“거짓말” kojitmal – Mentira. Parte 21

@by Jeannelok y Nuna.

Todavía era de noche, así que Sun Rae logró soltarse del abrazo de Keun Suk con rostro de abatimiento, diciéndole que quería ir a descansar. Él la observó al principio en silencio, mientras ella se dirigía caminando con pequeños pasos hacia el cuarto y la cabeza visiblemente ida. Se levantó y la siguió hasta la habitación, donde la muchacha comenzó a desnudarse. Él hacía rato que había hecho lo propio con la imaginación, recordando cada parte y rincón de su piel.

-Keun…-la había rodeado por la espalda y cuando ella se volvió para decir su nombre, la acalló con un profundo beso. Sintió que la chica quería decirle que no tenía fuerzas para arrumacos, pero enseguida se dejó guiar por él y le devolvió el beso. Lo profundizaron, se separaron y el chico le ayudó a terminar de sacarse la camiseta. La empujó suavemente sobre la cama y continuó besándola.

-Siento que hayas tenido que pasar por todo esto.-le dijo finalmente, observándola desde arriba. Sun Rae le observó conmocionada en silencio durante unos instantes y al final le rodeó el cuello con los brazos, atrayéndolo hacia sí.

-Pues ayúdame a que el final del día sea mejor.

***

A la mañana siguiente le costó horrores abrir los ojos, pero el despertador estaba sonando y quisiera o no, tenía que ir a trabajar. Él le dijo que podía quedarse en casa perfectamente, para algo era su jefe y podía darle fiesta cuando quisiera, pero ella se negó. Mientras se estaba duchando alguien llamó a la puerta y le pidió que fuera a ver quién era, pero que no abriera. Se dio cuenta de que él desoyó su petición y dejaba pasar a quien fuera que acababa de llegar, o que al menos conversaba con él.

Salió de la ducha y se puso el albornoz, asomándose y pensando que entonces debía de ser Atenea. Cuál fue su sorpresa y desazón al ver que quien se encontraba en el resquicio de la puerta, mas sin entrar en la casa, no era otro que Joon.

-Sun Rae…-dijo su nombre a media voz al verla. Se estremeció cuando sus ojos se encontraron con los del muchacho, claramente apenados. Se mordió el labio inferior, incapaz de hablar, así que leyendo sus pensamientos Keun Suk lo hizo por ella.

-Espera en el comedor mientras se cambia… Yo me voy a casa a cambiar también. Te espero en el trabajo, Sun Rae.-le dijo, marchándose al segundo siguiente. Joon se quedó allí de pie, estático, sin saber qué hacer. La chica se metió de nuevo en el cuarto y comenzó a vestirse, envolviéndose el cabello en una toalla.

Cuando salió, el chico permanecía exactamente igual a como lo había dejado. Sun Rae se acercó lentamente a él, como si le temiera. Él mantuvo aquella expresión de cachorro apenado y quiso pegarle por ello, ¿con qué derecho la miraba así?

Le dijo con la cabeza que pasara y se sentaron el uno frente al otro en la mesa de la cocina. No le ofreció nada para tomar: era su pequeña venganza mientras intentaba poner en claro las ideas que se agolpaban en su mente.

-¿A qué has venido?

-Quería hablar…contigo.

-¿Hay algo sobre lo que hablar?- Sun Rae se daba cuenta de que estaba siendo mucho más dura con él de lo que fue con Ares o Atenea, pero porque también le había dolido mucho más.

Había dispuesto toda su confianza en el muchacho. Y él la había roto.

-Entiendo perfectamente que reacciones así. Es más, deberías… deberías abofetearme, o lo que quieras, pero quiero que me escuches, porque necesito que entiendas que no estuve a tu lado ni para aprovecharme, ni por sentirme superior a ti, ni por nada de eso. Podré comprender que no quieras saber nada de mí nunca más, pero necesito que no te quedes con la sensación de que no fui tu amigo. Porque lo fui, o quise serlo, Sun Rae. Me corroía el ansia de serlo, porque me recuerdas a mí mismo, a mi humanidad, y no quería que te hicieran daño, deseaba evitar algo así a toda costa.

