아무도 몰래 사랑해 Amudo mollae saranghae, capítulo 5

Autores invitados @Jeannelok

TE AMO SIN QUE NADIE LO SEPA

B.A.P

Capítulo 5

Cuando Him Chan se le había aproximado para hablar con él, se había extrañado.

Cuando Him Chan le dijo que tenía una “propuesta” que hacerle, se había extrañado.

Y cuando Him Chan le había contado dicha “propuesta”, le preguntó tres veces si no estaba borracho o se encontraba mal antes de creerse que le había escuchado bien. No le extrañaba la idea en sí, la verdad es que era factible del todo tratándose de él, lo que no entendía era por qué no se lo pedía a otro.

—Sencillo—le respondió. Estaban hablando en un rincón del garaje mientras los demás jugaban y preparaban la cena—. Zelo es muy crío, Jong Up… es Jong Up, Yong Guk pasa de estas cosas y Dae Hyun está muy raro últimamente. Sólo me quedas tú. Además creo que te iría bien para espabilar un poco.

—¿Pero por qué no vas solo?

—Porque hacen descuento si somos dos.

—Esto… te recuerdo que tenemos cierto dinero…

—No pienso tocar nada de ahí para lo que quiero hacer. Si pagamos a medias nos saldrá muy rentable.—Young Jae quería negarse. No le gustaba la idea. Pero no tenía ningún tipo de excusa.

—Está bien… pero sólo te acompaño. No me pidas que participe ni haga cosas raras.

—¿Cosas raras? En fin, ¡genial! Si al final quizá eres el que mejor se lo pasa allí.—Recibió tres palmadas alegres en el hombro y se quedó solo, mientras Him Chan canturreaba y se juntaba con Zelo para jugar en el portátil. Una presencia se colocó a su lado y dio un respingo, sorprendido por no haberse percatado de que Yong Guk se había deslizado hasta su lado.

—Creo que sé de lo que habéis hablado. Podrías haberte negado, esas cosas no van contigo.

—Está bien, será una experiencia nueva.

—No suenas muy convencido.—Se encogió de hombros.

—No lo estoy.— Yong Guk sonrió contento. Young Jae sabía que el otro chico también notaba el cambio de carácter que estaba sufriendo, y es que cada vez se desprendía más del papel que debía interpretar.

A la hora de cenar, se sentó al lado de Dae Hyun. Éste se mostraba mucho más cariñoso y cercano que nunca, incluso poniéndole comida en el bol. Él no sabía cómo responder a ese tipo de gestos. Intentó pensar en cómo actuaba con Hyo Sung, hasta que recordó que no era lo mismo, pues por la chica no sentía nada. Con Dae Hyun se ponía nervioso y se le olvidaban todo tipo de frases inteligentes para tener la cabeza llena de estupideces sinsentido. Siempre había pensado que la gente enamorada parecía ser idiota. Bien, lo estaba demostrando en sus propias carnes.

—Esta noche dicen que la Luna estará muy cerca—le comentó Dae Hyun como si nada—, me gustaría ir a verlo, ¿te apuntas? ¿O tienes trabajo?—se lo estaba pidiendo a él y a nadie más. Pasar un rato solos, bajo la luz de la Luna. Sonaba tan de película romántica y nauseabunda que pensó en gritar.

Aceptó.

Después de cenar y recoger los cacharros, ambos chicos se despidieron de los demás y se encaminaron a la playa. Libre de edificios y semejantes, sería el mejor lugar para ver la Luna. Se tumbaron sobre la arena y contemplaron las estrellas sobre su cabeza. Era cierto que la Luna estaba esplendorosa, enorme, brillante, cercana. Nunca se había detenido a observarla, pero era hermosa. Se volteó a mirar a Dae Hyun. Él también era hermoso. Young Jae se preguntó en qué momento se había convertido en un sentimental que sólo podía pensar en que quería besar al chico que tenía al lado. Además, un chico. Había tenido a la despampanante Hyo Sung al lado, ofreciéndole todos sus encantos y se había podido resistir sin ningún tipo de problema… ¿por qué tenía que padecer por un chico?

El agua de vez en cuando les lamía los pies y hacía cosquillas y si se despistaban, les llegaba hasta la cintura. Tenían los pantalones empapados. Al final decidieron alejarse un poco, mientras la arena se les pegaba a la ropa. No hablaron en toda la noche, sólo se quedaron allí tumbados, observando el manto oscuro con puntos brillantes.

