Háblame de tus alas, capítulo 3. Febril

by @Jeannelok

Capítulo 3: Febril

El sol había desaparecido y llevaba todo el día lloviendo con furia. Era una tormenta de verano increíble, pero no era posible que durase demasiado si mantenía aquel ritmo. Leeteuk suspiró profundamente, ya que en una hora tenía que salir a grabar el programa de radio con Eunhyuk y lo único que realmente le apetecía era quedarse en casa viendo la televisión. La ligera fiebre que había tenido días antes cuando se reencontró con las hermanas estaba regresando y el cuerpo le pesaba más que normalmente. Sin embargo, parecía ser que nadie lo notaba, quizá porque estaban demasiado centrados en sus propios asuntos, acaso porque era mejor actor de lo que se imaginaba.

Se pasó una mano por la frente sudorosa para retirar el flequillo y bufó, volviendo a correr las cortinas. Detrás de sí se quedó parada Yu Jin, con la escoba en la mano. Normalmente no había nadie en el piso cuando ella se encontraba limpiando, sólo cuando debía prepararles la comida estaban los chicos, sobre todo Ryewook con quien había hecho muy buenas migas y con quien compartía recetas. La chica le observó fijamente y se le acercó.

-Leeteuk oppa, ¿te encuentras bien?

-Por supuesto.-mintió.

-¿Por qué suspirabas?

-¿No puedo hacerlo?

-Sí, pero…-la muchacha no continuó- Nada, perdona.-y le dio la espalda, mientras continuaba barriendo. Le apartó los pies dándole ligeros golpes con la escoba y lo mismo hizo con Eunhyuk, quien estaba sentado en el sofá y tuvo que dejarlos flotando en el aire. Si algo tenía la muchacha, es que se había hecho enseguida al lugar. La trataban como una más de aquella familia y ella se comportaba como tal, a veces cual hermana otras cual madre. Estaban muy contentos con su trabajo y aquello hacía que Leeteuk se sintiera todavía más orgulloso de lo que ya estaba.

A medida que pasaban los minutos, Leeteuk sentía el cuerpo más cansado. Se había sentado junto a Eunhyuk después de que la chica le prohibiese ayudarle a hacer nada: era su trabajo, y además se sentía más a gusto haciéndolo sola.

Sentía que los ojos caían pesadamente y cada vez le era más difícil mantenerlos abiertos, pero no podía dormirse. Tenían que marcharse, grabar el programa de radio, preparar el nuevo programa que tendría que llevar a cabo con Yesung, tenía que Leeteuk, ¿Leeteuk? ¡¡Oppa!! Un momento… ¿por qué había voces que no eran la suya hablando en su cabeza? Repitiendo su nombre, llamándolo…Eran familiares… ¿Eunhyuk, Yu Jin?

-¡¡Está ardiendo!!-gritó el chico, asustando y saltando del sofá directo al teléfono para pedir una ambulancia. La chica se arrodilló en el suelo y acomodó la cabeza de Leeteuk en una almohada, estirándolo. Fue hasta la cocina y llenó un barreño de agua, humedeciendo un paño en ella y enseguida poniéndoselo en la frente. Cuando Eunhyuk dejó de hablar por teléfono con uno de los managers, quien iría al piso en pocos instantes llevando consigo a un doctor, Yu Jin le tendió el paño que estaba cambiándole de la frente a Leeteuk y se lo tendió:

-Ya sabes qué hacer, ahora vengo.-y se dirigió a la cocina. Allí comenzó a sacar cacharros, preparando por un lado una infusión de gavanzo y té de hibisco (suerte que aquellos muchachos gustaban mucho del té y tenían de bastantes tipos guardados), a la vez que preparaba una mezcla de alimentos contra las fiebres altas y llenaba la jarra con mucha agua.

Leeteuk tenía mucha fiebre. Su piel ardía. Yu Jin había tenido que preparar muchas veces barreños con agua, infusiones y comidas para bajar la fiebre de su madre después de…

No. No era el momento de ponerse melodramática. Lo primero era bajarle la fiebre a Leeteuk mientras esperaban que llegase el doctor. Cuando terminó de preparar ambas cosas fue al comedor y le dijo a Eunhyuk que le diese a beber la infusión y que cuando estuviera un poco más despierto, intentase que ingiriese los alimentos mientras ella iba a cambiar el agua del barreño, dado que cuanto más fresca estuviera mejor y buscaba algo de ropa para cambiarle la que llevaba, pues estaba comenzando a sudar.

