Autores invitados @Jeannelok
TE AMO SIN QUE NADIE LO SEPA
Tal y como había pronosticado Yong Guk, al día siguiente abandonaban el yate y regresaban a la ropa de siempre, camisetas de tirantes y pantalones tejanos cortos y rotos. El garaje los esperaba y Young Jae se sorprendió al pensar que había añorado el lugar.
Aprovechó para ir a casa al medio día y enviar un informe de la situación. Pronto recibió otro diciéndole que por desgracia estaban ocupados con otro asunto, y que de momento no podrían ocuparse del otro grupo pero que lo harían y que él siguiera con lo planeado. La banda a la que habían robado no era demasiado grande o importante, así que no le extrañó aquella respuesta.
Yong Guk les reunió entonces a todos para comentarles lo que había pensado hacer con el dinero. Su idea era dividirlo en diversas partes. Una se la guardarían para sí mismos. Las otras iban a donarlas. Orfanato, hospital de quemados y psiquiátrico coreanos. Unos en concreto. Young Jae sabía el por qué de sus decisiones. Por eso también supo que los demás no iban a negarse.
De cara a ellos, debía hacer ver que no tenía ni idea de por qué aquella decisión en particular, pero lo sabía todo por los informes que había estudiado, repasado y analizado durante largas noches.
Después de la conversación, el ambiente pareció apagarse un poco. Him Chan les dijo que iba a dar una vuelta y Jong Up se fue a encerrar en un cuarto del piso superior. Dae Hyun sonrió con pena y Young Jae se dio cuenta de que le miraba a él.
—Hyung, ¿vamos a comprar algo de cenar?—le preguntó Zelo a Yong Guk. Parecía no querer quedarse allí mucho tiempo más, con el ambiente que se respiraba. Young Jae sintió que el pánico le invadía cuando el mayor de todos aceptó la propuesta. Iba a quedarse a solas con Dae Hyun. Con un triste y abatido Dae Hyun desolado por los recuerdos.
Cuando Yong Guk y Zelo se marcharon, él no se atrevió a voltearse a ver al otro chico. Pero pronto, Dae Hyun habló. Sin que nadie le preguntase, quizá porque necesitaba sacar un poco de peso de su corazón.
—No te puedo contar sobre los demás, porque es cosa suya—comenzó a decir, con una voz que no era la suya. Young Jae se clavó las uñas en el pantalón—. Pero puedo hablar por mí. Estoy seguro de que te ha extrañado la idea de Yong Guk. El por qué de esos lugares en concreto. Nunca preguntas ni cuestionas nada, pero seguro que muchas veces sientes curiosidad.
—Yo… creo que es algo que os afecta y de lo que es mejor no hablar…—fue lo único que atinó a decir. Dae Hyun se acercó hasta él y se sentó en la silla de al lado. A Young Jae no le quedó más remedio que darse la vuelta y encararlo. Dae Hyun seguía dibujando una sonrisa llena de dolor que Young Jae no recordaba haberle visto nunca en aquellos meses. Y él no era el más indicado para consolar a nadie, además de que ya sabía lo que le iba a contar el otro chico.
—Por eso sólo hablaré por mí. Porque es algo que quiero que sepas.
—…
—Lo del orfanato… es por mí. Porque allí fue donde pasé mi infancia, hasta cumplir los siete años. No es que tenga muchos recuerdos del lugar, pero… fue importante para mí, claro. Allí aprendí a caminar, y pronuncié mis primeras palabras. Mi acento de Busán es en realidad por una de las cuidadoras, que para mí fue lo más cercano a una madre. Ahora están pasando por algunas penurias, y ella se puso muy enferma… siempre he querido ayudar de alguna manera. Pero… pero no sabía cómo preguntarle a Yong Guk si… si podíamos hacer lo que al final ha propuesto él. Siempre está atento a todo y a todos. Es un gran chico.
—Lo… lo es… —afirmó Young Jae, sin saber qué decirle.
