Hyung, capítulo 2. Heechul, aquel que atrae la atención sobre él.

By @Jeannelok

Heechul, aquel que atrae la atención sobre él.

Ya habían grabado hasta el tercer capítulo y el primero salía al aire aquel mismo día, así que Ji Sang se sentó en el suelo, frente al televisor, aferrada a un cojín. Vivía en un pequeño apartamento que le había encontrado su mánager, pues al no pertenecer a una gran compañía no podía conseguir nada mejor: a ella le parecía perfecto. Sus abuelos le habían propuesto ir a vivir con ellos y sus tíos, pero había tenido que rechazar la idea ya que su ciudad estaba muy alejada, y, además, aunque añorase a su familia aquella independencia también le gustaba.

Encendió el televisor y esperó a que comenzara el primer capítulo, con un plato de palomitas a su lado. En el preciso momento en que la serie comenzaba recibió un mensaje en el móvil, y con pesadumbre lo agarró del suelo y lo abrió. Era de un número desconocido y estuvo a punto de borrarlo, pero las palabras la dejaron conmocionada: No me mires sólo a mí y presta atención a tu propia actuación para mejorarla, donseng.

Estuvo tentada de responder el mensaje de Heechul, pero pensó que era mejor esperar a terminar de ver el capítulo. La canción acabó de sonar y aparecieron unas largas y finas piernas en escena, que terminaron en una cabeza de oscuro cabello, cuyo dueño poseía unas hermosas facciones. Caminaba con las manos en los bolsillos de su traje de gánster, sonriendo con dulzura y pidiendo amablemente a los dueños de una parada que devolviesen el dinero que debían a su jefe. Inconscientemente, la chica repitió en su mente las palabras que saldrían de la boca de Heechul a continuación.

Pasaban los minutos y cada vez se encontraba más ensimismada con el personaje de Heechul, siendo incapaz de apartar la vista de él y reaccionando a todas sus palabras y movimientos. Si él sonreía, ella lo hacía; si él parecía desconcertado, Ji Sang fruncía el ceño. Cuando se quiso dar cuenta, el primer capítulo había llegado a su final, y de repente se percató en que había hecho justamente lo que mencionaba el mensaje: sólo le había prestado atención a él.

Furiosa por ello, alzó el teléfono para responderle en el preciso momento en que aparecía una llamada entrante. A pesar de ser un número desconocido, supo quién era y le gruñó enfurecida nada más aceptar la llamada.

-¿¡Por qué me escribes ese tipo de mensajes!? ¡Al final, es cierto que sólo he podido mirarte a ti, hyung!

-¿Te has enamorado de mí?-inquirió divertido él al otro lado del teléfono. Su voz distorsionada a través del aparato perdía aquel tono atrayente y atractivo, pero la prepotencia no desaparecía.

-¿Quién es el que escribe mensajes y llama a las tantas de la noche?

-Prefiero a las mujeres femeninas.

-…Argh… ¿por qué has llamado?-inquirió, deseando cambiar de tema. Se acomodó hacia atrás, apoyando la espalda en la pared, soltando el cojín y jugando con su cabello con la mano que le quedaba libe. Al otro lado, la voz tardó un poco en hacerse escuchar.

-El otro día…te dije que tenía un concierto, pero no te invité.

-¿Deberías haberlo hecho?

-Creo que es lo normal. Aunque tú también podrías haber tenido la conciencia de venir sin que yo dijera nada.-obviamente, no se iba a dar la culpa sólo a sí mismo. No iba con él. Al principio eso la irritaba, pero a medida que lo conocía reconocía que era parte de su encanto.

-¿Lo que intentas decirme es que tienes un concierto pronto y que te gustaría que me dejara caer por él?

-Nunca mejor dicho. Así podrás ver a tu hyung en todo su esplendor. Si te portas bien, quizá incluso te saludo desde el escenario.

-Ya…tu vista de lince te dejará avistarme entre miles de fans. Tu plan no tiene falla alguna.

-Estarás en las gradas centrales, primera fila, donde hay mejor visión, disfrazada para no ser reconocida. Llevarás en tus manos un globo azul y cada vez que yo aparezca, lo agitarás con fuerza para hacerte notar.

-¿Tantas ganas tienes de que vaya?

-…Me haría ilusión-vaya. Otra vez. En cualquier instante era capaz de dejarla sin palabras-. Mañana por la mañana recibirás todo, el concierto es por la noche. Te estaré esperando.

-¿Cancelarás el concierto si no voy?-bromeó ella.

-¿Tú qué crees?…Buenas noches.-y apagó la conexión. Ji Sang tardó unos instantes en reaccionar y al hacerlo, apartó lentamente el aparato de su oreja, quedándose observándolo fijamente, dudando realmente de si el chico sería capaz de cancelar el concierto o como siempre, sólo jugaba con ella. Al fin y al cabo, con Kim Heechul nunca sabía a qué atenerse.