-No utilices ese tipo de tácticas conmigo, Joon, Ganímedes, o como sea que te llames. Decidió confiar en ti, solo en ti, después de rechazar la idea de hacerlo con cualquier otro porque me sentía más bien a tu lado de lo que me había sentido con nadie en mucho tiempo. Mi cariño por ti e…era enorme, pero tú…

-¡Lo sé! ¡Y quise decirte algo pero…entiéndeme! No soy un Dios, ni mucho menos. Estoy totalmente en manos de Zeus, soy un títere, un títere del cual se enamoró, sí, pero un títere al fin y al cabo. Incluso el conocerte fue algo del destino, no te busqué: te encontré. No sabes la de veces que he deseado haber podido mantener una amistad contigo normal y corriente, que no estuvieras relacionada con Ares, que él no te amara. Porque si las cosas fueran diferentes, habría sido tu amigo y tu apoyo y tú nunca tendrías que haberte enterado de esto. Porque sí, te habría mentido eternamente: la mentira no te ha dolido hasta que la has descubierto. Y sobre todas las cosas, lo que más quería evitar, era dañarte a ti.

-¿Por qué? ¿Por qué tendrías que querer evitar dañarme? ¿Por qué tendría que creerte?

-Porque hace siglos, más siglos de los que puedas imaginar, que no me relacionaba con alguien que no fuera un Dios y le servía. He sido el copero, un esclavo, durante siglos, y de repente me encontré contigo a mi lado. Me tratabas como a un igual, no me mirabas por encima del hombro, ni con desprecio ni con deseo. Cuando quise darme cuenta, a tu lado volvía a sentir aquello que había perdido… mi humanidad. La gente ruega poder vivir eternamente, y sin embargo yo… lo daría todo por perder esta maldita eternidad y poder pasear tranquilamente por la calle, tomar un café con unos amigos. Llegué a envidiarte, porque tienes lo que perdí y ansío, y cuando vi que los dioses te habían metido en su juego padecí por ti. Al principio solo quería observar, pero al final… mi principal meta era lograr que no sufrieras.

-Por mi humanidad.

-Y porque te acabé queriendo. No me malinterpretes, no de la manera en la que lo hace Ares. Quiero tu amistad y tu compañía. Quiero tomar ese café contigo, que conversemos y riamos. Esa es actualmente mi mayor meta, mi deseo. O lo era, hasta que me descubriste. Si simplemente logro que entiendas que no jugué contigo ni te mentí sin sufrir por ello, entonces…me daré por complacido.

Se quedaron en silencio. Sun Rae jugaba con las manos bajo la mesa porque estaba más nerviosa de lo que deseaba dejar entrever con su impasible rostro. Escuchaba y analizaba mecánicamente en apariencia, porque dentro de sí tenía unas ganas locas y desesperadas de echarse a llorar. Deseaba, ¡necesitaba! Confiar en las palabras del muchacho. Pero estaba harta de que la movieran de un lugar para el otro como si ella no tuviera ni voto ni decisión en su propia vida. Hacían con ella lo que quería, y la engañaban.

-Has sido un egoísta.

-Lo he sido.

-Estabas a mi lado porque soy humana.

-…

-Pero al final… acabé importándote de verdad.

-Me quedé a tu lado y observé, sí.

-Podrías haberle contado todo a Zeus…pero preferiste no hacerlo. Porque… ¿te importo? –él no respondió dado que era toda una obviedad- Quieres decirme que la amistad que teníamos, no era solo por mi lado. Que de verdad, siendo todo lo humano que pudieras, querías mantener esa relación que habíamos iniciado. Aunque tuvieras que ocultar por siempre, o hasta que el avance del tiempo te lo impidiera, tu verdadero yo.

-Quería verte sonreír siempre.

– ¡Pero maldita sea, ahora me haces llorar!-dijo, mientras saladas y transparentes gotas de agua resbalaban por sus mejillas. Cogió un paquete de servilletas que tenía al lado y se lo lanzó. Él ni siquiera pestañeó cuando las hojas golpearon su pecho y cayeron sobre el suelo- ¡Maldita sea, Joon! ¡Sabes que a ti, justamente a ti, no podría odiarte nunca! ¡Que me apuñalarías por la espalda, y a pesar de todo, volvería a ti!

-Nunca te haría eso, Sun Rae.

-…Debería decirte que… que no confío en eso, ¡pero sé que nunca lo harías! Yo…-y cuando fue a seguir hablando, no pudo hacerlo y se tapó la boca angustiada y con el corazón roto de cariño, porque delante de ella pudo ver cómo los ojos de Ganímedes se empañaban de agua también y comenzaba a llorar.

Se dio cuenta, de repente, que ni en aquel momento, ni desde que descubrió la verdad, habían hecho falta las palabras. Porque él en ningún momento la había traicionado. Había estado a su lado, ayudándola y defendiéndola, apoyándola. Había hecho justamente lo que le pedía como amiga, cumpliendo con sus labores.

Joon o Ganímedes, la verdad era que le necesitaba. Así que se bajó de su asiento, rodeó la mesa y ante la sorpresa del joven, lo abrazó con fuerza.

