Autores invitados @Jeannelok
“Estamos sólo bailando sobre la pista. Sigo enamorándome de ti. Sólo estamos bailando en la lluvia. La primera vez que te vi, mi corazón latió emocionado. Ven conmigo esta noche, vamos a estar juntos toda la noche.”
Yong Guk, tumbado en la cama y mirando al techo, seguía dándole vueltas a lo que había pasado con Hea Jung. Había estado tentado a llamarla por teléfono varias veces después de la fiesta, pues al intentar ir tras ella la había perdido de vista, pero al final desistió. No tenía nada que decirle.
De repente, todo era más fácil. Iba a cumplir su sueño, y además podría decirle a Ha Neul lo que sentía. Al menos, así debería ser. Pero se sentía incapaz de hacerlo, sin decírselo antes a Hea Jung. Aunque ya no fueran pareja, había besado a otra chica cuando aún estaban juntos y aquello era injusto y rastrero. No podría sentirse a gusto consigo mismo sin ser sincero con la chica.
Se levantó de golpe de la cama y suspiró. Volvió a tumbarse y cerró los ojos.
—Son las cuatro de la mañana, no creo que deba presentarme ahora en su casa.—se dijo en la oscuridad. Se dio media vuelta dispuesto a dormir, sin embargo no podía hacerlo. Había otra cosa que lo ponía nervioso. Ha Neul y Rome habían desaparecido de la fiesta sin previo aviso, y un amigo le comentó que los había visto salir juntos y que parecían llevarse muy bien usando un tono que no le gustó nada. A pesar de todo, sabía que si su amigo y la chica comenzaban a salir, él no era nadie para entrometerse.
Maldita sea, con lo fácil que había sido todo hasta entonces, ¿por qué no dejaba de darle vueltas a todo desde que había conocido a Ha Neul? ¿En qué momento había decidido enamorarse de una chica como ella? Una chica que podía ser tan inocente y torpe con él, pero tan altiva y espectacular con otros.
Yong Guk sentía envidia. Al principio era el único que conocía la primera faceta de Ha Neul, pero Rome no había tardado demasiado en acercarse a ella y conseguir que lo tratase igual. Por no saber actuar antes, por no saber ser sincero con Hea Jung ni consigo mismo, era posible que su relación con Ha Neul no volviese a ser nunca la misma.
—¿Pero por qué? ¿Por qué he tenido…?—dejó la pregunta en el aire. Seguir atosigándose a preguntas no iba a solucionar nada. Sabía qué era lo primero que tenía que hacer el día siguiente: hablar con su ex novia y sincerarse. Después, podría ir a hablar con Ha Neul con la esperanza de que el sentimiento que puso en el beso que se dieron, siguiera vivo en ella.
Ming Jung le sirvió una taza de té, mientras Yong Guk se sentaba. Aunque su idea principal era ir a ver a Hea Jung, cuando había llegado al piso de la chica se había encontrado con que no había nadie, o no le había querido abrir la puerta. Tras darle varias vueltas a qué podía hacer, se dio cuenta de que su amiga ya habría salido del trabajo para ir a casa a comer y decidió ir a visitarla.
—Antes de que abras la boca—dijo ella, dando un sorbo a su propia taza de té—, ya me doy cuenta de que te pasa algo. Tienes cara de no haber dormido en toda la noche.
—Le pedí ayuda a mi hermana para disimular las ojeras.—dijo, arqueando una ceja.
—Y ha hecho un excelente trabajo. Pero vamos, donsaeng, te conozco mejor de lo que te piensas. Viéndote de espaldas ya podría darme cuenta de que te sucede alguna cosa. En realidad, creo que sé qué es… Hea Jung, ¿verdad?
—¡¿Cómo lo sabes?!
—Porque anoche hablé con ella y me dijo que había roto contigo.
—No sabía que… tenéis tan buena relación.
—Y no la tenemos, pero la vi y… en fin, el caso es que nos lo contó a Seung Ho y a mí. Pero tú deberías estar contento, ¿no? Ahora tienes vía libre para ir a los brazos de Ha Neul.
—Así debería ser, ¿no? Pero noona… no puedo hacer las cosas así. Está mal. Traicioné a Hea Jung y no puedo sólo acogerme a que ha roto conmigo para ignorar lo que sucedió. Hoy he ido a hablar con ella, pero no estaba en casa… te contó que se iba, ¿no? Espero que no se haya ido ya… Es imposible, ¿no?
—Quién sabe…—justo en ese momento la puerta de casa se abrió y entró Seung Ho hablando en voz alta.
