“비밀” Bimil – secreto. Capítulo nº 16

por Nuna y @Jeannelok

Cuando Mastermind vio entrar a su despacho a Seung Min y la miró a la cara, supo que algo ocurría. Conocía lo suficiente a la chica como para saber que algo andaba mal con ella. Maldita fuera su suerte… aquel día había tenido que enfrentarse al férreo y frío general Yang, que había venido a visitar a su hijo y en aquellos momentos estaba con él. No necesitaba más vibraciones negativas… ¿qué pasaba ahora con Seung Min?

Antes de preguntarle qué sucedía, vio que, lejos de cerrar la puerta tras ella, le hacía señas a alguien más para que entrara.

Era Soo Min. Y la expresión de ésta no era menos sombría.

– ¿Hay alguna novedad con Seungho? – dijo levantándose, alarmado.

– Todo igual con él – murmuró la agente.

Mastermind la observó detenidamente, y luego pasó a mirar a Soo Min. Detectó un sutil cambio en la actitud de las dos hermanas, algo que resultaba extraño al margen de que sus caras eran de funeral. Contrariamente a lo que era usual, Soo Min le estaba mirando directamente, con un punto de desafío que le resultó totalmente novedoso. Mientras tanto, Seung Min mantenía una posición más esquiva; evitaba la mirada de su hermana y retorcía sus manos con nerviosismo.

¿Se habían peleado? ¿Qué les ocurría?

– Sentaos – les dijo. No tardarían en satisfacer su curiosidad, porque si estaban allí era para eso.

Cuando ellas tomaron asiento, cruzó las manos, apoyó los codos en la mesa, y esperó pacientemente a que comenzaran.

Soo Min lo miraba sin decir nada, y Seung Min seguía con la vista perdida en algún punto del suelo a su lado.

– ¿Váis a decirme qué ocurre? – preguntó.

– Ella… lo sabe todo – murmuró Seung Min.

Mastermind inclinó la cabeza con un interrogante en los ojos.

– ¿Saber qué?

– Todo…

– Seung Min… ¿todo el qué?

La chica por fin lo miró directamente. Tenía los ojos húmedos.

– ¡Todo jefe! Quién es ella, quién soy yo… lo que somos. Quién era nuestra madre. ¡Todo jefe!

Mastermind tardó unos segundos en reaccionar, durante los cuales alternó la mirada entre las dos hermanas. Se levantó y les dió la espalda mientras miraba por la ventana. Todavía no sabía si aquello era beneficioso, o si por el contrario, era un contratiempo, pero no era capaz de soportar la forma en que Soo Min lo observaba. En sus ojos había demasiada dureza, quizás rencor.

– ¿Desde cuándo? – preguntó.

– Desde hace algunos años – respondió la voz fría de Soo Min -. Primero fueron recuerdos aislados de Seung Min, y de alguna manera supe que alguna vez tuve una hermana. Luego, poco a poco, fui recordando más cosas.

– ¿Cuánto recuerdas?

– Éramos muy pequeñas cuando nos separaron. No sé por qué, nunca se lo pregunté a mamá. Pero sé que tú tomaste la decisión. Recuerdo que justo antes de salir precipitadamente de casa aquella noche, tú estabas allí.

– Sí, estaba. Teníais seis años.

– ¿Fué decisión tuya?

– Sí lo fue. Supongo que tendrás preguntas al respecto.

– Solo una. ¿Por qué?

Mastermind se dio la vuelta y la enfrentó.

– Para protegeros… de ellos. Os estaban buscando, a ti y a Seung Min. Buscaban a las mellizas nacidas de madre gumiho y padre inmortal. Pensaban que una de las dos era la que cumpliría la profecía en la que creen ciegamente.

Soo Min se tomó unos segundos para pensar en sus palabras. La hostilidad de su mirada cambió al asombro.