***

Ares le había dicho que la esperaría en el trabajo, pero le había mentido. Ni siquiera fue hasta casa, se quedó allí abajo dos horas apoyado contra la pared del edificio, esperando que saliera Ganímedes, o ella, o ambos juntos. Al final fue el chico quien apareció, cabizbajo y cuando se acercó a él, se percató que además con los ojos enrojecidos e hinchados.

Había estado llorando, ¿por qué? ¿Qué le habría dicho su Sun Rae?

-Copero – atrajo su atención y se dio cuenta de que primero se sorprendía y después lo maldecía por lo bajo -, ¿puedo hablar un momento contigo?

Obedientemente, el chico lo siguió hasta un lugar desde el cual si Sun Rae salía del edificio, no podría verlos. Era su turno de hablar con él, y prefería estar a solas con él para hacerlo. Con las manos en los bolsillos, le indagó primero con la mirada.

-¿Por qué lo hiciste, copero?

-¿Por qué hice el qué?

-Mentir a mi padre. No logro entenderlo, por más que me lo pregunto, ¿por qué tú, que no me debes nada de nada, harías algo así? Supongo que es por Sun Rae, pero si fuera eso… que te has enamorado de ella…seguiría sin tener sentido, lo mejor sería alejarme de su lado.-ante sus palabras, Ganímedes se echó a reír.

-A pesar de estar cegado por amor, parece ser que no acabas de entender que cuanto más quieres a alguien, más dispuesto estarías a sacrificarte por esa persona. En todo caso…no, quita esa idea de tu mente, no estoy enamorado de ella.

-Entonces, no entiendo nada…

-Dioses, sintiéndose siempre el ombligo del mundo e incapaces de ver más allá de sí mismos…-suspiró, pasándose la mano por la frente para retirarse el flequillo de los ojos. A pesar de los ojos enrojecidos e hinchados, seguía siendo envidiablemente guapo- ¿Podrás entender por qué le he mentido? ¿Será tu mente capaz de… captarlo?-Ares se sintió ofendido por aquella manera de hablarle desprovista de todo respeto, pero se obligó a mantenerse quieto y en silencio, demostrando que estaba dispuesto a escucharlo de principio a fin- Por un lado, lo hice por mí mismo. No tengo por qué darte explicaciones respecto a esto, porque ya se las he dado a quien debía dárselas. Influyó la humanidad que una vez tuve. Pero la razón de más peso es que Sun Rae se merece ser feliz, y quiero que lo sea. Y asimismo sé que la única manera que tiene de ser feliz es a tu lado, aunque por tu culpa lo haya pasado tan mal, a la vez… se siente completa cuando está contigo. Lo sé solo viéndola. No sé por qué, pero te ama y te necesita a partes iguales. Llegó un punto que te observaba…pero no por el trabajo que me encomendaron. Quería saber cómo la tratabas, quería tomar mi decisión según el bien o el mal que hacías en ella… y este ha sido el resultado. Enhorabuena, Ares. Sun Rae y tú estáis hechos el uno para el otro.

-Eso ya lo sabía-dijo, petulante. Su respuesta arrancó una leve sonrisa a Ganímedes, que se quedó congelada cuando el Dios volvió a hablarle-. Copero…Gracias.

***

El día transcurrió relativamente normal. Los rodajes, los eventos, la agenda apretada de Keun Suk… Sin embargo, y aunque esto no fuera apreciable por los demás, la tensión de los últimos días se reflejaba en las miradas de ambos cuando éstas se cruzaban.

Sun Rae se preguntaba por qué le daba la impresión de que la cólera de Ares pugnaba por salir de un momento a otro. Serían alucinaciones suyas, probablemente, pero le notaba más serio que de costumbre.

Ni siquiera pestañeó cuando, tras negarse a acompañarles al karaoke, los compañeros de rodaje y de staff se la llevaron casi en volandas separándola de él.

Apartando de su mente una voz que le decía que algo no iba bien, y preguntándose si aquello sólo era el resultado del afianzamiento de su relación (él ya no tenía que perseguirla, porque la había atrapado), Sun Rae quiso olvidarse de ello.

Quizás su mente, acostumbrada a pensar que no merecía un segundo de felicidad, le estaba haciendo ver cosas donde no las había.

Se divertiría con sus compañeros, o en todo caso lo intentaría. Esta vez no iba a acompañarles por obligación. Ella también necesitaba algo de esparcimiento. Los últimos días habían sido demasiado duros, y le había sucedido tal cantidad de cosas, que todavía ni siquiera había tenido tiempo de digerirlas todas.