—Un día—siguió— estábamos de excursión todos los niños del orfanato. Yo había visto a muchos niños y niñas ir y venir, pero yo siempre quedarme. Fui bastante rebelde, porque no quería que me separasen de la cuidadora que te he dicho—rió—, además de ser uno de los mayores. Veterano, digamos. Cuando alguna familia mostraba interés por mí, me esforzaba en quitárselo. El caso, es que ese día de excursión, estábamos en un parque cuando una de las niñas recién llegadas se perdió. No lo recuerdo muy bien, pero creo que le habían quitado la custodia a sus padres porque le pegaban. Por desgracia, le habían dado la libertad a la madre y aprovechó ese descuido para cogerla. Yo fui el único en darme cuenta y fui detrás de la mujer, ¡qué idiota por mi parte! No sé por qué no avisé a ningún adulto. Pero el caso es que me encaré a ella y al final soltó a la niña, que corrió a refugiarse detrás de mí.
Young Jae escuchaba más atento de lo que se esperaba. No sabía los pormenores de lo sucedido, sólo que Dae Hyun era un chico adoptado. En realidad, sabía que de haber sido cualquier otra persona, lo más probable sería que no le interesase tanto.
—Tengo el recuerdo un poco confuso, pero sé que me golpeó y me sangraba la cabeza. Un hombre grande… me pareció enorme, un gigante, con el cabello negro como el fondo de un pozo por la noche y que olía a una colonia cara, se puso frente a nosotros y la agarró del brazo. Creo que le hizo daño, porque la mujer gritó. La niña detrás de mí lloraba, porque tenía miedo de su madre pero tampoco quería que la hicieran sufrir. Sí que sé que pensé que era estúpida, yo no habría llorado así por los padres que me habían abandonado al nacer, ¿por qué lo hacía ella por una que la hacía sufrir? El caso es que ese hombre… después de llevarnos con las cuidadoras y llevarse a la mujer a la policía, regresó a los pocos días. Quería adoptarme. Me dijeron que me había alabado por mi valentía. Por primera vez, sentí interés por alguien. Pero no quería marcharme de allí, así que el hombre volvió… y volvió… y al final…
— ¿Te adoptó?—Dae Hyun sonrió como toda respuesta y después asintió.
— Creo que nunca seré capaz de agradecérselo del todo. Pero no he podido olvidar a la gente que me cuidó en el orfanato. Los chicos y Yong Guk lo saben…
—Bonita historia…—no supo qué más añadir. Quería huir de esa situación. Él… huir. No se reconocía.
— ¿Bonita historia? ¿En serio, me vas a decir eso? ¿Estás bien, Young Jae?—Dae Hyun parecía tan sorprendido como él mismo. Se sonrojó y apartó la mirada de nuevo. —Llevas días comportándote así. Siempre has sido parco en palabras, pero rehuirrme la mirada de ese modo…—Dae Hyun se había levantado y al instante plantó la cara frente a él— Sé que te he hecho algo, pero no el qué.
—No… no. Sólo que hace calor, eso es, hace calor y estoy un poco mareado. Creo que voy a salir a dar una vuelta mientras traen la cena.
—No es que fuera haga mucho menos calor. —puntualizó Dae Hyun. Young Jae enarcó una ceja, en eso tenía que darle la razón.
— ¿Podrías apartarte un poco?—le pidió al fin, siendo incapaz de aguantar mucho rato más la cercanía de sus rostros. Al parecer el otro no recordaba que se había acercado tanto y se alejó de él—De todos modos, saldré.
—Te acompaño.
—No hace falta. Quiero estar solo. Avisadme cuando vuelvan. —en realidad no quería cenar allí. El ambiente iba a estar demasiado tétrico y tenso hasta para él. Sin esperar a que Dae Hyun respondiera, se puso en pie de golpe. Sabía que estaba haciendo mal. Que el otro se había sincerado con él y que necesitaba de su compañía, que los recuerdos podían ser dolorosos y que era el momento idóneo para extraer información interesante. Pero por primera vez en su vida, Young Jae no se sintió con fuerzas de ser un buen policía y sólo quiso pensar en sí mismo y en su salud mental.
Se fue de allí, sintiendo en su nuca la mirada de Dae Hyun y sintiéndose mal policía y mal… ¿amigo?
