“비밀” Bimil – secreto. Capítulo nº 13

por Nuna y @Jeannelok

Llevaban diez minutos planeando qué hacer, hasta que al final tomó una decisión. Contactó con Thunder nuevamente.

-¿Hay cambios?

-No, no se han percatado de nada. Sin embargo…-escuchó el sonido de un teclado- Líder, daos prisa. Creo que están experimentando con ellas, y si siguen sacándole sangre a las que tienen sedadas… No sé mucho de esto, pero tiene mala pinta.

-Vale, vamos a hacer una cosa. Thunder, vas a acercarte a la entrada a buscar a estas gumihos y avisarás a una unidad de sanidad. Insanity debe venir con ellos para curarlas. He dicho curarlas, así que se abstenga de excentricidades-tenía que ser Insanity porque no cualquiera podría encargarse de ellas, obviando el hecho de que en El Cuartel solo su equipo y el jefe sabían de la existencia de las chicas-. CyberDanger nos seguirá informando.

-¿Y los inmortales?

-Entrarán con nosotros. Sus… poderes, o lo que sea, nos serán útiles.

-¡Pero eso…!-Seungho dirigió una rápida mirada a los inmortales y cortó al chico.

-Eso es lo que tenemos que hacer, ¡ven cuando antes!-cerró la comunicación.

No, no se fiaba para nada de los inmortales. Pero cuando vio llevar a Joon también malherido y se percató de la condición de sus otros compañeros, tuvo que decidir aquello.

Lo más importante era poner a las gumihos a salvo, pero no podía prescindir de nadie en aquella sala para acompañarlas. Ellas solas tendrían que salir, ayudando las menos heridas a las que peor estaban. Joon le dio el detector y él a su vez se lo entregó a ellas.

-No debería aparecer ninguno más, pero llevaos esto por si acaso. Fuera os esperará un chico humano. Va vestido como nosotros-se refería al traje especial que llevaban para la misión-. Idos, rápido.

-Pero…-una de las gumihos se volvió angustiada hacia uno de los inmortales, pero cuando sus ojos se encontraron asintió con lágrimas pugnado por salir de ellos y asintió con la cabeza sin decir nada más.

Instantes después, el mismo inmortal se adelantaba a ellos, seguido por G.O. con el arma en ristre.

El elemento sorpresa seguía siendo su mejor baza.

Le ardía el brazo. No iba a quejarse en voz alta ni mucho menos, pues sabía que todos estaban aguantándose el dolor. Menos Seung Min. Seguramente, era la única que no estaba herida de todos ellos.

-Está dentro, no han visto a G.O.-anunció CyberDanger. En la sala a la cual acababan de acceder había dos inmortales, encargándose de una de las Gumihos sedadas. Otro par vigilaba a dos Gumihos más en otra sala, las acababan de apartar seguramente para realizar diferentes pruebas.

Seungho apretó los puños, rabioso. En su mente estaba grabada con fiereza la imagen de las gumihos que acababan de rescatar, sobre todo la que Seung Min había salvado. La ropa hecha jirones, sangre seca pegada hasta en el cabello y las uñas en carne viva, seguramente al intentar arañar cualquier cosa para escapar de aquel lugar. El rostro lleno de heridas, morados curándose bajo los nuevos floreciendo. Los ojos hinchados a causa de las lágrimas. Todas tenían la carne de las muñecas y los tobillos enrojecida y sangrante. Sabía que esas heridas ni Insanity podría borrarlas del todo.

No obstante, lo peor fueron sus miradas. Seungho nunca había visto unas miradas tan asustadizas, llenas de pánico, pena y sufrimiento en su vida. Al lado de esas heridas eternas en sus almas, las de las muñecas y los tobillos no eran nada.

Rozó el arma con la yema de los dedos, dispuesto a acabar con todos los inmortales que se le pasaran por delante.

No podía permitir que a Soo Min le sucediera nada como aquello.

G.O. temblaba ligeramente. No era porque tuviera miedo. Le invadía cierto grado de rabia. Incluso a él, antes de saber lo que sucedía allí, cuando le habían dicho que matara a los inmortales sin pensárselo dos veces le pareció demasiado.

Cuando Joon conectó las cámaras y observó lo que le hacían a las chicas, cualquier duda desapareció de su nublada mente. La crueldad con la cual las trataban… si pudiera, no, no los mataría de inmediato.

Les haría sufrir hasta que suplicasen a sus pies piedad, tragándose sus propios dientes.

Aferró el arma con ambas manos. Escuchó una queja al otro lado de la puerta y el sonido de un cuello crujiendo así que sin más dilación cruzó la puerta que lo separaba de la sala, alzó la pistola y apretó el gatillo en dirección al inmortal que observaba estupefacto lo que su compañero acababa de hacer.

Falló por una milésima de segundo en la cual el inmortal desapareció, sin embargo un rastro de sangre en el aire le hizo saber que al menos le había rozado. Notó el aliento del enemigo al lado de la oreja y sin inmutarse, movió su arma y disparó.

Comenzaba a saber cómo jugaban aquellos bastardos, y ya no le costaría tanto acabar con ellos.