– No… no sabía nada de eso… pensé que…

– Si estábamos separadas era más difícil que nos encontraran – intervino Seung Min -. Te buscaban a ti, porque sabían que una de nosotras tenía el poder mágico y la otra el físico. Pensaban que eras tú a quien buscaban. Mamá cambió de nombre, y te registraron como su hija adoptiva para despistarlos completamente. Yo quedé a cargo de los amigos de papá.

– ¿Papá? No tengo recuerdos de papá – los ojos de Soo Min manifestaron la emoción.

– Tu padre… era mi amigo – dijo Mastermind -. Fue asesinado por ellos cuando se declaró neutral. Antes de conocer a vuestra madre era un pez gordo de su organización, pero cuando lo mataron él ya les había abandonado y vosotras veníais en camino. Suponía un peligro que alguien con tanta información como él pudiera colaborar con nosotros, así que…

– Un momento… ¿por qué a los seis años? – preguntó Soo Min

– Pensábamos que estábais seguras. Vuestro padre lo había dispuesto todo mucho antes de abandonarles. Estaba enamorado de vuestra madre y quería alejarse de ellos. Durante mucho tiempo después de su muerte, no hubo ningún problema, ellos no sabían ni de vuestra existencia… hasta que alguien, algún antiguo amigo de vuestro padre, o algún topo en nuestra organización, nos traicionó. Afortunadamente siempre tuvimos la precaución de no relajar la seguridad, y aquella noche en que atacaron pudimos huir y esconderos. Atrapamos a uno de ellos y le hicimos cantar. Así nos enteramos de sus planes, y tuvimos que tomar medidas.

– Papá… nunca me había detenido a pensar demasiado en él… – murmuró Soo Min, con las lágrimas resbalando por su cara.

Mastermind abrió un cajón de su escritorio y sacó una foto que le mostró.

Soo Min la cogió en sus manos temblando. Había tres hombres. Uno de ellos era una réplica juvenil y sonriente de Mastermind, y Soo Min supuso que era él con algunos años menos. A su lado había un hombre moreno alto y apuesto. Reconoció en ese rostro sus ojos y los de su hermana. Aquel era su padre.

– Es este, ¿verdad? – sollozó mientras lo señalaba.

Escuchó un gemido de Seung Min mientras veía cómo Mastermind asentía.

– Puedes quedártela – le dijo -. Tu hermana tiene otra copia. Esta la tenía preparada para ti. Esperaba el día en que pudiera tener esta conversación, aunque tengo que decir que ha sido más pronto de lo que esperaba. ¿Por qué fingías no saber nada, Soo Min?

Entre sollozos, la chica les explicó que sabía que algún peligro las acechaba a ella y a su madre. También se dio cuenta al recuperar sus recuerdos, que su madre evitaba hacer nada mágico delante de ella, por lo que supuso que estaba intentando mantenerle en secreto su condición. Ella era feliz pensando que Soo Min no sabía nada, así que, para que no se preocupara, ella trató de mantener el secreto también, en espera de que algún día su madre se lo contara todo por ella misma.

– ¿Desde cuándo sabes quién es Seung Min?

– La vi alguna vez acechándonos, hace tiempo. Supongo que antes de convertirse en agente, porque a partir de un cierto momento, sólo la intuia, pero no era capaz de verla. Vi sus rasgos y lo supe. No nos parecemos demasiado, pero Seung Min era la versión adulta de la niña que yo recordaba. Verla me ayudó a recordar qué éramos. Sé que cuando vivíamos juntas mi madre a veces hacía cosas extrañas, y sé que yo también podía hacerlas. Investigué y descubrí lo que éramos, pero yo ya no tenía ningún poder, así que estuve muy cofusa durante un tiempo, dudando entre si recordaba algo real o eran fantasías. Al ver a Seung Min aquella vez supe que no lo eran, y de repente los recuerdos vinieron en torrente. Pero nunca supe por qué no estábamos juntas, ni por qué la gente decía que ella era mi madre adoptiva cuando yo sabía que no lo era…

Soo Min miró a su hermana, y agarró una de sus manos.

