Fic one shot: NUNA

Por @TaeEsMio

– ¡Nuna!

Se estremeció al escuchar la palabra. No podía ser a ella, ¿verdad? No, y menos si era quien ella creía que era quien la llamaba así. La suerte no podía ser tan cruel.

Pero la suerte es una zorra que no tiene compasión, y para su desgracia, había acertado. Al darse la vuelta, su peor pesadilla se acercaba con una sonrisa deslumbrante en su hermoso rostro, dispuesto a hacerla sufrir sin saberlo.

Suspiró. Hacía un año que había llegado a Corea, con una beca que le habían concedido a través de una institución coreana con sede en su país, por su excelente expediente académico y su buen manejo del idioma. Al llegar allí, la destinaron a labores de traducción y relaciones con los fandoms en lengua española de uno de los grupos más famosos de una gran empresa de entretenimiento. Le costó adaptarse al principio, pero con esfuerzo y buen humor, consiguió hacerse un hueco entre sus compañeros, que empezaron a contar con ella en más tareas.

Su buen hacer llegó a oídos de uno de los jefazos, que decidió que acompañaría al grupo en su conciertos, para hacer labor de campo. Se acercaría a las fans extranjeras para hacerles preguntas, ya que tampoco se le daba mal el inglés, y así saber qué les gustaba más y qué menos, y poder mejorar la imagen del grupo de cara al mercado exterior. También pasaría más tiempo con el grupo, para conocerles mejor. Y ahí empezó su suplicio.

Al principio todo iba bien. Los managers y los chicos eran respetuosos pero distantes. Con el tiempo, empezaron a tratarse más, y resultaron ser todos unos auténticos encantos. Bueno, uno más que otros… No sabía cómo, pero un día se dio cuenta de que estaba más pendiente de uno de los miembros del grupo. Le buscaba con la vista siempre que entraba en un sitio donde sabía que iba a estar; le miraba de lejos, observando su sonrisa, su manera de moverse, de reír… Entendió que empezaba a gustarle de más, y que era imposible que él se fijara en ella. Desde ese momento comenzó a evitarle, intentando crear distancia.

JA.

Todo fue a peor. Se lo encontraba sin querer: mientras estiraba todos esos músculos, expuestos indecentemente, antes de ensayar; cuando, después del ensayo, se iba quitando la ropa sin pudor camino de la ducha… Y si sus miradas se cruzaban, la sonreía con esa boca suya maravillosa, haciéndola sentir como si sólo existiese ella en este mundo. De vez en cuando, notaba un hormigueo en la nuca, y cuando se volvía, ahí estaba él, observándola. Más de una vez le entraron ganas de echarse por el escote la botellita de agua que siempre llevaba encima, para apagar los calores que le producían estos encuentros. En una de ésas, le iba a dar un aneurisma y se iba a quedar en el sitio. Y la oportunidad llegó.

Entró en la sala de ensayos buscando a alguien, y allí estaba, solo. Cuando estaba disculpándose para salir de allí como alma que lleva el diablo, él le pidió ayuda. Estaba practicando una coreografía nueva, y necesitaba que ella hiciera de la que iba a ser su pareja. No tenía que bailar, sólo estar de pie mientras él bailaba alrededor suyo. Además, no le quitaría mucho tiempo, como mucho diez minutos.

¿Cómo iba a decir que no? Así que se colocó donde él le dijo y empezaron los diez minutos más angustiosos de su vida.

Dio gracias mentalmente por el yoga que practicó en su momento: se concentró en la respiración, para no hiperventilar y caer redonda al suelo, y relajó poco a poco todos los músculos que tenía en tensión, que eran muchos. Consiguió también no saltar cada vez que él la rozaba en sus movimientos, pero no podía hacer nada por controlar sus pulsaciones, que estaban subiendo a un nivel alarmante. Justo cuando pensaba que iba a reventarle alguna vena, él terminó, y ella, con una calma que le pareció signo de que algo se había fundido en su cerebro, le felicitó, se despidió y salió por la puerta.

