Fics one shot: Like a kid in front of a delicious cake

by @Jeannelok

Antes de nada, ya sabéis cómo funciona esto, aunque por si hay alguna nueva por ahí, lo recuerdo. No se pueden sacar los fics del blog para publicar en otros sitios sin permiso de la autora, que en este caso es @Jeannelok. Dicho esto, disfrutad de la lectura, chic@s.

cap niel

Niel Le golpeó el hombro a C.A.P para decirle que dejase de bromear. Lo que acababa de pedirle no tenía ni pies ni cabeza.

¿De verdad le había rogado que se disfrazase de chica y tuviera una cita con él? Absurdo.

—Por favor…—le suplicó—. Es por mis padres. Les dije que tenía novia, y como no te conocen en persona podrías…

— ¿Y no sería mejor que se lo pidieras a una chica…ya sabes, de verdad?

— ¿A cuál? ¡No conozco a ninguna!

— Eso es cierto…pero… ¿por qué yo? ¿Por qué no se lo pides a uno de los otros?— se hizo el silencio. Al darse cuenta de lo que significaba eso, Niel se sintió herido en su hombría—. Joder, hyung…— se pasó la mano por el pelo. Aquella situación le hacía ver de nuevo que debería cortárselo otra vez.

— Niel, no tengo a nadie más…— el otro le miraba con ojos suplicantes. Lo conocía lo suficiente como para saber que C.A.P no se rebajaría nunca hasta ese punto si no necesitase de verdad la ayuda…

— Vaaaale, ¡pero me deberás una muy grande!— C.A.P se deshizo en halagos, mientras Niel solo podía pensar en el gran jaleo en el cual se estaba metiendo…

El día de la cita llegó. Él hubiera preferido disfrazarse una vez cerca de la casa de los padres de su amigo, pero se vio obligado a hacerlo antes. Acudieron a una peluquería, cuyo dueño era de la suficiente confianza como para saber que no divulgaría que Niel, de Teen Top, se había disfrazado de chica.

Niel llevaba el pelo largo de por sí, sin embargo a la madre de C.A.P le gustaba que las chicas llevasen melena, así que al final se vio obligado a llevar una lacia peluca del color de su pelo real, que le llegaba entre los omoplatos. Pero eso no fue lo peor, ¡ni mucho menos! Lo peor fueron el sujetador con relleno (¿cómo podían las mujeres llevar algo tan incómodo?) y el conjunto de ropa: una camisa blanca, con una chaqueta de primavera beige por encima y una falda rosa pálido hasta las rodillas. Los zapatos eran blancos y con un poco de tacón, e incluso llevaba un bolso a conjunto. Era el prototipo de niña buena. Al lado de C.A.P ofrecían una imagen de pareja bastante adecuada.

— Estás…muy guapa…

— Gracias, supongo. — arrugó la frente, intentando dictaminar si eso era algo bueno o malo.

Por suerte estaba acostumbrado al maquillaje: un poco de brillo labial, base para la piel y sombra de ojos rosa no era nada doloroso comparado con los pendientes de corazones que colgaban de sus orejas. Como no tenía agujeros, llevaba unos de clip bastante incómodos.

C.A.P le tendió con caballerosidad la mano y Niel se la agarró refunfuñando al ver la estúpida sonrisa que se le formaba en la cara.

CAP

Sus padres estaban viviendo en un barrio bastante alejado de donde ellos se encontraban, así que tuvieron que coger el tren. Por suerte estaba vacío, y nadie pareció reparar en ellos. De todos modos su amigo no se olvidaba de llevar una gorra y la máscara de la boca. Sin ir maquillado también pasaría bastante desapercibido.

Estaban en silencio en el viaje, así que se dedicó a repasar en su cabeza los planes que habían hecho para parecer una pareja real ante los padres de C.A.P. De vez en cuando lo encontraba mirándolo de reojo y le hacía sentirme más incómodo todavía. Podía entender que vestirse de mujer le sentase mejor de lo que le complacía, pero tampoco hacía falta que el otro demostrase tan abiertamente que le gustaba cómo le quedaba. Cansado de esa actitud, le dio un punta pie en la espinilla que fue recibido con un doloroso quejido.

— ¡Eh!

