Look at me, capítulo 8

Autores invitados @Jeannelok

Bang Yongguk 6
Capítulo 08: Goodbye

«Cuando lentamente caigo en la desesperación que no puedo soportar por mí mismo. Cuando sigo cayendo frente a ese muro llamado realidad. Oh, he perdido el camino para abrirme paso en el mundo.»

Hea Jung colgó el teléfono, con las piernas temblándole.

No podía creerse lo que acababa de escuchar y sin embargo, no había razón para que su amiga le hubiera mentido. Al fin y al cabo, era la única que tenía. Se sentó en la silla más cercana, esperando a que la cabeza dejase de darle vueltas y sus extremidades recuperasen algo de fuerza. No dejaba de escuchar la voz de su amiga, por más que quisiera borrarla.

“Hea Jung… no quería decírtelo pero creo que será lo mejor… El otro día en el metro vi a Yong Guk con una chica. Y los vi besarse.”

Incrédula, ella había dicho que no podía ser. Que le habría besado la chica, que habría visto mal… intentó cubrirlo con mil excusas, pero su amiga le aseguró que ambos correspondían al beso y que fue largo e intenso. Se disculpó con ella y le preguntó si quería que fuera a verla, pero Hea Jung había sido incapaz de responderle.

Se dejó caer sobre el sofá de casa. Era imposible que Yong Guk la estuviera traicionando. Él la quería. Llevaban demasiado tiempo juntos, y tenían la suficiente confianza como para que el chico no le contase si había algún problema entre ellos. Pero él… él…

—Algo falla aquí.—sollozó. Quería ir a hablar con él, pero no se sentía capaz y solo había una persona que podía aclararle sus dudas.

Cuando llegó a su casa, fue Seung Ho quien le abrió la puerta. Min Jung apareció a su lado al instante, con cara de preocupación. Hea Jung adivinó enseguida que la chica suponía qué hacía allí. Al verla, no pudo evitar echarse a llorar sin mediar palabra y la otra chica fue hasta ella y la acogió entre sus brazos. Estuvieron así varios minutos, en los cuales no supo cómo pero Min Jung la llevó hasta una silla y la ayudó a sentarse. Le sirvieron un poco de agua y al fin lograron tranquilizarla.

—Creo que tenía la esperanza de que borrases mis temores…—logró decir cuando se recompuso. La sonrisa triste en el rostro de Min Jung estuvo a punto de hacerla llorar de nuevo.

—Lo siento. Sabes que no puedo mentirte.

—¿Hace mucho…?

—Deberías hablar con él. Lo único que puedo asegurarte es que él nunca ha deseado hacerte daño. Preferiría morir antes que verte sufrir.

—Entonces, ¿por qué no puede quererme? Si tanto se preocupa por mí… ¿qué he hecho tan mal?—Hea Jung lo había sabido siempre, y a pesar de todo había atado a Yong Guk porque le amaba y pensaba que algún día la culpabilidad del chico se convertiría en amor también— Esto es un castigo, ¿verdad?—las lágrimas volvieron a abrasarle los ojos— Yong Guk nunca me ha amado… y nunca lo hará.—decirlo en voz alto, constatarlo, hizo que doliera mucho más de lo que lo hacía de por sí. Se llevó la mano libre al pecho y se agarró a la ropa, desesperada. Min Jung se puso de rodillas frente a ella, acariciándole una pierna.

—Nadie quiere castigarte, Hea Jung. Eres una buena chica. Yong Guk te quiere, pero no se pueden forzar los sentimientos.

Hea Jung cerró los ojos con fuerza y se mordió el labio inferior. Estaba muy confundida, y no sabía cómo ir y encarar a Yong Guk.

La temida fiesta llegó. Yong Guk todavía no se había visto con el valor suficiente de hablar con Hea Jung, pero allí también iba a estar Ha Neul… ¿habría sido buena idea invitarla?

Unos amigos de su hermano le habían alquilado un local para celebrarlo, y la gente ya estaba llegando y llenando el lugar, sin olvidarse de felicitarlo. Las risas llenaban el aire, y él tenía la cabeza embotada. Por suerte, el primer rostro de verdad conocido que vio llegar fue el de Min Jung, así que fue hasta ella en dos zancadas y le dedicó una enorme sonrisa.

—Noona, estás aquí.

—Yo también, eh.—saludó Seung Ho al lado de su novia, haciéndose notar. Ésta rió divertida.

—Eres un maldito celoso.

—¿Qué le voy a hacer? Mi donsaeng me ignora si estás tú presente.

—Aprende a ser tan genial como yo y ya verás que deja de suceder eso. Yong Guk, me encantaría quedarme aquí charlando contigo pero me gustaría ir a saludar también a tus padres. Después nos vemos.

—De acuerdo, noona…—musitó él, despidiéndose de la pareja. El encuentro había sido más breve de lo que hubiera deseado.

La gente fue llegando, y él no pudo evitar una punzada de envidia cuando vio a Rome y Ha Neul aparecer juntos. Estaban riéndose a causa de una broma que el chico parecía haber hecho. La muchacha había cambiado, ya no se mostraba así de sincera solo con él.

