Stop resisting, capítulo 1

Por @Jeannelok y @Ari2PMAM

VIXX 47

Taek Woon estaba pálido, no se podía creer que a partir del día siguiente una mujer fuese a vivir con ellos. Había tratado de protestar, pero no le había servido de nada, todo estaba decidido ya.

Por lo que les había contado el CEO de su compañía, su nueva compañera de piso se llamaba Dae Gi, una coreana que había sido criada en España, y a la que tenían que enseñarle las costumbres coreanas y enseñarla a manejarse a la perfección el idioma. Algo parecido a lo que en su día hicieron los integrantes de Super Junior, aunque ellos fue con una occidental y una japonesa que estaban viviendo en Corea.

— Vamos Taek Woon, no te lo tomes así, será divertido. — Hak Yeon, el líder de su grupo, VIXX, le echó un brazo por los hombros y le sonrió divertido. Taek Woon trató de soltarse, pero le fue imposible, así que suspiró resignado y dejó que N siguiese agarrándolo.

— Eso te parecerá a ti, pero a mí no me gusta en lo más mínimo. No quiero una mujer en nuestra casa. No tenemos necesidad de algo tan estúpido.

— Protesta todo lo que quieras, pero ya está decidido, así que mejor mentalízate. — Su tono había pasado a ser serio al decirle eso, lo soltó y entró en el piso el penúltimo, dejando a Taek Woon, suspirando derrotado y cabreado por esa locura.

Esa noche apenas durmió y cuando se levantó, estaba hecho polvo. Los demás lo miraron compasivos pero no dijeron nada.

El encuentro tendría lugar en una cafetería cercana a donde ellos vivían, así que en cuanto estuvieron listos, se dirigieron hacia allí para ver si la chica había llegado o bien si les tocaría esperar.

Les habían reservado la parte de arriba de la cafetería para ellos, para que así no fuesen molestados por las fans, además de tener algo más de privacidad.

Llevaban esperando unos cinco minutos, cuando se escucharon pasos en las escaleras y todos se empezaron a poner nerviosos, salvo Taek Woon, que lo que quería era largarse de allí.

Al cabo de un momento, una muchacha alta, delgada pero con curvas, aunque no muy exuberante, melena negra recogida en una cola de caballo baja y vestida con vaqueros de un azul noche, blusón blanco, chaqueta de punto en color gris claro, fular de un azul cián,y calzada con francesitas, hacía su entrada.

Los chicos se levantaron, y ella se acercó a ellos con una gran sonrisa, mientras extendía un brazo para darles la mano a cada uno de ellos, algo que los sorprendió, pero agradó. Tras eso, hicieron el saludo grupal y ella rió divertida.

— Encantada de conoceros. Me llamo, Kim Dae Gi y tengo veintitrés años, bueno, veinticuatro coreanos.

— Vaya, tienes la misma edad que Taek Woon y yo. — Hak Yeon se mostró encantado ante esa noticia. — Podemos llamarnos por nuestros nombres entonces, si no te molesta.

— Para nada, es algo que me gusta, y lo echo de menos. Eso de no poder llamar a una persona por su nombre es algo que me cabrea. Si nos ponen un nombre al nacer es para ser usado, no para que te llamen por un apelativo que nada tiene que ver contigo. Y con esto, creo que me acabo de ganar el odio de mucha gente. — Y sonrió divertida.

— ¿De qué país vienes? — Esta vez fue Won Sik el que hizo la pregunta. Se veía más cómodo gracias a la simpatía de Dae Gi.

— De España. — El nombre del país les hizo exclamar asombrados y ella sonrió divertida. — Nos fuimos para allá siendo un bebé, así que se puede decir que soy más española que coreana… Vale, creo que con ese comentario me he ganado más enemigos todavía. Parece que no paro de meter la pata, pero bueno, os aviso ya que soy muy torpe.

— Tranquila, no molestas y no creo que te hayas ganado enemigos. Es lógico que te sientas más española que coreana. Y en cuanto a lo de se torpe, bienvenida al club, porque aquí está el torpe número uno. — N se señaló a sí mismo y Dae Gi acabó riéndose con ganas.

— Por cierto, nosotros que somos más jóvenes que tú, ¿te llamamos nuna o por tu nombre? Porque como has dicho que no te gustan los apelativos que usamos aquí. — Jae Hwan, se atrevió a hacer la pregunta aunque con timidez.

— Dae Gi. No añadáis ningún honorífico ni nada, por favor. Sólo mi nombre. — Le sonrió y la sonrisa estúpida que se le puso a Jae Hwan, divirtió a todos.

— Por cierto, ¿conoces nuestro grupo? — Esta vez fue el turno de Hong Bin de preguntar.

— Por supuesto, soy una gran fan y por eso me apunté al programa. — Que lo dijese sin timidez y los mirase a todos, les hizo saltar de alegría.

— ¿Y cuál de nosotros es tu favorito? — Sang Hyuk la miró con interés mientras esperaba su respuesta, que se hizo esperar un poco, porque ella los miró a todos y sonrió traviesa.

— Cha Hak Yeon, N. — Lo miró a los ojos al decirlo, y éste empezó a vanagloriarse antes los demás.

— ¿ Hak Yeon hyung? ¿Por qué él? — Jae Hwan se mostraba disgustado y enfurruñado ante la elección de ella.

— Fácil. Porque es abierto, amable, dulce, simpático, no se corta a la hora de expresar lo que siente, le gusta demostrar su cariño hacia los demás, no le avergüenza dar abrazos como se debe. Pero también es maduro y cuida de los que quiere, por eso. — Aquella declaración produjo un silencio sepulcral entre todos ellos, aunque el sonrojo de Hak Yeon era más que evidente y eso que su piel disimulaba bien los sonrojos.

— ¿Estás enamorada de Hak Yeon hyung? — Hong Bin fue el primero en recuperarse.

— Es amor de fan, admiración y respeto.

— Creo que nunca me he encontrado con ninguna chica tan directa como tú. — Won Sik no se creía estar viviendo esa situación.

— ¿Y a ti también te gusta demostrar lo que sientes? — Hak Yeon había conseguido recuperarse de la impresión que le produjo lo que dijo Dae Gi.

— Por supuesto, soy muy expresiva, y al igual que tú, me gusta abrazar a las personas que aprecio, besarlas o decirles que las quiero. — Ante eso, todos los ojos se volvieron hacia Taek Woon, que si ya de por sí tenía la piel blanca, con lo que acaba de escuchar, parecía un helado de nata.

— Dios mío, tenemos a otro Hak Yeon hyung, pero en versión femenina. — El fingido horror de Jae Hwan los hizo reír a todos menos a Taek Woon.

— Creo que va siendo hora de que vayamos a tu nueva casa, ¿te parece? — Hak Yeon había logrado volver a tomar el mando de todo aquello.

