Look at me, capítulo 5

Autores invitados @Jeannelok

B.A.P 9
Capítulo 05: It’s all lies.

«Honestamente, no soy un buen hombre. En realidad soy un idiota. Yo, quien no puede ser un hombre de verdad.»

Hacía ya tres semanas que no sabía nada de Ha Neul, y la chica no respondía ni a sus mensajes ni a sus llamadas. Por eso, cuando de repente el móvil comenzó a sonar y en la pantalla leyó «Pajarito», le costó reaccionar y creérselo. Atendió la llamada y al otro lado sonó la voz de la chica. Suspiró aliviado: al menos estaba bien.

—Yong Guk…—se quedó en silencio— ¿Cómo has estado?

—Preocupado, pero me alegra escucharte, ¿por qué desapareciste? Tampoco me atendían o abrían la puerta cuando iba a tu casa.

—Lo siento. Me fui al extranjero por trabajo. No te dije nada porque iban a ser sólo unos días, pero la cosa se complicó un poco.

— ¿Y ya se ha arreglado todo?

—Sí.

— ¿Quieres que nos veamos?—hubo un silencio— ¿Ha Neul?

—La cena de la otra vez… te invitaré a cenar en serio, como disculpa.

—No hace falta que…

—Quiero invitarte. En serio. Por…por favor. —lo último lo dijo en un avergonzado susurro, y él no pudo resistirse.

— ¡Está bien, está bien! Si te hace tanta ilusión, te dejo invitarme. —tras esto, se despidieron. Nada más colgar, el teléfono volvió a sonar. Esta vez era Hea Jung, su novia. Por alguna extraña razón, sintió algo carcomerle el estómago.

—Hola Hea Jung. Sí, estaba hablando con… con un compañero del taller—si le decía que era una chica, dado que no solía hablar con mujeres, ¿podría su novia ponerse celosa? No quería que se sintiera mal, así que era mejor ahorrarse detalles—, ¿tú qué haces? ¿Ah, en serio? Pues si quieres voy. Claro, estoy allí en diez minutos.

Yong Guk se puso la camiseta y cogió las llaves. Se despidió de su familia al salir por la puerta y fue a coger el metro. Poco después llegaba a la casa de Hea Jung. La chica le recibió en la puerta del piso con una bandeja de galletas recién horneadas y el delantal todavía puesto. Llevaba el cabello recogido en una coleta y rastro de harina en la cara. Nada más verla la besó la frente y entró.

—Tienen muy buena pinta.

—Las dos primeras tandas no tanto, que se me han chamuscado un poco—se echó a reír al escucharla y cogió una de las galletas, llevándosela a la boca. La chica esperó su reacción y él se hizo de rogar un rato, hasta que ella, desde su metro cincuenta, le golpeó el hombro exigiendo una crítica—. Es lo más… bueno que he probado en mucho tiempo.

— ¿En serio?—preguntó emocionada— ¡Genial! Quería… quería llevarle unas pocas a…

—A tus padres. El viernes que viene, ¿verdad? Iré contigo, como siempre. —le acarició el pelo con cariño— Pero espero que me des unas pocas a mí también.

—Puedo darte las quemadas. —bromeó.

— ¡Eh!

—Si me das un beso, te daré de las buenas.

— ¿Me estás comprando?—ella se encogió de hombros. Yong Guk le quitó la bandeja y la dejó sobre la encimera, acorralando a Hea Jung con su cuerpo hasta que la chica chocó contra un mueble. Comenzó a agacharse en dirección a ella, quien cerró los ojos. Sus labios se rozaron, y él apretó un poco, no demasiado. Un casto beso que duró unos segundos. Se separó de Hea Jung. Estaba sonrojada, pero decepcionada. Sin embargo, no se quejó, yendo hasta la bandeja, cogiendo una galleta y metiéndosela en la boca a Yong Guk.

—Vendido. —musitó. Yong Guk sonrió tras tragar.

—Lo soy.
Tras haber colgado el teléfono, Ha Neul se había quedado mirando el aparato. No fue hasta que Rome reclamó su atención que volvió a la realidad, y se acordó de que estaba en el cuarto del chico haciendo la llamada. Él le tendió un vaso con agua y lo aceptó agradecida.

—Has estado muy natural.

—Gracias…

—Has aguantado tres semanas sin verle, ¿te ha servido de algo?—se sentó a su lado, encima de la cama. Ha Neul fijó la vista en algún punto difuso del vaso de agua.