—¡Yong Guk! Mi hermano se disculpa por no haber venido. Ya sabes, es un hombre ocupado…—fue lo primero que le dijo ella. Estaba actuando como si nada hubiera sucedido, igual que cuando la llamó para invitarla. Agradeció ese comportamiento por su parte.

—No pasa nada, me lo imagino. Me alegra de que hayáis venido… los dos.

—Empiezo a pensar que Ha Neul no puede vivir sin mí, porque pasó con su chófer a buscarme por casa y todo…—al decir aquello, recibió un poco disimulado codazo por parte de ella.

—Tenía miedo de perderme.—qué clara mentira. Yong Guk empezaba a imaginarse por qué ella había ido a buscar a su amigo. Le temblaba la mano. De no haber llegado acompañada por Rome, ni siquiera sería capaz de estar hablando con él.

—Id a tomar algo—les instó—. Después os buscaré para hablar un rato.

Yong Guk se quedó al lado de la puerta, y al fin apareció Hea Jung cargada con un pastel. Se acercó con una sonrisa hasta él y lo primero que hizo fue felicitarlo.

—Estoy muy orgullosa, Yong Guk.

—Gracias…—tenía de que decírselo. No podía esperar a otro día, y aunque sabía que no era el momento adecuado, no podía dejarlo para otro rato. Sin embargo, cuando la tuvo delante, con una inocente sonrisa cargada de cariño, se sintió incapaz de abrir la boca para explicárselo.

—¿Dónde puedo dejarlo?—preguntó la chica. Yong Guk le cogió el pastel y los dos fueron a un rincón donde estaban los congeladores para la bebida y habían improvisado un lugar para preparar la comida a medida que fuera terminándose. A medida que caminaban, el ruido de la gente y la música se distorsionaba. El chico notaba el pulso acelerado y un sudor frío recorriéndole la espalda. Dejó el pastel sobre la mesa y le tendió un cuchillo a Hea Jung para que comenzase a cortarlo—¿Sabes, Yong Guk?—comenzó a hablar ella mientras lo cortaba— He estado pensando mucho estos días… Me he preguntado qué quiero hacer en esta vida. Creo que quiero ser pastelera. Me gusta demasiado hacer repostería, y llevar mi propio negocio no estaría mal. Pero para eso, debería viajar al extranjero y estudiar mucho. No puedo quedarme aquí en Corea, porque no avanzaría. Por eso, Yong Guk… he decidido marcharme a Europa.

—C… ¿Cómo?— ¿a qué venía todo eso? ¿Marcharse tan lejos? No entendía nada.

—Yong Guk, quiero… romper contigo.—Hea Jung no dejó de cortar el pastel mientras hablaba, a pesar de que al chico le flaquearon las piernas al escucharla.

—Pero…

—No podría marcharme sabiendo que te tengo aquí, esperándome. Y desde luego, no voy a pedirte que te vengas conmigo. Creo que he encontrado algo… que me gusta más que tú. Siento decírtelo tan de repente, entenderé si te enfadas pero le he estado dando muchas vueltas y creo que será lo mejor para mi futuro.

—Pero Hea Jung…—no tenía palabras que decirle, en realidad. Nunca se hubiera esperado que la chica fuera a acabar con su relación, y aunque eso le daba vía libre para estar con Ha Neul, por alguna razón no se sentía del todo bien con ello.

—Espero que cuando nos volvamos a ver en el futuro, tú seas un famoso artista y yo una gran pastelera. Te invitaré a comer cuando quieras, pero a cambio me tienes que invitar a alguno de tus conciertos, ¿eh?

—Hea Jung, yo…

—¡Ah! Tengo que irme, me he dejado una cosa. Ya sabes, esos problemas de mujeres…—le guiñó un ojo, antes de darse la vuelta y casi correr hacia la salida. Yong Guk fue a ir detrás, pero de repente unos conocidos se cruzaron y comenzaron a hablarle. Cuando quiso darse cuenta y mientras intentaba ser políticamente correcto, la perdió de vista.

Hea Jung dejó de correr cuando salió fuera. Había intentado no mirarle en todo el rato en que estuvo hablándole, pero al final no lo había podido evitar. Las lágrimas eran ardientes y angustiosas, y el dolor en el pecho insoportable. Se puso en cuclillas en el suelo, incapaz de sostenerse en pie. Sabía que debía marcharse de allí o Yong Guk la vería, pero no tenía fuerzas.

Después de perder a sus padres, Yong Guk había estado siempre junto a ella, pero ahora… ¿qué iba a hacer, sola, a partir de entonces?

—Hea Jung…—no se volvió, aunque había reconocido la voz de quien le hablaba. Se abrazó a sí misma, incapaz de levantar la cabeza y enfrentarla. Notó una mano sobre su espalda. Fue cálida y agradable— Has hecho bien. Sabes… yo nunca estuve a favor de vuestra relación. No es porque no te tenga aprecio. Creo que eres una buena chica. Pero sabía que Yong Guk se estaba esforzando por estar a tu lado, y que nunca podría corresponderte como tú lo haces. Siento que hayas tenido que pasar por eso, pero también creo que es lo mejor.