Young Jae se dio cuenta de que Dae Hyun, al final, se había quedado dormido. Tenía los gruesos labios entreabiertos y dejaba escapar pequeños suspiros entre ellos. Se quedó hipnotizado por ellos. Quería acercarse y… dejó de mirarlo. Tenía que resistirse. Además, podría haber un policía encubierto vigilándolos.

Se mantuvo en silencio a su lado. No quería despertarlo. Pero tampoco podía mirarlo o no sería capaz de resistir esos impulsos desconocidos que sentía. Así que fijó la vista en el mar, con las piernas encogidas y la cabeza sobre éstas. El ir y venir de las olas, el reflejo de la Luna sobre el agua… No supo cuánto tiempo estuvieron allí, pero de repente Yong Guk se encontraba a su lado.

—Estábamos preocupados. Vaya con Dae Hyun, gracias por no irte y dejarlo aquí solo—se acercó hasta el muchacho y con cuidado de no despertarlo, lo levantó y se lo cargó a la espalda. Dae Hyun se removió un poco pero, sin abrir los ojos ajustó los brazos y las piernas al cuerpo de Yong Guk. Aunque éste era muy delgado, demostró que era más fuerte de lo que parecía al sujetarlo sin mayores problemas—. Será mejor que te vayas a dormir.—Young Jae no respondió. Sólo le dedicó un movimiento de cabeza y se marchó.

Estaba muy cabreado. Cuantas más vueltas le daba al asunto, menos lo comprendía y más le enfadaba. Esos chicos eran buena gente, lo había podido comprobar por sí mismo. Se ayudaban entre ellos, se preocupaban por los demás. Tenían madera para ser ciudadanos normales, sin crear problemas ni robar ni traficar, pero ¿por qué habían decido seguir los pasos de sus padres?

Yong Guk, hasta hacía unos años, se había mantenido alejado de los asuntos de su padre. Los informes apuntaban que había sido a partir de la muerte de su madre que se había interesado por el negocio familiar acompañando a su padre a visitar a algunos socios. Dae Hyun era el hijo adoptado de la mano derecha del padre de Yong Guk y desde que había hablado con él, la única teoría que se le ocurría era que si se había metido en todo eso era como agradecimiento al hombre. Zelo, Jong Up, Him Chan… todos podrían llevar otro estilo de vida, lejos de los problemas. Pero no.

Young Jae llegó a casa y se lanzó sobre el sofá, tapándose la cara con el antebrazo. Poco a poco se quedó dormido y a la mañana siguiente sólo recordaba haber soñado con drogas, gritos, sangre y los brazos de Dae Hyun…

Him Chan lo arrastraba del brazo hacia el local de striptease. A medida que se acercaban al barrio, el ruido y el jaleo creían. El otro chico, con el cabello oscuro bien peinado, una camiseta negra, pantalones rojos y un perfume que se olía a kilómetros, le había obligado a acicalarse también. Llevaba una camiseta blanca, tejanos y el pelo castaño engominado a causa de su compañero. Sabía que iba a ser una noche de lo más agotadora.

Entraron al lugar, el cual estaba más lleno de lo que se habría esperado. Era oscuro, con mesas y sillas y al fondo, el escenario donde las chicas se subían a contonearse. Se sentaron en una de las mesas y pidieron algo para beber, esperando el inicio del espectáculo. Éste no se hizo esperar.

Las luces del escenario se encendieron, enfocando a una chica de cabello castaño largo, piel morena y gráciles gestos, vestida con un traje de lo más provocador. Si ya de por sí la ropa era escasa, fue desprendiéndose de más y más piezas a medida que bailaba hasta quedarse sólo con un tanga. Young Jae evitó mirar al escenario. Him Chan gritaba divertido, sin poder apartar la vista. La situación se repitió con diferentes muchachas.

De repente los vítores crecieron, y Young Jae se obligó por curiosidad a mirar al escenario para ver qué sucedía. Esa mujer debía ser la atracción principal del local. A primera vista, uno se daba cuenta de que tenía un cuerpo perfecto y muy bien desarrollado, con grandes pechos y caderas y cintura fina. Los brazos y las piernas eran largos y los movía con la gracia de una gacela. Su rostro era pequeño y tenía forma de corazón. Los ojos parecían no caberle, no sabía si era porque tenían ese tamaño de por sí o lo parecía por el maquillaje. La nariz chata, y los labios finos pero bien dibujados. La piel de un tono aceitunado y el cabello de un rubio tabaco, liso y hasta la cintura. Brillaba con una luz propia muy fuerte e incluso él se sintió incapaz de apartar la vista de esos movimientos, tan calculados y a la vez naturales.