– Si alguna vez, después de que comenzara a recordar, hubiera vuelto a verte, te habría preguntado. Pero te volviste muy escurridiza, y la siguiente ocasión en la que estuviste cerca fue la noche en que mataron a mamá – sollozó al recordar aquello.

– ¿La mataron? ¿No se la llevaron? – preguntó Seung Min con ansia.

– Mamá brilló y luego desapareció. La mataron – contestó su hermana con rabia.

Las dos hermanas se miraron, y Mastermind pudo sentir cómo se establecía entre ellas una conexión muy profunda.

– Todo fue tan rápido después de eso – siguió diciendo Soo Min -. La muerte de mamá… yo no sabía quiénes érais, sabía que estabas cerca, pero ¿cómo podía decirles a los demás que ella era una gumiho a la que había asesinado uno de esos perseguidores que yo recordaba? ¿Inmortales, les llamáis? No pude decirle la verdad a Seungho, y tú eras tan hostil…

– No quería que me descubrieras – dijo Seung Min -. Si no me mantenía alejada corría el riesgo de decírtelo todo. Luché con ellos para postergar ese momento… ya era bastante haber perdido a mamá como para enterarte de todo lo demás. Creía que estabas convencida de que tú y mamá érais humanas… ¿Cómo iba a…?

Seung Min rompió a llorar, y su hermana apretó aún más fuerte la mano que tenía entre las suyas.

– Recuperaremos todo ese tiempo, te lo prometo.

Mastermind estaba emocionado. Las hijas de su mejor amigo, separadas forzosamente, volvían a encontrarse, y él era testigo de ello. Él habría estado muy orgulloso de ellas, y quiso pensar que podía verlas a través suya, de alguna manera… sin embargo…

– Soo Min, si no querías hablar, si no lo descubriste todo por tu hermana y lo sabías de antemano, ¿por qué revelarlo ahora?

– Porque he estado viendo lo que sucedía a mi alrededor. ¿Un grupo de agentes especiales protegiendo a una víctima en un piso franco? No era una investigación normal y lo supe desde el principio. Mi hermana no estaba receptiva, no respondía a mis acercamientos, así que callé para intentar ver qué sucedía. Supe que el equipo tampoco comprendía lo que ocurría por la forma de interrogarnos. Pero a partir de cierto momento, empezaron los susurros, las conversaciones que cesaban cuando yo entraba en la habitación, los ojos de asombro, las caras de incredulidad. Supe que nos estábais protegiendo de algo que no era normal… y llegué a la conclusión de que ellos habían vuelto. La confirmación la tuve cuando vi lo que ellos le hicieron a Seungho y a los demás. Son un equipo de élite… y casi los matan a todos. Había pensado revelaros todo en cuanto vi lo malheridos que estaban, pero esta noche… esta noche noté el poder crecer en mí. Pensé que lo había perdido pero creo que está volviendo, y no entiendo por qué, pero sé que puedo ser útil.

– De ninguna manera – gritó Seung Min -. No dejaré que te pongas en peligro.

– Seung Min, si lo que recuerdo es cierto, en plenas facultades soy más fuerte que tú. Y tú luchas.

– ¡No! ¡No lo permitiré!

Mastermind las recordó peleando cuando eran pequeñas… había cosas que nunca cambiaban. Sin embargo la discusión fue interrumpida por una llamada. Mastermind no quería atenderla, pero la insistencia de su secretaria le hizo preguntarle si no se trataba de algo urgente.

Y vaya si lo era. Abrió los ojos como platos mientras escuchaba la voz al otro lado del aparato. Y después una gran sonrisa cansada apareció en su rostro.

Las hermanas seguían discutiendo cuando él colgó.

– Chicas… – las llamó, pero ellas no le escucharon -. Chicas, atended, ha ocurrido algo. ¡Chicas!

Ellas por fin le prestaron atención.

– Es el agente Seungho. ¡Acaba de despertar!

