Panda and Hedgehog, episodio 8

Ay ay ay, que aquí va a resultar que en este triángulo amoroso, la toallera es ella. Cuánto bromance.

Más monossss.

Pues sí. Choi Won Il (Choi Jin Hyuk) se acaba de enterar de que la empresa de publicidad ha escogido a su padrastro en lugar de a Go Seung Ji (Donghae) para el anuncio que están preparando. Para más inri, ha vuelto a copiar también sus diseños. Y ahora el chico tiene por delante la desagradable tarea de contárselo a él. No parece que Seung Ji esté muy afectado, además, el cliente exigente ha ampliado el pedido, quiere más pasteles para la gente que no puede acudir al evento, así que, el erizo no tiene más opción que ponerse manos a la obra, porque van pegadísimos de tiempo. Se preguntan cómo será la novia del chico para que él la agasaje de esa manera, y éste, que les oye, les asegura que guapa es una jartá.

Allá que se va Seung Ji a la cocina como si nada hubiera pasado, mientras que Won Il está que no cabe en sí mismo de la indignación que lleva todavía. No deja de insistirle en que tienen que hacer algo, pero Seung Ji opina que nada puede hacer contra el poder del chef maligno más que resignarse. Le traería más problemas que ventajas enfrentarse a alguien tan poderoso como él. Ha In Ho, el publicista, le dijo que en una competición justa podría vapulearle, pero dados los contactos que tiene, con él la cosa jamás será justa. El mosqueo y la indignación de Won Il se convierten en impotencia cuando Seung Ji le dice que lo único que puede hacer es soportarlo, porque si lucha, podría incluso perderlo todo. Won Il señala que no está en condiciones de trabajar, puesto que debe de estar muy enfadado, y sugiere que cancelen el pedido del cliente, pero Seung Ji insiste en que debe centrarse en la tarea que tiene ahora entre manos, porque lo más importante para él, es complacer al cliente que ha confiado en sus habilidades.

Y el cliente en cuestión, que había vuelto al Café Panda porque había olvidado su teléfono móvil, está escuchando toda la conversación con un gesto de desagrado en la cara. Supongo que comparte las emociones de nuestros dos amigachos.

Won Il sale de la cocina a traer levadura por orden de su amigo (ya les considero así), pero en realidad lo que hace es buscar en el tarjetero hasta que encuentra la tarjeta de visita de Ha In Ho, y salir zumbando del Café Panda. Seung Ji, que en realidad está más quemado que la moto de un hippie aunque haya intentado disimular, trata de recitar sus frases de la suerte, pero no puede, aprieta los puños y dientes para controlar la rabia, y al cabo de unos segundos ve a Won Il salir del café por el jardín.

«Estoy conteniéndome porque tú rabajas en Saint-Honoré«, dice, mientras lo observa marcharse. «Porque sé que estás intentando ayudarme. Y todavía no he encontrado el modo de protegerte«. Ganador de la competición ya por paliza, para mí. Destruir al chef es la motivación más importante de su vida, y se está refrenando para no perjudicar a Won Il, ¿no es para comérselo?

Won Il no se queda atrás, porque va derechito a ver a Ha In Ho, presentándose como el presidente de Saint-Honoré para que éste lo reciba. Cuando se reunen, Won Il pregunta directamente cómo es posible que al final eligieran a su pastelería si Seung Ji tenía todos los puntos para llevarse el anuncio. Ha In Ho, que está igual de contrariado que él, adivina que ha ido allí como amigo de Seung Ji y no como presidente de Saint-Honoré y le es totalmente sincero. Le utilizaron para conseguir sus fotos y alguien se las pasó al chef malvado. Éste ha hecho réplicas del diseño y esta vez casi exactas y, tirando de sus amigachos de la empresa de cosmética que le contrató para hacer el anuncio, lo ha conseguido para sí. Ha In Ho no puede hacer nada, porque la empresa es su cliente y ellos han decidido que tiene que ser Saint-Honoré, por lo que le aconseja que lo dejen pasar por esta vez, y que intente ayudar a Seung Ji en otra ocasión. En esta, y lamentándolo mucho, el mamoneo y los contactos del chef son demasiado poderosos.

