Autores invitados @Jeannelok
“Sacude tu cabeza y di no a ser un esclavo de la pereza. Todos esos que no quieren intentarlo, levantaos ahora mismo.”
Ha Neul era una profesora severa. Al día siguiente, en cuanto salió del trabajo se presentó con un bocadillo que le hizo comer mientras lo llevaba en coche hasta algún lugar. Acabaron en casa de la chica, pero no tuvo tiempo de maravillarse con lo que veía, porque lo llevó sin perder tiempo hasta una sala de música amplia y con un piano en medio. También había una mesa con unos cascos, un reproductor de música y algunos aparatos más.
Ha Neul se sentó en el banco que había frente al piano, mientras le indicaba con la cabeza que fuera hasta los cascos y se los pusiera. Se fijó entonces en unos cables que iban desde el piano hasta el aparato al cual también estaban conectados los cascos. Una vez se los colocó, Ha Neul sonrió, cerró los ojos una vez y al abrirlos, tocó el piano. Fue una melodía rápida pero suave que le obligó a mover despacio la cabeza sin darse cuenta. No era para nada el tipo de sonido que esperase escuchar viniendo de una muchacha de aspecto refinado y elegante, frente a un gran piano de cola.
Cuando se dio cuenta de lo que sucedía, Yong Guk comenzó a rapear la canción en cuanto reconoció cuál era. Al principio le costó un poco, a causa de la timidez, pero en el preciso momento en que pilló el ritmo todo lo pareció más fácil.
—Nadie debería reconocerme, sigo aquí. Incluso si sólo una persona me siente, di sí. Estoy viviendo, estoy respirando, estoy soñando, equivocándome, sigo goteando mis pensamientos. Seguimos volando, seguimos alto, seguimos aquí. — se preguntó cómo podía ser que Ha Neul hubiera sabido que él conocía esa canción. La respuesta le llegó durante la tercera canción, cuando se quedó en blanco porque no recordaba la letra.
—No me interesa que digas lo mismo que ellos, ¡invéntatelo! Lo que quiero es que rapees, no pares, no tienes permitido descansar hasta que el piano te lo indique.
Así lo hizo. Se dejó llevar por la música que salía de los dedos de Ha Neul, e incluso cuando no reconocía la melodía, hablaba de sí mismo, de su trabajo, de ella, de Rome y de lo primero que le viniera a la cabeza. No importaba lo que decía, sino cómo lo hacía.
Pararon casi dos horas más tarde, los dos extenuados. Yong Guk notaba la garganta ardiendo pero antes de tener que decirle nada, ella había usado su teléfono móvil para llamar a alguien y pedir que les trajeran algo de beber. Un par de minutos después llamaban a la puerta y entraba una chica con una bandeja en la mano. Le entregó un vaso de agua a él y otro a ella.
Poco después, volvían al trabajo. Ha Neul le gritaba si se detenía. Estuvieron así hasta que las barrigas comenzaron a reclamarles algo de atención. Fuera, era ya de noche. La chica cerró la tapa del piano y le pidió que se sacase los cascos. Le invitó a cenar, pero aquella noche él ya había quedado con Min Jung y Seug Ho. Le dijo que fuera con ellos, pero la muchacha declinó la oferta.
Cuando bajaban por las escaleras, una figura conocida salió al paso. Como siempre que le veía, Yong Guk se puso nervioso. No entendía por qué no era capaz de acostumbrarse a la presencia de ese chico. Pero era una realidad que Hee Chul tenía un influjo sobre él incluso sin hablar.
— ¡Vaya, cuánto tiempo Yong Guk!—respondió con una inclinación de cabeza— ¿Cómo has estado?
—Bien… gracias.
— ¿Y qué habéis hecho?
—He tocado tu piano, hermano. Lo tuve que afinar anoche—le comentó Ha Neul—. Si hubieras llegado antes, estoy segura de que habría sido genial escucharte tocar algo…
—Un día me gustaría quedar con Seung Ho y tocar alguna pieza. Espero que puedas decírselo.