— Preferiría que no se te cayera la baba mientras me miras, sabes.

— Lo siento pero es que… es increíble lo bien que te queda.

— Pues a mí no me gusta demasiado. No dejo de ser un chico y que alucines viéndome vestido de mujer no es divertido. — volvieron a quedarse en silencio. Debía dejar de estar enfadado por todo si quería que todo funcionase bien y así poder olvidar todo eso cuando antes, mejor. Por esto el resto de viaje intentó centrarse en intentar ser lo más educado, amable y femenino posible.

Una vez llegaron a su destino, C.A.P volvió a ofrecerle su brazo para que se agarrase. No lo rechazó, pues aunque fuera poco, el tacón de los zapatos le hacía tambalearse. Caminaron así cogidos, ganándose la mirada de algunas personas (escuchó decir que eran una pareja atractiva y quiso patearlas) hasta la casa donde vivían los padres de su compañero. Cuando llegaron, abrieron la puerta y su amigo saludó en voz alta, poco tardó en aparecer su madre. Era una mujer normal y corriente que se puso a llorar mientras abrazaba a su hijo. Niel se hizo a un lado, esperando a que notasen su presencia.

El padre de C.A.P también apareció, estrechándole fuerte la mano a su hijo y al final, abrazándolo sin poder resistirse, aunque con menos efusividad que su mujer.

— Papá, mamá, ella es Ahn Chong Ah.

— Qué nombre más peculiar…— musitó la madre de su amigo. Sí, desde luego ninguno de los dos se había roto mucho la cabeza para decidirlo— Vaya, te pareces bastante al compañero de grupo de mi hijo…

— Sí, es que es mi primo— se dio cuenta de que acababa de usar su voz normal y abrió los ojos alarmados, no obstante aunque la madre y el padre de C.A.P se miraron de reojo, ninguno pareció creer que fuera nada anormal que una chica tuviera la voz algo masculina y decidió que al menos sería más cómodo si no tenía que regular la voz todo el día—. Fue gracias a él que nos conocimos.

— Vaya, la genética es impresionante… pero no os quedéis aquí en la puerta. Pasa, bonita. — Niel se quitó los zapatos y se puso las zapatillas que la madre de su novio de mentira le ofrecía con amabilidad. La mujer la agarró con suavidad del brazo para dirigirla hacia la cocina y la invitó a sentarse, sirviéndole un poco de agua.

La casa era bastante grande, con dos plantas. Los colores, suaves y agradables para la vista. C.A.P hablaba bastante bien de su familia, y de cara hacia fuera la verdad es que ofrecía un aspecto bastante bonito y agradable. Niel pensó que echaba también de menos ver más a menudo a su familia.

La conversación que mantuvieron fue muy en la línea de lo que habían estado ensayando, y pudieron sobrellevarlo sin ningún tipo de impedimento. Los padres de C.A.P fueron muy atentos con él y amables. Al fin, les dijeron que subieran a descansar mientras se encargaban de preparar la comida, rechazando ningún tipo de ayuda que quisieran ofrecerles.

— Hyung, luego me gustaría salir a comprarles una tarta a tus padres o algo…— le comentó cuando entraron en su cuarto. Estaba decorado con fotos familiares y había algunas gorras colgadas de la pared. La cama estaba llena de peluches, lo más seguro que de fans y un pijama descansaba doblado sobre la almohada. Niel se sentó y se dejó caer hacia atrás en el colchón, suspirando— Acabamos de llegar y ya estoy cansado, ¿sabes lo que duelen estos zapatos? Me pregunto cómo hacen las mujeres para bailar sobre esto…

— Te hacen las piernas todavía más largas— C.A.P se sentó a su lado—. Vas a descolocarte la peluca. — se acercó a su frente, arreglándole los cabellos dispares. Niel se dejó hacer, teniendo sobre su cabeza la de su amigo, bastante cerca. Justo en ese momento la puerta se abrió, dando paso a la madre del joven.

Por un momento, nadie se movió, hasta que la mujer se rió con timidez, se disculpó y se marchó cerrando de nuevo.

— No me digas que ella…

— Sí, me parece que ha malinterpretado bastante la situación.