Won Il sale de la reunión muy desanimado, y cuando ve las primeras pruebas del anuncio con la foto de los pasteles de Seung Ji copiados, su cabreo ya es máximo. Y entonces, hace algo sorprendente… para controlar su enfado, y con los ojos fuertemente cerrados, RECITA LAS MISMAS FRASES QUE SEUNG JI UTILIZA PARA CONCENTRARSE EN LA COCINA. ¿Cómo es posible eso? ¿Lo han aprendido en el mismo sitio? Algo está pasando aquí, y creo que la clave está en el pasado, cuando eran niños.

Otro para comérselo. Ya no sé quién ganaría la competición, joer.

Won Il vuelve al Café Panda, para encontrarse a su hermana y a Pan Da Yang (Yoon Seung Ah) totalmente embobadas con Seung Ji, al que están espiando mientras trabaja. Justo cuando la chica confiesa que entraría y le daría un bocado, y cuando la hermana propone que lo haga en los labios, se dan cuenta de que, con los brazos en jarras, Won Il las escucha estupefacto. De mal humor les dice que va a ir a ayudar a Seung Ji, y cuando se va, Pan Da Yang se da cuenta de que la actitud de Won Il ayudando al erizo también podría ser digna de algún que otro bocado. Si es que cualquiera lo tiene fácil para elegir entre estos dos.

Y así, ambos, juntos y mano a mano, consiguen tener el pedido del cliente a tiempo.

«Viendo esto, me apetece dimitir en Saint-Honoré y venir a trabajar contigo«, dice Won Il.

«Y a mí me apetece dejar de trabajar aquí e irme de pastelero a Saint-Honoré«, responde el otro.

«¿Chincha!!!!!?«

«¿No sabes distinguir una broma?«

Pero creo que ninguno de los dos bromea. A Seung Ji se le ha escapado un pensamiento en voz alta, y Won Il insiste en que va en serio.

Pero son interrumpidos por la llegada del cliente, que viene en un pedazo de coche y acompañado de esa novia que dice que es tan guapa… y lo es, narices (según ellos yo no lo veo para tanto, ¿eh?), tanto que Won Il y Seung Ji se quedan literalmente embobados con ella, y es como si desde que la chica entrara en el café con su novio, Pan Da no existiera para ellos. Es tan descarada su reacción, que Pan Da se pica bastante y los manda para el sótano, diciéndoles que su trabajo ya ha terminado y que ellas se harán cargo de los clientes y sus invitados (ah, claro, ahora sí quiere trabajar). Pero es que la pareja de novios insiste en verles, y al final, con las babas cayéndoles a diestro y siniestro, los dos suben de nuevo a la tienda, donde las hermanas Pan Da y Won Il también están agasajando a la pareja.

La chica está EN-CAN-TA-DA de la vida con la tarta, con los pasteles y con todos los dulces que han hecho. El cliente presenta orgullosamente a la chica, es Sinatori Mina, y es japonesa. Won Il aprovecha el momento para tratar de impresionarla con su perfecto japonés, y se presenta en este idioma, dándole las gracias por haber elegido al Café Panda para el evento. Ella le responde, también en perfecto coreano, que tenía entendido que él no era trabajador del establecimiento. El pobre Won Il frena en seco, acepta que no lo es y… ¿cómo es que habla tan bien su idioma? Ella contesta que lo aprendió para poder hablar con su novio, y el novio en cuestión hace la revelación final: Sinatori es una FAMOSA acriz en Japón.

Won Yi es la primera que la reconoce. Sobre los pasteles, la actriz les dice que a través de ellos siente que ha recibido un regalo precioso, y que siente como si tuviera que devolverles la cortesía… espero y deseo que devuelva la cortesía de la manera en que estoy pensando y vosotras también. Sólo alguien tan importante o más que el chef maligno puede ayudar a Seung Ji…

Recordemos bien esta cara, no vaya a ser que sea relevante para el futuro de Seung Ji.