—¡Ming Jung, ya he llevado a Hea Jung a…!—cuando se metió en la sala y vio a Yong Guk allí sentado, se calló de inmediato. Sin embargo, ya era demasiado tarde porque el más joven se había levantado de un salto arrastrando la silla.
—¡¡Hyung!! ¿Has estado con Hea Jung? ¡Noona! ¿Se puede saber qué pasa aquí?—se volvió hacia su amiga, quien miraba con ojos entornados a su novio.
—Mira que eres tonto.
—Lo siento, no sabía que Yong Guk estaba aquí…—se disculpó el pianista, acercándose hasta ellos— Yong Guk, por favor, siéntate. Creo que tendremos que contarte la verdad. Tarde o temprano ibas a saberla…—aunque estaba nervioso, el joven hizo caso.
—Verás… Hea Jung no se va a ir al extranjero a estudiar. Ya sabes, no puede ser tan fácil dejarlo todo y marcharte, tiene que prepararlo mejor. Pero ha podido contactar con una familia que le ofrece un trabajo a cambio de alojamiento y un sueldo. Quiere aprender a vivir por sí misma y crecer, dejar de depender de los demás… de depender de ti.
—¿Y dónde dice Seung Ho hyung que la ha llevado?
—A la estación de tren, pero no me ha dejado quedarme con ella. Se va a Yeosu…—respondió antes de que la pregunta fuera formulada.
—Tengo que ir a verla antes de que se marche.
—¿Pero por qué me mintió? Aunque se cambie de ciudad podría ir a verla y…
—No debería decírtelo… Pero si hay algo que me duela en esta vida, es verte padecer. Yong Guk, ella ya… ya sabía lo de Ha Neul. Una amiga suya os vio besaros y se lo dijo. Si rompió contigo es porque sabe que tú eres incapaz de hacerlo, y no quería mantenerte atado a ella.
—Qué…
—Que no hace falta que vayas a sincerarte con ella, porque ya lo sabía todo.—Yong Guk notó cómo su amiga apretaba todavía más la mano, encarándolo con la mirada para intentar convencerle.
—Con más razón tengo que ir a hablar con ella—dijo, sintiéndose un poco mareado por la noticia—. No quiero que piense… noona, no puedo dejar que se marche así. Debe estar destrozada, y todo por mi culpa.
—Yo te llevo, Yong Guk. Ming Jung es mejor que vayamos con él a que tenga un accidente por ir a lo loco. Venga, vamos.—los apremió. De todos modos, la chica sostuvo su mano todavía unos segundos.
—Estoy muy orgullosa de ser tu amiga, Yong Guk.—le dijo, antes de ir a por sus cosas y bajar todos juntos al vehículo de Seung Ho.
Cuando llegaron a la estación de trenes, corrió hasta donde debía estar esperando la chica. Aún faltaba media hora para que saliera su tren, y con suerte la encontrarían por allí cerca. Sus dos amigos se quedaron en el vehículo esperando, pues no harían nada apareciendo también. Sólo hizo falta correr un poco para verla sentada en un banco con un par de maletas a su lado. Llevaba el cabello recogido en una coleta alta y ropa sencilla. Casi no se había maquillado y sus ojos estaban rojos. Yong Guk gritó su nombre y ella volteó la cabeza, sorprendida. Se levantó casi con miedo al verle.
—Yong Guk…
— ¡¿Por qué no me lo dijiste?! No deberías estar marchándote, Hea Jung, deberías… deberías abofetearme al menos.
—Yong Guk…—repitió ella mientras los ojos volvían a llenársele de lágrimas. Él colocó las manos a ambos lados del cuerpo y se inclinó hacia ella, sin importarle que la gente se voltease curiosa a verlos.
—¡Lo siento mucho! Yo… actué sin pensar. He sido un novio terrible.
—Yong Guk, para por favor—sollozó Hea Jung—. No hagas eso. Deja de tratarme como una niña y llevarte todas las culpas… No me gusta—siguió llorando—. Quería irme sin que te enterases de la verdad, porque sabía que actuarías así. No quería que te sintieras culpable y por mí no intentases estar con esa chica. Yong Guk, sé… sé que me quieres. Pero también sé que no lo haces del mismo modo en que te quiero yo—a pesar de que las lágrimas corrían por sus mejillas con rabia, Hea Jung se obligó a aguantarlas para seguir hablando.— Lo sé, porque a mí, en todo el tiempo que llevamos de relación, nunca has sido capaz de besarme. Aunque yo lo intentaba, tú jamás pudiste. Creo que cerré los ojos a la realidad porque me convenía tenerte a mi lado. Gracias… gracias por cuidar de mí todo este tiempo y por estar a mi lado, Yong Guk. Pero va siendo hora de que madure y aprenda a ser alguien. Me alegro muchísimo de haberte conocido y de haber estado a tu lado. No pongas esa cara—le dijo, alargando los brazos y agarrando el rostro de Yong Guk entre las manos—. Voy a estar bien. La próxima vez que nos veamos, seré una persona del todo diferente. Lo único que deseo es que seas feliz, cumpliendo tu sueño junto a la persona que amas.