— Me parece estupendo. Y empecemos con las clases, aunque creo que van a doler. — Puso una mueca triste que los hizo reír.

— ¿No se te hará incómodo vivir con 6 chicos? — Won Sik, que tenía una hermana pequeña con la que se mostraba muy protector, fue el que pensó en cómo encararía ella esa situación.

— Para nada, estoy más que acostumbrada a tratar con chicos que no se cortan un pelo, así que tranquilos, que no me espanto con facilidad. — Aquello produjo un coro de felicitaciones. Hak Yeon le señaló el camino y salieron de allí charlando con afabilidad, salvo Taek Woon, que se mantenía al final y no había dicho una sola palabra.

La idea era que la chica se quedaba a dormir un día a la semana en la casa de los VIXX, por eso tuvieron que reorganizar las habitaciones y dejarle un cuarto a ella sola. Les sorprendió que ella comentase que daba igual porque en España había ido a excursiones donde chicos y chicas dormían en las mismas habitaciones, pero que entendía que estaba en Corea y las cosas funcionaban de otra manera, que no quería darles problemas.

Así pues se pasaron hasta la noche grabando. Fue bastante entretenido y divertido y hasta los cámaras y los guionistas se rieron con las ocurrencias de los miembros del grupo y la muchacha.

Cuando las cámaras se apagaron, y dado que Dae Gi tenía que quedarse ya a dormir para seguir con el programa al día siguiente, se quedó a cenar con ellos. Hak Yeon y ella habían hecho muy buenas migas desde el principio, y casi parecían hermanos, con frases y gestos parecidos. Ella le explicó que algunas amigas ya le habían dicho que se parecía a él y eso le hacía mucha ilusión.

Se sentaron a la mesa poco después y comenzaron a cenar sin dejar de hablar. Se mostraron muy interesados por su vida en otro país, cómo la trataba la gente al ser extranjera, etcétera. Ella les echó la bronca en broma porque le pedían que les enseñase palabras en español cuando deberían ser ellos los que le estuvieran explicando cosas de Corea, y corrigiéndole los errores que cometía al hablar.

Después de cenar se dispersaron un poco. A Sang Hyuk le tocó limpiar los platos, Hak Yeon y Dae Gi se quedaron charlando, Taek Woon se sentó a jugar con su teléfono móvil y los demás se metieron en sus cuartos a descansar o leer.

Mientras hablaban, Dae Gi no pudo evitar mencionarle a Hak Yeon que Taek Woon la esquivaba de manera impresionante. Que entendía que era porque no le gustaba la idea de tener una chica allí con ellos, pero que tendría que acabar acostumbrándose porque iban a pasar muchas horas juntos durante los siguientes tres meses.

Estuvieron unos minutos hablando de eso y de repente, la conversación cambió al juego al que estaba últimamente enganchado Taek Woon en el móvil.

—¡No me digas!—dijo sorprendida ella—¡Me encanta!—y antes de que su nuevo amigo pudiera detenerla, se fue directa hasta donde se encontraba el segundo mayor de VIXX. Él no se percató de su presencia, porque estaba muy centrado en el teléfono, hasta que notó unos brazos por encima de su cabeza y una voz diciéndole que tenía que mover el personaje hacia la derecha.

Su primera reacción fue alejar a la muchacha con un movimiento brusco del brazo. Ella, quien ya les había avisado de su torpeza, estuvo a punto de caer pero por suerte Hak Yeon la sujetó por detrás.

Taek Woon se quedó con medio cuerpo girado, inmóvil. Se podía leer en su rostro que se sentía mal por haberla empujado pero que no sabía cómo decírselo.

—No pasa nada—sonrió ella—, ha sido culpa mía por asustarte. Es una mala costumbre que tengo, supongo. Lo siento, Taek Woon—la disculpa de ella lo descolocó todavía más. Lo único que atinó a hacer fue inclinar un poco la cabeza y voltearse de nuevo para seguir jugando—. Pero hazme caso, si vas por la derecha te ahorrarás enfrentarte a dos enemigos…

—No me digas que también eres una aficionada a los videojuegos.—le comentó Hak Yeon. El muchacho tenía la intención de reñir a su amigo por su actitud pero al ver que a la implicada no le había molestado prefirió no echar lecha al fuego.

—Sí, bastante… y ése que está jugando me lo acabé hace un par de días, pero en el ordenador. Es un vicio.

—Pues… tengo una idea—sonrió el chico contento. Fue hasta la televisión y encendió un aparato, llevándoles dos mandos—. El otro día se compró un juego pero tienen que ser dos personas y a ninguno de nosotros nos interesaba demasiado, ¿ves, Taek Woon, qué bien te irá haberla conocido?

Como toda respuesta, su amigo se levantó de golpe dejando el mando sobre la mesa y anunció con parcas palabras que se iba a dormir. Hak Yeon y Dae Gi se quedaron quietos viendo cómo se marchaba hasta que desapareció de su campo de visión. La chica suspiró entre consternada y divertida.

—Como fan, sabía que me iba a ser difícil acercarme a Taek Woon, pero desde luego no esperaba que tanto.

—Incluso a mí me costó hacer que se abriera un poco, supongo que con una chica será todavía más cerrado. Es buen chico, sólo que muy tímido, no se lo tengas en cuenta.—ella rió.

—Lo sé, repito, soy vuestra fan.—se sonrieron amigables antes de decidir ir también a dormir.

Taek Woon se despertó al notar el pie de Won Sik en la cara. A pesar de ser dos de los miembros más grandes, les había tocado dormir en la misma cama, y no entendía cómo, pero su compañero había acabado al revés y con medio cuerpo colgando. Arqueó una ceja molesto y decidió ir a buscar algo de agua. Se encontraba ya en el pasillo cuando se dio cuenta de que había luz en la cocina. Se preguntó quién sería y se acercó con cuidado.

Se quedó pegado al suelo cuando vio un cuerpo femenino cerrando la nevera con un vaso de agua en la mano. Llevaba una camiseta rota y bastante vieja que le venía dos tallas grandes y que a duras penas dejaba ver el pantalón corto y de dibujos infantiles que llevaba. Iba descalza y se estaba rascando una pierna con ayuda del pie contrario.

Su pelo estaba hecho un desastre, todo revuelto. Por un instante se preguntó qué tipo de cara luciría teniendo en cuenta su aspecto por detrás.

Dae Gi se volvió entonces y a punto estuvo de derramar el agua junto a un “oh Dios mío” cuando se lo encontró de frente, estático y en silencio.

Llevaba unas gafas negras, grandes y bastante feas, que le provocaron una casi carcajada.

— ¿Te estás riendo? ¿Te he hecho reír?—le preguntó emocionada—¡Oh, venga Taek Woon, me encanta tu sonrisa!

Al escucharla, la risa se le cortó de repente y notó sus mejillas calentarse.

—Agua.—murmuró, yendo a coger un vaso.