La sangre salpicó la pared detrás del inmortal que acababa de matar.

-Sácala de aquí-lo apremió G.O. El no podía hacerlo: tenía una herida sangrante cruzándole la espalda y no podría cargarla ni en brazos ni en ésta.

Al poco rato reapareció junto a sus otros compañeros y el otro inmortal. Solo faltaba Seung Min, quien se habría quedado con ella.

-Si despierta, será mejor si ve un rostro femenino.

-Pero líder…

-Tendremos que apañárnoslas sin ella ahora. Solo quedan dos, y con estos no habéis tenido mayor dificultad.

Eso era cierto. Además, si no se trataba de una trampa, ahora tenían a dos inmortales a su lado. Sin embargo, dentro de sí, había una alarma en G.O. encendida que le avisaba de un peligro avecinándose.

-No será tan fácil-dijo, de repente, uno de os inmortales-. Ellos dos… son bastante más fuertes que los que os habéis encontrado hasta ahora. Han viajado, peleado contra otros inmortales por pura diversión. Realmente, es difícil que sobreviva ninguno de los que estamos aquí. Son… son muy peligrosos.

-¿Y vosotros por qué os vais a arriesgar, entonces?-no pudo evitar preguntarlo. Hasta entonces creyó que se entregaron para mantenerse con vida.

-Por ellas-respondió Seungho por el joven-. Por ellas…-parecía haberse dado cuenta de algo, y estar realmente sorprendido- No es momento para charlas.-musitó.

G.O. se mordió el labio ligeramente.

¿Iba a ser más difícil luchar contra dos que contra cinco o seis?

 ***

Seungho notó su rodilla tocar el suelo. No, no, se había prometido no caer.

¿Cómo podía haberse dado aquella situación?

Habían entrado siendo más del doble que sus enemigos, dos simples inmortales, al parecer un poco más peligrosos que el resto pero…

Escupió. Escupió espesa sangre roja sobre el suelo oscuro.

Le dolía la mandíbula. En realidad todo su cuerpo gritaba de dolor.

De algún modo, habían logrado su principal propósito. Había mandado a G.O. y Joon que sacaran a las dos Gumihos sedadas del lugar. Sabía que los dos muchachos estaban gravemente heridos y les costaría transportarlas, pero justamente por eso prefería quedarse él solo con los dos inmortales y Armaggedon para enfrentarse a los bestias aquellos.

Había sido demasiado confiado e ingenuo creyendo que estarían en ventaja, pero al menos las chicas debían estar a salvo, siendo transportadas por Seung Min y los dos chicos junto a Insanity.

Logró ponerse en pie. Uno de los inmortales que se habían unido a ellos voló por el aire, chocó contra la pared y resbaló lentamente por ella.

No habría muerto, pero estaba a punto de hacerlo, seguro.

El arma de Armaggedon se disparó de nuevo. Su compañero era lo suficientemente ancho y grande como para que incluso las heridas que le provocaban los inmortales parecieran ligeros arañados en su piel, aunque Seungho intuía por la lentitud de sus movimientos que el verdadero dolor lo llevaba dentro.

Mierda, no podía ser. Si no acababan con esos inmortales, perseguirían a los demás y… no, no, no. No podía haber sido todo en vano. Se negaba.

Sacó el arma láser. Si disparando no lograba acertar, al menos tendría que cortar.

Se lanzó al suelo y rodó, sabiendo de inmediato que uno de ellos se cernía sobre él. Notó la punta de un mueble golpear sus costillas y maldijo entre dientes.

Se puso en pie y tiró una de las camillas donde antes había estado una Gumiho al suelo, corrió con ese escudo esperando atrapar entre éste y las estanterías a su enemigo. Falló y todo su cuerpo tembló cuando chocó contra un armario.

-¡¡Líder!!-Armaggedon gritó en dirección a él en el preciso momento en que notó un agudo dolor en la espalda que le hizo curvarse hacia atrás.

Notó el sabor de la sangre de nuevo y su cuerpo cayó, pesado, sobre el suelo.

Ya no dolía. Ya no había dolor…

-¡¡Líder!!-la voz de Armaggedon seguía intentando devolverlo a la realidad, y espabiló. Por un segundo, cuando el dolor fue tan fuerte que dejó de sentirlo, había estado tentado de dejarse llevar.

No podía hacerlo. No podía dejar a sus compañeros y las gumihos a merced de sus enemigos. Mientras le quedase un último aliento, lucharía.

Recogió el arma que descansaba a su lado con dedos entumecidos. Intentó enderezarse, aprovechando que el inmortal creía que ya estaba muerto y había ido a por su antiguo compañero, no obstante resbaló con su propia sangre. Le costó, y no supo cómo, pero finalmente se sostenía sobre sus dos piernas.

Dos piernas heridas, pero sanas y fuertes. Corrió hacia el inmortal que le daba la espalda, corrió olvidando el dolor, corrió con la mirada de las gumihos clavada en su mente, sustituyó el rostro de las chicas por el de Soo Min, corrió sin que existiera nada más.