—Pero Hea Jung…
—No me mires con esos ojos… ni pienses que soy tan buena. Cuando me enteré, de verdad que quise ir y… y haceros daño, hacerle daño a esa chica que se había atrevido a besarte pero… aquí, la que sobra, soy yo.
—¡No sobras, Hea Jung, tú no…!
—Tengo que irme—sonrió, soltándolo y pasándose el dorso de la mano por los ojos—. Gracias de nuevo, Yong Guk. Y por venir a despedirme. Ahora hazme un último favor y sé feliz. Yo también lo seré.—la chica cogió el asa de las maletas dispuesta a subirse al tren que estaba llegando, sin embargo Yong Guk la agarró de la muñeca para detenerla.
—No pienses que no tuve sentimientos por ti. Sé, mejor que nadie, lo fantástica que eres.—al escucharlo, la muchacha perdió las fuerzas y volvió a echarse a llorar. Yong Guk había sido la persona que siempre había estado a su lado y a quien ella más había querido tras la muerte de sus padres. Al verla así, Yong Guk tiró de ella hasta tenerla entre sus brazos.
—Lamento haberte hecho daño. Sé feliz tú también, por favor.—dijo, notando que le ardía la garganta. Cuando se separaron, ambos tenían los ojos y la nariz roja.
—Hazme un favor, si vas a ver a esa chica, límpiate la cara antes. Pareces un payaso—rió Hea Jung—. Hasta la próxima, Bang Yong Guk.
—Hasta la próxima.—esta vez no la detuvo, viéndola subir al tren. Se quedó allí parado, viendo cómo se alejaba y agradeciéndole también en silencio todo el tiempo que había estado a su lado.
—Me da mucha pena Hea Jung…—musitó Seung Ho, mientras esperaban en el coche. Ming Jung no se volvió a verle para responder.
—A mí no. Al menos, no ahora que va a demostrar al mundo que no es una mosquita muerta. Me alegra que se haya dado cuenta de que no puede estar siempre apoyándose en él.
—Siempre has sido muy dura con ella, pero veo que en realidad sí te interesabas, ¿eh?
—Ya sabes que no era dura con ella… es que no me gustaba que Yong Guk estuviera con Hea Jung por sentirse culpable. No se lo merecían, ninguno de los dos. Ahora, al menos, podrán escoger sus propios caminos, y si son felices o no, dependerá de sus decisiones.
—Tengo una novia muy lista.—rió Seung Ho.
—Claro, ¿qué te esperabas?—esta vez sí se giró hacia él con el ceño fruncido. Aprovechando el momento, Seung Ho acercó el rostro al de su novia y la besó. La cogió por sorpresa, así que ella se separó al instante.
—¿Qué haces?
—Me apetecía besar a mi novia lista y hermosa, ¿qué haría yo sin ti?
—Ir tocando el piano por todo el mundo o algo así… ¿seguro que no te arrepientes de estar con una novia lista y hermosa como yo?
—Ni en broma… ¿vamos esta noche a por un bebé?
—No te pases, majo.—a pesar de todo, esta vez fue Ming Jung quien lo besó con ganas. Estaban entretenidos en ello cuando la puerta del coche se abrió y al verlos, Yong Guk puso cara de asco.
—¿Por qué me toca a mí ver estas escenas?
—¡Venga va, no me seas niño!—se quejó su amiga— Qué, supongo que nos dirigimos a la casa de la chica de tus sueños, ¿no?
—Por favor.—sonrió Yong Guk, y Seung Ho encendió el vehículo.
Yong Guk bajó del coche de Seung Ho atacado de los nervios. Cuando había llamado a Ha Neul para saber dónde se encontraba, la chica estaba a punto de llegar a su casa. Le preguntó qué hacía allí y ella le dijo que quería hablar con él.