Pero eso, lo dejaría para después…

***

La forma mortal del Dios de la Guerra, Jang Keun Suk, daba tragos esporádicos a su cerveza, mientras obligaba a su mente a permanecer atenta a las peroratas de sus supuestos amigos mortales.

Hacía tiempo que sus obligaciones no les dejaban verse, y aunque jamás lo habría reconocido ante nadie, echaba de menos reuniones como aquella, en las que no se hablaba una sola palabra de trabajo, sino que comentaban sus problemas personales, sus alegrías, o quiénes eran las chicas que les gustaban.

Era casi la una de la madrugada y la fiesta no decaía, sobre todo por parte de Heechul y de Hongki (ambos miembros de dos grupos, y el segundo compañero de reparto de su última serie), que cuando no estaban peleando por la similitud de sus caracteres escandalosos, estaban declarándose amor fraternal incondicional.

Simon, parte de un dúo de raperos, estaba a punto de dormirse sobre la mesa, y Jungmo, guitarrista de otro grupo, había dejado de lado sus instrumentos para atreverse a cantar una canción popular antigua, que los demás coreaban entre risas y brindis.

Sí… reconocía que era agradable estar con ellos. Echaba de menos a Sun Rae, pero aquel día había sentido la urgente necesidad de tener espacio propio, e hizo un par de llamadas con las que tuvo suerte. El grupo estaba reunido casi al completo.

No participaba con ellos como siempre (normalmente, era en estas pequeñas reuniones cuando el gran Ares volvía a ser el muchacho adolescente y travieso que había sido siglos atrás, y sólo con ellos liberaba esa parte de su ser que en cualquier otra situación ni se le habría ocurrido), pero le estaban haciendo sentir bien, por lo que reía gravemente con ellos y de vez en cuando cooperaba con algún comentario gracioso.

La voz de Hongki le llegó como si le hablara desde muy lejos:

– ¡Hyung! ¿Qué has estado haciendo últimamente – los ojos le brillaban por efecto del soju -. La prensa estuvo hablando sobre una de tus asistentas y uno de los miembros de MBLAQ, el grupo nuevo.

– Tonterías, siempre andan buscando algo de lo que hablar. A veces doy gracias de no ser tan famoso como los miembros de Super Junior – dijo Sangchoo, miembro de otro dúo, mientras propinaba un pescozón a Heechul, que gesticulaba hiperactivo mientras hablaba con Jong Hun.

– ¡Hyung! – protestó Heechul -. ¿Sabes lo que te harían las ELFs si te vieran hacer esto?- aquel era el apodo con el cual se referían a las fans de su grupo, Super Junior.

Todos rieron ante su protesta.

– Hyung – insistió Hongki -. Fue extraño, porque algunas noticias desmentían lo suyo con ese Joon y la relacionaban contigo. ¿Es verdad eso?

Keun Suk le dedicó una mirada larga, con una sonrisa maliciosa.

– Oh, oh, oh, oh… ¿es cierto? – preguntó Heechul, levantándose de su asiento para ir a colocarse entre él y Hongki.

– Es una buena chica, y una trabajadora excelente – contestó Keun Suk tras pensarlo por unos segundos.

– ¿Entonces es esa chica japonesa con la que te relacionaron hace poco? ¿Con quién sales ahora? – Hongki seguía insistiendo en satisfacer su curiosidad.

Esta vez, la mirada de Keun Suk fue grave. Lo suficiente como para hacer ver que no estaba dispuesto a responder la pregunta.

Hongki optó por distraerse con el plato que tenía delante, en el que metió los palillos buscando un trozo de carne, y poco después, olvidó la conversación.

***

Con los sentidos embotados, y my entrada la noche, Jeun Suk vagaba por la calle, deambulando sin rumbo fijo.

Ahora que todo parecía arreglarse, él se sentía furioso…

Con Zeus aplacado, y Sun Rae a su lado, no debería plantearse nada más allá de la felicidad que se abría ante ellos, pero la manera en que la había conseguido no le satisfacía.

Si no hubiera sido por Atenea, que apareció en los momentos adecuados, o por el maldito copero, que jugó un papel muy importante, las cosas no habrían salido así.

Y él no estaba acostumbrado a recibir, y mucho menos a necesitar, la ayuda de nadie.
Era cierto que jamás la había pedido, pero sólo el pensar que no había sabido resolver la situación por sí mismo, ya bastaba para enfurecerlo.

¿Cómo un gran dios como él podía verse tan indefenso ante un problema que los suyos considerarían tan trivial como el de obtener a una mujer? Aunque claro, ellos, de estar en su lugar, no habrían cometido el error de enamorarse.