La muchacha, cuando la primera canción hubo acabado, se bajó del escenario y se paseó junto con la nueva melodía por entre las mesas, hasta llegar a la suya. Young Jae quiso apartar los ojos pero la chica, con largos, delgados y bonitos dedos le agarró la barbilla y no se lo permitió. Las caderas de la chica se contoneaban frente a él, sensuales, y no dejaron de hacerlo durante un buen rato. Cuando al fin se alejó de su mesa, recordó lo que era respirar y tragó una gran bocanada de aire.

—Increíble, creo que estaba muy interesada en ti. Le van los chicos tímidos, supongo—comentó Him Chan divertido, sin apartar la vista de la bailarina mientras seguía desplazándose entre las mesas—. No recuerdo que nunca haya tocado a nadie.

—Pues a mí no me ha hecho gracia.—Musitó. Se había quedado ensimismado por sus movimientos, y había notado un cosquilleo en el bajo vientre que casi hizo actuar una parte de su cuerpo por voluntad propia, pero que pudo controlar. Pero al instante había pensado en Dae Hyun y se había dado cuenta de que no tenía nada que ver. Era una sensación débil y superflua en comparación a lo que le provocaba el chico sólo con mirarlo.

La pesadilla al fin acabó y se dirigieron a la salida. Him Chan estaba contento y se reía con grandes carcajadas, rodeándole el cuello con un brazo, feliz. Young Jae se dejó hacer, aliviado de ver acabado su sufrimiento.

Al salir, un guarda les salió al paso. Le dijo a Young Jae que la bailarina que se había contoneado frente a sus narices le invitaba a su camerino, pero él lo rechazó con amabilidad y dejando a Him Chan sorprendido.

—¿No podías ni ir a hablar con ella? ¿Tienes miedo de que te ataque o algo?

—Sé lo que quería de mí, y no es algo que yo quiera darle.

—Increíble… yo no podría hacerlo. Mujeres, mi perdición.— Him Chan había bebido y aunque controlaba, se le notaba que estaba contentillo y charlatán.

—No es que tú les desagrades mucho.

—Claro que no, ¿me has visto bien? Quizá no soy tan guapo como tú o Dae Hyun, lo reconozco, pero os falta mi gracia y carisma. No pueden resistirse a eso. Ni yo a ellas. Es algo que viene de familia, las ganas de sexo digo.

—Ah…

—¡Claro! No tienes ni idea de a qué me refiero—sí, sí lo sabía—. Una madre ninfómana que se traía a todos sus amantes a casa… ha habido tantos desde que soy pequeño, que perdí la cuenta a los siete años—hablaba con prisa mientras caminaban por la calle para regresar al garaje. Debían ser las cuatro de la mañana—. No la he culpado nunca por ello, es una enfermedad y por eso ha terminado en un psiquiátrico. Exacto, el mismo al que donaremos el dinero. Pero hubiera estado bien que alguno de esos ligues no intentase cosas conmigo también cuando era adolescente. Comencé a tenerle asco a los hombres. Era incapaz de tener amigos. No podía soportar esa facilidad para tocarse… abrazarse…

—Pero hace un momento me has cogido del cuello.

—¡Claro! Eso fue hace mucho. Pero entonces conocí a Yong Guk, ¿te crees que estoy con él sólo por estar? Estoy con él porque es la persona a quien estoy más agradecido. Cuando le conocí, me ayudó a internar a mi madre quien ya era más cadáver que persona. Aceptó que no pudiera tratar con chicos, pero insistió en verme, en intentar que me relacionase con otros y poco a poco logró que se me pasara esa animadversión que sentía. Mi padre había sido… socio del suyo. Por eso nos conocimos. Le debo mucho a su familia. Bueno, creo que todos nosotros. Yong Guk es como nuestro hermano mayor, pero de verdad. Sobre todo el de Zelo, como habrás podido notar. El caso, es que esa manía que le tenía a los chicos me creó una dependencia del sexo femenino muy grande, que a día de hoy no he podido… no he querido superar. Pero tranquilo—añadió—, sé dónde están los límites y a diferencia de mi madre, lo hago porque quiero y me gusta, no por una necesidad mental.

—Me sorprende que te hayas sincerado conmigo, así, de repente, con tanta facilidad…—Se dio cuenta demasiado tarde de que acababa de decir eso en voz alta. A Him Chan pareció divertirle.

