“비밀” Bimil – secreto. Capítulo nº 15

por Nuna y @Jeannelok

Habían pasado dos días, y Seungho no mejoraba. Estaban todos de los nervios, porque el chico parecía cada vez más inmerso en su propio sueño. Seung Min se levantó, mirando de soslayo a Soo Min quien no se había separado en ningún momento de su lado. La chica decía que tenía miedo de que el chico se quedase solo y se pusiera triste. Que no podía abandonarlo, porque él la había ayudado mucho.

Seung Min no entendía mucho de aquellos temas, pero lo que sí podía decir era que su hermana estaba profundamente enamorada de Seungho… y solo podía verla consumiéndose en espera de que el muchacho despertada. Mentalmente se prometió que si lo hacía…no, que cuando el chico lo hiciera, intentaría hacer de hermana mayor aún sin revelar la verdad, ayudando a Soo Min en ese amor como fuera.

Y desde hacía dos días, pasaba más tiempo con el agente Lee Joon que nunca. Al principio había sentido rechazo por él. Podía sentir que el chico miraba a través de ella, que veía cosas que a los demás era capaz de ocultarle… era astuto, le había sonsacado su secreto más íntimo. Aquello que guardaba con más tesón.

Sin embargo, de algún modo sentía… que podía confiar en él. Ella, que nunca tuvo un amigo ni nadie en quien confiar. Siempre ocultando qué y quién era, observando a su verdadera familia de lejos mientras era entrenada para controlar mejor su fuerza y poder defender a los débiles… sin tener a nadie que la defendiera a ella… había encontrado a alguien a quien odiaba con quien repentinamente, era muy fácil hablar. Podían discutir, le entrarían ganas de matarlo, y sin embargo al final nadie conseguía consolarla y calmar su ansia como él lo hacía.

Siempre creyó que nunca sabría lo que era tener un amigo, y de repente podía sentir ese calor alcanzando su vida.

Pero también sabía que no podía aferrarse desesperadamente a él, o a final saldría herida.

Llamó a la puerta con suavidad y él la invitó a pasar. Estaba haciendo flexiones con el brazo sano.

-¿¡Pero qué haces!?-gruñó al verlo. Se puso a su lado y lo obligó a ponerse de pie. El sudor perlaba su frente y le empapaba todo el rostro. Sin darse cuenta ni ella misma de lo que hacía, usó la manga de su camiseta para limpiarlo un poco.

-Si me quedo un solo día más en cama sin moverme, voy a volverme loco.-intentó explicarle, sin oponer demasiada resistencia cuando ella le obligó a estirarse de nuevo.

-Pero te recuperarás antes si descansas.

-Quien quiero que se recupere pronto es Seungho-se lamentó-. Me han dicho que sigue igual.

-No te preocupes. Al menos…sigue ahí. Despertará pronto, ¡Sun Nyu lo hizo! Y ella dijo que…

-Que confiásemos. Fue lo primero que dijo al despertar, lo sé. Seung Min, ¿estás bien? No sé, estos días no pareces tú misma. Estás como más…-dudó unos instantes y bajó la cabeza y la voz, inseguro de lo que iba a decir- cercana. Sentimental.

-¿Qué quieres decir con eso? –él negó con la cabeza.

-Nada, deben ser cosas mías…

-…No, en realidad, no. Creo que…tienes razón. Me estoy volviendo… ¡me estás volviendo así! Nunca tuve que preocuparme por sentimientos o anhelos, pero desde que te entrometiste y me hiciste hablar todo parece doler más, ¿por qué tuviste que hacerlo? Me prometí ser siempre fuerte.

-Bueno-él se encogió de hombros-, ese es mi encanto, supongo… ¿cuánto hace que te prometiste eso? Yo creo que la promesa ha caducado. Es hora de que te liberes un poco.

-Me la hice cuando tenía… doce años. En una iglesia cercana. Yo… no sabes lo duro que es estar aprendiendo a controlar tu fuerza, aprendiendo a pegar, a la vez que ves a lo lejos a tu hermana jugando con sus amigos. Queriéndola y odiándola, sentimientos contradictorios. La envidiaba tanto, ¿por qué ella podía vivir en paz y estar con nuestra madre, mientras yo tenía que soportar ese tipo de vida? Así que un día, me escapé. Huí de Mastermind y lo que representaba. No quería saber nada de gumihos ni inmortales, ¡no tenían nada que ver conmigo! Pero yo tenía doce años… no sabía dónde ir, así que acabé en una iglesia cercana a el Cuartel. Seguramente la habrás visto muchas veces al venir-él asintió con la cabeza-. Me metí dentro, y me escondí en un rincón, deseando desaparecer.-Seung Min había agachado la cabeza, preguntándose qué estaba haciendo, ¿por qué le contaba aquello al agente Lee Joon? Por mucha confianza que tuvieran, no era tanta como para abrirle sus recuerdos, pero…no podía detenerse.