-Voy a la entrada a ver si llegan, mientras cámbiale la ropa y de paso límpiale el cuerpo con el otro barreño y paño que te he traído. Tanto si es un resfriado o lo que sea, lo primero es bajarle la fiebre.-sin decir nada, Eunhyuk la obedecía. Con tanto jaleo los otros chicos que permanecían en la casa, Ryewook y Kyuhyun, salieron de sus respectivas habitaciones para acercarse a ver qué sucedía y pronto la muchacha tuvo al primero a su lado.

-Intuía que algo le sucedía-dijo la chica, sin apartar los ojos de la puerta, apoyando un brazo sobre el otro que permanecía apoyado sobre la barriga mientras repiqueteaba nerviosa los dedos sobre los labios-. Los ojos llorosos, los suspiros, distraído y las mejillas ligeramente coloradas…Pero claro, si él dice que se encuentra bien, yo le creo. Estúpida de mí.

-No es tu culpa. Ninguno lo notamos, y es sólo fiebre… Posiblemente se deba al exceso de trabajo.-meditó Ryewook, sin borrar la dulce sonrisa de su rostro. Si lo hubiera dicho otro, sabía que aquellas palabras hubieran sentado mal a Yu Jin, pero no si venían de él. Ryewook era un chico muy dulce que siempre trataba que todo el mundo estuviera bien, incluso por encima de sí mismo.

-Aunque sea sólo fiebre, aunque sé que posiblemente sea del exceso de trabajo o un constipado, porque no hay señales de otra cosa…no puedo evitar preocuparme. Leeteuk oppa fue uno de mis mejores amigos en el pasado y ahora me ha ofrecido esta oportunidad confiando plenamente en mí.

-Le quieres mucho.-sabía que Ryewook hablaba en sentido amistad, lo sabía. Sin embargo, aquellas palabras bloquearon a la chica quien tardó unos segundos en reaccionar y cuando fue a hacerlo, fue demasiado tarde porque llamaron a la puerta. Abrió sin más dilación aunque sabía que su cara de desesperación iba a asustar a los dos recién llegados. Por suerte, el sufrimiento que reflejaba su rostro ayudó a que el doctor fuera más deprisa a la habitación donde Eunhyuk y Kyuhyun habían llevado a su líder después de cambiarle la ropa. Detrás de él iba el mánager seguido por Ryewook y Yu Jin.

Minutos después, el doctor salía de la habitación apagando la luz detrás de sí y pidiendo que dejaran descansar al chico. La fiebre disminuía deprisa gracias a los cuidados e incluso le habían podido dar un poco de la comida que la chica había preparado. Tal y como habían comentado Ryewook y Yu Jin era un resfriado provocado por el estrés, algo que sucedía muy a menudo en aquella casa al parecer, sin embargo era la primera vez que Leeteuk enfermaba tanto como para desmayarse en casa. Les mandó unas recetas para que se mejorase antes y se despidió, desapareciendo como si nunca hubiera estado allí.

-¿Tú eres la de la limpieza?-preguntó el mánager, con un tono despectivo en la voz que no pasó desapercibido para ninguno de los presentes. Ella asintió levemente con la cabeza antes de inclinarse y presentarse educadamente- En vez de tantas tonterías, podrías haberte dedicado a terminar tu trabajo y largarte.

-¡¡Hyung!!-saltó Eunhyuk, sorprendido- Ha sido ella quien le ha bajado la fiebre.

-No hay tiempo para hablar, tenemos que ir a la radio.-gruñó el hombre, malhumorado. Ella no respondió. No sabía qué responder. Mientras era prácticamente arrastrado fuera de la casa, Eunhyuk dirigió una mirada lastimera y preocupada a Yu Jin que ella respondió con una sonrisa que bailó ligeros instantes en sus labios y desapareció cuando le dedicó una inclinación, tapándose el rostro con unos cabellos que escaparon de la coleta que se había hecho.

-No le hagas caso…-comenzó a decir Ryewook.

-Voy a por las medicinas.-musitó la chica, cogiendo de la mano de Kyuhyun el papel. Sin cambiarse la ropa de trabajo, fue a limpiarse la cara y las manos, cogió el paraguas que los chicos le entregaban y se dirigió a la calle, rechazando la oferta de acompañarla por más que insistieron.