—Vaya, nos ha entrado sed a la vez—comentó ella. Sin volverse notó cómo la chica se colocaba detrás de él—. Guau, de verdad tienes una espalda grande. He conocido pocos chicos coreanos más altos que yo, pero menos Hak Yeon, en VIXX todos lo sois. Es agradable, la hace a una sentirse protegida—no quería voltearse y encontrarla de frente, pero tuvo que hacerlo—. Taek Woon, no sé qué idea tendrás de mí pero… no muerdo. No pienso lanzarme sobre ti ni nada. Es cierto que las fans a veces podemos dar un poco de miedo pero… creo que tú, que vosotros, me imponéis más a mí de lo que yo a ti. Deja de tenerme miedo.

—No te tengo miedo.—y mucho menos con estas pintas, estuvo a punto de añadir.

—Cualquiera lo diría.—él no añadió nada más, logrando al fin esquivarla para ir hasta la nevera. Se llenó el vaso y cuando acabó y la cerró de nuevo, vio a Dae Gi lavando y dejando su vaso en el lugar donde le correspondía.

—La próxima vez espero que juguemos al juego que ha dicho Hak Yeon.

—De acuerdo.

—Buenas noches—Dae Gi se acercó hasta él y le dio unas palmadas en el hombro—. Espero que me ayudéis a adaptarme muy bien a mi vida en Corea.—y al fin se marchó, dejándolo solo en la cocina.

Qué agobio, hablaba igual o casi más que Hak Yeon.

Dae Gi y Hak Yeon durante la mañana siguiente, seguían igual de amigables, desayunando mientras hacían bromas. Los demás se unían y les preguntaban si en realidad no serían hermanos, porque comenzaban a encontrarles parecido hasta en la cara. Taek Woon observaba todo en silencio, comiendo sus cereales. De vez en cuando el líder del grupo se le acercaba y le pasaba un brazo por el cuello para intentar animarlo, pero desistió al ver que no obtenía ninguna respuesta positiva por su parte.

Tras desayunar, los trabajadores del programa no tardaron en aparecer. La grabación del programa tendría lugar allí mismo. Lo primero que iban a enseñarle a Dae Gi era a vestir un hanbok, el traje tradicional coreano. Los chicos pronto tuvieron puesto el suyo, mientras que ella esparcía las piezas por el suelo y las miraba con las piernas cruzadas.

—Jeogori, dongjeong, otgoreum, baerae, chima, beoseon…—recordaba que le habían dicho todos aquellos nombres para describir el traje, pero no cuál correspondía a cada parte o cómo tenía que colocárselo. Suplicó a los cámaras que la grababan que le dijeran cómo iba toda aquella tela pero ellos se negaron entre risas, pues era trabajo de VIXX.

Cuando los chicos entraron, elegantes con sus trajes, y la encontraron de esa manera no pudieron evitar carcajearse. Ella les lloriqueó porque no tenía ni idea de qué hacer con todo eso y esperó con paciencia las explicaciones. Cuando creyó haberlas entendido se fue a un cuarto e intentó vestirse sola.

Primero la camiseta blanca… después la chima, que resultó ser la falda. Había dos cuerdas. Y sabía que tenía que hacer algo con ellas. El jeogori por encima, y tenía que hacer un lazo con él que sería el otgoreum.

Sabía que el dichoso lazo se hacía de alguna manera en concreto, pero tras fallar cinco veces seguidas desistió y decidió salir a pedir ayuda a los chicos. No tenía por qué avergonzarse, porque al fin y al cabo sólo había llevado uno cuando era un bebé.

 —¡No sé atarme esto!—rezongó al salir.

—Ah, pero al menos has logrado ponerte todas las piezas, ¿a que no era tan difícil?—le preguntó Hak Yeon.

—No, pero me da calor…

—Para estar guapa hay que sufrir.—se rió el muchacho, acercándose para hacerle el nudo. Ella alzó los brazos para dejarle trabajar sin impedimentos e instantes después lo tenía del todo anudado. Felicitó al chico sorprendida por lo fácil que le había resultado, a pesar de que ella había fallado todo el rato. Supuso que no debería haberlo hecho cuando a él pareció subírsele a la cabeza.

El siguiente plan era enseñarle cómo hacer bien la reverencia con el vestido. Lo fueron haciendo ellos uno a uno y luego le explicaron cómo lo hacían las mujeres. Consideró que era fácil, pero recibió varias correcciones en el primer intento.

—El primer día y ya estoy agotada…—murmuró al repetir la reverencia. Nuevas correcciones y un nuevo intento, el cual al fin salió bien. Fue a levantarse orgullosa por haberlo conseguido, pero no contaba con que le fallase una pierna y al intentar recuperar el equilibrio se chafase la falda. En pocos segundos su cara se hubiera estampado contra el suelo si unas manos no la hubieran agarrado con ridícula facilidad por la cintura, sosteniéndola con firmeza pero cuidado. Se enderezó poco a poco y se dio cuenta de que Taek Woon era quien la había salvado de comerse el suelo.

—Muchas gracias.—le dijo, buscando su huidiza mirada.

—De nada.—respondió él con su voz baja y neutral. Dae Gi inclinó el cuello para colocar el rostro delante de él.

—Te lo devolveré.

—No hace falta. —logró responder tras recuperarse del susto y sorpresa original, dándole la espalda. Dae Gi sonrió contenta. A pesar de todo, no debía desagradarle tanto si él había ido a sujetarla tan rápido y con tanta delicadeza.

Dae Gi había decidido que ese día cocinaría ella y les haría un plato típico español, y nada tan típico como la tortilla de patatas. Ante esta oportunidad, los chicos se mostraron más que entusiasmados, aunque como siempre, Taek Woon guardó silencio.

— Dae Gi, ¿necesitas ayuda? — Jae Wan estaba eufórico y apenas podía estarse quieto.

— Pon la mesa, eso será suficiente.

Dae Gi buscó entre la batería de cocina para ver si tenían una sartén lo bastante grande como para hacer una tortilla para siete personas, pero no tuvo suerte. Y como no era plan de hacerlas por turnos y hacerlos esperar mucho, cogió dos sartenes y se puso manos la obra.

Por su parte, los chicos se acercaban a echar cada poco un vistazo, aunque ella los acaba alejando.

— ¿Quieres que yo les dé la vuelta? — Won Sik, que junto con Taek Woon era el más fuerte, se acercó a ella al verla coger una de las sartenes y taparla para darle la vuelta.

— No, tranquilo, puedo yo sola, estoy acostumbrada. Mi madre me enseñó de pequeña y para mí ya es coser y cantar. — La sonrisa que le dedicó le hizo enrojecer.

— Está bien, pero si necesitas ayuda, ya sabes, llámame.

— Tranquilo, lo haré.