Cambiamos de plano, es de noche y el ahjussi-torpón va por ahí corriendo, y pasa justo detrás de Won Il y Seung Ji que están en la calle. Ellos no le ven, porque están demasiado ocupados pensando en qué van a hacer. Pan Da se ha mosqueado muchísimo con ellos por prestarle excesiva atención a Mina, y los ha echado del café. Y a ellos parece que les molesta mucho más por la posibilidad de no poder ver a la actriz, que por el cabreo de la niña oso. Están recordándo a Mina, con cantidades industriales de baba desbordando sus bocas, cuando aparecen Tae Ji y Beom Bo, que han ido a buscarlos por petición de Won Yi, que ve en la situación una seria confrontación con Pan Da. La idea es que vuelvan con las orejas agachadas y el rabo entre las piernas, pero ellos ven la oportunidad de volver a ver a Mina si regresan, así que salen corriendo los cuatro.

De repente, Tae Ji y el erizo se quedan rezagados. Acaban de encontrar la furgoneta de Seung Ji en un parque. Lo malo, es que no tienen las llaves, porque las de repuesto también estaban en la cartera que el pastelero-torpón se llevó junto con el vehículo, así que Seung Ji se ve obligado a pedirle a su amigo que rescate sus antiguas habilidades de ladrón y abra la furgoneta. A Tae Ji no le hace gracia, pero es la única posibilidad que tienen, así que a los pocos momentos les tenemos a los cuatro dentro de la furgoneta volviendo al Café Panda, mientras no dejan de jalear el nombre de Mina.

En estas que el pastelero-torpón va tranquilamente a buscar la furgoneta y… ¡no está! Se imagina que la han robado, y en el fondo eso es lo que ha ocurrido. Desesperado, se tira al suelo lamentándose por su desgracia y pensando en lo que le hará el erizo cuando se entere.

Bueno… todos menos Won Il, que creo que es el único consciente de la que les espera allí… o quizás esté algo mosca por el modo en que han abierto la furgoneta para llevársela.

Cuando llegan, Mina ya no está, y la que está es Pan Da, que les echa una bronca bastante importante, por haber pasado de jurarle amor a no hacerle ni puñetero caso en cuanto otra chica guapa se les puso delante.

La han fastidiado pero bien… Se acabó la competición y están los dos totalmente descalificados. Ahora Seung Ji vuelve a ser sólo su socio y Won Il sólo su amigo de la infancia.

Los dos, más como aliados que como competidores por la chica, salen afuera y hablan sobre su desgracia. Seung Ji le dice que, como sea, es el ganador de la competición, por no contarle a Pan Da cómo han traído de vuelta la furgoneta. Won Il le pregunta quién es realmente. Seung Ji simplemente le dice que es probablemente el peor hombre que ha conocido y que no merece a la chica. Won Il piensa que él tampoco se la merece, porque si le ha ocultado lo del plagio de los pasteles de Seung Ji, ha sido sólo para que ella no pensara mal de él por extensión de su padrastro.

Sin embargo, deciden que quieren seguir con la competición. Won Il insiste en preguntarle quién es de nuevo. Pero son interrumpidos por Pan Da, que al verles tan amiguitos y tan tranquilos hablando ahí fuera, les dice con pique máximo, que deberían salir el uno con el otro, antes de irse de nuevo.

Won Il suspira… no está seguro de si debe regresar al café al día siguiente. Después bromea con Seung Ji. «¿Te sentirías solo si no viniera? Me echarías de menos?«. Seung Ji le sigue el juego. «Salgamos juntos. ¿Eh? ¿Quieres? ¿Salimos?«, le dice, mientras le lanza la mano por aquí y por allá intentando tocarle y Won Il lo esquiva incómodo. El chico-poste se levanta riendo y se marcha, no sin que antes Seung Ji le responda a la pregunta que se hacía sobre si volver o no con unas sencillas palabras: «te veo mañana«.

Son preciosos, me encanta la relación que está creciendo entre ellos, me encanta cómo se defienden el uno al otro pese a que están compitiendo por la misma chica. Cómo ninguno de los dos, pese a no revelar sus debilidades, no se aprovecha de las desventajas del otro… ME ENCANTA ESTRE BROMANCE. ¡SE ADORAN!

Hasta ahora hemos disfrutado de ellos, de las situaciones cómicas y de un capítulo muy monoso. Pero en este momento, las cosas pegan un giro y se ponen serias..

Empezamos con la escena del chef odioso haciéndose unas fotos para el anuncio, montando los diseños que ha robado, y exigiendo que, para que las fotos sean acordes con el anunciante, le traigan una guapa modelo.