Paró en seco. ¿Era un error? No. No lo era.

Puede que los demás dioses se rieran al averiguar que era el dios y no la humana quien había terminado rendido, y puede que en aquella sociedad en que se movía, una simple asistenta no fuera digna de una estrella… pero nadie conocía a Sun Rae como él.

Era una mujer especial. Quizás, a primera vista, nadie la juzgaría como alguien especial, pero el valor de Sun Rae estaba en su interior. Ella misma no lo sabía, pero era una persona muy fuerte. Tan fuerte como para sobrevivir a su pasado, por más que éste hubiera dejado cicatrices en ella, y además, incluso había conseguido superarlo.

Era tan especial como para ganarse, aún si proponérselo, la simpatía de una de las diosas más respetadas de todo el panteón griego. O para lograr que un inmortal como Ganímedes mintiera por ella al dios más temido de todo el Olimpo, también sin desearlo o pedirlo.

Sun Rae era una buena compañera, y pese a que muchos, tanto arriba como en la tierra, jamás entenderían su relación, él estaba dispuesto a defenderla de quien fuera.

No era un error. Eso lo sabía desde hacía tiempo.

Los errores los había cometido él, pero no al enamorarse, al fin y al cabo no había podido evitarlo. Se había equivocado al dejarse llevar por sus impulsos, al ponerla en plena línea de fuego llamando estúpidamente la atención sobre los dos, y al permitir que alguien como Eris tratara siquiera de hacerle daño.

Eris… cada vez que pensaba en ella la furia le hacía hervir la sangre. Daría lo que fuera por poder castigarla él mismo…

La cólera volvió a atenazarle la garganta. Oscuros pensamientos que nunca antes había tenido, ni siquiera durante su historia con Briseida, comenzaron a invadir su mente.

Jamás volvería a dejar que ningún ser humano o divino la hiriera en lo más mínimo. La protegería incluso de sí mismo.

***

El teléfono sonó despertándola. Miró la pantalla y vio que se trataba de él, así que lo cogió de inmediato.

– ¿Estás en casa? – le habló la voz al otro lado.

– Sí. No llegué muy tarde. ¿Y tú?

– Estoy aquí abajo.

Sun Rae notó su voz extraña … algo no iba bien. ¿Había bebido?

– Entonces sólo tienes que subir, ¿por qué me llamas para eso?

A los pocos instantes, Sun Rae le abría la puerta, y el inconfundible olor a alcohol de él al entrar, le dio la confirmación de lo que estaba pensando antes.

Keun Suk pasó al interior de su apartamento, pero no se sentó cómodamente, como solía, sino que se quedó de pie, mirándola con un gesto extraño.

Sun Rae sintió una voz de alarma en su interior. Algo no estaba bien con él.

– ¿Qué pasa?

– Me voy a Japón – respondió él sin mirarla.

– ¿A Japón? ¿Cuándo?

– Mañana. Acabo de hablar con mi mánager. Me habían propuesto rodar un drama allí y voy a aceptar el trabajo.

Sun Rae se acercó a él hasta entrar en su campo de visión. Él no tuvo más remedio que mirarla a los ojos.

– ¿Y me lo dices así y ahora?

– Ya te lo he dicho, acabo de decidirlo.

La muchacha sintió que su cerebro se ponía a trabajar con rapidez. Sabía que algo estaba pasando y que no era nada bueno, pero no iba a dejar que los malos pensamientos le jugaran una mala pasada. Había aprendido que el pesimismo no llevaba a ninguna parte.

– Dime qué necesito llevar. También tendremos que ir a tu casa a recoger tus cosas, dudo que hayas hecho una maleta bien en tu vida y…

– Sun Rae. Me voy solo.

Hablaba en serio. Lo supo en cuanto vio su gesto. Él quería irse, dejarla allí sola. Marcharse sin ella.

– ¿Por qué?

– Porque tengo que alejarme de aquí… y tengo que alejarme de ti.

Sus últimas palabras cayeron como un jarro de agua fría sobre ella.

– ¿Ha pasado algo?

Keun Suk respiró hondo.

– Sí. Ha pasado todo. Todo lo que tenía que pasar. Ya nada me retiene aquí. Conseguí lo que quería.

Sun Rae escuchaba sus palabras, pero el lenguaje corporal de Keun Suk distaba mucho de coincidir con lo que éstas decían. No era posible que le estuviera diciendo aquello en serio.

– No me lo creo. ¡No te creo! ¡Dime lo que ha pasado!