Llegó la hora de comer y cuando Dae Gi puso las tortillas en la mesa, todos, salvo Taek Woon prorrumpieron en aplausos.

— No lo hagáis hasta que las hayáis probado y me digáis qué os parecen. Y por cierto, tened cuidado que queman.

— Seguro que están deliciosas. — Hak Yeon alternaba su mirada de ilusión entre la comida y ella.

— Venga, servíos.

Hong Bin fue el primero en levantarse para partir una de las tortillas, pero para sorpresa de Dae Gi, le cogió su plato y le sirvió a ella en primer lugar.

— Tú la primera, que para eso las has hecho. — La sonrisa que le dedicó hizo que a Dae Gi le diese un vuelco el estómago.

— Muchas gracias. Y por cierto, ten cuidado con esa sonrisa tuya, es un arma de destrucción masiva.

— ¿Arma de destrucción masiva? — Aquello no sólo lo había dejado descolocado a él, sino también a los demás.

— ¿Te crees que las mujeres son inmunes a tu sonrisa? Cuando sonríes así, las neuronas femeninas se van de fiesta. — Su diversión fue contagiosa, aunque Hong Bin lo que hizo fue volver a sonreírle. — Maldita sea, para de una vez si no quieres que me vuelva tonta. — Aunque trataba de sonar seria, no lo consiguió y acabó riéndose.

— Dejaos de juegos que quiero comer. — La voz lastimera de Won Sik atrajo la atención de los demás.

— Tienes razón. Venga, servíos.

— ¡Que aproveche! — Dijeron todos al unísono.

En cuanto probaron el primer bocado, la mesa se llenó de sonidos de admiración y expresiones de placer.

— Ni se os ocurra hablar con la boca llena. Tragad y luego ya me diréis lo que os parece. — Los apuntó con el tenedor y todos obedecieron.

— Está deliciosa, buenísima, perfecta… Me dejas sin palabras y quiero llorar de la emoción. Eres una cocinera magnífica. — Aquella declaración de Hak Yeon hizo que lo mirase estupefacta mientras sonreía divertida.

— Tampoco es gran cosa. Es sencillo de hacer. Si quieres luego te enseño.

— Oh sí, por favor. No creo que pueda vivir ya sin comer algo así.

— Hyung, tampoco es para que te pongas así. — Jae Hwan se mostraba serio y aquello cortó la diversión y preocupó a Dae Gi.

— ¿No te gusta?

— Dae Gi… ¿Quieres casarte conmigo? — Aquello, junto con la cara de esperanza que puso haciéndole ojitos, hizo que ella prorrumpiese en carcajadas.

— ¡Eh, de eso nada! Si se tiene que casar con alguien es conmigo, que por algo he sido yo el primero en elogiar su comida y lo bien que lo hace.

— Creo que Dae Gi me prefiere a mí. Después de todo, mi sonrisa la derrite.

— ¿Y qué hay de mí? Soy fuerte y podría protegerla. Por cierto Dae Gi, la tortilla está deliciosa. — Won Sik le dedicó una gran sonrisa.

— Pero los maknaes somos los que solemos llevarnos toda la atención, además de ser los favoritos. — El tono ufano de Sang Hyuk hizo que lo mirase divertida. — Por cierto, Dae Gi, me he enamorado de tu tortilla. — Aquello hizo que ella casi se atragantase y Hak Yeon le llenó el vaso de agua para que bebiese y así pasase el mal rato.

— Anda, anda, dejaos de tonterías y seguid comiendo. — Su voz estaba algo ronca pero nadie le dijo nada.

— Por cierto hyung, — Jae Hwan se había vuelto hacia Taek Woon que había permanecido en silencio todo el tiempo, aunque las miradas de hastío habían estados presentes con cada declaración de los chicos. — ¿Qué te parece la tortilla? No has dicho nada. Y creo que con todo el trabajo que le ha llevado a Dae Gi hacerlas, al menos se merece un par de palabras.

Taek Woon los miró un momento en silencio, para luego centrarse en ella.

— Está buena. Gracias por la comida. — Y volvió a hundir la mirada en su plato guardando silencio absoluto.

— Gracias y de nada. Dios, no me creo que me haya dirigido tantas palabras. Sin duda alguna va a caer un buen chaparrón. — Aunque ella estaba sorprendida y divertida, él se lo tomó a mal y le dedicó una mirada asesina.

— Vamos Taek Woon, no la mires así. Entiéndela. Con el tiempo que lleva con nosotros y apenas le has hablado, es lógico que reaccione así. — Hak Yeon trataba de distender el ambiente para que Dae Gi no se sintiese mal.

— Tranquilo Hak Yeon, no pasa nada. Es que tengo un sentido del humor bastante ácido y suele meterme en problemas. — Aquella sonrisa de despreocupación los pilló por sorpresa y Taek Woon la miró sorprendido. — Sigamos comiendo y mientras me vais enseñando más cosas que necesito saber.

Todos accedieron a lo que les pedía, y se pasaron el resto del tiempo enseñándole más costumbres que a ella la exasperaban. Ellos por su parte, aunque se divertían con sus explosiones de enfado, la entendían a la perfección. Aquella sociedad era mucho más asfixiante que la española.

Cuando se levantaron para empezar a recoger la mesa, Dae Gi hizo algo que los pilló a todos por sorpresa y que no se esperaban, besar a Hak Yeon en una de las mejillas. Éste se llevó una mano la mejilla, abrió la boca sorprendido y la miró azorado, mientras los demás silbaban.

— ¿A qué ha venido este beso? — Aunque se mostraba divertido, estaba bastante confuso.

— Es en agradecimiento por lo que dijiste sobre la comida que hice y por el elogio que me dedicaste. ¿Te parece mal que lo haya hecho? — Ahora era Dae Gi la que se mostraba tímida, mientras se mordía el labio inferior.

— No para nada, me ha gustado mucho. Lo que sucede es que nunca antes me había sucedido algo así. — A pesar de su piel morena, se podía percibir el sonrojo de su piel.

— Vaya, y yo creyendo que después de la escena en 너 따윈 버리고 algo tan sencillo como esto no te parecería gran cosa. — Su tono decepcionado hizo que Hak Yeon se mostrase más avergonzado.

— Bueno, es que aquello fue trabajo y esto… Bueno… Esto es diferente.

— Creo que no tendrías que ir besando por ahí a todos los chicos con tanta facilidad. Puedes acabar metida en un gran lío. Recuerda que estás en Corea y no en España, donde besar a un chico en la mejilla no significa nada. — Aunque la voz de Taek Woon seguía siendo baja, era tan dura, que Dae Gi sintió como si un cuchillo le atravesase el corazón.

— ¡Maldita sea hyung, ¿es que tenías que ser tan duro con ella?! Te has pasado y no se lo merece. — Hong Bin había sido el primero en reaccionar ante aquella recriminación.