Al día siguiente lo único que tenía era una entrevista con una revista y un par de escenas para grabar. La otra vez cuando se hizo el concierto no dieron fiesta al muchacho porque era un recinto cercano, grabó por la mañana y se fue cerca del medio día para ensayar dos o tres horas, sin embargo aquel concierto era fuera de Seúl y había cogido el día de fiesta. Acostumbrada a verlo cada día, se le hizo extraño no poder admirar su rostro aquel día, sin embargo se contentó con poder verlo más tarde en el concierto, aunque fuese de lejos.

No estaba acostumbrada a todo aquel revoltijo de adolescentes hormonando deseando ver a un grupo de trece (a veces quince) chicos cantando y bailando al mismo son. Ladeó la cabeza sin dejar de observar a las que tenía delante de sí en la cola y después suspiró, encogiéndose de hombros y negando con la cabeza. A sus veintitrés años, ya se sentía cansada para reaccionar como aquellas muchachas, con reacciones infantiles…que por un lado, envidiaba. Supuso que era por el ambiente, pero el caso es que ella también tenía ganas de ponerse a saltar y chillar cada vez que salía música de dentro del recinto, indicando que los chicos se encontraban ensayando.

Al fin fueron entrando, y Ji Sang no pudo dejar de mirar conmocionada a un lado y otro, sorprendida con la inmensidad de aquel lugar. Vio el escenario a lo lejos, y se preocupó de no poder ver bien desde su sitio, sin embargo recordó las palabras del chico la noche anterior y confío en ellas, verificándolas cuando la hicieron sentar en su sitio. No era una muchacha muy dada a los conciertos, no obstante a alguno había acudido y en ninguno había tenido que estar sentada. Era más cómodo porque el concierto pintaba largo pero… ¿cómo harían las fans para contenerse y no ponerse a chillar, saltar y bailar, como hacía ella cuando escuchaba sus grupos favoritos?

Poco a poco aquel espacio gigantesco se llenó con miles de chicas y algunos chicos, dos de ellos a ambos lados de la muchacha. Le sorprendió encontrarse justamente entre dos de los pocos que identificaba, pero no tardó en darse cuenta de que eran guardias gracias a los pinganillos que sobresalían por su camiseta de Super Junior.

Sonrió divertida, preguntándose si era casualidad o, lo que resultaba más probable, algo planeado por Heechul para que se sintiera más cómoda. Perdida en sus pensamientos, le sorprendió la voz que apareció gritando de la nada y se percató de que las luces se habían apagado, quedando únicamente iluminado el escenario. Sin previo aviso, se escuchó una especie de estallido y mientras una especie de fuegos artificiales salía de él, aparecieron saltando uno por uno los miembros del grupo.

A pesar de sus investigaciones, no sabía sus nombres y mucho menos reconocerlos, pero al instante pudo captar a Heechul, quien se colocaba en su posición junto a los demás mientras todos se ponían a entonar la misma canción. Envidió al chico al mismo punto en que lo admiró, conmovida por verle darlo todo, igual que hacía con la actuación. Se dio cuenta de que no era ni el que tenía la mejor voz ni el que mejor bailaba, pero seguía manteniendo esa aura que atraía la atención sobre él.

Poco a poco, se fue emocionando y gritando de vez en cuando, agitando el globo cada vez que aparecía él, tal y como le había dicho. Incluso se le escaparon palabras en castellano de la emoción y tuvo necesidad de recordarse a sí misma el no poderse de un salto en pie a bailar, como tenía tentaciones todo el rato de hacer. Se limitó a emocionarse y disfrutar de lo que tenía delante, pensando que al día siguiente correría a comprar algún disco de los chicos y a empaparse de información del grupo como lo había hecho de su compañero.

De repente, Heechul estuvo solo en el escenario y la muchacha supuso que era su solo. Ji Sang dejó que sus sentidos se empaparan totalmente por la voz y la imagen del muchacho, disfrutando cada vez más al verle encima del escenario. Se movía grácil sobre él, sujetando con delicadeza el micrófono entre sus manos de largos dedos, y dejando que las notas emergiesen y se fundieran con el ambiente.

En un momento dado en que sólo sonaba el piano de fondo, creyó ver al chico mirar en su dirección y guiñar un ojo, alzando el micrófono y señalando hacia donde se encontraba. Eso se vio a través de las pantallas y el público estalló en griterío de júbilo, imaginándose todas las muchachas que aquel gesto estaba dirigido para ellas. La verdadera receptora sonrió para sus adentros y le aplaudió interiormente, prometiéndose que al día siguiente le diría: estuviste espectacular, hyung.

CONTINUARÁ…

2 respuestas a Hyung, capítulo 2. Heechul, aquel que atrae la atención sobre él.

  1. Craziiier dijo:

    Jo.. que corto se me ha hecho… Esperaré con ansias el siguiente capitulo 😉

  2. kimfairy dijo:

    buenisiimo 😀

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