Al escuchar confirmar la situación al otro, lo empujó a un lado, haciendo que cayera al suelo. Claro, para su madre ellos eran una pareja de jóvenes, encerrados en un cuarto, solos, sobre la cama y en una situación fácil de malinterpretar. Perfecto.

— Eso ha dolido, Ni… Chong Ah…

— Y más dolerá si no acabamos con esto pronto, hyung. Vamos a ver qué quería tu madre y acompáñame a por el pastel, anda…

Ambos bajaron hasta la cocina, donde la mujer se paseaba con nerviosismo acabando de preparar la comida. Cuando C.A.P fue a hablar con ella, no pudo disimular su sonrisa de felicidad y Niel notó cómo se le calentaban las orejas. Sonrojarse no iba a ayudar en nada, desde luego…

Salieron por la puerta tras argumentar que como todavía era pronto, iba a mostrarle el lugar a Chong Ah, le comentó que su madre solo había ido a decirles si querían tomar algo mientras esperaban… ¿por qué no podía la mujer no ser tan amable e inoportuna?

C.A.P lo llevó hasta una pastelería algo alejada, pero que según él era la mejor en relación calidad— precio y que a sus padres les gustaba mucho. No era demasiado grande y estaba regentada por un hombre mayor y su hija, sin embargo lo que exponían no solo tenía una pinta estupenda, sino que el muchacho sabía a ciencia cierta que el sabor acompañaba. Se pasaron alrededor de veinte minutos tratando de elegir, puesto que a Niel todos y ninguno le convencían: tenían tan buena pinta, que se veía incapaz de decidirse por ninguno.

— Tu novia es muy detallista, Min Soo. — le comentó la dependienta. La conocía desde pequeño y la chica siempre le había tratado como una tía. En su cara se podía ver la sorpresa y emoción dibujadas al pensar que de verdad estaba saliendo con alguien y él no pudo evitar sonrojarse.

— Mm…— Niel estaba tan concentrado, que pareció no escuchar lo que acababa de decir la mujer— Creo que…me llevaré ese de allí. — señaló un pastel no demasiado grande, de color blanco y violeta. Era uno de los más sobrios, decorado con fruta por encima. C.A.P aprobó en su mente esa opción, pues dado que era para sus padres no tendría sentido presentarse con algo muy colorido o decorado de manera demasiado festiva.

— La próxima vez venid con más tiempo a tomar algo— comentó la mujer mientras envolvía el pastel. C.A.P sonrió con timidez sin saber qué decir, mientras que Niel apartaba la mirada avergonzado. Le daba rabia que le confundieran con tanta facilidad con una chica, sin embargo le alegraba que su plan estuviera yendo a la perfección.

— La próxima vez— le dijo Niel cuando salieron del local—, vendré sin peluca, sujetadores y con pantalones, ¿entiendes, hyung?

— Con lo bien que te queda…— antes de dejarle acabar la frase, Niel le pegó una patada a su amigo en la parte trasera de la rodilla, haciéndole perder el equilibrio. Se abalanzó sobre él para agarrar el pastel y que no se le cayera.

— ¡Hyung!

— ¡Pero si ha sido tu culpa! Menos mal que no le ha pasado nada…— Niel arrugó la frente, sacándole la lengua a su amigo y adelantándole. Encima tendría la desfachatez de echarle la culpa. Siguió mostrándose molesto hasta que pasaron por delante de un instituto. Niel se detuvo paulatinamente. Se quedó mirándolo, y C.A.P siguió la dirección de su mirada, comprendiendo lo que pasaba. Niel echaba de menos ir a la escuela con sus amigos y pasar un rato normal más que ninguno de ellos. Siguieron su camino, pero después de comer el chico ya sabía dónde iba a llevarse a su compañero.

Cuando llegaron a casa y les enseñaron a los padres de C.A.P el pastel, éstos se deshicieron en agradecimientos a Niel. Se sentaron todos juntos a la mesa, y para sorpresa del chico vestido de chica, fue todo mucho más ameno de lo que se esperaba. Disfrutaron de la comida de la señora Bang, hablaron animados sobre el tiempo, la infancia de su amigo… Las menciones a la relación que mantenían fueron escasas, y supuso que los padres pretendían respetar la privacidad de su hijo, o al menos eso esperó.