Y es que este tío es lo que llamaríamos un sátiro, un viejo verde, un abusador… Eun Bi se da cuenta por las reacciones de las pasteleras durante el momento foto, y la otra secretaria le confirma que el chef suele presionar a las nuevas, que si se defienden serán despedidas ipso facto, y suele acosarlas. Nosotras ya lo habíamos intuido, porque veíamos cómo maltrataba a los pasteleros en la cocina, pero cómo era empalagosamente indulgente con las empleadas jóvenes y guapas, pero Eun Bi está flipando porque parece que era la única que no lo sabía. Y ahora que ya conoce la situación, lo ve como una manera maravillosa de encumbrar a «su» Won Il y destruir al malvado padrastro. Va corriendo a revelarle lo descubierto al Hyung, se encierra con él en el despacho de Won Il, y se encuentra con sorpresa, con que ellos dos ya lo sabían todo.

Eun Bi no entiende por qué no aprovechan esa debilidad para quitarle de en medio, pero Hyung, o sea, Gyun Woo (que todavía no le habíamos llamado por su nombre, con lo que mola este tío), le explica que lo hace por Won Yi. Eun Bi insiste, ¿va Won Il a consentir que el chef se haga con el legado de su propio padre, cuandoo Won Yi es sólo su media hermana? Así fríamente, alguien podría pensar que ella tiene razón, y es por ello que, para que lo comprenda todo mejor, Hyung le explica las cosas con detalle… a ella y a nosotros.

Empezando porque Won Il la adora y no quiere que sufra al saber cómo es su padre, y continuando con algo más relacionado con su infancia. Atentas, que esto tiene miga.

La cosa es que al principio a Won Il le costó mucho aceptar a Won Yi como hermana, y esto se debe a una tercera persona, un niño, que conoció en el pasado. Un niño que trajo el chef maloso, debido a que su ex-mujer, la madre, no saben por qué, no podía cuidarlo (empezad a pensar chicas). Won Il y ese niño hicieron muchísimas migas, se adoraban, eran uña y carne. El niño iba de un lado para otro «hyung» por aquí y «hyung» por allá, y Won Il estaba muy apegado a él… hasta que de repente, el niño desapareció.

Won Il quedó tan sumamente afectado por esta pérdida, que incluso aborreció los pasteles, que eran la comida preferida del niño, y no volvió a comerlos (ahí tenemos la explicación que queríamos). Esto le dejó totalmente inválido para aceptar el cariño que podía ofrecerle la pequeña Won Yi, así que ella no tuvo más remedio que comenzar a llamarle «hyung», como ese niño hacía, y comenzar a tener también comportamientos más másculinos para parecerse a él (y ahora entendemos por qué esta nena a la que adoramos llama «hyung» a todos los chicos que conoce, en lugar de «oppa», que sería lo normal).

Poco a poco Won Il fue abriendo su corazón a su hermana, y ahora ha desarrollado por ella un cariño igual o todavía mayor que el que sentía por el niño perdido. Es por esto que no movería ni un dedo en contra del chef, para no hacerle daño a ella.

El relato es sorprendente, y ya nos hace llegar a muchas conclusiones… ese niño en la panadería que se quemó, la del abuelo, ese primer encuentro entre los dos y Pan Da, ese hombre del tatuaje en el brazo que olió dinero y se interesó por Won Il… Yo estoy segura que ese hombre es el chef, la ex-mujer es la noonim, y ese niño perdido es el que tanto están buscando ella y el haraboji. Y claro, si encima ilustran el relato de Gyun Woo con imágenes de Won Yi en casa del abuelo, cuidando de él, trabajando con ellos, entrando en la habitación de él, que está mirando los viejos carteles que ya conocemos… pues tenemos bien claro que el niño que ellos buscan es el mismo que el que Won Il «perdió».

Y claro, no hay que ir mucho más allá para imaginar que ese crío perdido es muy probable que se trate de Seung Ji, cosa que ya pensábamos cuando vimos el encuentro de los tres niños por primera vez. ¿Quién da más? Pues da más el hecho de que Won Il y Seung Ji reciten ese mismo mantra, que debieron aprender en el mismo sitio, aunque ninguno de los dos sepa que el otro lo conoce. ¿Podría ser esta la pista que les lleve a descubrir quiénes son en un futuro no muy lejano?