Estaba enfadada. Muy enfadada. Y como no estaba acostumbrada a cabrearse, su mente se bloqueaba. Quizá de haber sido otra persona hubiera soltado alguna cosa, arrepintiéndose después por no saber callarse la boca a causa del bloqueo que le impedía pensar primero. Pero por una vez en su vida, había sabido frenarse. Aquel hombre podría despedirla al instante, daría igual que los chicos pidieran una y otra vez que no lo hiciera. No obstante, el guardarse los sentimientos de furia y rabia lo único que conseguía era que ella se sintiera mal y tuviera ganas de llorar, pero desde luego no lo podía hacer delante de ellos, ni tampoco entonces, con la lluvia repiqueteando contra el paraguas mientras ellas caminaba sin sentido en vez de dirigirse a la farmacia.

Cuando estaba a punto de dar la vuelta por la esquina de una calle, alguien tocó su hombro obligándola a girar y se sorprendió al encontrarlo allí. Estaba empapado, por lo que estúpidamente ella enseguida le cubrió con su paraguas empapándose también.

-Kyuhyun…

-Ryewook hyung es mejor cuidando enfermos.-musitó el chico, el único de su misma edad, mientras agarraba el paraguas y los cubría a ambos. Ella sacó el pañuelo que llevaba en el bolso y le secó la lluvia que se escurría por su rostro, sobre todo teniendo cuidado con la oreja que hacía poco se acaba de operar y sermoneándolo por no tener cuidado.

-Me ha mandado Ryewook hyung para que no estuvieras sola.

-Mentira-respondió ella, guardando el pañuelo una vez le hubo secado y sacando esta vez una mascarilla para el rostro que le obligó a ponerse. Había aprendido a llevarlas en el bolso desde que descubrió lo despistado que eran y que no se daban cuenta de que si alguien veía a uno de ellos acompañado de una chica desconocida, podría armarse un buen jaleo. No había coincidido mucho con Kyuhyun y siempre lo había tomado por un chico sensato, en realidad el que más cabeza tenía de todos, por eso le sorprendía que hubiera sido tan poco precavido con algo tan importante: con su oído y con su privacidad-. Con el oído como lo tienes, él jamás te enviaría bajo la lluvia. –Kyuhyun no respondió, simplemente sonrió misterioso y se dirigieron, ahora sí, a la farmacia más cercana.

 

-¿Pero está mejor?-Yu Sun se estaba secando el cabello recién lavado con una toalla mientras Yu Sun le servía la comida. Su hermana mayor acababa de llegar y normalmente le dejaba preparada la comida y ya ella se espabilaba en calentársela, pues los viernes tendía a llegar muy tarde…pero ella no había podido dormir.

-Cuando me he ido seguía durmiendo pero ya no tenía tanta fiebre. Posiblemente pasado mañana se encuentre ya saltando y bailando por todos lados.

-Debes haber estado muy preocupada.- Yu Sun se acercó a ella y le acarició la cabeza antes de besársela. Cuando ella trajo a Leeteuk con fiebre, era muy leve y se había desmayado por beber en aquel estado, por eso Yu Jin no lo había pasado tan mal, además de que la emoción era mucho mayor. Sin embargo, Yu Sun sabía lo que para su hermana pequeña significaba ver a alguien con tanta fiebre, las veces que había tenido que bajar la de su madre mientras ella trabajaba, noches en vela secando su sudorosa fiebre para que al final la mujer…ni reconociese a la hija que con tanto ahínco la había cuidado.

Y encima, había sido Leeteuk. Ella veía el fuerte lazo que unía al chico y a su hermana, porque había quedado con él algunas veces más en el río y cuando la mencionaba, lo hacía con palabras cargadas de cariño. Y cuando lo hacía Yu Jin…se llenaba la boca de buenas palabras para con él. Desde pequeña.

A otras personas podía parecerles estúpido, que una fiebre la alterase tanto. Mas ella era su hermana, la conocía mejor que nadie y sabía cuánto dolor debía haber sufrido al ver que el chico se desmayaba, mientras preparaba todo lo posible y más, por exageradas cosas que fueran, para que él se recuperase.

Mientras se separaba de ella y estaba a punto de sentarse a comer, sonó el teléfono por lo que le dijo a su hermana que no se preocupara que lo cogía ella. Le sorprendió y preocupó, dado que no eran horas normales para llamar a casa de nadie.

-¿Diga?

-¿Yu Sun?-preguntó una voz débil pero alegre. A pesar de que no tenía el matiz de fuerza que le caracterizaba, ella enseguida reconoció a Leeteuk al otro lado del teléfono.