– No me hagas repetirme, mujer. Me voy. Solo. Y cuando pase un tiempo, me agradecerás que lo haya hecho.

Sun Rae soltó una estridente carcajada.

– ¿No me digas que estás intentando protegerme? ¿De quién? ¿De los dioses?

– De mí.

– No tengo nada que temer de ti.

– No me conoces.

– Mejor que tú mismo.

Ahora fue Keun Suk quien rió.

– ¿Eso crees? Sun Rae, he estado fingiendo todo el tiempo.

– Eso es mentira. Tú me quieres, lo sé.

– No lo niego, pero no es suficiente. ¿Y tú, Sun Rae? ¿Me quieres?

– Sé perfectamente lo que siento, y sé que tú lo sabes. También sé que es imposible fingir todo lo que ha ocurrido entre nosotros. ¿Me estás intentando convencer de que lo has hecho? ¿Y luego ni siquiera eres capaz de negar que me quieres? Debes haber bebido demasiado, Ares.

El hombre la agarró de los brazos y la sacudió.

– ¡No sabes quién soy! ¿Crees que no he tenido que luchar contra mí mismo todo el tiempo? Todas las veces que quería matar a Eris, o destrozar la hermosa cara del copero… He tenido que contener mis instintos hasta el punto de sentirme agotado…

– Y lo hiciste por mí.

– Sí, ¡maldita sea! Pero no puedo seguir haciendo esas cosas indefinidamente. ¿Has olvidado quién soy?

– Ya te he dicho que te conozco perfectamente. Y no tienes por qué seguir haciéndolo. ¿No estaba todo arreglado? ¿No habíamos dejado a esa Eris fuera del camino con la ayuda de Atenea y Ganímedes? ¿Por qué deberías seguir fingiendo?

Exasperado, Ares la soltó.

– No lo entiendes… ¿crees que Zeus es alguien tan fácil de engañar? ¿Crees que no podría estar mirando en estos mismos momentos? ¿Crees que puedo fingir que sólo eres mi asistente cara al mundo, a la vez que vivo pensando que cada uno de nuestros momentos a solas puede terminar delatándonos? Y si hemos conseguido que se trague toda la historia, ¿qué deberíamos hacer a partir de ahora? ¿Vivir felices y comer perdices? ¿Envejecer juntos? ¿Tener hijos? ¡Soy un dios! Y tú una mortal. ¿Qué pasará cuando mueras? Puedo vivir a tu lado, hacer que esta cáscara llamada Keun Suk envejezca contigo… ¿y después? Te marcharás a los Elíseos y yo me quedaré aquí indefinidamente, o quién sabe si mi padre me llame incluso antes de que eso suceda y tenga que abandonarte igualmente. ¿Qué futuro nos queda?

– ¡No lo sé! No lo he pensado, y no quiero hacerlo. Pero pase lo que pase, ya sea la muerte, ya sea la ira de tu padre, lo superaremos juntos.

Ares la miró totalmente sorprendido.

– ¿Te enfrentarías a la ira de un dios?

Sun Rae levantó el mentón hacia él, con orgullo.

– Contigo al lado, lo haría.

Ella es digna de ti. Termina lo que has empezado, y no huyas.

Ares sacudió la cabeza, intentando sacar de ella la voz de su hermana.

– Atenea… déjame en paz. Tengo que hacer esto.

– ¿Ella está aquí? – preguntó Sun Rae -. ¿Te está hablando?

Ares la miró.

– Da igual lo que digáis. Mañana me voy a Japón – se dió la vuelta con la intención de marcharse, pero Sun Rae lo detuvo agarrándolo del brazo.

– No voy a permitirte que hagas esto – dijo -. No lo acepto y no me voy a quedar quieta mientras te dejas llevar por tu propia cobardía.

Veloz como un rayo, Ares se volvió y, agarrándola del cuello, la estampó contra la pared. Sun Rae ni siquiera se inmutó. Su gesto había sido violento, pero se había cuidado de no hacerle daño alguno. Sólo estaba tratando de asustarla, pero ella no caería en su trampa.

– ¿Estás llamando cobarde al dios de la Guerra? – gritó él.

– ¡Sí! ¡Cobarde! ¡Cobarde! ¡Cobarde!

Ares levantó un puño amenazador, pero Sun Rae se mantuvo firme y ni siquiera parpadeó.