—Si te soy sincero, al principio no me gustaste nada. Demasiado tímido y miedica. Pero has cambiado y has demostrado que podemos confiar en ti. Me gustas, chaval. Me alegro de que te perdieras en tu llegada a Tailandia y nos encontraras.—Young Jae estaba seguro de que nunca más volvería a escuchar unas palabras tan amables viniendo de la boca de Him Chan y las agradeció en su interior, a la vez que se odiaba un poco más.

—¿Os lo habéis pasado bien?—Yong Guk estaba en la puerta del garaje y los saludó cuando llegaron.

—¿Estáis despiertos?

—Nos hemos quedado jugando a videojuegos, ¿os apuntáis?

—¿Por qué no?—Preguntó Him Chan. Young Jae entró tras ellos, y mientras observaba la espalda de Yong Guk no pudo evitar sorprenderse de nuevo por la confianza y tranquilidad que el chico les ofrecía a los cinco. Al verlos llegar Dae Hyun pegó un brinco desde la silla y se les acercó, preguntándoles dónde habían estado.

Him Chan comenzó a responder, pero Young Jae se metió de por medio antes de darse cuenta de lo que hacía. No podía permitir que Dae Hyun supiera que había ido a un local de striptease. En realidad sabía que el otro no le daría mayor importancia e incluso se reiría e interesaría, pero no quería que lo supiera.

—Fuimos a bailar. Him Chan quería ir de discoteca.—Mintió, y se rebajó a dirigirle una mirada de súplica al aludido. Aunque éste pareció dudar unos instantes, debió creer que la vergüenza superaba a Young Jae y le dio la razón. Dae Hyun se quejó porque podrían haberle invitado y Him Chan se lo llevó con los demás dando excusas. Young Jae había podido salvar esa situación, pero se dio cuenta de que Yong Guk lo observaba y en sus ojos brillaba una chispa reveladora.

—No puedes decírselo, por favor.

—No lo haré. Eso es cosa tuya. Vuestra.

—¿Desde cuándo…?

—Desde que comenzaste a evitarlo, lo sospeché aunque la verdad, me sorprendió. Ahora me lo has acabado de confirmar. Pero tranquilo, los demás ni se lo imaginan.

—…

—Me voy a seguir jugando, apúntate.—Lo animó un sonriente Yong Guk, alejándose. Young Jae sentía los brazos, a ambos lados del cuerpo, muy pesados. No le sorprendía, aunque sí angustiaba, que el mayor lo supiera.

Yong Guk lo sabía. Sabía lo que él sentía por Dae Hyun, y sintió la vergüenza apoderándose de todo su cuerpo.

5 respuestas a 아무도 몰래 사랑해 Amudo mollae saranghae, capítulo 5

  1. Perry la berry dijo:

    Bueno, ya me habéis quitado toda esperanza con Yong Guk… pero bueno, os lo paso por alto por que está interesante XD.
    Muy bien, como siempre. Espero que Young Jae busque alguna forma de que los muchachos se libren de la trena. Por que con el cariño que les está cogiendo … mucho va a sufrir.
    Sólo una preguntita, si es posible, para hacerme una idea. ¿Cuántos capítulos serán? Es decir, vamos mas o menos por la mitad o …. (responded sólo si queréis, que es curiosidad mía, pero tampoco tengo por qué saberlo).
    Bueno, hasta la semana que viene! ^^

    • ari2pmam dijo:

      Sentimos haberte quitado toda esperanza de que la pareja fuera Yongguk y Youngjae. Eso sí, te cuento que @Jeannelok iba a hacer esa pareja, pero luego le dijeron que la pareja «oficial» de Youngjae era Daehyun, así que se quedó en ellos dos.
      De Yongguk te enamorará su bromance con Zelo, porque créeme, SON PRECIOSOS.

      En el tema capítulos, pues todavía te queda esperar para el final, porque no hemos llegado a la mitad, sólo te puedo decir eso XDDDD.

      Espero que aguantes todo el fic hasta el final y no lo abandones, porque créeme, es muy bueno.

  2. cekila85 dijo:

    woooa!!! Youngjae……………. me lo pinto dejando su amado trabajo pare seguir a su amado Dae Hyun!!! (sonríe estúpidamente). es muy buena la historia acepto que en los primeros dos capis no terminaba de convencerme pero esto se pone cada vez mejor, chicas gracias por compartir su ingenio maravilloso con gente como yo que a pesar de querer hacerlo el trabajo y el tiempo son enemigos terribles.
    Gracias de nuevo y sigan escribiendo tan lindo!!!! Saludos y abrazos de México!!

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