Cuando acabaron, Niel se ofreció a ayudar a recoger y limpiar, sin embargo tuvo que desistir tras la insistencia de los padres de C.A.P, quienes casi lo echaron a patadas de la cocina.

— Están contentos por haberte conocido. Pero como les dije que teníamos poco tiempo para vernos, creo que quieren que disfrutemos nuestro tiempo juntos…— le explicó, sin necesidad de que Niel preguntase nada. Asintió, dando a entender que lo entendía— Podemos esperar a que acaben en mi cuarto…

— ¡No, a tu cuarto no!— Niel sintió que sus mejillas se sonrojaban ante la simple mención del lugar. Ya había sufrido una escena lo suficientemente embarazosa allí.

— Vale pues… quiero que me acompañes a un sitio.

— ¿Dónde?

— Ya verás. — C.A.P le dijo a sus padres que regresarían en un rato y los adultos respondieron felices. Tal y como había pensado que haría, llevó a Niel hasta el instituto que antes se había quedado mirando. Lo asió de la mano, encaminándose al interior del edificio.

— ¿Qué haces?

— Vamos a cotillear un poco. Seguro que no pasa nada por mirar los alrededores o…— le señaló una ventana abierta, entusiasmado de repente— ¡O por colarnos!

— ¿¡Estás loco!? Nos pueden llevar a la policía incluso si nos pillan. — Niel se soltó de su mano, horrorizado.

— ¿Desde cuándo eres un cobarde?

— No soy un cobarde, pero…

— Será divertido…

— ¿Pero tú no eras aburrido?— lo acusó Niel, clavándole un dedo acusatorio en el pecho. C.A.P rió contento. De repente, parecía otro. Más vivaz, con los ojos brillantes y esperando vivir emociones. Seguramente, C.A.P quería rebelarse un poco y sentir algo de adrenalina. Niel apartó el rostro cuando se dio cuenta de que sus pensamientos giraban en torno a lo guapo que estaba su amigo con esa alegría encima…— Está bien, ¡será divertido!— al escuchar su respuesta, C.A.P todavía se mostró más feliz y ambos fueron hasta la ventana abierta, controlando que nadie los viera. La mayoría de alumnos estaban en clase, por lo que supusieron que tenían bastante libertad para pasearse por los pasillos sin miedo a encontrarse a ninguno. Lo mismo sucedía con los profesores, que estarían ocupados dando clases o corrigiendo en sus despachos.

— El gimnasio— llevaban un rato escondiéndose tras paredes a la vuelta de cada pasillo y saliendo de su escondrijo al ver que no había nadie, o agachándose al pasar por delante de una puerta pues tenían pequeñas ventanas en ellas desde las cuales podrían verlos. Niel se quejó en algún momento del dolor que le estaban causando los zapatos, más que del nerviosismo que le estrujaba el corazón—. Vamos allí, no se escucha ruido así que seguro que está vacío. — C.A.P tenía razón. Cuando llegaron, el lugar tenía la puerta abierta pero no había nadie dentro. Corrieron hasta el centro, Niel sacándose los zapatos y sujetándolos con la mano.

— Echo en falta jugar a fútbol. — mencionó el chico. C.A.P le dio la razón.

— ¿Te hace un uno a uno?

— Claaaaro— Niel arrastró las palabras, irónico—. Y cuando nos pillen aquí jugando a fútbol, yo con falda por cierto, les preguntamos si quieren unirse a nosotros, ¿no? ¿Pero qué narices pasa contigo hoy, hyung? Estás extraño…

— No extraño. Estoy feliz, porque…— se calló, valorando si debía decir lo que había en su mente. Pareció optar porque era mejor guardárselo todavía— Porque sí. Pero vale, si no quieres jugar a fútbol, pues qué…— no pudo acabar la frase, porque unas voces llegaron hasta sus oídos. Alguien se acercaba al gimnasio, y los cogerían allí en medio, dos desconocidos. Se pusieron nerviosos, hasta que Niel logró reaccionar y arrastró a C.A.P.