Tuvo que apoyarse en la pared, porque las piernas no la sostenían. Necesitaba imperiosamente mojarse la nuca con agua fría, ante la imposibilidad de meterse debajo de una ducha. O de tirarse a una piscina. O a un barranco. Se fue andando como borracha a encontrar un agujero donde esconderse, hasta que pudiera parecer normal delante de la gente. Y decidió que nunca más se quedaría a solas con él.

Lo había conseguido.

Hasta hoy.

– Dime – la sonrisa le salió un poco tensa, así que intentó relajarse.

– Necesito ir a casa a por algo importante, pero hyung está enfermo y no me puede llevar – su cara hizo un puchero de ésos que tanto gustan allí, y ella pensó que se moría. – He preguntado quién podría hacerlo, y me han dicho que tú ahora no tienes nada urgente que tratar, así que vine a pedirte el favor.

Volvió a sonreír, y a ella se le hizo un nudo en el estómago. Pensó alguna excusa rápida.

– Qué pena, yo te llevaría, pero no tengo coche, lo siento – genial. Esperaba que su sonrisa no fuera demasiado brillante.

– No hay problema: hyung nos presta el suyo.

Con una sonrisa, le enseñó las llaves, colgando de uno de sus dedos. La sonrisa se le heló en la cara, y una clara sensación de pánico empezó a extenderse por su cerebro.

Mierda”.

***

La cosa no estaba saliendo como él había imaginado. Durante todo el camino, ella había estado con el ceño fruncido, concentrada en la conducción como si le fuera la vida en ello. Había contestado a todas sus preguntas con monosílabos, y ahora no había querido entrar en el apartamento. Se había quedado al lado de la puerta, y le había dicho que le esperaba allí. Vaya.

Hace unos meses no le habría importado. Cuando se la presentaron, nada, ni en su aspecto ni en su comportamiento, le llamó la atención. Al principio se veían poco, pero luego empezó a relacionarse más con ellos, y a acompañarles más a menudo. Empezó a darse cuenta de cómo iluminaba cualquier sitio en el que apareciera: bromeando con todo el mundo, con su risa cristalina, los ojos brillantes y una sonrisa encantadora siempre a punto. Ayudando sin que se le pidiera, siendo amable de una forma natural. Intentó tratarla más, acercarse, pero, no sabía por qué, ella escapaba de su alcance.

Así que empezó a hacerse el encontradizo. Se ponía a calentar en sitios donde sabía que ella le vería. Si se cruzaba con ella camino de la ducha, se quitaba la camiseta despacio al pasar a su lado. Y la sonreía siempre con esa sonrisa que ya le habían dicho muchas veces que era devastadora. Pero nada. Ella le saludaba educadamente y seguía su camino. Se la quedaba mirando fijamente, esperando el momento en que le mirara para poder hablar con ella, y ella se daba la vuelta, le sonreía, y volvía a lo suyo.

Hubo un día en que la suerte le sonrió. Ella entró en la sala cuando él estaba con la coreo nueva, y vio la oportunidad de intentar seducirla a través del baile. Le pidió su ayuda, y cuando aceptó, dio todo de sí mismo en esos minutos. Acabó jadeando, y no sólo por el esfuerzo: su cercanía le había afectado más de lo que pensaba. Pero a ella ni siquiera se le alteró la respiración. Cuando terminó, volvió a lucir su sonrisa más cortés, le felicitó por lo bien que lo había hecho, se despidió y salió por la puerta. Y él se acercó a la pared más cercana, a darse de cabezazos.

No había vuelto a quedarse con ella a solas.

Hasta hoy.

La enfermedad de hyung le había venido al pelo, y ella no había podido negarse, pero visto que ni siquiera había querido sentarse en el salón, donde él pensaba acercarse para hablar, se veía obligado a usar el plan B.

***

Por favor, que sea rápido y esto acabe cuanto antes”. Se había sentado en el suelo, al lado de la puerta, a esperar que él saliera. El viaje hasta allí había sido una tortura: con él sentado a su lado, tan cerca, oyendo su preciosa voz hablándole, se puso tan nerviosa que había estado a punto de estampar el coche contra un autobús. Y menos mal que los coches coreanos son automáticos, porque tener su pierna tan cerca del cambio de marchas le había dado tantas ganas de agarrar lo que no debía que aún temblaba. Se aferró al volante con fuerza e intentó no escuchar ni pensar, lo que le costó un triunfo. Le había llevado hasta allí, como él quería, pero ni de coña iba a entrar en el apartamento. No estaba tan loca.