***

Mir bostezó, cabeceando. Había perdido la cuenta de los días que llevaba allí esperando al lado de la cama de Sun Nyu a que la muchacha despertase. Sabía que estaba bien, simplemente recargando energía, pero le preocupaba que tardase tanto en hacerlo. Se levantó del asiento y estiró las extremidades para desencajarlas.

Seungho seguía en coma. Mejoraba lentamente de las heridas, pero parecía no tener prisa por despertar. Mir se sentía totalmente desesperado ante ambas situaciones, quería verlos a ambos de nuevo despiertos. A él guiándolos como buen líder, lanzándoles miradas oscuras cuando se enfadaba y riéndose al instante siguiente. A ella, correteando de un lado al otro y molestándolo.

Se volvió a observarla de nuevo.

Sun Nyu era bastante bonita. Su piel era blanca y fina como la de un bebé (hasta donde había podido adivinar desde que prácticamente se bañó con una al no saber qué era, no usaba cremas ni semejantes). Sus ojos, enormes, los más grandes que nunca había visto. Resaltaban todavía más porque las otras facciones de su rostro, nariz y boca, eran bastante más pequeñas.

Se acercó a ella y le acarició el cabello ondulado (tan poco común en Corea). Estaba cansado de verla allí tumbada, tan apagada.

Sus dedos pasaron el cuero cabelludo y tocaron sus orejas, dibujándolas por fuera. De repente se había sentido extasiado por recorrer sus facciones con los dedos, como si así su cerebro fuera a almacenarlas más en profundidad, incluso si para su privilegiada memoria visual ya lo estaba.

De repente, el cuerpo de Sun Nyu se sacudió. Una, dos, tres veces. Y de repente, sus ojos se abrieron y observaron el mundo durante unos instantes como si fuera la primera vez que lo veía.

Al percatarse de su presencia, le miró y sonrió dulcemente aunque algo atontada.

-Buenos días.-musitó.

Mir la observó sin saber qué decir, arrugó la frente y le dio la espalda.

-Buenos días, dice… ¿por qué has tardado tanto en despertar?-se dio la vuelta de nuevo, con las manos sobre las caderas.

-No quería dejarle solo pero… ya lleva mucho allí. Tenemos que despertarle.

-¿De qué estás hablando?-y sin darle ninguna explicación más, Sun Nyu se levantó de la cama de un salto, sin tambalearse ni dar ninguna muestra de debilidad, y le pidió que le dijera dónde estaba el cuarto de Seungho.

***

Seungho se sintió fastidiado cuando Sun Nyu lo regañó de nuevo y se fue. Había perdido la noción del tiempo, pero se estaba acostumbrando a aquella ¿vida? Donde podía ver a su madre cuando quisiera, y la chica de vez en cuando iba a verle.

Le hablaba, siempre de manera algo misteriosa, pero al menos le ofrecía compañía. Y cuando más tiempo pasaba allí dentro, más le costaba recordar qué era lo que estaba abandonando si no se esforzaba por despertar.

-¡A tus compañeros, a tus amigos, a…!-decía una parte de sí mismo. Escuchaba la voz de su madre, borraba aquellos pensamientos.

Volver a ser un crío no estaba tan mal.

-Seungho…-conocía muy bien a quien le estaba llamando. Había decidido echarlo de allí, no quería verlo, no. No le apetecía saber nada de aquel desalmado- Seungho…-pero de repente sonó tan lastimero…

En la habitación donde residía, inmóvil, el cuerpo de Seungho, entró un hombre alto y fuerte, de cabello entrado en canas. Tenía el rostro duro, con cejas y ojos pequeños. Los hombros y la espalda rectos y un porte distinguido. La mirada, cansada.

Se acercó a la cama. Acercó un brazo y… lo volvió a bajar.

Decidió sentarse en una silla.

Le habían dicho que su hijo, allí tumbado, estaba recuperándose lentamente de las heridas físicas, pero que a pesar de todo eran positivos respecto a su estabilidad física. Sin embargo, algo sucedía que le impedía despertar. No estaba en sus órganos o cabeza, entonces… ¿por qué no despertaba?