— Menos mal que son unos despistados— comentó Niel, mientras se escondían detrás de una caja. Igual que el gimnasio, se habían dejado abierta la puerta del almacén donde guardaban el material de deporte. Solo desearon que no tuvieran que ir a buscar nada allí dentro. Era una sala pequeña y mal iluminada, olía a cerrado y estaba llena de polvo. A saber cuánto rato aguantarían escondidos en esas condiciones.

Escucharon que fuera, los alumnos comenzaban a hacer ejercicio siguiendo las órdenes de algún maestro. Niel se dejó caer en el suelo, cruzando las piernas sin delicadeza. Cuando C.A.P se volvió y lo vio, a pesar de la poca claridad, apartó la mirada inconscientemente, sonrojado.

— ¿Qué pasa?— susurró el otro al notar su reacción. C.A.P negó con la cabeza, sentándose también a espaldas de él, sacudiéndose— ¿Hyung?— preocupado, se arrastró hasta su lado. Apoyó una mano en su hombro, intentando que se voltease.

— Eres tan poco femenino…— musitó C.A.P— Incluso con los pantalones cortos bajo la falda, se te marcaba todo.

— Te estás riendo…— Niel colocó las cejas en forma de v, enfadado. C.A.P se estaba sujetando la boca para no echarse a reír y que le escuchase todo el mundo— Parece que se te olvida que soy un chico en realidad, hyung.

— Pero es que estás tan guapa…

niel

— Deja de decir eso…— le dio un puñetazo en el hombro. C.A.P se volteó de repente, agarrándolo por las muñecas.

— Pero es que es verdad. Parece un sueño.

— ¿Sueñas conmigo vestido de chica? Serás raro…

— Pues sí. Sueño contigo siendo una chica, aunque sea para pensar que alguna vez…— C.A.P abrió los ojos, sorprendido de lo que él mismo estaba diciendo, y soltó las muñecas de Niel. Él, confundido, volvió a golpearlo.

— ¡Eh! Acaba lo que ibas a decir. — tuvo que controlarse para no decirlo en voz alta. Fuera todavía estaban haciendo clase de gimnasia.

— No…no puedo hacerlo. No me hagas caso.

— ¿Te crees que puedes dejarme así?— Niel se levantó y se colocó ante C.A.P. Inclinándose, empujó los hombros de su amigo hacia atrás y casi pegó frente con frente. Clavando sus enormes ojos en C.A.P, le obligó a no poder apartar la cara— Acaba de decir lo que fuera que tenías en mente, ¿crees que se me pasará la curiosidad así como así?

— No quieres saberlo.

— ¿Qué te apuestas?— C.A.P sintió esos ojos perforándolo. Debía callar, como llevaba haciendo desde la primera vez que lo había visto y su corazón había dado un vuelvo. Debía callar, porque no le haría ningún bien a ninguno de los dos decir lo que había en su mente, y su corazón. Pero Niel lo estaba acribillando, y le costaba callar, le costaba no tumbarlo sobre ese sucio suelo y besarlo hasta que le dolieran los labios.

— ¿Sabes lo irresistible que eres?— la respuesta de C.A.P no era, sin duda, la que Niel esperaba. Antes de que tuviera ni siquiera la intención de separarse de él, volvió a sentir la presión de las manos de su compañero sobre sus muñecas, obligándolo a seguir manteniendo esa postura— ¿Sabes lo que es ver día a día tus labios, deseando besarlos, pero saber que no puedes? Quería que fueras una chica, porque al menos así sería todo más fácil. Pero claro… entonces no estarías a mi lado. Insufrible… quería guardar el día de hoy en mi mente como si hubiéramos sido una pareja de verdad, pero tú… ¿por qué no podías, simplemente, no ser tan curioso? Estoy feliz, siento que me va a explotar el pecho, porque hoy somos solo tú y yo.

La cabeza de Niel estaba dando vueltas. Su frente ya estaba pegada a la de C.A.P, y contenía el aliento sin percatarse, intentando comprender lo que estaba escuchando. No se había dado nunca cuenta de que su compañero sintiera ese tipo de cosas por él. Vale, en broma lo rumoreaban las fans e incluso lo habían comentado en algún programa pero… Sintió sus mejillas y sus orejas arder. También recordó que había pensado que su amigo estaba muy guapo y el estómago le había dado un vuelco. No era la primera vez que le pasaba, no obstante nunca lo adjudicó a…

Unos pasos se acercaban a donde ellos estaban. C.A.P se levantó de golpe y estiró de él hasta que volvieron a quedar escondidos tras unas cajas, rezando para que no fueran a buscar nada allí. La verdad es que teniendo en cuenta la de polvo que tenían las cajas, dudaba que las hubieran abierto en mucho tiempo.