Se están buscando todos locamente, y siempre han estado cerca. ¿Coincidencia? No, no en este caso, recordemos que todos se dedican a lo mismo y son muy buenos, y si Seung Ji es el hijo de la noonim, aunque perdiera la memoria, no es raro que también se sintiera inclinado hacia la pastelería puesto que se crió entre pasteleros, y a un nivel inconsciente, terminó también en ese mundo. Todo me cuadra. La relación entre Won Il y Seung Ji podría ser una extensión de la que tuvieron de pequeños. ¿Qué opináis?

El caso es que Eun Bi flipa con lo que ha escuchado. Se pregunta si no debería ser el chef el que se sintiera culpable de haber perdido al niño y no Won Il.

«El chef es el chef, y Won Il es Won Il«. Así de claro. El uno es un *&)*%)//***&%)/* y el otro es un cielo.

Gyun Woo por su parte sabe que no debió haberle contado eso a Eun Bi, pero cuando Won Il lo pasó tan mal, él estaba estudiando en Francia y no pudo estar a su lado, así que, espera que ahora entienda que quiere protegerle, y que una de las cosas que hacen que Won Il pueda soportar la situación en la que se encuentra es Pan Da Yang. Así que, no debe meterse entre ellos. Eun Bi está dispuesta a hacerlo, dado que Won Il tampoco muestra interés ninguno en ella, ¿pero podría ayudarle Gyun Woo con él si la relación con la chica panda no prosperara? ¿Ganará Won Il el corazón de la chica, o lo hará Seung Ji?

En el Café Panda las cosas no mejoran para Seung Ji. Pan Da Yang sigue enfadadísima y ni en la mesa con ella lo quiere en la hora de la comida. Pan Da Na es quien pone algo de cordura al sinsentido de su hermana, diciéndole que está exagerando. Seung Ji ni siquiera es su novio o su marido para que reaccione de una manera tan exagerada porque puso sus ojos en otra chica. Técnicamente está en todo el derecho de hacerlo, ¿no?

¡Qué mona esss por diosss!

Seung Ji se ve obligado a recurrir al abuelo, para que le dé de comer y para que le dé consejo, pero cuando llega a casa, ni él ni la noonim están allí. Por lo menos hay comida… pero tampoco va a poder disfrutarla, porque recibe la llamada del pastelero-torpón, que acoj*nadísimo le cuenta lo del robo de la furgoneta. Seung Ji hace como que no sabe nada de ella y le escucha hablar, más que nada porque le propone compensarle, no ayudándole con dinero, porque no tiene ni un won, sino con consejos para mejorar su vida amorosa.

Así pues, su consejo es que se mude al piso de arriba con las chicas, para tener a Pan Da a la vista (y que ella lo tenga a él). Podrá encontrarse con ella por las mañanas, por las noches si ambos se levantan al baño, provocar ciertas situaciones… El caso es que Seung Ji ha escuchado con atención, pero el tío revela sus verdaderas intenciones diciéndole que para poder mudarse arriba, necesita volver a contratarle y que él ocupe el sótano. Jajajajaaaaa, ¿pero querrá engañar al erizo con esa excusa barata? La llamada se corta por falta de crédito del pastelero-ladrón, y yo me sorprendí, porque vi que Seung Ji estaba valorando realmente la propuesta. ¿¿¿??? Debe estar realmente desesperado por conseguir a Pan Da si se deja engañar así.

Y a todo esto… ¿dónde están el abuelo y la noonim? Sabemos que cuando desaparecen están buscando al nieto e hijo perdido… pero esta vez tendremos una gran revelación. Una muy grande. Están con la policía, que les muestra fotos de una persona a la que dicen no conocer. Después el policía saca dos más, una es la del tío de los tatuajes, y hace la misma pregunta. Sus caras descompuestas lo dicen todo y ambos reconocen que sí, que a ese le conocen, pero que todos saben que está muerto.

El policía insiste en preguntar si sólo conocen a ese, y el abuelo defiende a su hija puesto que cree que la está tratando como una delincuente cuando ella ya ha cumplido su sentencia. El policía aclara que sabe que ella cumplió diez años por agresión con resultado de muerte (entiendo que contra el tío de los tatuajes) y diez más por intentar escaparse para buscar a su hijo, pero les pide que le escuchen, porque no debió siquiera cumplir esa condena. Entonces les hace una revelación que los deja tal que así.