-Seungho…Seungho… ¿tan débil eres?-le preguntó, consciente de que al otro lado de su mente, el joven quizá podría escucharle-. No te criamos para ser un niñato que se recluye en sí mismo cuando tiene miedo… ¿es que te duele? Las heridas solo te harán más fuerte. Deberías estar orgulloso de ellas-miró hacia un lado. Se sentía desestabilizado al observar el paliducho y cada vez más delgado rostro de su hijo-. Mastermind me ha dicho que no hay nada que te impida despertar, así que no entiendo que les hagas sufrir tanto. Quizá es que en esta familia decidisteis todos ser unos egoístas…

Seungho quiso patearlo, ¿cómo se atrevía a decir toda aquella palabrería? Fuera, TENÍA que echarlo de allí.

Mamá… mamá…

-Ella siempre me lo dijo: «Siento ser así de egoísta. Cuida de Seungho.» ¿Ahora quieres irte a su lado y darle más trabajo? Sí… has salido totalmente a ella. Solo pensando en ti mismo.

Mir notó la mano de Sun Nyu sobre su hombro, deteniéndolo. Uno de los guardas les había dicho que el padre del agente Yang Seungho estaba en su cuarto y que había pedido que no hubiera interrupciones, así que se quedaron fuera escuchando. Sin embargo, las palabras del hombre estaban poniendo a punto de ebullición la sangre del chico. Quería entrar y callar su boca a base de puñetazos.

Sun Nyu parecía tener otros planes.

-Escucha bien, Mir. Escucha su voz, no solo quieras ver sus palabras.-quería decirle que aquello no tenía sentido, pero la mano de la gumiho seguía apretando su hombro y él al menos le debía ese favor. Además, si cometía cualquier locura y la chica se veía involucrada en ello no se lo perdonaría jamás.

-¿Me harás quedarme también a tu lado, viendo como te consumes día a día? Te puedo asegurar que con tu madre, tuve suficiente. Por una vez, podría ser yo el que se consumiera y vosotros los que me cuidarais… pero no, no voy a hacerte pasar por algo así. Cuando tenga que irme, simplemente me iré. Fue otra de las cosas que le prometí a tu madre. No hacerte sufrir por mi causa, ¿de verdad me vas a dejar como el malo, rompiendo cada una de mis promesas? Seungho, tienes que vivir y demostrarle a tu madre lo saludable que estás. No…no…-pareció atragantarse con las palabras. Su hijo, de repente, no quería callarle- No la hagas llorar de nuevo. Sus lágrimas eran demasiado dolorosas, porque solo se le escapaban cuando el padecimiento era insoportable. Las noches…-se calló, y de repente el joven entendió algo. Sun Nyu se lo había intentado hacer ver, pero él fue un ciego.

Mamá…

-Seungho, eres un soldado. No puedes dejar a tus subordinados. Hijo… despierta.

Había escuchado aquella petición muchas veces desde que estaba allí tumbado. De muchas bocas diferentes, sin acabar de descifrar de cuál era cada una. Y todas esas veces había hecho oídos sordos de las palabras, porque no le interesaban. Allí estaba bien… ¿no?

Su frustración… la había pagado con la persona equivocada. Se estaba portando mal, estaba haciendo mal… ¿qué clase de líder era?

Su padre pareció ser la llave que le faltaba para decidir dar aquel paso.

Forzó la respiración. Se mordió el labio. No, no pertenecía allí, tenía que… debía… quería…

La luz, aunque era tenue, le cegó durante unos instantes. Parpadeó veloz unas cuantas veces, intentando acostumbrar los ojos a ella.

Su padre no se percató de que él había despertado, porque por primera vez desde hacía muchísimos años, estaba aferrado a su mano, hundiendo la frente en ella, quizá suplicando.

Seungho se prometió no decirle nunca a nadie lo que había escuchado y visto en aquella habitación. Su padre se merecía mantener la imagen de super héroe. Aunque al fin se había ganado, para él, la de super padre.