Notó una mano masculina posarse sobre las que ella mantenía sobre el regazo. Su cara ardió ligeramente y se preguntó por qué. El chico le provocaba demasiadas sensaciones y preguntas desconocidas.

-De repente, escuché una voz hablar. Era un hombre, frente una enorme cruz colgada en la pared del fondo, rezando. Por las almas de la gente, por conocidos y desconocidos, por ti y por mí… sin conocernos. Por la humanidad… por todos…menos por una persona. En ningún momento se mencionó a sí mismo. Porque dijo que podía ahorrarse su salvación y así otro la obtendría. Sorprendida, me moví y él me escuchó. Me encontró…-llorando- y me consoló. Me habló, me escuchó, me alimentó. Siempre sonriendo. Me dejó dormir en la iglesia…Y al día siguiente volví al lado de Mastermind. Yo tenía miedo, ¿sabes? Siempre había sido obediente, porque Mastermind me había criado, entrenado y enseñado. Le debía todo, pero por otro lado era él quien me alejaba de una vida normal. Supongo que no quería enfadarlo tanto por el agradecimiento que sentía para con él, como por el miedo que me provocaba. Así que regresé como un perro con el rabo entre las piernas y la cabeza gacha, temblando, preparada para la peor reprimenda del mundo.

>>Mastermind estaba en su despacho. Me llevaron hasta él. Me miró desde su asiento un rato, se levantó y se acercó. Me puso una mano sobre el hombro. “Ve a desayunar, debemos continuar con la lección”. No había rastro de emoción en su voz. Ni ira, ni enfado ni…nada. Y de repente, me sentí totalmente vacía y destrozada. Más que el día anterior. Sin mi madre, sin mi hermana, sin mi mentor… vacía, sola, desolada. Quise escapar de nuevo, pero supe que no debía hacerlo.

De repente, notó la mano de Joon soltándose de la suya y notó el corazón dándole un salto. Estuvo a punto de pedirle que no la dejase también, sintiéndose como una niña de nuevo, perdida en esos recuerdos. Pero él, lejos de separarse de ella, le apartó con extrema delicadeza los mechones de cabello que le caían al lado del rostro. Se los puso detrás de la oreja y le pasó un dedo por los ojos.

Llorando… ¿desde cuándo resultaba tan fácil llorar delante de nadie?

Cuando el chico volvió a posar la mano sobre las de ella, se sintió con fuerzas de continuar.

-Me he sentido así desde entonces. Al final, aprendí a que el corazón dejase de doler. Lo oculté detrás de una pared de grafeno…-terminó, abatida, llorando. Le escocía el interior.

El silencio los envolvió durante cinco, diez minutos. Hasta el batir de alas de una mariposa hubiera sido un estruendo demasiado fuerte.

Joon apartó las manos de las de la chica y salió de la cama.

-Con otra chica-al final fue él quien rompió el encanto-, nunca me hubiera detenido tanto tiempo a pensar en hacer esto, pero… tú eres especial, ¿no, agente Seung Min?-y antes de dejarle preguntar de qué estaba hablando, la abrazó. Pasó sus fuertes brazos, el sano y el herido, alrededor de ella, cortando sus lágrimas y dejando su cerebro en blanco durante unos instantes- No intentes pegarme para alejarme, recuerda que estoy herido. Tengo la tibia y la rodilla derecha hechas mierdas, así que nada de patadas.

-¡Pero si hace un momento hacías flexiones!

-Tus patadas duelen mucho más que el peso de mi cuerpo. Ya sabes, eres una super chica y esas cosas.

-Joon, suéltame…-pidió. Lo único que consiguió fue que el chico se sentase sobre la cama, cansado, y la arrastrase a ella para tenerla mejor apoyada sobre su pecho. Seung Min podía haberse deshecho de aquel abrazo fácilmente. La postura era incómoda. Le costaba respirar, y él olía a sudor y medicinas.

Podía sentir el latido de su corazón.