—Yo también iba a ir a buscarte.—le confesó el chico antes de colgar. Sólo deseaba que no quisiera hablar con él para confesarle que estaba saliendo con Rome desde la noche anterior ni nada semejante. Cuando llegó a su portal, vio a la chica apoyada contra la pared, esperándolo. Sonrió al verlo llegar. Tras saludarse entraron en casa, la cual estaba vacía. De todos modos, Yong Guk la llevó a su habitación pues no quería que ningún familiar llegase y lo interrumpiera en medio de la confesión. Aunque fuera demasiado tarde… se lo diría.
—¿Quieres tomar algo?
—No, gracias—la chica se sentó sobre la cama—. Y bien… ¿por qué me buscabas?
—No… ¿de qué querías hablar tú?
—Si comenzamos así esto va a ser ridículo, Yong Guk. Te he preguntado yo primero.
—Pero lo que tú me digas, puede condicionar lo que yo quiero decirte y… puff…—se desordenó el cabello, consternado y decidió sentarse al lado de la chica. Al instante se dio cuenta de que había sido un fallo porque comenzó a ponerse más nervioso, pero quedaría muy raro si se volvía a levantar. Se quedaron en silencio. El uno abrió la boca y la cerró, a los segundos la otra hizo lo mismo. Yong Guk apretó los puños, se armó de valor y reunió sus fuerzas.
—Me gustas—por un momento creyó que su voz había sonado doble, pero le costó un segundo percatarse de que Ha Neul cerraba los ojos y que ambos habían dicho lo mismo. Al darse cuenta también de lo que había pasado, la chica levantó la cabeza, sonrojada— ¿Qué?
—¿Pero tú no estabas con Rome?
—¿Tú no tenías novia? Espera… ¿Con Rome, yo? Sólo es mi amigo. Es más… no ha hecho más que consolarme cada vez que lloraba por ti… ¿pero qué pasa con tu novia?
—Hemos roto… ¿llorar por mí? ¿Cuándo has llorado por mí? ¿Por qué?
—Muchas veces, tonto, ¿pero por qué habéis roto?
—Porque… déjalo. El caso es que… ¿te gusto?
—Demasiado, diría yo.
—Oh…
—Pues eso…—se quedaron los dos en silencio, sentados sobre la cama del chico y mirándose cada uno sus propios pies. La primera en moverse fue Ha Neul. Se giró hacia él y extendió el brazo— Yong Guk…—lo llamó en voz baja y con suavidad. Cuando fue a responderle, se encontró con la mano de ella frente a sus ojos y se sorprendió, arrancándole una sonrisa— Lo siento.—dijo Ha Neul.
—¿Qué sucede?
—Tus ojos… —Ha Neul pasó un dedo por al lado del ojo de Yong Guk—Me gustan. Y tus mejillas—también se las acarició—. Tu nariz… tu boca… y tu cuello… —fue acariciando cada parte mentada, casi hipnotizada por el cuerpo del chico. Cuando se detuvo, se mordió el labio inferior y lo miró— Me gusta cada parte de ti, Yong Guk. No puedo remediarlo.—incapaz de contenerse más, el aludido la empujó hacia atrás hasta tumbar su espalda sobre la cama. Se quedaron en silencio mirándose.
—A mí también me gustan tus ojos—dijo él, besándoselos y haciendo que los cerrase—. Y tus mejillas, tu nariz—siguió besando las partes que mencionaba, igual que ella había tocado su rostro—, tu boca…—besó a Ha Neul con suavidad y cariño, sin separarse demasiado al acabar— Tu cuello…—cuando puso sus labios sobre la piel del cuello de la muchacha la sintió estremecerse.
Yong Guk la ayudó a subir las piernas y acomodarla bajo él antes de volver a besarla. Esta vez no hubo piedad y fue más parecido al primer beso. Las bocas de ambos se empujaban con fuerza, sin perder detalle la una de la otra. Yong Guk alejó su boca acariciando con sus labios los de Ha Neul antes de volver a atraparla por completo. Se separó entonces para besarle la barbilla y bajar por el cuello de la muchacha, sin poder detenerse. Ha Neul puso las manos sobre su espalda. Yong Guk siguió besándola, yendo a por su cuello de nuevo, pero esta vez absorbiendo la piel hasta dejársela marcada. Descendió hasta encontrarse en la entrada de la camisa de ella y levantó el rostro.
—¿Sigo?
—Vamos, no preguntes y rompas el momento.—dijo ella, encendida por el deseo. Yong Guk rió ante su reacción y volvió a lanzarse sobre su boca para besarla. Desde luego iba a experimentar uno de los mejores momentos de su vida.
aahhhh! OMG necesito saber como termina esto ya, que emocion