No se escuchó nada al otro lado durante unos instantes, y Mir se temió lo peor. Hasta que una sombra oscura cruzó el rostro de Sun Nyu. Un susurro… una silla cayendo al suelo…

-¡¡Hijo!!-y Mir y Sun Nyu entraron en el cuarto. Mir no recordaba cuándo fue la última vez que había llorado, pero sin percatarse de ello, tenía el rostro totalmente empapado por las lágrimas.

-¡Jod*r líder, ya te vale! ¡¡Bienvenido!!

***

Habían bajado las luces y habían repartido velas por toda la habitación. Era el ritual que acostumbraban a seguir cuando hacían este tipo de cosas.

Él siempre había sido más tradicional, de hecho, había sido más descuidado y no atendía esa clase de detalles. Romanticismo cero. Iba a lo que iba y punto. De hecho, era algo que solía advertir a las mujeres con las que se relacionaba, directamente y desde el principio. Cualquiera que estuviera con él, debía entender que no buscaba nada a largo plazo; ni siquiera buscaba algo a medio o a corto plazo. ¿Era tan difícil entender que sólo quería pasar un buen rato?

Se había cansado de explicárselo a muchas de esas que a veces le reventaban el móvil personal con llamadas y mensajes. Una incluso amenazó con suicidarse cuando no sacó de él más de lo que podía darle. Por supuesto, no lo hizo, y él tampoco la tomó en serio, como a las otras.

A veces, cuando hacían aquellas salidas, se preguntaba si lo que fallaba con él era precisamente el romanticismo. Se había dado cuenta de que existían chicas como él, que no querían nada más allá de un buen revolcón, pero también se había dado cuenta de que les gustaba aquel tipo de parafernalia.

Su compañero se lo había enseñado.

Siempre pensó que, probablemente, era el ligón del grupo… qué equivocado estaba.

Miró hacia donde estaba su compañero, sepultado entre dos cuerpos femeninos. Al principio le había costado acostumbrarse a compartir con él esos momentos íntimos, pero las tres mujeres que tenía en ese momento a su alrededor hacían, como aquella primera vez, que se olvidara completamente de que no estaba solo con ellas.

De hecho, era bastante excitante ver a las que se retorcían alrededor del otro hombre.

Y también había descubierto que las relaciones en grupo eran una historia totalmente diferente.

Su espalda estaba recuperándose de un modo muy satisfactorio, así que no podía hacer movimientos demasiado bruscos… qué lástima.

Afortunadamente, las amigas de Thunder habían sido advertidas por éste de que se portaran bien con él… y vaya si lo estaban haciendo.

G.O. cerró los ojos y se dejó llevar. No sabía ni sus nombres, y ellas tampoco esperaban que los recordara al día siguiente…

Cambió de postura para dar mejor acceso a dos bocas que querían trabajar ciertas partes de su anatomía, y chocó contra una de las chicas que estaba con Thunder. Estiró un brazo y dió con una piel suave. Una mano se cerró sobre la suya y supo que le chupaba los dedos cuando notó la humedad en ellos. Las otras lo distraían…

Con los ojos cerrados buscó esa boca y la invadió con la suya. Mmmmmm eso era besar, sí señor.

De repente, sintió que las demás abandonaban su cuerpo y también escuchó algunas expresiones de sorpresa. Abrió los ojos para intentar averiguar por qué habían parado, pero no estaba preparado para lo que vio.

Contrariamente a lo que pensaba, no era una de las chicas a quien besaba. ¡Estaba besando a Thunder! Lo apartó de un empujón, y él también abrió los ojos. Su cara reflejó una sorpresa absoluta. Se llevó los dedos a la boca mientras lo miraba con los ojos desorbitados.

– ¡Mierda! – gritó, G.O, mientras se levantaba de un salto y recogía su ropa.