-Te quería devolver alguna historia a cambio de la tuya, pero en realidad mi vida es más bien aburrida. Un tópico, ya sabes. Te habrás dado cuenta de que soy muy guapo, encantador e irresistible, además de bueno en prácticamente todo aquello que hago.

-Sobre todo en ser humilde…

-Ssssh, eh que me toca. Pues bien… desde pequeño, recibí atenciones. Qué niño más precioso, qué bueno es… recibía las felicitaciones de todos, así que me acostumbre a las buenas palabras y halagos. Sin embargo, uno debe crecer. Y no a todo el mundo le gusta encontrarse con don perfecto. Tuve mi época rebelde, me peleaba, lideraba a chicos malos. Me pegaba e incluso llegué a robar… curioso, ¿no? He acabado siendo un agente especial.

-¿Te aburrió ser un pandillero?

-Me dejaron de lado. Las personas que me seguían por mi fuerza, los que me admiraban por mi valentía. Aquellas que me amaban por mi rostro, las que decían quererme y con las que me acostaba… se cansaron de mí, me abandonaron. Pasé de ser el rey del mundo, a nadie. Pero, ¿sabes qué? Gracias a eso, comencé a estudiar más. A esforzarme y a querer ser alguien. Quise devolverle a mi familia la vida que me habían dado, dejé de lado los hábitos hirientes, comencé a entender a la gente y ser yo quien se rodease de quienes le convenían, sabiendo qué podía esperar de ellos. Supongo que rodeé también mi corazón de un muro, pero no demasiado fuerte. En realidad, ansiaba el poder ser cercano de nuevo a la gente.

>> ¿Y sabes qué? Entré aquí, y conocí a los locos de mis compañeros. Y de repente, me di cuenta de que sin ser el centro del universo, solo uno más, pudiendo ayudar y ser útil… era suficiente. Seung Min, ¿sabes qué? Estoy seguro de que podremos deshacernos del todo de ese muro que tienes. Porque creo que quien tiene más ganas de destrozarlo, eres tú.

Seung Min no pudo resistirse más. Le devolvió el abrazo, preguntándose –nuevamente dudas, dudas y más dudas por culpa del agente Lee Joon- si el chico tenía razón.

***

 Mastermind descolgó y colgó el teléfono un par de veces hasta decidirse a hacerlo. Aunque sus heridas parecían mejorar, Seungho seguía metido en aquel sueño y no daba muestras de ir a despertar. Era su obligación comunicar a su familia el estado del muchacho… Por mucho que Mastermind confiara en que el chico despertase, era su deber informar al señor Yang del estado de su hijo. No era la primera vez que tenía que informar de algo semejante e incluso peor a los allegados de sus agentes, sin embargo seguía siendo un proceso doloroso y tenso para él.

-Hogar de la familia Yang, ¿diga?-atendió una voz femenina. No le sorprendió: la familia de Seungho tenía un estatus bastante interesante.

-Al habla Mastermind, ¿podría ponerse el general Yang?

-Enseguida, señor.-pocos instantes después escuchó la voz del padre de Seungho al otro lado. Seguía siendo dura, penetrante y profunda. La voz de un hombre recto y que nunca dudaba ni vacilaba.

-Mastermind, ¿qué sucede? No te entretengas en ablandar lo que vayas a decir.

-Señor, su hijo… lleva varios días en coma. No da señales de ir a despertar.-no dijo nada más. Escuchó al hombre suspirar.

-¿Se va a morir?-no notó nada de tristeza o preocupación en su voz. Un lado de Mastermind lo comprendía, pero su puño se crispó rabioso.

-No lo sabemos, señor.

Cuando colgó, el señor Yang afirmó que iba a acercarse al cuartel a ver a su hijo. Mastermin se masajeó las sienes. Había sido más fácil que ninguna de las otras veces en las que había dado aquel tipo de información. Olvidó su molestia anterior e incluso sintió agradecimiento: bastante tenía con Soo Min deprimida en el cuarto de Seungho todo el día.

Salió del despacho, y nada más hacerlo se vio frente a Insanity quien parecía ir a buscarlo. Tuvo que desechar la idea de descansar un poco y siguió al hombre hasta la sala de investigaciones. Los cadáveres, abiertos en canal, descansaban sobre las mesas de operaciones.

-He terminado de analizar los cadáveres de los tipos que me trajeron.-ah, eso podía ser interesante. Se acercó a los susodichos. A pesar de los años de peleas y de incluso contar con algún inmortal en el bando neutral, nunca habían terminado de conocerlos en los ámbitos que deseaban: los que les sirvieran para terminar con ellos. Obviamente no iban a experimentar con sus aliados, los únicos sujetos a los que tenían acceso hasta entonces.