— Ella ha dicho que quiere aprender las costumbres de aquí. Pues lo primero que tiene que aprender es a dejar de ser tan expresiva.

— Si dejase de mostrar lo que siento, dejaría de ser yo. No veo qué tiene de malo besar a alguien si quieres hacerlo porque así le demuestras tu cariño. Vosotros besáis a los niños pequeños en los labios, algo que en España es raro de narices, pero sin embargo, está mal que un chico y una chica que son amigos, se besen en las mejillas. Ah, o que una pareja se bese en público. Eso a mí sí que me parece inconcebible. — Por primera vez vieron otro aspecto de la personalidad de Dae Gi. Una muchacha de carácter fuerte y con unas convicciones a las que no iba a renunciar por más que se empeñasen en ello. Ella y Taek Woon entablaron un duelo de miradas que creó un ambiente tenso en el piso e hizo sentir incómodos a los demás.

Fue Jae Hwan el que consiguió romperlo.

— Dae Gi, yo te pedí que te casases conmigo y sin embargo no me has besado. — La miró poniendo pucheros y ella le dedicó una sonrisa luminosa. Se acercó a él, se puso de puntillas apoyándose en sus hombros, y ella lo besó en ambas mejillas. — Dos besos por la petición de matrimonio.

— ¡Dae Gi, no es justo! ¡¿Es que mi declaración no se merece dos besos?! — Haek Yeon se mostraba de lo más indignado por eso y ella se rió divertida.

— ¿Y qué hay de nosotros? ¿No nos merecemos también al menos un beso? — El tono quejumbroso de Won Sik atrajo su atención.

— Por supuesto que sí. — Se dirigió hacia él, pero esta vez, en vez de ponerse de puntillas, Won Sik se agachó para facilitarle la tarea, mientras sonreía feliz. — Oh, vaya, qué amable. — Y tras eso, también le dio dos besos. Cuando se separaron, él estaba sonrojado pero encantado.

— El turno del maknae. Creo que mejor me subo a una silla para besarte. Eres condenadamente algo. — Lo miró divertida de arriba abajo y él se mostró ufano. Aunque para facilitarle la tarea, se abrió de piernas, hasta quedar a la altura de ella.

— ¿Mejor así?

— Mucho mejor. Y esto ya lo había visto. Me gusta. — Y tras eso le dio dos besos.

— Madre mía, turno del más peligroso de todos. Espero que me agarres con fuerza para que no me caiga al suelo desmayada tras besarte. — Aunque su tono era teatral, Hong Bin se divirtió.

— Tranquila, no dejaré que una joya tan preciosa sufra daño alguno. — Aquello dejó a todos los chicos sin palabras.

— Hak Yeon, llévame a urgencias, creo que me han robado el corazón. — Y todos salvo Taek Woon prorrumpieron en carcajadas.

Un momento después, se acercó a Hong Bin, que la agarró con fuerza por la cintura, y lo besó. Él, al igual que Won Sik y Sang Hyuk, se había agachado para que lo besase.

— Mi corazón sigue latiendo, no me lo creo. — De nuevo más carcajadas.

Cuando se separó, miró a Taek Woon, que se puso tenso y ella sonrió divertida.

— Tranquilo Taek Woon, a ti no te besaré. Sé que no te gusta que te toquen, y además está el sermón que me echaste, por lo que puedes considerarte a salvo de mi ataque de cariño. — Y sin esperar a ver cómo reaccionaba el aludido, se giró hacia Hak Yeon con una gran sonrisa. — A ti te debo un beso, no me he olvidado.

Volvió a acercarse a él, pero esta vez la agarró por la cintura y el cuello y le dio la vuelta dejándola inclinada como si estuviesen bailando. Eso la pilló por sorpresa y se agarró a él.

— Así al menos, será diferente de los demás. Por algo soy el líder. — Su tono juguetón la hizo sonreír.

— Presuntuoso. Te encanta destacar.

— Toda la razón en lo que has dicho. Y ahora, ¿me vas dar el beso que me debes?

— Te lo daré, pero ten cuidado con tus ojos y tu sonrisa. Hong Bin es muy peligroso, pero lo tuyo ya está en otra escala. — Y sin darle tiempo a reaccionar ante aquello, lo besó con fuerza en la otra mejilla. — Un beso especial por ser el líder, ¿contento?

— Mucho, la verdad. — Y con cuidado la volvió a erguir para luego soltarla. — Bueno chicos, hora de recoger todo esto y fregar, que ella ya ha hecho bastante.

— Vosotros recogéis y yo friego.

— Dae Gi, ya has hecho mucho, no podemos hacer que también friegues. — Sang Hyuk se mostraba preocupado por eso.

— Tampoco es gran cosa. No se me van a caer los anillos.

— Pero si nosotros no hemos hecho nada, sólo comer. No podemos permitir que también friegues. Así que siéntate y descansa. — Won Sik se había acercado a ella y la agarró para alejarla de la cocina.

— Venga chicos, no os pongáis así, puedo hacerlo.

— De eso nada. Y es el final de la discusión. — Hak Yeon se había mostrado inflexible en dejarla entrar en la cocina.

— Ya friego yo. — El ofrecimiento de Taek Woon los dejó a todos en silencio. — Y creo que será mejor que ella pueda hacer algo, porque aunque le digáis que se esté quieta en el sofá, no podrá hacerlo. — Se giró hacia ella y la miró a los ojos. — Puedes ayudarme a secar los cacharros si lo deseas. — Aquello los dejó estáticos. ¿Taek Woon diciendo eso? Allí pasaba algo raro.

— Hyung… ¿estás bien? — Jae Hwan se había acercado a él y lo miraba con curiosidad.

— Lo estoy. Si ella quiere ayudar, que ayude. — Se encogió de hombros y esperó a ver cómo reaccionaba ella.

— Te ayudaré. Y podemos hacer una cadena de trabajo. Tú friegas, yo seco, y ellos van colocando las cosas.

— Haced lo que queráis. — Y se fue a la cocina para empezar a fregar.

Dae Gi miró a los demás sorprendida y la siguieron en silencio.

Una vez en la cocina, se puso al lado de Taek Woon, que le iba pasando todos los utensilios en silencio, para que los secase. De vez en cuanto se tocaban y ella sintió en cada una de las ocasiones, como si una corriente eléctrica la recorriese de arriba abajo.

Tras terminar de fregar, se fueron al salón donde estuvieron hablando durante un rato, hasta que al final se fueron a la cama porque los chicos estaban agotados.

La grabación del día se enfocó en visitar palacios antiguos y explicarle un poco de historia a la chica. Para no hacerlo aburrido de cara a los espectadores, les pusieron diversas pruebas a realizar para permitirles desplazarse de un lugar a otro. En una tuvieron que dibujar lo que les transmitía la canción que estaban escuchando, en otro tenían que caminar a la pata coja de una punta a la otra de un pasillo… Aunque al acabar el día estaban agotados, recibieron algo que no se esperaban y que les iba a venir muy bien para relajarse.