Dos noches más tarde, el ambiente en el garaje volvía a ser el de siempre. Los chicos bromeaban tras un día de duro trabajo (arreglando coches, le decían a él), mientras que Young Jae se había ido a pasear por la ciudad. Comenzaba a agobiarse encerrado en el piso, pequeño y oscuro. Se estaba acostumbrando a la luz solar, la compañía, el ruido. Se estaba convirtiendo en un Young Jae que no conocía.
Cenaron entre risas y chistes malos, de los que no pudo evitar carcajearse también. Se percató de que de vez en cuando Dae Hyun se quedaba mirándolo fijamente, y a su vez Yong Guk. La situación le ponía de los nervios, porque nunca había vivido ninguna igual. Parecía sacada de una novela barata.
Cuando recogieron todo, Jong Up acabó tirado de cualquier manera en el sofá, Zelo jugaba con el patinete de un lado para el otro esquivando las motos, Himchan y Daehyun miraban algo en el portátil y Yong Guk estaba recostado en una silla, con los ojos cerrados escuchando música.
Justo cuando estaba a punto de decir que se marchaba, porque el ambiente estaba aburriéndolo, Yong Guk abrió los ojos y le hizo un gesto con la cabeza para que lo siguiera arriba. Obedeció, intrigado, aunque una parte de sí sabía a la perfección de qué quería hablarle, y poco después ambos estaban apoyados en la barandilla del piso superior, observando al resto del grupo.
—No me gusta entrometerme en la vida de los demás—comenzó diciéndole Yong Guk—, pero no puedo evitar preocuparme por mis amigos. No sé qué ha pasado entre Dae Hyun y tú, pero está pasándolo mal. No recuerdo haberle visto así en mucho tiempo… en realidad, sólo está en este estado cuando se pelea con alguno de nosotros, ¿os habéis peleado?
—No, claro que no… Dae Hyun es un buen tipo. Muy buen tipo, ¿por qué debería haberme peleado con él?
— ¿Estás seguro? No me cabe duda que os ha pasado algo, y no me gusta verle así.
—No te preocupes. Voy… voy a hablar con él. Pero en serio, no sucede nada. —Yong Guk no parecía muy convencido de sus palabras y lo observó durante unos instantes, antes de suspirar, sonreír y apoyar la mano en su hombro.
—Si me dices eso, te creeré. Venga, bajemos. —Young Jae se armó de valor. Tras lo que acababa de prometerle a Yong Guk, no le quedó otra que ir a pedirle a Dae Hyun que lo acompañase a un sitio. Cuando estuvieron fuera y el otro le preguntó dónde quería ir, Young Jae siguió caminando sin abrir la boca. Dae Hyun insistió un par de veces, hasta que se cansó y se detuvo en medio de la calle.
—Yo…—intentó decir. El otro le escuchaba expectante— Siento… Mi comportamiento hacia ti estos días. —soltó al fin. Un gran peso que tenía dentro fue liberado y se sintió mucho mejor que cinco minutos atrás. Esperó una respuesta por parte del otro chico, quien se limitó a quedarse mudo de pie, mirándolo como si fuera un extraterrestre.
— ¿Puedo saber por qué te molestaste?—Young Jae negó enseguida con la cabeza— ¡Vaya! Creo que estoy en mi derecho pero… respetaré tu silencio al respecto. La verdad es que lo estaba pasando mal… No entendía qué te había hecho, ni por qué me evitabas. Yo pensaba que incluso habíamos mejorado nuestra relación. Me caes bien y me gusta mucho estar a tu lado. Haces que me relaje. —cada palabra que pronunciaba era una puñalada en pleno pecho que no sabía cómo encajar. Dae Hyun le dedicó otra de sus tiernas, inocentes y sinceras sonrisas, que hizo a Young Jae preguntarse por enésima vez cómo habían llegado hasta aquella situación.
Maldita sea, se dijo, ¿qué narices te pasa? ¿Por qué estos chicos te provocan tantos desbarajustes? Recuerda quiénes son… y sobre todo, recuerda quién eres y si seguirán siendo tan simpáticos contigo cuando los metas entre rejas.