-Antes de que empieces, recuerda utilizar un vocabulario que pueda entender. Tú eres el único ser humano que te entiende.

-De acuerdo, jefe. A ver… estos tipos, obviamente, tienen secuencias ordenadas de nucleótidos en la… digo, tienen genes totalmente únicos y diferenciados del ser humano… pero no demasiado. Es curioso, pero fascinante, ver cómo su parte más humana y su parte más… ¿mágica?-arrugó la frente, visiblemente desagradado por la idea. Al fin y al cabo, era un científico y no creía en elementos abstractos como aquel. No obstante, después de todo lo que habían descubierto hasta alguien como Insanity tenía que permitir a su mente ver más allá de cadáveres humanos- El caso es que, como ya han podido comprobar los chicos… no tiene por qué ser tan difícil acabar con ellos. Digamos que solo son seres humanos con un poco más de resistencia y velocidad, pero vamos, que una estaca en el corazón o un cuello cortado acaban hasta con el más “inmortal” de todos…-de momento, ni Insanity parecía del todo entusiasmado por sus descubrimientos, ni Mastermind creía que fueran la gran cosa- Pero Mastermind, investigándolos… verás-su voz se volvió algo más baja, como si fuese a contar un secreto-, investigándolos recordé las pruebas que le hice a la gumiho…Sun…Sun Nyu, eso-típico de él, olvidar un nombre por ponerle el nombre de un sujeto de investigación-. Hubo algo que en su momento no me detuve a analizar, sin embargo tras ver a estos tipos…. Me he dado cuenta de que hay algo extraño.

-Son seres diferentes a lo que estás acostumbrado a analizar, es normal que encuentres algo extraño.-comenzaba a impacientarse. Le dolía la cabeza.

-No, Jefe, no me refiero a eso. Justamente, lo que encuentro más normal es lo que está lejos de serlo, pero es que una parte de ella me sorprendió porque no sabía que…-de repente, Mastermind supo lo que el hombre iba a decirle y le dio la espalda. No tenía por qué escuchar algo de lo que era totalmente consciente.

-Guarda eso para ti, Insanity. Quiero que tu boca se mantenga tan cerrada como tus muertos. Ahora mismo, no hay por qué desvelar más secretos a los chicos.-y se marchó de allí.

Lo que escondía Sun Nyu no era un secreto del todo, no obstante una parte de su cabeza le pedía que guardase silencio, porque si no lo hacía, también descubrirían sus propias dudas.

– ¡Armaggedon está despierto! – CyberDanger abrió la puerta del laboratorio gritando.

El científico levantó la mirada con una expresión de fastidio. Luego su cara traslució una pequeña sonrisa y se levantó para salir corriendo detrás de su compañero, que ya le había tomado la delantera.

Ambos irrumpieron en la habitación del hombretón, que estaba tendido en la cama y consciente.

Cyber lo saludó con entusiasmo, y Armaggedon le devolvió una sonrisa cansada. Insanity no se detuvo demasiado en formalidades o cortesías y fue directamente a examinar su herida.

– ¿Qué haces? – preguntó el enfermo.

– Valorar el tiempo que estarás ahí tirado- dijo, mientras levantaba los apósitos que cubrían las heridas del abdómen – Mmmmmm… genial, laparoscopia… -, tocó un poco aquí y allá, haciendo que Armaggedon se quejara -. Las molestias que tienes son por el gas, desaparecerán poco a poco. Sólo tres cortes, muy limpios y cicatrizando bien.

– ¿Gas? – CyberDanger se asomó también.

– Le han hecho una laparoscopia – explicó Insanity -. Es mucho menos agresiva que una cirugía normal, y por ello la recuperación será más rápida. Por estos cortes metieron en instrumental, por aquí extrajeron el órgano… para trabajar necesitan hinchar la cavidad abdominal con gas. Es algo molesto, pero muy efectivo. Han hecho un buen trabajo.

– Mmmmm… interesante.

– Eh, ¿hola? Estoy aquí – protestó Armaggedon -. Dejad de hablar de mi abdómen como si yo no estuviera presente, ¿vale? ¿Cuánto tiempo me queda para estar en circulación?

– Diez días, dos semanas a lo sumo y podrás salir de aquí.