Cuando abrieron las luces y entraron a buscar lo que fuera que necesitaban, ambos contuvieron la respiración. La verdad era que la postura en la que habían terminado era comprometida, al menos después de lo que C.A.P había confesado. El mayor estaba sentado de espaldas a la pared, mientras rodeaba con sus piernas a Niel, de rodillas y apoyando la cabeza y las manos en su pecho para no sobresalir por encima de las cajas.

En sus cabezas no había cabida para escuchar la conversación de los alumnos, deseando solo que se fueran de allí. Niel comenzó a ser consciente del latido de C.A.P en su oído. Acelerado. Levantó un poco el rostro, lo suficiente como para percatarse de que el chico estaba sufriendo. Tenía la cabeza levantada, mirando al infinito.

Y Niel se dio cuenta de que su corazón latía igual o más rápido que el del líder. Levantó las manos, incómodo pero sin darse cuenta en realidad de lo que estaba haciendo, y agarró el rostro de C.A.P en el preciso momento en que las luces se apagaron y la puerta se cerró de nuevo, obligándole a mirarlo.

— ¿Lo que has dicho antes, no era broma?— ni de coña, sabía a la perfección que C.A.P había sido del todo sincero.

— ¿Tenía pinta de serlo?— C.A.P también se había sonrojado. Esa fue la única señal que Niel necesitó. Su cuerpo se lo estaba pidiendo. Desde el preciso instante en que se había dado cuenta de que sus corazones latían en una carrera interminable.

Besó a C.A.P. Se separó con rapidez, inseguro de lo que acababa de hacer, y se puso en pie. Se restregó, tímido y nervioso, uno de sus pies descalzos y sucios contra la pierna contraria.

— Esto… lo que acabo de hacer, no…— C.A.P lo miraba con la boca medio abierta, intentando entender y encajar lo que Niel acababa de hacer. Le miraba sin verlo. Seguía viviendo unos segundos atrás— Hyung… oye… ¿me escuchas?— movido por un resorte, C.A.P se levantó. Se acercó a él, con lentitud, y le pasó una mano por detrás de la cabeza. Acarició la peluca como si fuera su cabello de verdad, bajó la mano y la pasó por encima de la camiseta, deteniéndose en el sujetador.

— Estás muy guapa.

— No empecemos con…

— Pero te prefiero como chico. Siempre estás guapo a mis ojos. Más que nadie. Eres un ser hermoso, inconfundible e inigualable.

— Me vas a hacer vomitar. — la mano de C.A.P sobre su espalda hizo presión, pegando sus cuerpos todavía más. El ruido de pelotas botando en el gimnasio fue desapareciendo poco a poco. Niel, otra vez sin tener conciencia de lo que hacía, besó la mandíbula de C.A.P. Siempre le había envidiado por ella, tan masculina… Siguió besándosela, bajó y llegó al cuello.

— ¿Vas a seguir, Daniel?

— Yo también debo acabar lo que comienzo— musitó como toda respuesta el chico. Al escucharlo y en un arrebato, C.A.P le hizo caer al suelo, con brusquedad pero sin permitir que se hiciera daño. Niel era muy ágil, pero perdía en fuerza contra él así que no pudo evitarlo de ningún modo—. Esto parece salido de una película o algo… ¿practicabas con las almohadas?— bromeó Niel, aunque dejó de hacerlo cuando el otro chico le levantó la camiseta y le besó el ombligo. Sintió una descarga eléctrica ir desde la parte baja de su estómago hasta cada punto de su ser.

Ambos sabían que era muy peligroso estar haciendo aquello en ese lugar. En cualquier momento abrirían la puerta, les pillarían y les llevarían a la policía. El escándalo que podía saltar alrededor de eso era aterrador. Y sin embargo, ninguno se sentía con fuerzas de detenerse.