—Sólo te diré que no fue problema tuyo. Es algo… algo personal. No tienes por qué hacerme caso. No intentes entenderlo, porque yo no lo hago…—fue bajando la voz a medida que hablaba, sin darse cuenta. No se percató hasta que escuchó al otro chico reírse de él, logrando sonrojarlo de nuevo. Sonrojarse era otra cosa que le provocaban y a la cual no estaba acostumbrado.
Siguieron caminando un rato. El semblante de Dae Hyun cambió por completo, y no sólo volvió a ser él, sino que estaba incluso más animado que de costumbre. Young Jae no podía evitar contagiarse de su alegría, y se preguntó si los estaría viendo alguno de los policías encubiertos, y qué pensaría.
Si los superiores decían algo de esa íntima relación que tenía con los chicos, les recordaría que era todo parte de la actuación. Claro que sí. Nadie tenía que enterarse de lo que sucedía en realidad, y él mismo no acababa de encajar. No tenían por qué saber que se estaba encariñando con ellos, y los apreciaba. Porque él no era otra cosa que un traidor. Un policía traidor. Un amigo traidor.
Una hora más tarde regresaban al garaje, y se encontraron con que había problemas. Yong Guk, Jong Up y Himchan se habían colocado frente a Zelo formando una barrera, aunque el más joven era tan alto que sobresalía por detrás de ellos. El mayor parecía estar discutiendo con unos desconocidos que soltaban improperios y señalaban al pequeño. Se acercaron deprisa a ver qué sucedía y entendieron que decían algo del patinete. Lo vieron entonces tirado en el suelo destrozado, y un coche justo al lado, así que se imaginaron la situación.
— ¡Era su obligación mirar por dónde conducía!—Gruñía Yong Guk, ignorando a la gente congregándose a su alrededor. Young Jae se dio cuenta entonces de que era una suerte que no se enfadase muy a menudo, porque su tono de voz de por sí grave era incluso más profundo y sobre todo, aterrador.
— ¡Ese chico salió de repente!
— ¡No es verdad!—Intervino Himchan. Tenía el cabello negro perlado de sudor, algo que por lo general le irritaba pero que en esos momentos, no parecía notar— ¡Lo he visto, y…!
— ¡Malditos niñatos extranjeros!—Gritó enfurruñado otro de los tipos, grandote y moreno de piel, sin dejarle acabar— ¡Volveos a vuestro país y no creéis más problemas!—Esa frase fue la llama que encendió la mecha y Young Jae se lanzó a por el brazo que Yong Guk levantaba a punto de estrellarlo en la cara de ese hombre, mientras Dae Hyun hacía lo propio con Himchan. Jong Up fue el único que se mantuvo alerta pero sin querer mostrar fuerza bruta, y eso que era el más fuerte entre ellos.
Young Jae tuvo serios problemas sujetando ese brazo, pero logró que poco a poco lo bajase. A pesar de todo no lo soltó, notando cómo temblaba a causa de la ira. Quiso acabar con eso cuanto antes, o llegaría la policía y empezarían los problemas de verdad.
—Vamos a ver—comenzó a decir, en perfecto tailandés. Los chicos nunca le habían oído hablar en el idioma, así que se voltearon a verlo sorprendidos—. Esta discusión no lleva a ninguna parte, y nada tiene que ver que seamos jóvenes o extranjeros—soltó a Yong Guk, quien seguía teniendo el brazo tenso, para encarar a esos hombres. Bajó la voz, para que sólo el que parecía el cabecilla pudiera escucharlo—. No sé si sabes que te estás metiendo en un buen lío. Más que nada, porque estos niñatos extranjeros provienen de algunas de las familias mafiosas más importantes de Corea—no era del todo cierto, ni falso, pero impregnó las palabras de toda la solemnidad que poseía para convencer al hombre y meterle miedo en el cuerpo—. Yo de vosotros me iría por patas ahora mismo. —Se separó de él, esperando su reacción. El tipo lo miró con inseguridad unos segundos, pero al final decidió creerle y gritó que iba a dejarlo estar y que se iban. Sus amigos protestaron, pero él insistió en que tenían que marcharse y poco después la gente se marchaba también.
