.

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9 respuestas a “비밀” Bimil – secreto. Capítulo nº 14

  1. ARI8 dijo:

    Gilipollas, So Yeon es gilipollas y no me cansaré de decirlo. Vamos a ver, se preocupa por Seungho pero en vez de seguir insistiendo hasta obtener respuesta, no, hala, al barucho ese y a liarse con el maldito Jinete al que no conoce de nada, que seguro descubrirá su relación y la usará para matar a Seungho y compañía. GILIPOLLAS, es que vamos, qué tía más cortita, por favor, que ilusa, qué fácil, joder.

    ¿Soy yo o el peque de la foto es Leo? Porque si es así, fue todo un puntazo, pero claro, después de todo son «padre e hijo» XD.
    Pobre Seungho, qué infancia más dura y difícil que tuvo, leñes y el padre, nada de cariño hacia él. Voy a coger a ese tipo y colgarlo del palo de mesana,

    Fue preciosa la parte de Joon y la agente, que como se parecen tanto los nombres, no quiero meter la pata. A ver si acaban juntos, que es lo que se merecen.

    Cuando pusisteis esa foto de Cheundong pensé que era JKS, porque si no recuerdo mal, tiene una muy parecida y claro, preguntándome que por qué aparecía él en escena XD.
    El pobre tiene un sentimiento de culpa que no se aguanta y a ver cómo lo maneja todo y cómo acaba.

    Mir, desde luego menudo cambio que dio, madre mía y me encanta ese nuevo lado suyo y còmo trata de traer de nuevo a Sun Nyu de vuelta y querer cuidarla. Espero que los hagáis acabar juntos.

    Seungho, mira que me lo estáis haciendo pasar mal, puñeteras, que casi me lo mandáis al otro barrio. Ese encuentro con Sun Nyu me encantó, porque incluso estando en el estado que está la pobre, se va corriendo, bueno, una manera de hablar, a ayudar a Seungho para que regrese al mundo de los vivos y que se pare a pensar en la realidad sobre su padre y por qué no le dejaba ver a su madre cuando los dolores eran tantos que no podía hacer nada excepto gritar. ¿Estamos ante otro caso de un hombre incapaz de saber cómo demostrar lo que siente? Quiero saber qué es lo que pasa entre padre e hijo, que me dejó intrigada, pero a ver si se arreglan las cosas y es como Sun Nyu dice.

  2. fullvcia dijo:

    Entonces, Sun Min sigue sin saber que es una guminho pero me da en la nariz qué ella será la clave para que todos,los que estan en el recuperacón… …..El caso, es que por muy largo que hagaís el capítulo siempre siempre..se me hace corto y eterno hasta que llega el próximo miércoles. La semana pasada fue trepidante, las luchas prefectamente descritas..esta semana ha sido un poco mas relajadito y nos habeís sacado de las dudas de hasta dónde habían llegado los daños..a esperar para ver que pasa. Por cierto..Sun Nyu cada vez me cae mejor, Sun Min está en la higuera y la agente especial..aún no lo tengo claro cómo me cae pero su personaje va evolucionando favorablemente. Los personajes de los chicosestán ya todos perfilados y son todos geniales. EL Jinete me cae mal y la amiga del líder os está quedando como si le faltara un hervor. Bueno, cariñetes, ya estoy sentada y armando de paciencia hasta el miércoles que viene. Gracias, guapas, por este relax..

  3. cekila85 dijo:

    estuvo genial no tengo palabras para describir lo que hacen,chicas por dios!!!! cada vez se pone mejor me han hecho sufrir tanto con seungho, nada ya esperando la próxima semana para leer lo nuevo cuídense y gracias

  4. hanbokkiss dijo:

    Y Yo sigo con la esperanza de que Thunder sea el Jinete,porque si no,y es el caza-gu es terrorifico lo que podria ocurrir. u.u Y realmente espero que So Yeon tenga una buena relación con el jinete,asi no le da competencia a Sun Min que es con quien quiero que termine el lider,ojala mejore y que todos se recuperen bien…En fin en verdad la hicierón con este capitulo,esta fabuloso. ^ ^

  5. Alusiana dijo:

    ummmmm pues lo habeís dejado en lo mejor…. jejeejeje….. ya salió mi lado prevert^^

  6. sandy dijo:

    jajajj si q disfrute el capitulo y sobra la aclaracion del capi pasado cuando dije q me aguantaba un coma del lider solo x un capitulo verdad??..es q soy fan de los finales felices jejej…por otro lado ahhh no se xa mi es el mejor capitulo hasta ahora…me gusto mucho como las parejitas se van perfilando (ademas de finales felices me gustan los finales rosas jjeje), por otro lado yo sigo pensando q thunder es el jinete, algo asi como doble agente….ennn finnn sera esperar al miercoles y chicas FELICITACIONES…esto esta cada vez mejor….

  7. Agra dijo:

    Genial chicas, sé que lo digo siempre pero es que cada vez mejoráis más. Creo que cada vez os entendéis mejor a la hora de escribir. Este capítulo ha quedado muy homogéneo.
    Mis escenas favoritas, hormonas aparte y hablando seriamente, han sido las de Mir y Sun Nyu en su sueño, y la ayuda que le está prestando a Seungho mientras está inconsciente. Creo que el personaje de la chica nos está sorprendiendo a todas por su evolución. Hemos dejado a la Sun Nyu que se auto protegía siendo alegre y superficial y ahora que ha decidido implicarse más, estamos viendo una faceta mucho más profunda en ella, me gusta mucho eso.
    Y dejo el tono de comentario de texto, que ni que fuera crítica literaria, por favor, que vaya rollos os meto cuando no tengo ni idea XDDD. Dejo que vuelvan las hormonas para decir, que como todas, ya estoy esperando la conclusión de esa escena dejada a medias, que aunque el jinete me está cayendo como el culo, pues bueno… ya sabéis, estas cosas no se pueden dejar a medias muajajaja.
    Ah! Y la foto del nene, que monada por Dios! Y colocada ahí, me ha puesto al borde de la lagrimilla… está puesta a traición… lo dicho, genial!

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