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12 respuestas a “비밀” Bimil – secreto. Capítulo nº 16

  1. ARI8 dijo:

    Pero, pero, pero…¿qué coño pasó aquí? ¿Vamos a tener pareja yaoi? ¿Fue un error o Thunder va a por GO? Vamos a ver, que alguna me lo explique porque yo no pillo esta sorpresa, sigo con la sonrisa de gilipollas en la boca y con los ojos como platos. ¿Thunder y GO? ¿En serio? J*der, dadme tiempo para que me haga a la idea, leñes.

    Vale, este final me dejó tan descorcentada que no apenas tengo palabras para lo demás.
    El padre de Seungho demostró ser humano, Mastermind está más feliz que una perdiz, Seung Min cabreada porque la tonta del bota quiere luchar y Mir y Sun Nyu también felices. Sólo faltó Joon.

    ¿PERO EN SERIO QUE VAMOS A TENER PAREJA YAOI?

  2. cekila85 dijo:

    wooa esta super padre el nuevo capitulo!!!!! que bueno que el lider ya despertó me moría de la preocuoación que no lo hiciera, pero la que se lleva los aplausos es esa escena de G.O. y Thunder, jajajajajajaja no paro de reír que pasará con estos dos más adelante ?????? solo ustedes saben y me muero por que nos lo cuenten en sus magificos capitulos
    gracias por su excelente trabajo las quiero un montón besitos desde México Fighting!!!!!!!!

  3. alexka dijo:

    Pequeños avances…mmmmm

    ¿Quién es esa hermosa chica en el rol de Soo Min?…
    Parece una muñequita de porcelana!!

    Saludos!!

  4. Lola dijo:

    THUNDER & G.O… ¿EN SERIO? ¿¿¿¿THUNDER & G.O????
    WOOOOOW WOOOOOOOOOOOOW
    -megacomentarioelmio-

  5. hanbokkiss dijo:

    Que demo…Entonces Thunder y G.O seran pareja? (Estoy precipitandome. XD) No me jodas ya ni pizca de esperanza de que Thunder sea el jinete sexi‼ u.u

  6. claudia.l dijo:

    WTF???????????????
    G.O. mi precioso.. mi biG.O.tes… qué????? noooo, el capítulo fue más que eso y estuvo muy bueno… pero .. yo me quedé en la escena y de ahí no salgo… no salgo!!!
    yo haciéndome agua con la narración tan erótica… cuando.. que coños pasó??? jajajajajaja
    No puedo, les juro que no puedo… es que veo la cara de estupefacción de G.O. y la de o.0 de Thunder.. jajajajaja.. no puedo!! me han matado chicas.. a ver como me ensamblan esto. Saludos… *sigue pensando en su sexi G.O y no lo puede creer* XD

  7. Sandy dijo:

    Ahhh q emocion hasta q desperto el lider, tambien m e encanto la escena.de.mir….se esta enamorando q lindo jejeje pero lo q.si me causo risa fue la ultima parte, ya me imagino la cara dd esos dos y go con eso de.q es el super hombre jajjaja …en fin estuvo muy bueno el cap…me gustan los finales rosas..y me gustan las tres parejitas de las gumis….gracias

  8. Alusiana dijo:

    Surje el amor….. jajajajaja me hubiera encantado ver la cara de GO al despertarse^^

  9. Agra dijo:

    ¡Puajajajajajajajaja! Esto no me lo esperaba, me habéis cogido por sorpresa, ya estaba casi con la lagrimilla colgando y ¡ZASCA!, ahora me cuelga pero de la risa XDDDDDDDDDDDDDDDDD.
    O*tia! me ha encantado el final, buen giro, sí señor!

  10. fullvcia dijo:

    ¡¡¡¡jajajjaja….me paaaaaarto!!!…menudo final, chatas. Le habeís tumbaó el idol a alguien, fijo. ¡¡¡jajjjaja…toda la peña pasmada con el final del capítulo!!..que el otro se despierta…vale…genial..oye, que nos alegramos mucho..pero…¡¡¡menudo final!!!

  11. ay, no me dejen así, cuándo suben el otro capítulo?…
    me encantó el final de este!!! D:

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