Yong Guk se fue de allí habiendo hecho la promesa de que le diría a su amigo que algún día iría a ver a Hee Chul para tocar el piano juntos, y así se lo transmitió cuando poco después se encontró con él. Su hyung se puso nervioso ante la simple idea de tocar junto a Hee Chul, haciendo que tanto él como Min Jung estallasen en estrambóticas risas. No fue hasta que se calmaron y les trajeron los platos que habían pedido, que le preguntaron por qué había estado en casa de los hermanos Kim. Yong Guk sonrió con amplitud.
—Gracias a Ha Neul voy a ir a una audición. —informó. Los rostros de sus dos amigos se transformaron y al fin, la chica se abalanzó sobre él y lo abrazó con fuerza. Lo estrujó y sacudió durante un par de minutos antes de separarse de él para acariciarle el pelo con ternura.
—Creo que adoro a esa chica. —le informó, haciéndole reír.
—Yo también. Es impresionante que haya hecho esto por mí.
—A mí no me parece tan impresionante… Creo que si por ella fuera, haría más, mucho más.
— ¿Qué significa eso, noona?
—Ya te lo dije en su momento, piensa por ti mismo—sonrió con dulzura—. Creo que nuestro pequeño Yong Guk aún tiene tanto por descubrir, ver y entender… pero estoy muy feliz porque ha conseguido una oportunidad tan buena como ésta. Al fin vas a mostrar al mundo todo lo que tienes.
—No exageres…
— ¡No estoy exagerando! Estoy segura de que te cogerán y te vas a convertir en una gran estrella. Sólo espero que no te olvides de nosotros…
— ¿Cómo podría hacer eso? ¿Quién me reñiría entonces?
— ¡Pero si te tengo mimado, no digas tonterías!
—Noona… ¿te pondrías triste si me cogen y me tengo que ir?—puso cara de pena y voz lastimera. La chica lo observó con el ceño fruncido y acabó dándole un pequeño coscorrón para que dejase de hacer el tonto. Yong Guk le puso morros, triste por no obtener la reacción deseada.
—Me da miedo imaginarme en qué se convertiría Min Jung, si no estuvieses—al escucharlo, la chica fue a protestar y golpearlo pero él le agarró la mano en pleno vuelo—. No intentes disimular lo obvio. Lo único que debes lamentar en esta vida es no ser su hermana mayor de sangre.
— ¿En serio, noona?
—No te lo reconocerá, pero es en serio.
—¡¡Aaaah!! Dejadme los dos en paz—se masajeó las sienes con un repentino dolor de cabeza y suspirando con fuerza. Ambos muchachos se echaron a reír con ganas ante su reacción— Críos…
Los ensayos con Ha Neul cada vez se intensificaban más. Yong Guk incluso adelgazó un par de kilos al no parar quieto y casi no comer, pero se dio cuenta de que era lo mismo para ella. No siempre iban a la sala donde se encontraba el piano, también lo había llevado a un local que él nunca creyó pisar y sólo había visto en las revistas. Estuvo a punto de negarse, diciéndole que no iba a permitir que hiciera más de lo que estaba haciendo ya por él, pero la chica le echó en cara que después de todo no podía permitirse que fallara. Que no lo hacía por él, sino por sí misma.
Pasaron todos los días juntos, pero casi no tenían tiempo para hablar, sólo para bromas. Yong Guk siempre había rapeado porque le gustaba. Sin embargo, gracias a ella había aprendido a controlar mejor la respiración, mejorar la pronunciación e incluso relajarse. Parecía tener experiencia con el tema, y sentirse muy segura de sí misma cuando le decía qué debía hacer. Le corregía, le reñía, le animaba…
—Pero no voy a felicitarte. No, hasta que te acepten.—le había dicho la muchacha. Yong Guk se sentía en deuda con ella, y se preguntaba si se merecía tanta ayuda por su parte.
Cuando llegaba a casa, estaba tan agotado que lo único que era capaz de hacer era enviar un mensaje a Min Jung, otro a Hea Jung y dejarse caer sobre la cama para tener sueños que mezclaban la música y a Ha Neul. En uno de ellos apareció también su novia, y por alguna razón ese día se levantó sintiéndose culpable por algo…
El martes llegó, y con ello sus nervios aumentaron. Al día siguiente, iría a la audición, y no podía salir por patas por más histérico que estuviera. Ha Neul, cuando acabaron de ensayar, lo llevó al mismo sitio donde había tenido lugar la desastrosa escena con la cena, pero se sentaron fuera, en un banco el uno al lado del otro. Poco después un criado les traía un par de latas de bebida y lo agradeció con entusiasmo.