Un miembro del staff les dio a VIXX y la chica unas invitaciones para ir a una piscina cubierta pero que caducaban esa misma tarde y él no podía utilizar. Los chicos tenían grabación hasta las seis pero después no tenían nada más que hacer. Dae Gi les dijo que los esperaría porque no quería ir sola, y además las invitaciones eran de dos por uno y no tenía a quién avisar para que la acompañara.

Por eso, poco después de las seis se vieron todos en la puerta de la piscina. El mánager los acompañó para evitar que hubiera problemas por estar con Dae Gi, pero por suerte una vez dentro, había poca gente joven. Siendo entresemana debían estar estudiando todavía, así que se relajaron.

Se separaron para ir a ponerse los bañadores. El mánager les había llevado los suyos a los chicos, mientras que Dae Gi había aprovechado para ir a comprarse uno haciendo tiempo hasta que llegasen. Era un bañador hecho de fibras de carbono, con un forro interior de silicona transparente en la parte inferior para recoger el pecho. El bañador le quedaba pegado al cuerpo dibujando su estructura a la perfección. En la espalda se le cruzaban los tirantes.

Por su lado, los chicos llevaban bañadores normales de colores. El de Jae Hwan en realidad llevaba flores, y eso la tuvo riendo un buen rato. Hak Yeon y Taek Woon eran los únicos que se habían puesto unas camisetas de tirantes. Se fijó en que el bañador de éste último era parecido al suyo y recordó que él había hecho natación. Quiso comentar algo al respecto de la semejanza entre sus trajes de baño pero de repente creyó que si lo hacía, lo cohibiría y se encerraría como siempre en sí mismo. Pensó que sería mejor versar las conversaciones sobre otro ámbito.

No obstante, aunque ella no abrió la boca, lo hicieron los otros. Taek Woon la miró entonces de arriba abajo, y sin poder evitarlo, Dae Gi se sonrojó. No fue una mirada desagradable ni obscena, pero le pilló por sorpresa que lo hiciera.

—Es verdad.—Y no añadió nada más.

—Antes hacías natación, ¿verdad?—le preguntó entonces— Podríamos hacer una carrera, si quieres. También soy buena en el agua. Ya sé que la resistencia del cuerpo masculino y femenino es diferente—le dijo antes de permitir que lo comentase él—, pero de todos modos así haremos algo todos juntos.

A pesar de sus palabras, los demás se negaron a hacer ninguna carrera porque estaban cansados pero que sí querían verlos a ellos nadar, ya que tenían buenas bases. Costó convencer a Taek Woon, pero tras un par de palabras de Hak Yeon se vio incapaz de negarse más.

Mientras los demás los observaban desde dentro de la piscina, hicieron unos ejercicios de calentamiento, se pusieron unas gafas de nadar que compraron en la tienda que había al entrar en el edificio, y se colocaron donde debían. Taek Woon se había sacado la camiseta para estar más cómodo y Dae Gi no pudo evitar fijarse en el buen cuerpo que tenía el muchacho. En realidad, como fan, ya lo sabía, pero verlo en persona era algo muy diferente a los vídeos.

Fue el líder del grupo quien les dio el aviso para que la carrera comenzara y Dae Gi se centró en el agua. Su cuerpo la recibió con sumo placer y estuvo a punto incluso de olvidar que se encontraba en medio de una carrera. Pero de repente, algo la devolvió a la realidad. Cerca de donde ella estaba, una mujer comenzó a pedir ayuda. Parecía que le había dado un calambre en la pierna y que no podía aguantarse en la superficie, así que sin pensarlo dos veces se fue directa a ella para ayudarla. Llegó hasta la mujer y la agarró por la cintura para intentar acercarla al borde. Por suerte el vigilante llegó a los pocos segundos y la agarró. Se la llevó y sacó de allí a la mujer, tumbarla fuera y estarse con ella para comprobar que los calambres se iban. Por suerte no había tragado agua.

Todo VIXX se acercó hasta ella y salieron del agua aunque les aseguró que estaba bien. Hak Yeon la felicitó por lo rápido que había actuado y los demás la animaron. Mientras hablaban, el vigilante se acercó hasta ella y le dio las gracias por haber actuado con tanta rapidez. Ella aseguró que no era nada pues justo pasaba al lado de la mujer, pero él insistió que no todo el mundo habría sabido reaccionar ante la situación. La susodicha, ya del todo recuperada e incluso cambiada y lista para regresar a casa y olvidar lo sucedido, también le dio las gracias.

Cuando se fue, se levantaron dispuestos a meterse de nuevo en el agua. Mientras caminaban, los pies mojados de Dae Gi la hicieron resbalar hacia atrás y su espalda chocó contra algo, mientras que unas manos la sujetaban por los hombros. Levantó un poco la cabeza y se encontró con Taek Woon. Su pecho, grande y húmedo contra su desnuda espalda la hicieron avergonzarse de repente y separarse con rapidez. Notó sus mejillas sonrojarse.

—Gracias. Has evitado que me haga daño otra vez.

— No sé cómo no puedes cuidar de ti misma pero salvas a otra persona…

— A veces me olvido de mí misma.—bromeó, sonriendo. El gesto le fue devuelto, dejándola muda e incapaz de decir nada al respecto.

—Por cierto, reconozco que eres buena nadadora.—y fue en pos de sus compañeros de grupo, dejándola con el corazón palpitándole a mil por hora y preguntándose por qué su ancha espalda le resultaba tan endiabladamente atractiva.

La semana pasó sin problemas. Dae Gi trabajaba en una guardería por la mañana, aunque le dejaban libre el día que se quedaba a dormir a casa de los chicos, pues tenía grabación desde primera hora. Se llevaba bien con los niños, porque a pesar del coreano de ellos por ser tan jóvenes y el de ella, podían comprenderse bastante bien. Los críos disfrutaban con las historias sobre España y ella era buena inventándose cuentos y tenía mucha gracia para contarlos.

Había conseguido el trabajo gracias a una amiga, pero la habían hecho fija sin duda alguna por sus dotes con los niños.

Tras acabar de trabajar aquel día e ir a comer, se fue hasta la casa de los chicos. Según le habían comentado las guionistas, y tal como confirmó al llegar, esa tarde los chicos le enseñaron platos típicos coreanos y le explicaron cómo cocinarlos. También y si lo tenían, le contaban su historia y si de algún modo estaban relacionados con alguna celebración. Taek Woon no hablaba demasiado pero cuando se sentaron a comer fue el que más a gusto degustó la salvajada de platos que tenían sobre la mesa, y que cuando acabó la grabación, acabaron por compartir con todo el staff. Aprovechando que la muchacha se quedaba a dormir, a partir de entonces deberían grabarse ellos mismos como si fuera un diario —algo que ya habían hecho antes— para ver cómo era la convivencia.