Hea Jung no respondió. No tenía fuerzas para hacerlo. Fue entonces Seung Ho quien se colocó frente a ella, a su altura y la obligó a levantar la cabeza.

—Eres fuerte, Hea Jung, y aún lo serás más de ahora en adelante. Aunque ahora te parezca imposible.

La chica se mordió un labio, y con el corazón partido y el rostro empapado, asintió con la cabeza.

Ha Neul había sacado a rastras a Rome del local. En cuanto la había visto aparecer, adivinó que aquella chica era la novia de Yong Guk y se sintió incapaz de verlos juntos. Era una chica del montón, pero con un aura de inocencia que podía olerse a lo lejos. Había cogido a su amigo de la manga de la camisa y lo había sacado, arrastrándolo por las calles. Rome se dejó, hasta que al fin ella pareció decidir que era suficiente y se detuvo.

—Lo siento. Pero… no podía…—intentó explicarse. Rome se soltó de la chica.

—Eres demasiado débil, Ha Neul. Si tanto te gusta Yong Guk, ¿por qué no se lo dejas claro a ella? No tienes por qué huir.

—¿Y qué le digo? “Hola, me llamo Ha Neul y estoy enamorada de Yong Guk. Déjale.” No tiene sentido, Rome. Y aunque lo tuviera, no haría jamás algo así. No podría. En esta historia, soy yo la que sobra.

—Claro, sobras tanto que has ayudado a Yong Guk a dar un paso adelante para cumplir su sueño. No me vengas con tonterías, Ha Neul.

—Rome, ¿qué puedo hacer? Lo que siento por Yong Guk me está volviendo loca…—el chico apretó los puños y frunció el ceño. La agarró por los hombros y la empujó contra la pared, desconcertándola— Rome…

—Te advertí. Yong Guk, Yong Guk…estoy harto de escucharte decir su nombre.—comenzó a acercar su rostro al de la chica. Ella se quedó estática, sin saber cómo reaccionar. Era cierto que había dependido demasiado de él, nunca pensando en cómo debía sentirse, y se dio cuenta de repente de lo cruel que había sido para con él. La mano de Rome descendió por el hombro de Ha Neul hasta encontrar su mano, y la agarró con fuerza. A la cabeza de la chica acudió el recuerdo de Yong Guk y sus besos, sus labios apretados contra los de ella y lo que sintió en esos momentos. Rome era un buen chico, pero desde luego no sentía nada parecido.

—Lo siento, Rome…—susurró, cuando sus labios estaban a pocos centímetros.

Había herido a Rome. Le había hecho daño.

—Lo siento…

—¿Por qué te disculpas, Ha Neul?

—Porque nunca… consideré tus sentimientos. Pero creo que ahora, al fin, me he dado cuenta. Cuando te mencionaba a Yong Guk, tú… algo en ti cambiaba. Ahora lo entiendo. Lo siento, por haber sido tan lenta, a pesar de que tú me dabas las señales. Gracias por ayudarme, eres un gran amigo. Lo siento, lo siento tanto…—Rome dejó caer la cabeza sobre el hombro de la chica, pero sin separar sus cuerpos. Seguía agarrando su mano. Ha Neul notó el espalda húmeda, no obstante y a pesar de las ganas que tenía también de llorar, mantuvo la compostura. Rome temblaba sobre ella.

—No sabes la envidia que te he tenido… mucha más de la que sentí por Hea Jung. Pero desde el principio, supe que tú te mereces estar con él, y si es por la felicidad de Yong Guk estoy dispuesto a seguir sufriendo.

Ha Neul abrazó al chico. Tendría que haberse dado cuenta antes, pero nunca había sido buena leyendo los sentimientos de la gente. Se preguntó cuánto tiempo llevaba Rome amando a Yong Guk en silencio. Callándoselo, podía seguir a su lado sin temor. Pero sufría viéndolo con otras mujeres y sabiendo que nunca sería correspondido. A pesar de todo, desde el principio había estado ayudándola. Yong Guk tenía mucha suerte de tener a alguien como Rome a su lado, y ella también. Lo abrazó con fuerza, imprimiendo todo su agradecimiento en ese gesto. Por un momento, olvidó todo el dolor que sentía y se dio cuenta de que no era nada comparado al del chico. Porque al menos, Ha Neul había podido besar a Yong Guk y ése sería un recuerdo que jamás olvidaría.

3 respuestas a Look at me, capítulo 8

  1. Cris dijo:

    OMG! eso si no lo esperaba, muy buen capítulo!

  2. makino dijo:

    Plot twist!
    Pobre Rome, espero que encuentre la felicidad y un amor correspondido porque es un buen chico y lo merece. Espero el sig. 🙂

  3. Rox dijo:

    :O cielos no espera esto, buen capitulo pero un poco corto.

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