-¿Cómo te encuentras? Yu Jin me ha contado que estabas enfermo.-al escucharla, la aludida asomó la cabeza por el pasillo y se quedó allí plantada, dándose cuenta de que parecía que estuviera escuchando una conversación ajena. Pero no era así, pues feliz de escuchar a Leeteuk hablar, lo cual significaba que se encontraba mejor, ella había alzado la voz queriendo. Atendió a las explicaciones del chico de que gracias a los cuidados de la joven se encontraba muchísimo mejor y que sentía haberla preocupado. A continuación, Yu Sun le tendió el teléfono a su hermana pequeña, quien lo miró como si llevara algo maligno y movió veloz los ojos repetidas veces desde el aparato hasta el rostro de su hermana antes de acercarse y decirse a cogerlo. La mayor se marchó a la cocina para dejarles intimidad.

-Yu Jin-dijo Leeteuk al escuchar su respiración-, gracias por todo…Y…

-No tienes que darlas.-le cortó ella, con el corazón latiéndole tan deprisa que notaba cada golpe partiéndole el pecho.

-No tenías que arreglarlo ni traer otro.-añadió el chico. El plato que Yu Jin había roto el primer día, se refería a eso. Había tardado varios días en arreglarlo porque le faltaba una pieza, que por más que limpiase y buscase en el piso, no encontraba. Sabía que aunque lo arreglase no podrían utilizarlo, sin embargo la buena voluntad la movía. Así pues, antes de marcharse había dejado en la mesita de noche de donde descansaba Leeteuk, cuando ya pudieron prescindir del barreño de agua, una nota explicativa encima del plato todo y un bonito plato nuevo.

-Si rompes algo, págalo. Ley de vida. Recuerda que estás hablando con un miembro de la familia Shin.-aquellas palabras incluso a ella le dolían, y por un instante le sonaron huecas y vacías. Si se rompe algo, hay que pagarlo. A veces se rompen cosas que no se pueden arreglar ni pagar. A veces hay cosas que no se pueden pagar. La ley de la vida era inexacta.

Escuchó al chico suspirar al otro lado de la línea.

-Tienes razón. Como sea, no voy a insistir más. Pero…gracias, por todo.

-No tienes que darlas-Yu Jin acercó el teléfono más a su boca, temerosa de lo que iba a decirle. Sabía que Leeteuk no iba a entrever otras palabras detrás de lo que iba a decir, en ese sentido iba a tener la misma inocencia que Ryewook, no obstante ella se puso cada vez más nerviosa, hasta ser capaz de decírselas sin que sonara antinatural-. Sabes que lo hago porque te quiero mucho, Leeteuk oppa.

-Lo sé. Y sabes que yo también te quiero mucho.

-Sí.-no de la misma manera, no. Pero…más doloroso sería saber que él no tenía ningún tipo de sentimiento para con ella…

¿No?

-Perdonad que haya llamado a estas horas. Suponía que estaríais despiertas, al menos tu hermana, y no quería dejarlo para mañana así que le hubiera pedido que te agradeciese de mi parte.

-No te preocupes. Y ahora, descansa.

Colgaron a la vez. Yu Jin se quedó absorta mirando unos instantes el teléfono.

Aquel había sido un día muy movido y aún tenía los sentimientos a flor de piel, por eso cuando se fue a dormir, con las mejillas encendidas incluso después de haber limpiado los platos con ayuda de su hermana, por más que lo intentaba lo único que lograba era dar vueltas por la cama.

– Creo que este amor me hace tener fiebre también…-susurró en la oscuridad de la habitación, rodeada por todas aquellas fotografías, mientras escuchaba la suave y pausada respiración de su hermana que le ayudó a ajustar la suya propia y al fin, conseguir dormir.

Háblame de tus alas, índice de capítulos.

 

4 respuestas a Háblame de tus alas, capítulo 3. Febril

  1. claudia.l dijo:

    yujujuyyy, pero que lindo mi Kyuhyun… no por nada es mi suju recontrafavorito 😀

    un caballero total… auchhh quien fuera sombrilla jijiji

    me encanta tu fic… sigue con él por favor… ansiosa por volverte a leer la próxima semana

    saludos!!!

  2. ARI8 dijo:

    Me ha encantado la historia y espero que la sigas y no la dejes así, que quiero saber si pasa algo ente Yu Jin y Teukie. También quiero saber qué pasa con Kyuhyun y con Yu Sun.
    Bueno, que estoy pidiendo que resuelvas un montón de cosas pero es que me has enganchado y quiero un final redondo.

  3. Craziiier dijo:

    oh dioss estoy superhipermega enganchadaa!! Muchas graciaas!! de verdad ^^

  4. tomodachi dijo:

    quiero masssssss esta muy buena la historia, sigue y exitosss

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