Cuando las cámaras y demás se fueron, se dedicaron a recogerlo todo. De nuevo, Taek Woon se ofreció a fregar y Dae Gi no perdió la oportunidad de ofrecerse a secar. Era el único modo de poder acercarse a él, el único con el que no hablaba.

Aunque al principio ella intentó mantener algún tipo de conversación, fue una tarea infructuosa y acabó por cansarse y callar. Sabía mejor que nadie que él no se comportaba así por malicia, así que no se sentía capaz de echárselo en cara, aunque la exasperaba. Con disimulo le observó por el rabillo del ojo. Taek Woon tenía la cara redonda, pero sus facciones eran pequeñas. Los ojos, la nariz, la boca… su vista se deslizó por su barbilla, pasando por un cuello ancho y masculino. Sin darse cuenta, su imaginación seguía el recorrido por ella recordando lo sucedido en la piscina. La voz de Hak Yeon, cámara en mano, la devolvió a la realidad.

—Y aquí los tenemos, fregando tan felizmente, ¿algunas palabras para la cámara?—le preguntó a su compañero. Taek Woon dijo que estaban lavando los platos y Hak Yeon le agradeció esa explicación tan detallada. Dae Gi no pudo evitar echarse a reír por el comentario y relajarse de nuevo.

Cuando terminaron, Hak Yeon los llevó al comedor y le insistió al otro chico de nuevo, para que jugase a videojuegos con ella.

—No me apetece.—fue su respuesta, sin embargo sabía que el líder del grupo no iba a dejarlo escapar con tanta facilidad.

—Venga, ¿qué te cuesta? O aprovechas que la tenemos a ella por aquí, o el juego cogerá polvo y nunca llegarás a usarlo, ¿lo compraste para eso?

—No pero…

—Yo tengo muchas ganas de jugar.—comentó ella para intentar convencerlo también. Taek Woon la miró unos segundos pero apartó la mirada con rapidez.

—Taek W…—estaba comenzando a decir Hak Yeon, pero el chico lo cortó antes de que acabase.

—Está bien, juguemos… pero sólo un poco.—después de celebrar esa mini victoria, los otros dos cogieron unos cojines y los pusieron en el suelo, mientras él enchufada el aparato, y a continuación tiró un cojín al suelo para sentarse sobre él. Taek Woon y Dae Gi se sentaron apoyados contra el sofá mientras Hak Yeon los grababa.

Ambos eran buenos jugadores, aunque a ella algunas acciones que le mandaban hacer se le pasaban por alto porque el acento del doblador del juego se le hacía algo extraño. En una de esas veces, Taek Woon dejó su mando de lado y movió su cuerpo hasta Dae Gi para sujetar el suyo, y con los dedos, enseñar a los suyos lo que tenía que hacer. Sorprendida, se volvió a mirarlo sin prestar atención al juego durante unos instantes y tragó saliva al ver su mandíbula justo encima de ella. El muchacho estaba tan centrado en el juego que ni se había dado cuenta del contacto físico que por sí mismo estaba realizando.

Cuando se apartó, Dae Gi dejó escapar un suave suspiro de pena y alivio.

Hak Yeon apagó la cámara entonces y se dijo que tenía que borrar los últimos minutos de grabación, porque era mejor que nadie a parte de él los llegase a ver.

Estaban en medio de la montaña. Habían decidido que además de conocer las costumbres de Corea y el buen uso del coreano, Dae Gi tenía que conocer algunos de los monumentos naturales más importantes que tenían.

Así que de madrugada, cuando aún no se avistaba rastro del sol, salieron rumbo a su destino. Llegaron cuando empezaba a despuntar el alba e iniciaron el camino hasta lo alto, donde además había un monasterio budista.

Los chicos y el equipo estaban bastante animados al comenzar aquella caminata, aunque dos personas no estaban para nada ilusionadas. Tanto Dae Gi como Hak Yeon preferirían estar muy lejos de ese lugar. Y ambos sentían verdadero pavor hacia los insectos. Y aunque todos sabían que Hak Yeon era un miedoso, nadie estaba al tanto de las fobias de Dae Gi.

En cuanto iniciaron su camino, Dae Gi se quedó al lado de Hak Yeon, porque después de todo, ella conocía sus miedos, y además, eran de la misma edad y se llevaban muy bien.

A Taek Woon no se le escapó la cercanía entre estos dos, y aunque le molestaba que ella estuviese tan cerca de Hak Yeon, no dijo nada.

— Dae Gi, ¿te está gustando lo que ves? — Sang Hyuk se había girado hacia ella y la miraba ilusionado.

— Verás, no es que no aprecie este lugar, que sí, es muy bonito, pero es que yo soy más de ciudad que de campo y no es que me haga mucha ilusión estar aquí.

— ¿Es que en España nunca fuiste a la montaña ni al campo? — La extrañeza de Jae Hwan la hizo sonreír.

— Fui muy pocas veces. Además, prefiero el mar, la verdad. Vivía en una ciudad costera, y me encantaba ir a la playa en cualquier época del año. Es algo que echo mucho de menos. Sabéis, no hay nada como ir en otoño o invierno a la playa, cuando ésta está vacía, y ver el mar embravecido. — Su mirada ensoñadora y su sonrisa triste los hizo sonreír comprensivos.

— Pero eso es peligroso. Al mínimo despiste el mar te podía haber arrastrado y podrías haber muerto ahogada. — Won Sik había vuelto a sacar su lado protector, mirándola con preocupación.

— Siempre tuve mucho cuidado. Cuando había galernas ni se me ocurría acercarme a cien metros del muro de la playa o del espigón del puerto. Me refiero a ir cuando hay marejada y la marea está baja. Me sentaba en la arena cerca de las escaleras y pegada al muro para evitar hasta el más mínimo problema. Y estando allí cerraba los ojos, inspiraba hondo y los pulmones se me llenaban de aire salado, así como del olor de las algas, que acentuaban mucho más el olor.

— Debes de echarlo mucho de menos. — La suave voz comprensiva de Taek Woon llegó hasta ella cogiéndola por sorpresa.

— Tanto que a veces siento que no puedo respirar. — Sonrió con tristeza para luego suspirar resignada y volver a animarse. — Pero ahora estoy aquí, de regreso en Corea, en medio de una ciudad sin mar, y no me queda más remedio que acostumbrarme. Tendré que aprovechar las vacaciones para poder escaparme a zonas costeras de aquí.

— Dae Gi. Esta excursión puede servirte también para acostumbrarte a estar en medio de la naturaleza. Bueno, el mar también es naturaleza, pero aquí no tienes una ciudad a tu espalda. — La mirada de ánimo y sonrisa de Hong Bin la hicieron rezongar.