—Sigo sin saber cómo agradecerte todo esto… ni por qué lo haces.
—Ya te dije que es por mí misma.
—Pero eso no tiene sentido.—en vez de responder, Ha Neul le acercó su lata para que brindase con ella. La entrechocó.
—Te lo explicaré, pero no ahora. Lo haré cuando me sienta preparada. Hasta entonces, el mayor agradecimiento que puedes darme es dormir bien hoy y mañana dar lo mejor de ti. Por mi parte estoy tranquila y segura de que lo harás bien. Eres bueno, Yong Guk—le hablaba sin mirarlo, con los ojos fijos en la lata de bebida que tenía entre sus manos—. Tienes cosas que pulir, claro… pero aprendes rápido, tienes energía y eres perseverante. El tipo de persona que puede sobrevivir en el mundo de la música.
—Pareces saber mucho del tema…
— ¿Lo dudas? Pero no es momento de hablar de mí. Mañana será tu momento, así que céntrate en ti.
Yong Guk fue incapaz de decir nada, sólo observó las facciones del rostro de Ha Neul. Era de noche, así que la luz que obtenían era la de la luna y la artificial, suave pero suficiente. Los ojos de ella no se movían de encima de la lata y se había quedado en silencio, pensativa. Estuvieron varios minutos así, hasta que él sintió algo removiéndose en su estómago y se levantó, pensando que tenía hambre.
El día siguiente era el gran día. Yong Guk, por primera vez en su vida, se había pasado dos horas escogiendo la ropa que iba a ponerse. Al final, había tenido que pedirle a su hermano gemelo que le prestase una muda. Sólo era una camiseta de manga corta negra con algunos colores y unos pantalones tejanos, pero no había agujeros en ellos. Se lo agradeció y salió de casa sin darle explicaciones de por qué necesitaba ropa suya o dónde iba que había pedido fiesta en el trabajo.
Ha Neul le esperaba, cómo no, con un coche negro y un chófer que los llevaría hasta la compañía. Aunque sabía que hacía mal, Yong Guk había sido incapaz de ingerir casi nada en todo el día. Cuando encontró a la chica, con sus gafas de sol y pareciendo toda una mujer de negocios, sintió las piernas temblarle como un flan.
—Te dije que durmieras bien—fue lo primero que le dijo. Él lo había intentado, pero no pudo dejar de dar vueltas en la cama durante toda la noche. Ha Neul sacó algo de su bolso mientras caminaba hacia él y cuando llegó a su posición, lo acercó a su cara y le ordenó quedarse quieto mientras el aplicaba algo frío bajo los ojos—. No vas a venderte por tu aspecto, pero al menos cuídalo lo mejor posible. La ropa me gusta, no está desgastada. Ya me imagino que no es tuya. El pelo…—se alejó un poco, lo miró bien y esta vez sacó un peine del bolso. Fue caminando a su alrededor mientras le arreglaba el cabello.
—Cuando triunfe, te convertiré en mi estilista.
—Muchacho, tú no has hecho la audición, pero yo ya soy una triunfadora.—cuando pudo recuperarse de la respuesta, Yong Guk la siguió hasta el vehículo riendo. Saludó al conductor y poco después se detenían frente a la puerta de la T*S Entertainment. Moverse estaba siendo un esfuerzo titánico. Ha Neul, en cambio, parecía segura de sí misma y suplicó en su interior, poder tener algo de su entereza en situaciones así. Aún le sorprendía ver que parecían tener la costumbre de intercambiarse los roles según el momento y lugar.
Cuando llegaron a la puerta, la chica se sacó las gafas de sol y se arregló el cabello. Le ordenó erguirse como debía y entraron. Ni siquiera fue a preguntar dónde tenía que dirigirse, como si estuviera acostumbrada a moverse por esos sitios, fue hasta el ascensor ignorando a los guardas de seguridad que a él lo observaron de arriba abajo y se metieron en uno.