—En realidad, no. Pero ya no aguantaba más. Necesito pasar un rato con él. Que me guste o tenga novia, no quita que nunca me había sentido así de bien con nadie. Reírme de verdad, sentir que me hablan porque se interesan por mí con sinceridad y no por mi estatus… Tras estar reflexionando estas tres semanas, he llegado a la conclusión de que me merece la pena sufrir un poco. Porque sólo escuchar su voz es gratificante.

—Guau, te gusta mucho, ¿desde cuándo Yong Guk es tan perfecto y encantador? ¡No me había percatado! Comienzo a estar celoso. —se echó la mano al pecho, exagerando las palabras y los movimientos.

—Supiste desde el primer momento que me gustaba Yong Guk, ¡incluso antes que yo!

—Sí, y pensé que eras una chica inocente y muy pura… Pero vaya, veo que me equivocaba.—Ha Neul dejó el vaso sobre la mesita de noche, y le observó con curiosidad.

— ¿Por qué crees eso?

—Porque no me conoces de nada, y a pesar de todo me abrazaste, vienes a mi casa como si nada y te metes conmigo en el cuarto… Porque pareces olvidarlo, pero soy un hombre. Con necesidades. Y tú muy guapa. —Ha Neul se sonrojó. No estaba acostumbrada a que le dijeran ese tipo de cosas tan directas, o al menos no del modo en que Rome acababa de hacerlo, tan sincero y masculino. Juntó las manos y restregó la una contra la otra.

—Porque sé que no tienes ese tipo de pensamientos por mí.

— ¿Y cómo puedes estar tan segura?—había apoyado la mano cerca de su cuerpo, inclinándose hacia ella. Ha Neul no se movió. No respondió. Los ojos de Rome la estaban hipnotizando. De cerca era todavía más atractivo, sin ninguna mancha o impureza en la piel. No pudo evitar dirigir la mirada a sus labios y sonrojarse todavía más—Te he visto.—le recriminó el muchacho, acercándose todavía más. Estaban tan cerca, que podía sentir su respiración y ella contuvo la suya propia sin darse cuenta. Nunca había estado tan cerca de ningún chico. Pensó en Yong Guk, y en su risa amable, sus labios grandes y su mirada afable. En su aspecto de chico malo, que no concordaba con su personalidad. En esa voz profunda y única, que le ponía el vello de punta con cada palabra. Rome estaba a punto de besarla, y ella no podía dejar de pensar en Yong Guk y en lo mucho que le gustaba.

— ¿Vas a hacerlo? Porque si me vas a besar, acaba rápido. —dijo, sin reconocerse a sí misma. Desde tan cerca, sólo fue capaz de ver los ojos de Rome casi desapareciendo. Estaba sonriendo, como pudo comprobar cuando el chico se retiró.

—No lo voy a hacer, ¿qué gracia tiene besar a alguien que no quiere ser besado? Además, estabas viendo a Yong Guk a través de mí, ¿verdad?—Rome sonrió complacido— Increíble el influjo de ese chico sobre ti. Estás muy mona cuando piensas en él. ¿Qué pasaría si me prendo de ti? ¿Serías capaz de rechazar a un chico como yo?—Ha Neul se relajó. Lo que acababa de suceder hacía unos instantes parecía de repente lejano y remoto.

—Si eso llega a suceder, ya veré qué hago.

—No valoras los peligros. Tienes suerte de que yo sea un buen chico, porque cualquier otro… en fin, digamos que hablar es lo último que les interesa.

—Eres muy amigo de Yong Guk, ¿cómo no vas a ser buen tipo?

— ¡Increíble! De verdad que te tiene absorbido el cerebro… es su voz, ¿verdad? Yo sé que tiene una voz única que puede enloquecer a las mujeres. El problema es que nunca se acerca a ninguna para ver lo que sucede. Es demasiado tímido. Lástima, porque por eso no se ve capaz de cumplir su sueño.

— ¿Su sueño?—Rome la miró enarcando una ceja, como si no se la creyera. Al cabo de unos instantes negó despacio con la cabeza, aclarándose las ideas.

—Vale, si lo pienso bien… no es el tipo de persona que hable mucho de sí mismo. Sí, sí, su sueño. Le encanta rapear, ¡y es muy bueno! Pero si sigue en el barrio, al final dejará de hacerlo porque no hay nadie con quien pueda hacerlo, con quien juntarse o formar una banda. Yo no sé cantar, aunque no bailo nada mal. Pero es demasiado tímido y no tiene confianza en sí mismo para ir a una audición en alguna compañía…—observó la reacción de la chica, quien le devolvía la mirada con incredulidad. Era desde luego la primera noticia que tenía respecto a ello.