Vuelve a preguntarle si conoce al segundo tío. Ella no le conoce, pero le resulta familiar. El policía les dice entonces que el tío de los tatuajes y el de la segunda foto son la misma persona. El primero que les mostró es un testigo que afirma que su marido es un delincuente muy peligroso, acusado de secuestro, de asalto e incluso de asesinato, que ha ido cambiando de identidad y de aspecto durante más de veinte años. El testigo fue atacado por el tío de los tatuajes y estuvo en un sanatorio mental, se ha recuperado hace poco y les ha ofrecido más datos, dado que él también usurpó su identidad y le robó todas sus posesiones. Además, conocen cinco identidades distintas del delincuente, y puede que tenga muchas más. Les pide que colaboren con él y que le ayuden a cazarle, porque puede que el marido de la noonim no esté muerto, y puede que ande por ahí con una nueva identidad. ¿Os imagináis con cuál? Porque yo lo tengo cristalino.

Y sí, ese en el que estamos todos pensando, está en ese mismo instante acosando sexualmente a una de sus empleadas, suerte que Eun Bi pasa por allí y le hace algunas fotos sin que se dé cuenta. Después, sale corriendo a buscar a Won Il para enseñárselas.

Mientras tanto, Seung Ji ha vuelto al Café Panda y afuera está Won Il esperándole porque Pan Da tiene una nueva clienta. Se trata de una niña muy espabilada y con mucha labia. Su petición es muuuuy especial. Quiere un pastel con sabor a… jjajangmyeon?????

Yo, personalmente, MATARÍA en este momento por un plato de jjajangmyeon, en serio, pero no sé si querría un pastel con ese sabor, ¿eh? Jajajjajjajaaaa.

Os juro que están de muerrrrteeeeeeeee. Son fideos con salsa de judías negras. Saben mucho mejor de lo que suenan, en serio.

El caso es que la niña está enamorada de un crío al que otra niña le ha prometido un pastel con sabor a cerdo frito, y para competir con ella, ha pensado en un pastel con sabor a jjajangmyeon, y el cumpleaños es dentro de una semana. La pobre viene con su hucha y todo. Won Il le pregunta si también está en un triángulo amoroso (como él), la niña le pregunta a su vez si es que él lo está, llamándole ahjussi, lo que al chico poste le sienta como una patada en la entrepierna. La cría imagina que tiene delante al triángulo en sí, y además de ahjussi, termina llamando piruleta a Won Il, por su color de pelo cobrizo. Jajajjajaaa, es un show la nena… Su último comentario le recuerda que al niño también le gustan las piruletas y le pide a oppa Seung Ji que incluya también ese sabor.

La cría se va, y Won Il pregunta indignado si todos los niños son así hoy en día. Seung Ji responde casualmente que no lo sabe, porque ni siquiera recuerda a los del pasado. Won Il no entiende el comentario, aunque nosotras sí, y no le da importancia, pero me da que sí será importante en el futuro…

Pan Da se encuentra con la ahjuma clienta en el jardín, quien le cuenta que Ha In Ho la ha llamado para disculparse por lo de Seung Ji. Primera noticia para ella de que sus pasteles no estarán en el anuncio, y se asombra al ver que él no le había contado nada, interpretando que no lo ha hecho por no preocuparla, y haciendo que cambie radicalmente su actitud hostil hacia él. Y menos mal que no sabe cómo ha perdido ese anuncio, sólo que quien lo sustituirá tenía contactos con la empresa anunciante.

Los dos amigos salen para recordar el sabor del jjajangmyeon zascándose un buen plato cada uno (esa imagen de los dos, junto con ese maravilloso regalo culinario coreano, hace que ya no sepa qué o a quién comerme primero). Y aprovechan para comparar su situación con la de ese niño que tiene a dos crías dispuestas a romper sus cerditos por él. ¿Deberían ir a pedirle consejo? Aunque no dejen de discutir, lo hacen con cariño y siempre acaban bromeando y riéndose.