Se sintió satisfecho. No por los chicos, sino por él mismo, ya que la llegada de la policía habría supuesto un problema en sus planes. Se volvió hacia ellos, y se encontró a Yong Guk con las manos sobre los hombros de Zelo y el semblante serio, preguntándole cómo se encontraba. Aunque el pequeño le sacaba varios centímetros, durante unos instantes el mayor impuso tanto que esa diferencia de altura pareció hasta desaparecer.
—No sabía que dominabas así el tailandés, ni sé qué les has dicho, señor caja de sorpresas—le dijo Dae Hyun, acercándose a él—, pero… increíble. —Le apoyó una mano en la espalda y Young Jae sintió que le ardía incluso a través de la ropa. Se giró a mirarlo. No podía negarlo más. No podía hacerlo. A pesar de la situación en la que se encontraba. Se forzó a mirar de nuevo la escena que estaba sucediendo entre Yong Guk y Zelo. El mayor estaba abrazándolo, confortándolo y diciéndole que no podía permitirse perderlo, que tuviera más cuidado porque era parte de su familia.
— Jun Hong—le decía, cuando al fin pudo escucharles—, eres irreemplazable, ¿entiendes? No puedo permitir que te suceda nada, nunca me lo perdonaría.
—Hyung… lo siento, salieron de repente y…
—Lo sé, lo sé… sólo… ten cuidado, ¿vale? Sabes que daría todo lo que tengo con tal de que estés a salvo. —Young Jae comprendió entonces qué debía hacer. No era algo que pudiera cumplir entonces, sino más adelante, pero se lo debía a Bang Yong Guk, recordó. Se giró, encontrándose de nuevo con Dae Hyun, quien seguía teniendo la mano sobre su espalda pero que también miraba a los dos casi hermanos. Con él no sabía qué hacer. Su gran problema.
¿En serio se… había prendado de él?
No!no!no! Se me ha hecho demasiado corto! >_<
Sé muy bien lo trabajoso que es escribir un capítulo en condiciones, y también soy de las que les gusta llevar las historias con tranquilidad. Vamos, que me gusta hacer pasar a mis personajes por muchas cosas antes de juntarlos finalmente. Pero en serio, ¡me estáis matando! XD Sobretodo por que me lo estáis juntando con el que no me esperaba en un principio. Yo es que a Yong Guk le tengo cariño, y estoy viendo que nanai, que el triángulo amoroso va a ser difícil (aunque espero equivocarme). Pero me gusta, no os creáis que no disfruto leyéndolo. Que sepáis que es el primer fanfic que sigo semana a semana. Normalmente me busco alguno acabado (para no tener que esperar), o si es semanal, termino perdiendo el interés a los pocos capítulos. Pero con este no creo que me pase.
He sufrido por mi pequeño Zelo, pero no ha sido nada grave, menos mal. Y temo por los chicos, por que el palo que se van a llevar va a ser más grande que el que se ve en el vídeo cuando se enteren de lo de Young Jae.
Bueno, a esperar una semanita más para el próximo cap. (Ahora ya sé lo que deben de sentir mis lectores)
Espero que no pierdas el interés en el fic, porque créeme, lo que te queda por leer tendrá tela marinera. Muchas gracias por comentar ^^
DIOS!!!!! Estuvo muy bueno!!!!! me quede con ganas de más!!! quiero que ya sea jueves de nuevo!!! No saben como me encantan los fic’s que ustedes escriben.
GRACIAS por esforzarse y entregar tan buenas historias SARANGE!!!!
Muchas gracias a ti por comentar y nos alegra mucho que disfrutes de nuestros fics, gracias ^^
BUEN CAPITULO AUN QUE SE M HIZO CORTO ME ENTRA ANSIEDAD POR SABER MASSS ESPERO YA EL PROX . SALUDOS
Una cosita, ¿podrías escribir en minúsculas? Es que en mayúsculas significa que estás gritando
Cada vez me gusta más, muy buen trabajo, y como siempre nos dejas con ganas de más. Sólo espero que acabe mejor que el video musical, porque no me gusta ninguno de los finales!! Quiero un happy end!!!!!!!!
Todavía quedan varios capítulos para que sepas la respuesta. Yo ya la sé por cierto, pero pienso quedarme calladita XD