—No es mi primera vez aquí, si es lo que te estás preguntando. Mis padres se mueven en muchos ámbitos, a parte del d elos hoteles, así que yo también he tenido que visitar todo tipo de compañías y empresas. De no ser porque me conocía, está claro que el CEO no me habría hecho caso la otra noche, ¿no crees? Podría decirse que con nuestra amistad, te ha tocado la lotería, porque no encontrarás a gente con muchos más recursos que yo.
Yong Guk se dio cuenta de que escuchándola vanagloriándose de sí misma, se le había pasado un poco el nerviosismo. Cuando llegaron a su destino, salieron a una planta de paredes blancas y doradas y un largo pasillo. Al final de éste, se encontraron con un hombre trajeado que dijo que les esperaba y les hizo pasar.
La audición no iba a tener lugar, como era normal, en una sala de prácticas, sino en el despacho del CEO. Cuando entraron, se levantó y les saludó con amabilidad, pidiéndoles que se acercaran. Sólo Ha Neul lo hizo, mientras él le dedicaba una profunda reverencia.
—Me gusta que los muchachos sean educados—se rió el hombre—. Como estoy seguro de que ninguno de nosotros tiene tiempo que perder, te pediré que comiences ya. Tú solo, sin acompañamiento, creo que es la mejor manera de que me demuestres lo que vales.
Ha Neul le había advertido que lo más seguro sería que se diera esa situación. De todos modos, era como más práctica tenía, así que tras calentar un poco las cuerdas, se presentó como era debido, volvió a hacer una reverencia y comenzó a rapear. No fue hasta acabar la segunda canción que el CEO levantó la mano para pedirle que se detuviera. Él, cogiendo aire con timidez y la garganta seca, se quedó inmóvil y en silencio. Ha Neul estaba sentada también frente a él pero no podía leer nada en su mirada, y sintió temor de haberlo hecho demasiado mal.
—Me gusta—dijo el hombre de repente—. Tiene estilo, es bueno y su voz es sin duda alguna un plus. Además tiene un aspecto distinto de otros ídolos… hay que pulirlo bastante, pero tengo que darte la razón: este chico vale.
— ¿Entonces, lo acogerá como aprendiz?
—Sería estúpido si no lo hiciera. Bienvenido a la T*S, Bang Yong Guk.
Al escuchar estas palabras, las piernas le flaquearon más que nunca, pero dejando su mente abandonada en algún lugar hizo una reverencia todavía más curvada y agradeció aquella oportunidad con todas las fuerzas que tenía. No podía creérselo. Ha Neul tuvo que empujarlo para lograr sacarlo de allí y la escuchó hablar con el hombre un poco más. Lo único que entendió fue el agradecimiento, y que comenzaría a practicar al mes siguiente, pero que tenía que ir la semana siguiente para preparar algunas cosas.
No reaccionó de verdad hasta que fuera, el sofocante aire le golpeó en la cara. De repente, vio a Ha Neul de verdad y abrió los ojos, incrédulo.
— ¿Ha dicho que sí?
—Ha dicho que sí.—sonrió ella.
—Ha dicho que sí…—musitó él.
—Felicidades, Yong Guk.—al escucharla decir eso, no pudo resistirse más y la abrazó, haciéndola girar. La estrujó con fuerza, pero no se dio cuenta hasta que ella le pidió que lo bajase.
—Lo siento… lo siento…
—No pasa nada, lo entiendo. Pero ahora, tenemos que volver porque supongo que deberías contárselo a tu familia y… amigos.
—Claro, sí… muchísimas gracias Ha Neul. En serio. No tengo palabras para…
—Déjalo ya. No necesito la palabrería. Pero te voy a pedir algo. Antes le he dicho al chófer que se llevase el coche porque quería pedirte una cosa… La verdad es que tengo curiosidad por algo muy tonto, y si me ayudas, me daré por agradecida.
—¿Por el qué?
—Coger el metro. Nunca lo he hecho y… me gustaría probarlo al menos una vez. Incluso he dejado los tacones en casa y voy plana.