Ha Neul no le preguntó nada más sobre el tema, y él tampoco lo volvió a sacar. Poco después la acompañó hasta un coche que la esperaba allí cerca y que la llevaría hasta casa.

—Espero volver a verte pronto.

—Cuando necesite llorar un poco, seguro que vengo. —sonrió la chica. Él le devolvió el gesto y esperó a que el vehículo arrancase para volver.
Yong Guk alternó la mirada varias veces entre lo que tenía delante y Ha Neul. Ella se estaba impacientando esperando a que entrase, y él no podía creérselo. Giró la cabeza tres veces más hasta que ella se hartó y le golpeó el brazo con suavidad.

— ¿Entramos, o qué?

—Esto es muy caro.

—Pero invito yo.

—Mira Bang Yong Guk, tengo tanto dinero que se me sale por las orejas. Es difícil que vaya a perderlo, te aseguro que mis padres no son estúpidos y vigilan muy bien sus negocios, y mi hermano y yo no nos quedamos atrás. Así que te aseguro que invitarte aquí no me supone mayor problema del que te supondría a ti irte a comer un plato de sopa en un puesto ambulante.

—De todos modos…

—¡¡Que te calles y entres!! Me estás poniendo de los nervios, hombre…—gruñó Ha Neul, impaciente. Yong Guk decidió obedecer y entró cual corderito en el local. Se trataba de un restaurante de lujo, donde les atendió un hombre trajeado, alto y elegante, con el cabello peinado a la perfección y sonrisa blanca. Más tarde, una mujer muy guapa y con camisa blanca y falda negra, casi sin ningún tipo de arruga, los acompañó hasta su mesa. A pesar del lujo que se respiraba allí, Ha Neul se había vestido como hacía siempre. Pero comparado con él, eso ya era elegante. Por suerte no llevaba los tejanos rotos, pensó.

Se sentaron frente a una mesa pequeña, íntima y redonda. El mantel era de color rojo oscuro, en el centro había un pequeño jarrón de cristal con un par de flores dentro y había alrededor de nueve cubiertos más los palillos.

—Creo que se han pensado lo que no era.—comentó la muchacha, refiriéndose a la mesa de pareja donde les habían colocado. Le instó a leer la carta, pero al hacerlo Yong Guk se encontró con bastantes platos que desconocía. Se lo dijo, así que ella le propuso un par de cosas que seguro que iban a gustarle. Pidió que se lo trajeran.

—Sigo pensando que esto es demasiado. Además, nos miran.

—Pareces una dama avergonzada. —se burló la chica. Yong Guk estaba sorprendido porque parecía alguien distinto de las otras veces, hasta que comprendió lo que sucedía. No era diferente, sólo que estaba en su mundo, en su salsa, igual que en la fiesta. Por eso, de repente, parecía menos perdida e infantil y más segura de sí misma. Suspiró, sintiendo una opresión interior de repente. Por alguna extraña razón, sintió que estaban más lejos el uno del otro que nunca— ¿Qué te sucede? ¿Tanto te agobia que nos miren? No te preocupes, es por mí. Kim Ha Neul aparece en un restaurante acompañada de un chico… Había sucedido antes y habían corrido rumores de todo tipo, aunque solían ser otros hijos de empresarios. Muy aburridos, por cierto. Déjalos. No prestes demasiada atención, la gente que haya por aquí no hará eso, así que quita esa cara de susto. Sólo están sorprendidos, pero pronto se les pasará la curiosidad. Al fin y al cabo, también son el tipo de personas que desean que la prensa respete su intimidad.

—De verdad que pareces otra Ha Neul…—susurró, cada vez más sorprendido. Ella le dedicó media sonrisa.

—Llevo demasiado tiempo viviendo así. Toda una vida, ¿sabes? Hay muchas cosas que desconoces de mí.

—La idea es que vaya conociéndote mejor, ¿no?—la chica no añadió nada más. Les trajeron el primer plato y comenzaron a comer. Ha Neul de vez en cuando se fijaba en la puerta de entrada, como si estuviera esperando la llegada de alguien. Al darse cuenta, Yong Guk no pudo evitar preguntarle qué sucedía— Si te soy sincera, al principio no era aquí donde quería traerte a cenar. Pero me enteré de algo y… cambié de planes. Tenemos suerte de que no puedan permitirse rechazar una oferta hecha por mí.

—Estás muy crecida hoy, eh… ¿Pero por qué cambiaste de idea? ¿Qué sucedió?