– Me pregunto por qué tenemos un órgano en el cuerpo sin el cual se puede vivir… – murmuró Cyber distraidamente.

– Eso no es exactamente así – explicó Insanity -. Se puede vivir sin él, lo que no significa que no sea importante. El bazo cumple sus funciones, relacionadas con los glóbulos rojos, con las plaquetas… en fin, es importante para la sangre. También lanza los monocitos al torrente sanguíneo… espero que no tengas nunca un ataque al corazón, esos pequeños cabroncetes ayudan a la reparación del músculo cardíaco herido. Ah, y está lo de las defensas y las infecciones. Sin tu bazo serás más vulnerable, sobre todo durante los meses siguientes, además…

– Vale, vale, lo pillo, perdón por subestimar tan excelente órgano.

– ¿Seré un p*to blandengue? – preguntó Armaggedon.

– No exactemente, solo serás algo blandengue, pero deberías poder hacer vida normal. Estaré pendiente de ti, no te preocupes.

– Supongo que podré seguir trabajando.

– Ningún problema con eso, pero te vigilaré de cerca. Ah, y bienvenido de nuevo. El resto del equipo se va a poner muy contento. Voy a avisarles – Insanity se dio media vuelta para salir de la habitación, su voz casi no se escuchó cuando se marchaba hablando consigo mismo -: espero que hayan guardado el bazo, dejé una investigación a medias sobre la retirada de glóbulos rojos alterados y me gustaría…

– Definitivamente, este tío es imbécil – rió Armaggedon.

***

Cuando G.O. regresó a su habitación después de otra de sus excursiones por el hospital de “El Cuartel”, se encontró a Thunder esperándolo sentado en uno de los sillones.

– ¿Dónde narices estabas?

– He ido a ver a Armaggedon, el tío es la estrella del día. El primero en despertar del sueño.

– Sí, yo también quería ir a verle, vine a recogerte pero no estabas, así que te estuve esperando.

– Lo siento, me adelanté.

– Ah, iré luego. ¿Qué llevas en esa bolsa?

G.O. dejó la mochila sobre la cama, la abrió y comenzó a sacar cosas de ella. Unos pantalones vaqueros, una camiseta, cremas (¿usaba cremas?), loción de afeitado, gel, champú…

– ¿Has asaltado una droguería? – rió Thunder -. ¿Para qué quieres eso?

– Me voy. Afuera. A dar una vuelta – miró a su amigo seriamente –. Y no es discutible.

– Ni siquiera te han dado el alta – Thunder se levantó y se colocó junto a él. Su mirada también era seria.

– Alta voluntaria, amigo. Estas cuatro paredes me están volviendo loco, y el pensar que a pocos metros el líder lucha por su vida no ayuda a mantenerme paciente. Necesito salir y respirar aire que no huela a medicinas.

Thunder le agarró la mano, interrumpiéndole en el proceso de sacar la parafarmacia que había reunido en su mochila.

– Puedes respirarlo en el piso.

G.O. se soltó bruscamente.

– Necesito salir. Me han dicho cómo debo cuidarme y vendré a hacerme las curas sin llegar ni veinte segundos tarde, ¿de acuerdo? Y ya que estás, podrías acompañarme. Necesito… ya sabes, una juerga, aunque sea tranquila…

– Esperamos información de los amigos del Jefe. Deberíamos estar aquí.

– La información nos la pueden dar luego… no vamos a ir a ninguna parte con medio equipo ingresado en este hospital, y creo que eso va a mantenerse durante algún tiempo.

Thunder sacudió la cabeza.

– No puedo dejar que te pongas en riesgo…

– Si no vienes conmigo iré yo solo. ¿Piensas llamar a los SWAT para impedírmelo?

Ambos se quedaron mirándose a los ojos unos segundos. Thunder comprendía perfectamente la necesidad de su compañero por alejarse de aquel ambiente asfixiante. Él mismo la había sentido y ni siquiera había estado ingresado. No podía reprocharle que quisiera tomarse un descanso, y sabía perfectamente que sería capaz de irse solo si él se negaba a acompañarlo. En el peor de los casos, si llegaba a encontrarse mal, por lo menos él estaría con G.O. para ayudarlo.

– Está bien – dijo resignado – ¿dónde quieres ir?

La cara de G.O. se iluminó con una amplia sonrisa.

– Ya sabes… a aquel lugar de la última vez. Había un par de chicas a las que me gustaría volver a ver.