De repente, se escuchó un estruendo, como de muebles que caen. Se puso de pie, asustada.

– ¿Qué ha pasado? ¿Estás bien? – no hubo respuesta. – ¿Me oyes?

No respondió. Histérica, se quitó los zapatos de dos puntapiés, y fue corriendo a su habitación. Al entrar, un empujón la lanzó de espaldas a la cama, y antes de que le diese tiempo a reaccionar, un cuerpo cayó encima de ella, inmovilizándola. Tenía los brazos sobre la cabeza, sujetos por las manos de él, y las piernas aprisionadas por las suyas.

– ¿Qué crees que estás haciendo? – forcejeó, pero era imposible moverse. Le miró con rabia. – Como broma, tiene muy poca gracia.

– Quería hablar contigo, y estaba claro que tú no estás dispuesta a colaborar.

– Suéltam…

– ¿Por qué me odias?

Las palabras y el tono con que las dijo la dejaron atónita. Dejó de debatirse.

– Yo no te odio. ¿Por qué dices eso?

– Me evitas siempre que puedes, y cuando no puedes, me tratas con frialdad. He intentado acercarme a ti, y siempre huyes, cuando yo sólo quiero… – las palabras murieron en sus labios. Se quedó mirando fijamente su boca, tan cercana. Una de sus manos abandonó sus brazos, se posó en su mejilla y, con el dedo pulgar, acarició su labio inferior.

Oh, Dios mío”. Fue su último pensamiento consciente, porque el beso fue devastador. El instinto tomó las riendas, haciendo que moviera la cabeza hacia un lado, para darle mejor acceso. Sus manos, libres ya, se enredaron en su pelo y acariciaron su nuca, presionando para profundizar el beso aún más. Sintió una de las manos de él buscando el borde de su camiseta, y acariciar la piel de su cintura. Arqueó la espalda y rompió el beso, jadeando, para poder coger aire. Él aprovechó el momento para pasar a su cuello, besándolo. Su otra mano estaba empezando a pelearse con el botón de sus pantalones.

El oxígeno debió de llegar a su cerebro en ese momento, porque un pensamiento lo cruzó: “Si quiero parar esto, tiene que ser YA”. Cerró la mano que tenía enterrada en su pelo, y tiró, mientras que con el brazo y la pierna contrarios le empujaba con todas sus fuerzas. Con un grito ahogado, él cayó al suelo, momento que ella aprovechó para saltar de la cama y huir por la puerta.

***

¿Qué había pasado? No terminaba de explicárselo. Un instante antes estaba disfrutando del mejor momento de su vida, y ahora estaba tirado en el suelo, con el culo dolorido y sin tener ni idea de qué había hecho mal. Se rascó el cuero cabelludo, que también le dolía por el tirón de pelo. “¿Me habré sobrepasado?”, pensó. Vale que no había pedido permiso, pero por la reacción de ella tampoco le pareció que le molestara. “¿Se habrá enfadado mucho? Tengo que hablar con ella, no puedo dejar esto así…” Se levantó rápidamente y salió del cuarto.

Nada más atravesar la puerta, un empujón en el hombro le lanzó de espaldas contra la pared del pasillo, y una mano golpeó la pared, quedando al lado de su cabeza. Allí estaba ella, con los ojos brillantes y una sonrisa malévola.

– A esto podemos jugar los dos, ¿verdad? – la sonrisa desapareció, pero se intensificó el brillo de sus ojos. – Tú has empezado esto… – flexionó el codo, quedando a escasos centímetros de su cara, y presionando el cuerpo de él con el suyo – … pero yo decidiré cómo y cuándo se acaba.

Y le besó. Un beso fuerte, que culminó con un suave mordisco en su labio inferior.

– Te espero en el coche.

Y se fue.

¿Se ha ido? ¿De verdad se ha ido DEJÁNDOME ASÍ? Hija de…”

No salía de su asombro. Se acarició los labios, hinchados por los besos de antes y por el mordisco final, y sonrió, encantado. Por su reacción anterior, ella no estaría mejor que él, y además había dicho que esto no acababa aquí. Y él estaba dispuesto a esperar lo que hiciera falta por ella.