Niel dejó que C.A.P le sacase la camiseta y lanzase el sujetador con relleno en el mismo lugar donde se habían escondido ellos instantes antes. Cuando vislumbró en la oscuridad el torso desnudo del otro chico sobre él, sintió cosquillas por todo el cuerpo. La diferencia entre sus cuerpos era impactante. El uno grande, fornido, musculoso. El otro delgado, largo, débil. Le sobrevino la imperiosa necesidad de cubrirse, tapar su cuerpo ridículo. Cruzó los brazos sobre el pecho, dándose cuenta de que era una burla a su lado.

— Te lo dije antes— C.A.P se inclinó al lado de su oreja, susurrándole y apartando con delicadeza sus manos mientras hablaba—, eres hermoso. No te cubras.

A pesar de sus palabras, Niel no pudo evitar avergonzarse de su cuerpo, siendo incapaz de mirar a C.A.P. Por lo general, le daba igual las burlas que pudieran hacer sobre él, que no eran pocas. Le llamaban feo y le acusaban de haberse operado por sus grandes labios, cuando podían comprobarse que eran suyos viendo fotografías suyas de bebé. No le importaba lo que decían de su físico, o al menos había aprendido a no dejarse intimidar por ciertas palabras. Y allí se encontraba, temiendo ser ridículo bajo el cuerpo de C.A.P. Nunca antes lo había pensado, y en esos momentos era lo único que le venía a la mente.

Pero el otro muchacho siguió saboreando su cuerpo. Sintió sus labios, su lengua y sus mordiscos. Se removió, su cuerpo comenzaba a arder. Las llamas aparecían en los puntos donde C.A.P lo tocaba.

— No sabes las veces que he soñado esto… que tú y yo…

— Yo nunca lo soñé— respondió Niel, todavía incapaz de mirarlo. C.A.P, quien iba a besarlo de nuevo en el cuello, se detuvo. Aprovechó ese momento para apoyar una mano en su pelo y acariciarle la nuca—. O no siendo consciente de que lo hacía, al menos. Supongo que, de no haberme dicho nada, no me habría dado cuenta…

La boca de C.A.P saboreó su piel otra vez, a la vez que una mano indiscreta accedía al interior de la falda, bajándole los pantalones cortos que hasta ahora habían ayudado a disimular lo que pasaba entre sus piernas.

Hábilmente, la mano del líder viajó dentro de su ropa interior. Niel se llevó la mano a la boca y mordió. Estuvo a punto de soltar una exclamación de placer que hubiera escuchado todo el gimnasio, y sin duda no era eso lo que les convenía.

Al verlo, C.A.P no se detuvo, pero optó por besarlo para acallarlo. Y así siguieron, tocándose y sintiéndose. No hubo parte de la piel del uno, que el otro no rozara, besara, lamiera o mordiera. No hubo parte del uno, que el otro no sintiera.

Cuando la puerta se abrió de nuevo, y las voces llegaron a ellos, contentas de acabar y guardando ya el material, volvían a estar escondidos tras las cajas. Totalmente desnudos, Niel con la peluca todavía colocada y sentado sobre C.A.P, quien le besaba el cuello mientras le ayudaba a taparse la boca. Sudados, felices.

Por suerte, volvieron a dejarse la puerta del almacén abierta, y esperaban que del gimnasio también. Se vistieron a desgana, hechos un desastre. El que salió peor parado fue Niel, con los pantalones manchados de blanco y sin poder ponérselos de nuevo, la falda arrugada y con su entrepierna marcándose ya sin poder evitarlo, la espalda de la chaqueta sucia, la peluca movida…

— Le diré a mi madre que te has caído rodando por algún lado y que te dejen ducharte— bromeó C.A.P, ayudándole a colocarse lo mejor posible el disfraz. Tenía uno de los pechos más alto que el otro. Se lo pellizcó—. Hubiera sido divertido dejarte esto puesto.

— Estás tú hoy muy gracioso, eh. — gruñó Niel, acabando de ponerse los zapatos. Salieron del lugar sin mayores dificultades, y aunque estuvieron a punto de pillarlos cuando atravesaban el patio, fueron lo suficientemente rápidos como para que el profesor que comenzó a perseguirlos no los cogiera.