– No lo harás – susurró ella -. No puedes. Todas esas dudas que ahora tienes, y esta tontería que pretendes hacer no es más que el producto de aquello de lo que intentas escapar. Ahora te preocupas por mi futuro… – sonrió -, es lo normal. ¿Es la primera vez, Ares? Para mí no. Vivir pensando en la felicidad del otro, hacer lo que sea para conseguirla… sacrificar los sentimientos de uno mismo por ello. Ahora me amas más que nunca. Pero tu forma de demostrarlo no es la adecuada. Has elegido el modo fácil y cobarde.

Furioso, Ares hizo el gesto de prepararse para lanzar el golpe.

– No me asustas – siguió diciendo la chica -. No lo harás. Puedes irte a Japón. Puedes irte al fin del mundo si quieres. Pero por más que te distancies de mí, siempre sabrás que estoy aquí, esperándote y pensando en ti.

Después de mirarla a los ojos unos segundos, Ares bajó lentamente su mano. ¿Era posible que esa chica leyera tan bien en él? Ni siquiera era capaz de asustarla. En realidad, había ido allí con la idea de decirle que la había utilizado como a las demás y se había cansado de ella, pero ni siquiera eso pudo hacer. Las palabras que le había dicho, las había estado pensando durante toda la noche. Se había convencido de que, en el mejor de los casos, el suyo era un amor con fecha de caducidad. Sun Rae y él terminarían irremediablemente separados, pero por el camino, siempre estarían en peligro, siempre se sentirían vigilados, y jamás podrían llevar una vida normal.

No quería eso para ella. Debía quitarse de en medio por su propio bien.

Por primera vez en su vida, no estaba siendo egoísta con una mujer, no estaba pensando en él antes que en ella… y Sun Rae lo había llamado cobarde. ¿Eso era? ¿Un cobarde?

– Vete – dijo ella, sorprendiéndolo.

– Eso iba a hacer… – vaciló un instante antes de darse cuenta de que era ella quien lo estaba echando. ¿No era eso lo que quería? ¿Por qué no era capaz de moverse?

– ¡VETE!

Como impulsado por un resorte, Ares salió a toda prisa del apartamento.

En cuanto cerró la puerta, Sun Rae cayó al suelo envuelta en lágrimas… pero se recuperó rápidamente.

Llorar no arreglaría la situación. No servía de nada.

Durante mucho tiempo, Ares la había perseguido sin descanso, nunca se había rendido por más trabas que ella puso. Había logrado sacarla de la cáscara en la que se había refugiado, le había dado la esperanza de vivir una vida llena de intensidad.

Había peligro, sí. Ella era la más vulnerable de los dos y lo sabía. Pero incluso la sensación de peligro era placentera si se comparaba con la constante monotonía de vivir día tras día sumida en su propia soledad, como antes había hecho.

Fue él quien con su persistencia logró transformar una pura atracción física en lo que ahora sentía por aquel hombre. Porque para ella, no había diferencia entre lo que pudiera sentir por Keun Suk o por Ares. Se trataba de un todo. Él era las dos cosas, y Sun Rae había aprendido a amarlo así.

Se trataba de un ser divino, pero a efectos de sus sentimientos, esto no era relevante en absoluto. Ares sentía como un hombre, amaba como un hombre… y huía como un hombre. Un dios jamás habría dejado al margen sus propios deseos por proteger a un simple humano, esto lo sabía.

Ares era más humano de lo que él mismo pensaba.

¿Cómo podría hacer que lo entendiera?

– Volverás – dijo, con determinación, observando la puerta tras la que él acababa de desaparecer -. Lo juro. Conseguiré que vuelvas, y si esta vez soy yo la que tiene que correr a tu lado una y otra vez, lo haré.

Se levantó pesadamente y respiró hondo. Le dejaría que hiciera su pequeña escapada a Japón. Ella también necesitaba tiempo para pensar.

Listado de capítulos.

17 respuestas a “거짓말” kojitmal – Mentira. Parte 21

  1. La PeTii dijo:

    MIS MAS SINCERAS FELICITACIONES A LAS 2!!!!!!! Les ha quedado HER MO SO el capitulo!!! .. me ha encantado.. no tengo mas palabras, ninguna describiria todo esto.. es que meten a Heechul y no puedo..diosmionopuedoconmividaaaaaa.. ainss como lo extrañooooo! se reunio la chocoball! xDDD .. (vale, por eso me ha gustado muchisimo mas el capitulo) me han matadooo solo con imaginarme esa reunion xD jejje.. muchas muchas muchas muchas muchas gracias por tomarse el tiempo de hacer este fic!!! .. Mucho cariño y abrazos des esta lobita desde Argentina ^^,

  2. nanita dijo:

    Me he quedado con un nudo en la garganta por Ares….
    el capitulo les quedó de infarto, chicas, cada capítulo se superan a si mismas!!
    Y pegué un brinco con los Chocoball jajja
    gracias por el esfuerzo y por compartirlo con nosotr@s