– Jajajajjajaaaaa- la risa de Thunder fue muy sonora -. Está bien, pero no te dejaré hacer esfuerzos, ya sabes a lo que me refiero…

– Mmmmm… depende, alguna de ellas los merecería.

***

Seung Min salió de la habitación de Joon totalmente relajada. Era increíble, ni ella misma se creía todavía cómo había podido conectar tanto con una persona que la mayor parte del tiempo le provocaba instintos asesinos. ¿Cómo podía uno llevarse tan mal y a la vez tan bien con el mismo ser humano?

Pasó un momento a ver a Armaggedon, y al ver que éste tenía un buen desfile de compañeros entrando y saliendo de su habitación, se preguntó si su hermana todavía estaría velando el cuarto de Seungho, del que no había salido apenas desde que éste salió de quirófano.

Mir estaba haciendo lo mismo con Sun Nyu. Era alucinante ver cómo había cambiado su actitud con la chica. Antes del asalto, buscaba cualquier excusa para no permanecer en la misma habitación que ella o para hacer que ella la abandonara. Y ahora…

Seung Min comparó este cambio con el que ella misma había experimentado hacia Joon… era increíble ver cómo el agradecimiento transformaba las relaciones humanas. Mir estaba agradecido con la chica porque la intervención de ésta había salvado la vida de por lo menos dos de sus compañeros. Ella estaba agradecida con Joon porque, pese a que no existía nadie sobre la tierra con tanta capacidad para exasperarla y cabrearla, tampoco existía nadie sobre ella con esa capacidad para levantarla en sus peores momentos… A veces con una frase escogida o un argumento adecuado. Joon siempre decía las palabras perfectas.

Salió de la habitación de Armaggedon preguntándose si su hermana habría comido algo. Hacía bastante que no la había visto hacerlo. Subió al piso y cogió uno de los paquetes de ramen de la despensa. Soo Min se negaría a abandonar al líder, así que, si Mahoma no iba al ramen, el ramen recién hecho y calentito iría a Mahoma… No era el alimento ideal, pero por lo menos la calentaría y la reconfortaría.

Minutos después, entraba a la habitación de Seungho con el ramen humeante en una mano y los palillos en la otra. Su hermana estaba de pie junto a la cama de Seungho, con una de sus manos posadas sobre la frente del líder, y debió sufrir un efecto óptico al pasar de la tenue iluminación del pasillo a la luminosa habitación, porque le pareció que de la mano de ella emanaba un pequeño resplandor. Parpadeó un par de veces, molesta por el cambio de luz, y cuando volvió a abrir los ojos, su hermana la miraba sorprendida.

– He venido a traerte esto… supongo que no habrás comido nada – dijo, mientras observaba con desagrado su palidez y cómo se iban marcando sus facciones en el rostro.

Estaba perdiendo peso, alguien tenía que encargarse de ella o también enfermaría.

Soo Min sonrió, y al mirarla a la cara, pudo observar las ojeras y las bolsas bajo sus ojos. Tampoco había dormido demasiado.

– Gracias… la verdad es que no recuerdo cuando fue la última vez.

Soo Min cogió la comida y se sentó en el sofá. Seung Min se quedó a observarla. Ni un huracán de grado 5 la sacaría de aquella habitación hasta que no hubiera visto que se lo comía todo.

– ¿Qué hacías cuando he entrado? – preguntó.

Su hermana la miró por encima del borde del bol de ramen.

– ¿Mmmmm? – preguntó.

– Estabas… no sé, estabas tan concentrada mirándolo. Le estabas tocando la frente.

Soo Min sorbió un buen puñado de fideos y se quedó mirando al líder mientras masticaba.

Seung Min siguió su mirada y por primera vez también se fijó en él. No lo había hecho desde que había entrado, ya que, egoístamente, su único objetivo era encargarse de su hermana. Una vez que lo miró bien, que vio el respirador, que hacía un ruido desagradable a la vez que le insuflaba el aire, los aparatos que medían sus constantes vitales emitiendo ruidos rítmicos… Estaba hecho una piltrafa. Le costaba creer que alguien tan seguro y fuerte como Seungho pudiera terminar postrado entre la vida y la muerte… era injusto…

– Estaba tan frío – la voz de su hermana interrumpió sus pensamientos -. Tan frío y tan pálido… Si no fuera porque las máquinas dicen lo contrario, a veces una pensaría que…

No pudo terminar la frase. Seung Min la miró y vio que sus ojos se humedecían.