Y, ahora que lo pensaba, ¿le daría tiempo a darse una ducha fría?

FIN

18 respuestas a Fic one shot: NUNA

  1. Nuna dijo:

    Me encanta el tono irónico de la prota. Me encanta el encuentro-desencuentro, y me encanta comprobar que para ponerte a doscientas revoluciones, tampoco hace falta ser explícito ni contarlo todo, ya me entendéis. Me gustó muchísimo.

    • TaeEsMío dijo:

      Gracias, Nuna, por las alabanzas… He intentado hacer algo más calentito, pero sin especificar mucho, que es un blog para todos los públicos… XDDD Me alegro de que te haya gustado 😉

  2. ARI8 dijo:

    Esa ducha fría es la que estoy necesitando yo en estos momentos, jodía, que me has dejado muy perjudicada, que lo sepas.

    Enhorabuena por el one shot porque te quedó de PM y Nuna, no ese PM si no el otro PM pero me controlo para no soltar muchos tacos.
    Deseando leer otro one shot tuyo, porque desde luego se te dan de maravilla, aunque tendré que tener el bloque de hielo al lado XD.

    • TaeEsMío dijo:

      XDDDD Si me vuelve la inspiración, prometo que el siguiente te leerás dentro del frigorífico, jajajajaaaaaa
      Gracias, Ari 😉

  3. nanita dijo:

    Como decimos acá en Perú,aaasu mareee…Ay Nuna, y eso que acabo de ver a diez donsaengs hace menos de cuatro días….hago cola para entrar a esa Ducha!

    • Heennytha dijo:

      Pienso exactamente lo mismo que tu yo también vi a los mismos donsaengs esa misma maravillosa noche del sábado. Ay que no puedo mas con la imaginación.

  4. franx dijo:

    uuuuf!!! jajajaja.. Qué buen one shot fic! mirá que yo no era fan, pero los que me encontra en bomba me vuelven. Esperando otro con ansias, y esoty deseando que no sea larga la espera
    jajaja.. definitivamente la insinuar a veces es mil veces mejor que ser explícitos, genial la historia. ( Hace una ola a la autora) jajajajaja 😀

  5. nair1 dijo:

    me encantoooooo !!!Esperando otro pronto . gracias

  6. jasmin dijo:

    Muerooooo, esta muy interesante, oficialmente soy tu fan en los fic. Me encanta la idea de estas mini historias, me encanta esta seccion de bomba. Saludos desde Mexico.

  7. Nubia dijo:

    Excelente one shot, ojala te animes a que sea un fic completo seria fantástico

  8. Gigi dijo:

    Me encanto felicidades! Dadme un capítulo más! Yo amo a un donsaeng que pude apreciar la semana pasada en argentina! Realmente me vi besándolo así! Sarangheo kh!

  9. delita dijo:

    Ya lo viví, tan solo imaginarme con… ….creo que no lo suelto con el primer beso.
    Muy bueno, tienes talento, me gustó mucho.

  10. Jey dijo:

    Me ha gustado mucho! Esperando mas!

  11. Señora de JKS dijo:

    Muy bueno!! Además que al ver el nick de la autora me ha encantado imaginarme a Taecyeon como el prota, jajaja, y lo siento, Nuna, pero de prota femenina me he imaginado a mí misma, jeje. Enhorabuena TaeEsMío, y gracias por dejarnos a Tae unos minutillos a todas las lobas!

    • TaeEsMío dijo:

      Sin problema, porque no es ese Tae precisamente el que es mío, jajajajaja… Gracias, guapa, me alegro de que te guste 😉

  12. moritus dijo:

    Gracias! Esta muy bueno, esperando mas historias de esta. Nuna Gracias por este espacio. Me hacen el día.

  13. JCV dijo:

    Que buen One shot, de esos que te dejan diciendo… hay no!! porque se acabo.
    Gracias por compartirlo y esta muy bueno.

    Saludos

  14. sandy dijo:

    Ahhh caramba…me encatooooiii…me.imagune a mi young hea en esas jajjaja….ahh creoq alli esta retratado rl.deseo.de toda noona jajja…en fin muy pero muy bueno

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