  3. Patty Elsevyf dijo:

    Esto cada vez se pone mejor!!! me escanta este Fics

  4. toita dijo:

    Kojitmal ya van 21 caps pero ni se sienten son tan buenos todos
    ame este capitulo bueno todos, pero yo pense que la idiotes de abandonar a
    su amor es solo de hombres pero no los Dioses bueno Ares tambien, y se puso emo
    Wae si estaba tan perfecto pero bueno ahi le toca a Sun Rae ganarse al Dios de la guerra
    y creo muy seriamente que esto de publicar al filo del
    jueves el fan fic es para que yo no me concentre en lo que tengo que hacer el miercoles
    es estrategia de Marketing vdd chicas?? Por que en mi si funciona XD
    Son lo maximoooo

  5. thaniayamato dijo:

    wooooo simplemente increible realmente yo pensaba lo mismo la maldita de eris ya habia sido detenida por s8us maldades zeus controlado por joon y todo el ambiente trankilo io pense lo miso que ares y ahora que pero el vuelco k le has dado realmente le dio un sabor de boca unico a la historia que hara una pequeña escapadita para recalcar su amor aunque segun el desea separarse de ella
    felicidades a ambas 2 ji por este capitulo y todos los demas porque realmente me ha encantado esta historia

    • thaniayamato dijo:

      por cierto se me pasaba que pero que mona imagen de kojitmal al principio se diria imagen principal de la pagina

  6. Jey dijo:

    Genial, me encantó….!

  7. saiquitos dijo:

    Buenisimo el capítulo de hoy, me encantó solo falto una super foto del grupete parrandero y meiba al cielo directo

    • Nuna dijo:

      Jajjajajaaj puedes creer que la estuve buscando? Pero sólo encontraba fotos que ellos subieron con el móvil, con poca calidad. Supongo que de haber seguido habría encontrado alguna, pero entonces el capo se habría retrasado más…

  8. loly dijo:

    es la primera vez que cometo en toooooooooodoooooo el transcuro de este maravilloso fanfic ^-^, chicas las adimro por hacer un exelente trabajo de verdad, hace mucho que sigo su pagina y no me puedo desprender de ella, siempre espero nuevas actualizaciones, y casa que me llegan rapido me meto a su pagina jajaja >o<
    bien ahora el capitulo n.n
    awwwww la chocoball reunida y mi chula, como la extrañooooo, es el super junior que mas amo despues de siwon ( cueraso de hombre ^.^)
    ahora si keun suk me desepsiono, como dejar ala pobre de sun rae asi, y joon se me hizo taaaaan humano en esa platica que tubo con sun rae que me hizo llorar TT-TT
    exelente chicas sigan asi
    saludos desde mexico y espero poder integrarme a esta gran manada de lobas ^^
    FIGHTING!!!

  9. rosaday dijo:

    XDDD LA MADRE QUE OS PARIO , soy la bomba . Hasta el jueves , es el cumpledemi niño y yo escapada x kojima .
    gracias chicas

  10. Ilatsi dijo:

    Fantastico!!! Niñas, cada día tengo menos palabras para expresar lo buenas que son escribiendo. Felicitaciones!!!!!!

  11. ARI8 dijo:

    MATRÍCULA DE HONOR CUM LAUDE NENAS.
    Precioso el capítulo, me encantó todo. Ese comienzo entre ellos dos, luego, la llegada de Joon y esa charla entre los dos, madre mía, fue preciosa a más no poder. Una manera de amar pero diferente, Ninguno de los dos puede estar sin la otra persona, porque a uno le recuerda su humanidad y a la otra, le dio esperanza para seguir adelante y confiar en la gente.
    Me hizo gracia que Ares aguardase durante dos horas a la salida del edificio sin armar ninguna de las suyas, pero lo mejor fue la lección que le dio Joon, ole por él, así se hace.
    Ares, pues vuelve otra vez a ser el que era antes y me encanta, pero ahora se le añade el que sea aún más complejo con esos sentimientos humanos y seguro que lo pasará fatal pero desde luego, tiene toda la razón en eso de que no podrán tener una futuro juntos, felices.
    Me hace gracia que ahora sea Sun Rae la que se convierta en la cazadora y él en la presa, así que a ver cómo acaba el tema XD.
    Quiero destacar sobre todo LA CHULA Y HONGKI. Dios, cómo disfruté de su presencia, aunque fuese corta, porque desde luego, esos dos, son tremendos y ya sabéis que me tienen robado el corazón a más no poder.

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