Yong Guk se echó a reír. No porque se estuviera burlando de ella, sino porque le pareció una petición tan tierna y tan humilde viniendo de Ha Neul, que tuvo ganas de estrujarla de nuevo, y reírse fue la única manera de resistirse a hacerlo.
Caminaron hasta la primera entrada de metro y compraron un bono de viajes, ya que Yong Guk no llevaba el suyo encima. Ha Neul perdía su aspecto de dama distinguida y se convertía en la chica tímida que descubría un mundo inexplorado por ella. Dado que no dejaba de observarlo todo con curiosidad, se vio obligado a agarrarla de la mano. Ella se sorprendió al principio, sonrojándose. Ah, su lindo pajarillo…
Dado que era hora punta y se reunía la gente que salía de trabajar y los estudiantes, había bastantes personas. Podía resultar agobiante para alguien que no estaba acostumbrado a ello, pero Ha Neul estaba tan distraída en observar su alrededor que no pareció darse cuenta. Yong Guk sonrió con dulzura y apretó más su mano para avisarla de que tenían que subirse al metro. Tiró de ella y la llevó hasta un rincón, apoyándola contra el cristal. Sabía lo que iba a suceder, así que tuvo que soltarla para bloquear a la marea de personas con su cuerpo. Apoyó las manos por encima de su cabeza para poder mantener la postura hasta llegar a su parada. Sin embargo, a medida que el metro avanzaba, la tarea resultaba más difícil.
—¿Estás bien?—le preguntó ella de repente. Fue a responder, pero no pudo porque perdió la fuerza y se le resbaló la mano en el cristal, golpeándose los antebrazos contra éste y pegando su cuerpo al de Ha Neul. Notó la nariz de ella contra la clavícula y el cabello en la barbilla. Las cosquillas que sintió en ese punto no eran nada en comparación con las que asaltaron su estómago y pecho.
—Lo siento…—musitó, separándose un poco para poder mirarla. Seguían estando pegados, pero le dio espacio a la chica para levantar el rostro hacia él. Al tenerla tan cerca, le pareció incluso más guapa, y creyó que sin duda seguiría siéndolo si se quitase el maquillaje, lo sería todavía más.
—No… tú no…—intentó decir ella, pero por alguna razón no fue capaz de seguir hablando. Yong Guk dejó de notar la presión de la gente contra su cuerpo, porque sólo sentía el de Ha Neul. La chica apoyaba las manos sobre su pecho, y fue cerrándolos con lentitud en un par de pequeños puños. Yong Guk se sentía capturado por la mirada de la chica.
Inclinó un poco la cabeza. Ha Neul se puso de puntillas. El roce entre sus labios activó cada parte dormida de su cuerpo. Como si fuera la chispa que le hacía falta para encenderse, abrió la boca para capturar la de ella. Sabía a deseo, dulzura, placer y ansias de libertad. Quería sentir más de eso que Ha Neul le estaba ofreciendo, por eso intensificó el beso, jugando más con su lengua, apretando más los labios contra los suyos, inclinando más la cabeza y contento al notar que ella se elevaba más.
Se besaron con tanta intensidad, que sintió que le faltaba el aliento, y de todos modos no quiso detenerse. Necesitaba besarla hasta absorberla si hacía falta. No recordaba haber ansiado algo con tanta desesperación antes… en realidad, en esos momentos no recordaba ni conocía nada que no fuera Ha Neul. Ni siquiera en qué momento había deseado tanto besarla.
El metro siguió avanzando, la gente moviéndose, y ellos besándose…
BUENÍSIMO !!!!!!
POR FAVOR SIGUE ….
Jo, se ga quedado super emocionante, que ganas de leer lo siguiente! Ahora falta saber cosas de la novia, aunque no parece q tengan una relación muy intensa porque nunca se acuerda de ella….
bestial!!! más más más más jajajaja
Hermoso primer beso!
OMG! que primer beso! sube más capitulos por fa
juju que buen capitulo a esperar el proximo 😉
Chicas, esto está maeravilloso!!!! No puedo parar ni esperar el próximo capítulo!