Corrieron entre risas hasta llegar a la casa de C.A.P, donde sus padres les recibieron alarmados. Niel se mantuvo tras el cuerpo del otro muchacho para ahorrarse mayores problemas, y dijeron que unos perros les habían saltado encima para jugar con ellos, tirándolos al suelo. Pudieron ducharse con tranquilidad y C.A.P le dejó algo de su ropa a Niel. Salieron de la ducha casi a la vez, uno de la del cuarto de matrimonio y el otro de la del pasillo. Se encontraron en éste, con el agua recorriendo sus mejillas.

C.A.P se acercó a Niel, e incapaz de resistirse más, le besó. Los grandes y blandos labios del chico aceptaron su boca con ganas, y al separarse pudo ver que se los mordía, deseando más. Sus cuerpos se habían vuelto a pegar el uno al otro. La mano del líder se movió por sí sola hasta el hombro del otro chico, empujándolo contra la pared, atrapándolo y besándolo de nuevo. Estaba descendiendo por su cuello, realizando el mismo recorrido repetido miles de veces a duras penas una hora antes, cuando una voz tras de ellos le hizo pegar un salto hacia atrás, separándose.

— A mí no me importa que sigáis con lo vuestro, pero en el pasillo es algo incómodo, ¿y si os ve tu padre?— la madre de C.A.P, aunque con cierto sonrojo en sus mejillas, parecía despreocupada ante lo que acababa de ver, prácticamente invitándolos a que fueran a su cuarto a acabar lo que habían comenzado. La mujer sonreía de oreja a oreja— Por cierto, no sé qué clase de fetichismo será, pero no acabo de entender eso de que te guste disfrazarte de chica e incluso cambiarte el nombre— Niel recibió las palabras de la mujer como puñetazos en el estómago, perdiendo la capacidad de respirar durante algunos segundos—. Vamos, yo no me quiero meter, ¿pero es por gusto o estás practicando para algún papel…? En fin, siento interrumpiros. Dadme vuestra ropa que la pondré a lavar…

Cuando le dieron la ropa, totalmente en silencio, y la vieron bajar por las escaleras canturreando feliz, C.A.P y Niel se miraron el uno al otro, sin poder salir de su sorpresa y asombro.

— Supongo que a una madre no se le escapa nada…— musitó C.A.P, intentando bromear con la situación.

— Entonces… me saco la peluca…o qué…

— Hombre, pues podrías dejártela, no te queda mal…— como toda respuesta, Niel le propinó una patada en la pierna, haciéndole flaquear y estar a punto de caerse. C.A.P se recompuso, y en venganza se abalanzó sobre él, cogiéndolo de la nuca y besándolo, esperando que su madre no tuviera la necesidad otra vez de aparecer e interrumpirlos.

13 respuestas a Fics one shot: Like a kid in front of a delicious cake

  1. ARI8 dijo:

    Matrícula de honor Peque, porque te quedó de puta madre. Es precioso, de principio a fin, te enamora sin que lo puedas evitar y la pareja es preciosa.
    Me encantó cómo CAP se queda embobado al ver a Niel de chica y el otro sufre un ataque de nervios XDDDDDDD. Genial la escena del almacén en el gimnasio y de traca ese final cuando la madre de CAP los pilla y además los deja a cuadros porque ya sabía que era un tío. MUY GRANDE, de verdad ^____________^

  2. Ivannova dijo:

    OMO!.. Primer fic yaoi que leo y debo decir que me encantó! La pareja de C.A.P y Niel es una ternura *-*, ahora me encanta C.A.P ♥ jeje

  3. arwenlorien dijo:

    Genial, me ha gustado mucho

  4. Keiko dijo:

    A mí tampoco me gusta el yaoi, pero este fic está muy bien escrito y se deja leer fácilmente. Además es cortito, cosa que a mí me encanta. Perfecto, Jeannelok 😉

  5. Nana.Bid dijo:

    ♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥♥

  6. Ilatsi dijo:

    Me ha encantado. Felicidades, Jeannelok.

  7. KSTLE dijo:

    Amo el NAP.. !! >.< Amo tu fic ❤ Amo a TEEN TOP ❤ ❤

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