—Esto—se puso en pie de repente—. Yong Guk, que sepas que esto no es algo que haga por cualquiera. En realidad, no lo haría por nadie más. Hazte a la idea de que has tocado el cielo, o algo. —y se fue a hablar con las personas que acababan de llegar. El chico observó conmocionado cómo Ha Neul se convertía de nuevo en la misma chica que en la fiesta. Toda sonrisas falsas y cortesía. Se estaba dirigiendo a un grupo de personas que acababan de llegar y que al principio se sorprendieron, pero enseguida la atendieron con amabilidad. Los acompañó hasta la mesa donde les hicieron sentar y al cabo de unos minutos, les dedicó varias reverencias. Entonces, se volvió hacia él y le hizo una seña con la mano para que se acercara. Nervioso y extrañado, obedeció, sintiendo cada vez más las miradas de la gente sobre sus hombros.

— ¿Así que este es el talentoso rapero?—tras acercarse y dedicar una reverencia a la gente con la que hablaba Ha Neul, ésa fue la primera cosa que escuchó. Levantó la cabeza deprisa, creyendo que había sido cosa de su imaginación, pero de repente allí estaba la chica, palmeándole la espalda.

—Exacto. Sé que lo que le pido es un favor muy grande, pero estoy segura de que no va a arrepentirse. Este chico tiene material de artista, aunque aún no sepa cómo erguirse del todo. —bromeó, ganándose un coro de risas. Ha Neul sonrió con amplitud—Así pues, ¿qué día cree que podría atendernos?

—Siendo tú, no tendré ningún problema de concederte esta pequeña petición. El miércoles de la semana que viene tengo un hueco a eso de la tarde casi noche, ¿te parece bien?

— ¡Perfecto! Muchísimas gracias. No le defraudará. Disculpe que le haya asaltado así, y disfruten de la cena—les regaló otra reverencia y él la imitó—. Buenas noches—y tras esto, regresaron a sus sitios. Yong Guk se sentó sin acabar de comprender qué acababa de suceder, y esperando a que Ha Neul le diera una explicación—. Menuda cara de susto se te ha quedado… sí, por eso cambié de planes. Me enteré de que el CEO de T*S Entertainment iba a venir aquí a cenar con algunas personas del equipo, y pensé que era la ocasión idónea. Sabía que si te contaba mis planes, no querrías venir.

—Pero tú… cómo… por qué… ¿que soy bueno? Ni siquiera me has escuchado…

—Me lo dijo Rome. Porque quiero… quiero hacer esto por ti, ya que solo no darías el paso. Y no, no te he escuchado, pero Rome dijo que eras muy bueno, ¿por qué iba a mentirme?—había dicho el nombre de su amigo dos veces, ¿no había tenido tiempo de contactar con él, pero sí con Rome? ¿Desde cuándo eran tan amigos? ¿Qué estaba sucediendo, y por qué Ha Neul y él estaban cada vez más lejos el uno del otro? Estaba confundido. No entendía nada. Y se sentía enfadado y rabioso al saber que su amigo estaba acercándose tanto a Ha Neul, porque ella era…

Ella era…

—Pero, por supuesto, no soy idiota y no te voy a dejar desperdiciar esta oportunidad—la voz de la chica lo regresó a la realidad. Estaba comiendo tan tranquila mientras le hablaba—. A partir de mañana y hasta el día de tu audición vamos a practicar. No podemos permitirnos ni un solo error, ¿me entiendes?

No, Yong Guk no lo entendía. O al menos, no del todo.

—Yong Guk, eh—volvió a ser la chica quien lo devolvió a la realidad—. Lo que te estoy diciendo es que vas a tener la oportunidad de cumplir tu sueño.

El chico la miró entonces de verdad. El puzzle comenzó a encajar, y el aire llegó de verdad hasta sus pulmones. Se pasó una mano por el cabello, echándoselo hacia atrás. Sentía algo dentro de él a punto de explotar. Algo bueno, pero no podía, simplemente, ponerse a gritar en medio del restaurante.

Miró a Ha Neul. Sus ojos oscuros brillaban. Estaba igual de emocionada que él. Intentaba aparentar tranquilidad, pero podía percibir la emoción en ella.

—Vamos… vamos a cenar—dijo, al fin—. Porque si no, comenzaré a gritar, correr de un lado al otro y abrazarte hasta romperte.—Ha Neul rió. Y fue una de esas risas que a él le gustaban.

2 respuestas a Look at me, capítulo 5

  1. Nuri dijo:

    no sé si podré esperar …. superinteresaaaanteeee!!!

    mil gracias por estos buenos ratos!

  2. Cris dijo:

    interesante, muy bien escrito *-* amo a Yong Guk

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