— Ten cuidado con esa sonrisa. Aquí no hay un hospital a mano para mi corazón. — Y lo miró con ceño, mientras apuntaba hacia su sonrisa con el dedo índice de su mano derecha.

— Oh vamos, tampoco creo que sea para tanto el peligro que tengo al sonreír. — Hong Bin la miraba con incredulidad e incapaz de dejar de sonreír.

— Si de verdad lo crees, la próxima vez que estés con mujeres, y me refiero a mujeres, no niñas ni adolescentes, sonríeles y fíjate en el efecto que causas. Porque desde la niña más pequeña, hasta las abuelas nonagenarias, ninguna es inmune a ella.

— ¡Oh, vaya! Me fiaré de ti y en cuanto pueda, lo pondré en práctica. — Se mostró de lo más divertido ante ese desafío.

— ¡Pero acuérdate de tener a mano el desfibrilador por si acaso! — Aquella advertencia de Dae Gi le hizo reír a carcajadas.

— Dae Gi, ¿estás bien o necesitas descansar? — Hak Yeon la miró preocupado al verla tan sonrojada y con la respiración agitada.

— Como pare a descansar no sé si seré capaz de volver a ponerme en pie. — Su sonrisa desfallecida lo hizo preocuparse mucho más.

— Director, paremos unos minutos para que Dae Gi pueda descansar. — Hak Yeon la había agarrado por los hombros, para servirle de apoyo.

— Hak Yeon, de verdad, no es necesario… — Los miró a todos preocupados, pero éstos ya se habían parado para obedecer al director que había aceptado la petición de Hak Yeon.

— No digas tonterías. Necesitas descansar, así que por una vez, obedéceme. — La preocupación de Hak Yeon le derritió el corazón, y tras quitarse las mochilas, lo envolvió en un fuerte abrazo, atrayendo la atención de todos y provocando silbidos y alguna que otra broma.

— Muchas gracias. — Hak Yeon, aunque se había sorprendido, le devolvió el abrazo y le sonrió negando con la cabeza para quitarle importancia.

Mientras, no muy lejos de ellos, Taek Woon permanecía en silencio, pero molesto por lo que veía.

Tras buscar un asiento cómodo, se pusieron a charlar. Al cabo de un momento, Sang Hyuk desapareció y todos se preguntaron dónde se habría metido.

Se levantaron para ir a buscarlo, pero nada más hacerlo, apareció él. Venía sonriendo y con las manos a la espalda.

— ¿Dónde estabas? — Won Sik lo miró extrañado.

— Sólo fui a mirar una cosa. — Y señaló hacia los árboles sin centrarse en nada.

— Nos tenías preocupados. — La suave recriminación de Hak Yeon lo hizo sonreír.

Y entonces se desató el caos, porque el maknae sabedor del miedo que el líder sentía hacia los bichos, había traído un escarabajo pelotero de gran tamaño y se lo puso muy cerca.

Como era de esperar, Hak Yeon empezó a gritar y se echó a correr para acabar subido a la espalda de Hong Bin.

Lo que nadie se esperaba, es que Dae Gi sintiese el mismo pavor que el líder. Ella también empezó a gritar y fue a refugiarse detrás de Taek Woon, agarrándose con fuerza a su ropa.

En el caso de Taek Woon, no sólo le pilló por sorpresa aquel ataque de miedo, sino también que ella corriese a refugiarse tras él y se agarrase con fuerza a su ropa, dejándolo totalmente conmocionado.

— Taek Woon, dile que no se acerque a mí con ese bicho asqueroso, por favor. Dile que se aleje. — La voz estaba teñida de miedo. Taek Woon la sintió temblar y se giró, para verla con los ojos cerrados con fuerza.

— Sang Hyuk, deshazte de ese bicho. Mira lo que has provocado con tu broma. Dae Gi está aterrorizada. — Y de manera inconsciente, echó las manos hacia atrás, para mantenerla agarrada y oculta tras su espalda.

Sang Hyuk se apresuró a tirar el escarabajo lejos de ella, mientras los demás la miraban muy preocupados. Aquello había empezado como una broma hacia el líder, y había acabado con Dae Gi sufriendo un ataque mucho peor que el de Hak Yeon.

— Dae Gi, lo siento muchísimo, de verdad. Si hubiese sabido que sentías tal pánico por los bichos no lo habría hecho. Créeme, por favor. — Sang Hyuk se sentía fatal por haberla llevado casi hasta las lágrimas y no sabía qué hacer.

Dae Gi, por su parte, seguía agarrada a Taek Woon y no se atrevía a moverse de su posición. Sólo tras cerciorarse de que era cierto que no había bicho alguno, respiró tranquila.

— Es por eso que no me gusta venir a la montaña. Siento fobia hacia los bichos. — Su sonrisa desfallecida y de disculpa, hizo que todos se sintiesen aún peor.

Hak Yeon decidió entrar en acción y se acercó hasta ella.

— Dae Gi, como sigas así, vas a dejar a Taek Woon desnudo. — Dae Gi lo miró interrogante y él, con la cabeza señaló la fuerza con la que se había agarrado. Por desgracia tenía las manos tan agarrotadas que le costaba trabajo soltarse, por lo que Hak Yeon la ayudó dejando libre a Taek Woon, que aprovechó para mirarla de frente.

— ¿Estás bien? — Aquella sencilla pregunta cargada de preocupación, le hizo dar un vuelco al corazón.

— Sí, tranquilo, ya estoy bien. Y gracias por servirme de escudo.

— No ha sido nada.

Aquello dejó descolocados a todos, aunque Hak Yeon se apresuró a quitarle hierro al asunto.

— Ha salido el guardaespaldas. Se nota que se ha criado con tres hermanas, ¿verdad? Aunque bueno, también nuestro Won Sik es un buen guardaespaldas.

— Físico tengo para ello. — La diversión de Won Sik los hizo sonreír.

— Bueno, ya he descansado y tenido emociones fuertes. Sin olvidarme de que he aprendido sobre la fauna local, así que podemos seguir nuestro camino. — Dae Gi quería recuperar la normalidad cuanto antes y Hak Yeon era un gran apoyo. Todos le hicieron caso y recogieron sus cosas para seguir su camino hacia el templo. La sorpresa vino, cuando Taek Woon se puso al otro lado de ella y así estuvo durante el resto del camino, aunque sin decir nada.

5 respuestas a Stop resisting, capítulo 1

  1. Heennytha dijo:

    Ahora si lo veo, muchas gracias reina, me toca leer y disfrutar.

  2. Ilatsi dijo:

    Como siempre, estoy encantada con lo que ustedes escriben. Ahora como niña buena a esperar la segunda parte. Gracias chicas!!

  3. JCV dijo:

    Me encanto!!! ya quiero seguir leyendo!!!

    xD

  4. Alusiana dijo:

    me encantaaaaa

  5. Rockx dijo:

    Muy bueno me gusto mucho a esperar la siguiente parte.

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