Esa noche, mientras Seung Ji está trabajando, se encuentra con que Pan Da le trae la cena, otro plato de jjajangmyeon para que se inspire, y dado lo poco espléndida que ha estado últimamente, él se extraña y le pregunta por qué lo hace. Ella le responde que se siente mal por lo del anuncio y le pregunta también por qué no se lo dijo. No era por no preocuparla (bueno, un poco sí), era porque no estaba orgulloso de su derrota. Pero Pan Da no piensa igual. Que por enchufe trifásico otra persona haya conseguido el trabajo indica precisamente que no era mejor que Seung Ji. Que el chico sólo reaccione a su intento de consuelo cuando le menciona cómo le gustaron sus pasteles a Mina, hace que Pan Da entre de nuevo en modo celoso y se pire medio mosqueada. Sin embargo la visita lo anima, y le da ideas para hacer nuevos dulces con forma de Pan Da y así congraciarse con ella.

Al día siguiente, ella y su tía los ven y los prueban con deleite. Siguiendo los consejos de su tía, Pan Da decide levantarle un poco la mano, y ésta a continuación le enseña el listado que él hizo y en el que ha sacado un resultado de acierto de cero patatero. La tía pretende que Pan Da le anote las respuestas correctas ella misma.

Aparece entonces Eun Bi, que anda buscando a su jefe para enseñarle las fotos, pero Won Il no ha llegado todavía. De hecho no lo hará porque está bastante traumado con el descubrimiento que hizo por la noche, y es que por fin ha encontrado una referencia del pasado de Seung Ji. Una nota en internet sobre un concurso de pastelería que ganó… en prisión.

Me da a mí que este descubrimiento no va a cambiar en absoluto el concepto que Won Il tiene sobre su amigo, y supongo que lo que esperaría de él es que ni se lo comentara a Seung Ji para no hacerle sentir mal. Lo que sí puede servirle es para entender por qué no lucha y por qué habla de perderlo todo. Ya sabéis cómo es la sociedad coreana con la imagen y esas cosas, y algo así, si se convierte en un asunto de dominio público, podría perjudicarle demasiado. Qué no haría el chef maloso si se enterara, ¿verdad?

Pero volvamos con las chicas. Eun Bi flipa al enterarse de que él está allí de asistente de Seung Ji y comienza el interrogatorio preguntándole si es el castigo por lo de los pasteles. ¿Qué pasteles?, pregunta la niña oso, y le aclara que están en una competición. Eun Bi pregunta por qué compiten, y al final ni la una le cuenta lo del plagio, ni la otra le cuenta la razón verdadera por la que están compitiendo para no hacerle daño, ya que sabe que le gusta Won Il. Pan Da acaba de darse cuenta de que si saliera con Won Il podría perder a Eun Bi como amiga.

Pan Da va a ver a Seung Ji para quejarse de ello. ¿Cómo es posible que el amor le traiga tantos problemas? Ahora podría verse obligada a elegir entre Eun Bi y Won Il, y antes, cuando vivía feliz y contenta sin saber que les gustaba a los dos, no tenía quebraderos de cabeza más que por el negocio.

En un momento dado, le llega a decir a Seung Ji que la culpa era suya, por no haberse declarado antes que Won Il y haber esperado a que éste estuviera colado por ella y también lo hiciera (claro, que no sabe que lo de Won Il no es reciente, sino que es básicamente desde siempre). Cuando intenta irse toda azorada, él la agarra del brazo y de un tirón la sienta sobre su regazo. Seung Ji le pide que se besen ahora que están solos, y ella, medio tartaja (yo estaría tartaja y media… una mielda, yo no estaría hablando, ya me entendéis), le dice que tiene que darle antes una oportunidad a Won Il para salir con él.

Entonces Seung Ji le responde que pueden besarse tres veces (jajaajaaa aumentando el número de popós) y luego ir a contárselo. Así toda recatada, Pan Da le dice que no es una mujer tan fácil, y se levanta para marcharse, pero Seung Ji repite el gesto de antes, vuelve a tirar de su brazo y otra vez la sienta encima suya.

«Yo tampoco soy un hombre fácil» le dice, muy serio y mirándola directamente. Y así nos dejan. Fin del capítulo y momentazo interrumpido.

Vuelvo a decir que personalmente sigo sin esperar nada de este momento. Creo que no se besarán esta vez, y espero también equivocarme, jajaaajjaaaa.