– No es tu culpa – replicó, incómoda. Al contrario que Joon, ella no era demasiado buena en eso de consolar a la gente.

– Oh… en cierta manera se puede afirmar que sí lo es.

Seung Min se olvidó totalmente de Seungho y se volvió hacia su hermana, que seguía con la vista clavada en el líder. Se interpuso en la dirección de su mirada y se agachó delante de ella.

– Es un agente especial, estaba en una misión y fue herido… ¿qué tienes que ver tú con eso? Nosotros lo hacemos todos los días.

– Sí, claro, herido… Machacado diría yo. No se trata de recibir una bala o una paliza, Seung Min… sus heridas van mucho más allá de eso. Parece que se haya peleado con un elefante mutante que en lugar de trompa tuviera una katana. No soy tan idiota como para pensar que esto es el resultado de una misión especial que salió mal… Aunque empleara todos mis años de práctica, no podría hacerme la tonta con esto sin correr el riesgo de que penséis que mi coeficiente intelectual es de tan solo un dígito.

El tono amargo de su hermana despertó una alarma en su cabeza cuando comenzó a hablar, pero sus últimas frases desataron una alerta roja en todo su cuerpo.

– ¿Qué estás diciendo?

Soo Min la miró directamente, con tristeza.

– Creo que ya es hora de que dejemos los juegos.

Seung Min sacudió la cabeza desconcertada.

– ¿Juegos? ¿Qué juegos?

Ahora su hermana sonrió amargamente.

– Dejemos de jugar y de fingir, Seung Min. Hasta hace poco todos parecíais muy contentos de que la frágil y delicada Soo Min se mantuviera en el desconocimiento. Muy contentos y muy cómodos, haciendo y deshaciendo planes a mis espaldas, cuchicheando cuando no estaba en la misma habitación y cambiando de tema o permaneciendo en silencio sepulcral cuando yo entraba en ella… Era más fácil hacerse la tonta cuando mamá estaba, cuando te sentía merodear por los alrededores…

– Soo Min, ¡¿de qué estás hablando?! – la pregunta fue más un grito de pánico que una oración interrogativa lanzada en espera de una respuesta. Seung Min se levantó de golpe, incapaz de procesar la información, y negándose a que las palabras de su hermana significaran lo que estaba intuyento. No podía ser… pero ella siguió hablando:

– … cuando tenía que contener un poder que ahora no encuentro para que no nos descubrieran, cuando tenía que fingir que no sabía que tenía una madre y una hermana biológicas, cuando todo el mundo parecía más feliz al creer que yo no podía recordar nada. Entonces era más fácil fingir – las lágrimas empezaron a caer por su rostro.

Seung Min se apartó de ella como si fuera un cuerpo poseído por algún tipo de demonio. Necesitaba pensar algo, necesitaba hablar con Mastermind, necesitaba…

Sin darse apenas cuenta, empezó a separarse de ella mientras la miraba con los ojos a punto de salírsele de las órbitas, pero su hermana, con un rápido movimiento, la asió por una de sus muñecas. Seung Min tiró, pero ella era más… ¿fuerte?

– Se acabó, Seung Min. Vi morir a mamá aquella noche, vi su resplandor, vi quién era el tipo que la mató y no pude hacer nada. Mírale – le dio la vuelta hacia el hombre que estaba postrado en la cama -. Él casi muere también, y todavía no saben si va a sobrevivir… Estoy harta de permanecer al margen. ¡Harta! Harta de fingir que soy débil y delicada para cumplir con vuestras expectativas. Ya no es cómodo ni fácil ni divertido. Soy lo que soy, y no voy a permitir que nadie más muera por mí, y eso te incluye a ti.

La forzó a darse la vuelta de nuevo, y cuando Seung Min volvió a mirarla a los ojos, vio en ellos una nueva resolución, una nueva fortaleza.

– Esta noche, mientras me acercaba a él, lo noté frío, le toqué la frente… Noté el calor surgir de mi mano – levantó una de sus manos y la miró fijamente -. De alguna manera supe que le ayudaría, así que volví a tocarle, y mi mano se iluminó.

– ¿Tú? ¿Estabas compartiendo con él tu energía vital? – Seung Min consiguió articular las palabras con mucho esfuerzo.

– Creo que sí… hacía mucho tiempo que no me sucedía nada… extraño. Pero creo que he vuelto… ¡He vuelto Seung Min! Ya no hay necesidad de fingir, ya no quiero continuar con esto, por mucho que os cueste asimilarlo o por más que os gustara pensar que no recordaba nada… Sé quién le hizo esto a Seungho y a los demás, lo sé perfectamente. No les daré la oportunidad de volverlo a repetir, lo juro por la memoria de mamá… ahora es el momento de que yo cuide de vosotros y no al contrario.