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9 respuestas a Panda and Hedgehog, episodio 8

  1. Mani dijo:

    Yo quiero que se besen!!! pero como dices es seguro que no lo hagan, me parece que es todo muy obvio lo del niño perdido y que es el puerco espín y que el chef de Saint Honore es el de los tatuajes lo malo de esta serie es eso que todo es muy obvio, pero aún así me está gustando mucho.
    Buen resumen 🙂

  2. ARI8 dijo:

    Lo del CHP es que tiene tela, leñes, que lleva años saliéndose con la suya, la noonim pagando por algo que no hizo, su hijo perdido, Won Il sufriendo, las pasteleras acosadas sexualmente. A ver cuándo este cerdo empieza a pagar por todo lo que hizo.

    Me quedé a cuadros cuando Won Il empezó a recitar lo mismo que Seung Ji, porque no lo había visto hacerlo, así que sabemos, no sólo por eso, si no por lo que nos vamos enterando a lo largo del capítulo, que Seung Ji es su niño perdido, aunque me da pena Won Yi, que se tuvo que volver tan masculina para poder ganarse a Won Il, pero aún así, me encanta que sea así y creo que sería bueno que Won Il descubriese todo el pastel sobre el CHP, que de paso, menuda manera de despreciar a la hija, leñes.

    Lo mejor del capítulo, los momentos bromance, es que en esos momentos estuvieron tan pero tan adorables que no sabías con cuál quedarte, porque si uno te mataba, el otro te remataba XDDDD.
    Aunque ese momento en que Seung Ji dice que lo quiere proteger, no sé pero me parece que recuerda algunas cosas pero prefiere guardar silencio.

    Lo de la actriz japonesa, qué risa, por favor y el caso es que ella me sonaba, hasta que me di cuenta de que sale en Mou Ichido Kimi Ni Propose.
    Ellos dos babeando, Panda con un ataque de celos del doce y al final que parece que medio consiguen salvarse, para terminar con ella en su regazo y rogando nosotras por un beso que no veremos.

    • Nuna dijo:

      Uffff, respecto a lo de que Seung Ji recuerde algo, te juro que lo pensé… ¿sabrá quién es el pedazo kbrito? Tendría tela… pero entonces supongo que recordaría a su madre, ¿no?

      Lo que sí me apostaría es que la herida de la cabeza se la hizo el mal nacido ese, no sé por qué, pero me da que también es culpable de eso. Deseando que alguien lo ate a la quilla, juraito.

      • ARI8 dijo:

        A lo mejor sólo tiene retazos de sus recuerdos y no todos, por lo que no recordaría a la madre.

        Estoy contigo en que la herida se la hizo el CHP, que además de atarlo a la quilla, antes merece ser despellejado por el gato de siete colas.

  3. klapik10 dijo:

    Excelente revision!!! Me gusta leerlos porque asi me aclaras algunas cosas q no entiendo por la traduccion =)… Yo creo que puerco espin menciona lo de proteger no porque haya recordado algo sino porque sabe de la situacion de Won Il con el pastelero maldito y no quiere que el sufra mas de lo q ha sufrido y m encanta su relacion ahora me gusta mas verlos a ellos dos juntos q con panda jejejeje… Aclarame algo que significa CHP ya lo habia leido en otras revisiones pero no habia preguntado.

  4. LV dijo:

    Ah Seung Ji nos termino de ganar con lo de la proteccion a su amigo (¿podriamos ya de colada clasificarlo como BFF?) y tan lindos que se comportan los dos.
    Ahora si Pan Da trabaja, lleva bandeja XD aunque sea, algo es algo, peor es nada.
    Yo tampoco creo que vaya a ver beso, pero si va a dar algun empujoncito por ahi (Ahhhh me recorde de Nakatsu)
    Por ultimo, gracias Nuna por tu revision, siempre nos ayudas a terminar de comprender los hechos.
    Kiss~u

  5. Maria dijo:

    Pienso igual que tu que no pasara nada en la escena ultima mas de lo que nos han mostrado para mi que eso vendrá mas tarde
    Pero a juzgar por los adelantos el capitulo promete y mucho
    Espero que sea asi
    Me encanta la relación entre el prota y erizo
    Además estoy enamorada del personaje del erizo jejejeje

  6. jessica dijo:

    alguien me puede decir como se llama la trenza q tiene la protagonista… en la octava fotografia… es q me parecio realmente lindaaaaaa

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