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11 respuestas a “비밀” Bimil – secreto. Capítulo nº 15

  1. hanbokkiss dijo:

    OH Por Dios esto está cada vez mejor,las esperanzas que tenia de que Thunder y So Yeon Tubiran una bella historia de amor,se esfumarón,es mas probable que el jinete sexi sea el caza Gu…(Pero bueno aun esperare una grata sorpresa. XD) En fin este capitulo me gusto mucho,sentimientos,sentimientos y mas sentimiento. O.O Soo Min..Tan genial‼ Yo sabia que Ella es mas fuerte de lo que todos pensaban,hora de luchar hahahahaha XD. Me gusto mucho,gracias por compartirlo. ^^

  2. Agra dijo:

    ¡Oho! Me gussssta mucho, sí señor. Me encanta que los personajes vayan cambiando sin perder su personalidad. Los que parecían más duros están mostrando su lado más sensible y vulnerable, y aquellos que parecían indefensos son los que están sacando las garras ahora, ¡chúa!
    Preocupada por la del jinete… nada, ¡a esperar!

  3. ARI8 dijo:

    Bueno, pues la mosquita muerta por fin dejó de hacerse la imbécil princesa en apuros que necesita que todo el mundo la defienda. Ahora, llena de amargura se revela ante la hermana diciendo que sabía todo el tiempo la verdad. Si eso es así, ¿por qué no ayudó a la madre? Quizá con su ayuda podría haber sobrevivido y así no estaría tan sola y su hermana no habría sufrido todo lo que sufrió mientras ella se hacía la loca.
    Sí, no me gusta esta tía, la verdad y no me cae nada bien. Me quedo de lejos con la hermana, que la verdad, lo pasó muy mal por tener esa fuerza sobrehumana, pero si le exigían a una, podrían haberle exigido a la otra, que tampoco creo que haya tanta diferencia.
    Seung Min perdió su vida, mientras Soo Min la disfrutaba con su madre y encima la muy imbécil se queja de que se tuvo que hacer la tonta. Anda y que te den, haber hablado antes, que así hubiese habido menos problemas.

    Seung Min me encanta, porque por fin encontró a alguien con quien abrirse, con quien poder ser por fin una persona normal y corriente. Alguien que la entiende y la ayuda mucho. Me encanta cómo Joon la está ayudando y cómo la hace cambiar poco a poco, haciendo que las dos partes de Seung Min convivan. La parte dura que reparte guantazos sin pensárselo dos veces y la nueva parte dulce por decirlo de alguna manera, que encuentra en Joon su mejor bálsamo.
    Además, Joon también se está abriendo a ella y la verdad es que forman una pareja preciosa y esa escena de los dos juntos, recostados y abrazados me mató de amor.

    Al que voy a colgar del palo de mesana es al padre de Seungho. Qué asco de hombre, de verdad. Es odioso, leñes, odioso.

    • Nuna dijo:

      XDDDDD Ari… que no tenía poder, que había olvidado cómo usarlos y los acaba de encontrar, no podía ayudarla, era tan mortal como el resto cuando mataron a su madre… Por qué vivió así, ya lo comprenderás, sólo te digo que la decisión no fue de ninguna de las dos niñas… todo tiene su por qué, no la crucifiques tan pronto.

  4. fullvcia dijo:

    Voy a ser sincera. Esta semana habeís sido un poco tacañas. Mucho sentimiento,como os han dicho por ahí arriba, pero lo único que tenemos claro son cositas que ya nos imaginábamos. La chica dura se cuela por Joon, la chica dulce no es tan tonta como pensábamos. que conste que no es una crítica crítica..es sólo que me ha dejado con otra sensación, no sé…como de bajón. El pobre líder sigue como lo dejamos..A lo mejor es pq como tuvimos tanta montaña rusa la semana pasada y la anterior…es por eso que me ha dado bajón. De todas maneras, como siempre, la narración, el desplegar tanta personalidad distinta de tanto personaje…todo , como siempre, muy bien escrito. Nada…pues eso..a esperar una semanita más a no ser que queraís curarme la sensación y adelnateís un capitulito al fin de semana…no cuela ¿verdad?

  5. Alusiana dijo:

    ya era hora que espabilara^^

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