Alzó el arma y cortó el aire, la carne, los tendones, el hueso… un brazo cayó sobre un suelo encharcado. La luz tintineaba sobre sus cabezas, a punto de apagarse para dejar de ver toda aquella sangre.

Jadeó, sintiéndose victorioso y una sonrisa se dibujó en su rostro. El inmortal al que sostenía su enemigo cayó al suelo, prácticamente azul y recuperando el aire.

No tuvo tiempo de seguir celebrando aquel corte o realizar otro. Algo frío apretó entre sus costillas.

Iba a matarlo. Estaba a punto de matarlo, con el brazo que no le había cortado. Le atravesaría con él la carne y las costillas, y Seungho lo último que vería sería la cara enfurecida de aquel mamarracho.

Cerró los ojos. Una oportunidad, necesitaba una última oportunidad, no podía morir, no debía… pensó en su padre, podía escuchar gritándole que era débil, una nenaza, que…

Y, de repente, una luz cegadora iluminó a su enemigo, y el inmortal al que había salvado se cubrió el rostro para no dejarse cegar por ésta.

Sintió que el brazo sano había atravesado su estómago, pero lo había abandonado antes de tocar ningún órgano.

Volvió a notar el suelo golpeando su cuerpo y de repente, la nada.

 ***

Sun Nyu estaba cansada. Había utilizado bastante poder para llegar a su destino lo más rápido posible, y aunque todavía le quedaba bastante en las reservas necesitaba retomar el aliento.

-Sun Nyu-dijo de repente una voz. Thunder apareció en la oscuridad junto a algunas muchachas, transportando a una de ellas-, ¿pero qué…cómo…?

-¿Dónde están los demás? He venido a ayudar.-respondió, segura de sí misma. Porque se lo había prometido a Mir, que les ayudaría. Ya que él no podía estar allí, Sun Nyu debía ser fuerte por los dos.

-Siguen dentro.

-Tú también eres una gumiho…-apuntó una de ellas- ¿Vas a entrar allí? ¡Es peligroso!-se acercó a ella y el corazón de la muchacha se encogió al ver los cortes que recorrían su bello rostro. Alargó el brazo y los acarició.

-No me va a pasar nada. Tengo que ayudar a mis…amigos.

-Si entras-otra gumiho, que se tuvo que separar de una que la ayudaba a caminar, se acercó a tropezones hasta ella también y se agarró a su brazo. Sun Nyu se tambaleó-, por favor, tráelos con vida… no son malos… ellos dos son inmortales pero…no son malos… nosotras no podíamos… no teníamos fuerza…

-Llevan diciendo lo mismo desde hace rato-le dijo Thunder-. Hay dos inmortales que están ayudando a los demás. Sun Nyu, si vas allí… ten mucho cuidado. No se andan con juegos.

-Llevo toda una vida huyendo de los inmortales-sonrió vagamente y con tristeza-, he visto morir a otras gumihos con mis propios ojos… pero esta vez, he decidido ser valiente. Volveremos, volveremos todos con vida.-y sin añadir nada más, se fue en la dirección por la que Thunder y las gumihos habían aparecido.

Sun Nyu estaba cansada, realmente agotada, después de llevar tantos años una vida de confinación, huyendo de la realidad y el sufrimiento, dejándoselo a los demás. Sabía qué era el dolor, sin embargo lo ocultaba tras sonrisas.

Por primera vez en toda su existencia, comenzaba a no sentirse sola. Y no quería perder a las personas que la estaban ayudando a ser alguien.

Llegó a la cárcel. Únicamente sabía lo que Mir le había contado, así que se arriesgó y entró. En realidad, el chico no sabía que estaba allí. Ella le había mentido, diciendo que iba a su cuarto a descansar, dejándolo con la palabra en la boca después de decirle que sabía cuál era la manera de ayudarle, pero sin contársela.

Si le decía a Mir cuál era su plan, él iba a intentar evitarlo, detenerla. No porque le importase lo que le sucediera, eso lo tenía claro. Pero Mir podía llevarse las culpas si algo salía mal.

Aquella era otra razón para no permitir que nada le sucediera a nadie, ni siquiera a ella misma.

Sorprendida, se encontró con Seung Min, G.O. y Joon malheridos y sujetando cada uno a otras tres gumihos.

-¿¡Sun Nyu!?-la aludida se acercó a ellos y se arrodilló al lado de la chica que Joon estaba cargándose a la espalda.

-Están vivas-suspiró con alivio-, ¿estáis bien? Y… ¿y los demás?

-¡Peleando!-gruñó G.O.- Mierda, tenemos que ponerlas a salvo y volver o…-se interrumpió cuando vio a Sun Nyu levantarse, decidida.

-¿Están allí, verdad?

-¡No, Sun Nyu, no…!

-Tranquila, Seung Min.-después de ver sus rostros, volvía a tener las pilas cargadas.

Escuchó el ruido de pelea y su corazón se encogió, temiendo llegar tarde. Aceleró el paso, corrió. Vio a un desconocido inconsciente, o quizá muerto, a un lado de la sala. Armggedon estaba peleando contra un inmortal, con el cuerpo cubierto en sangre y lo siguiente que vio fue a Seungho corriendo en dirección a un tipo que cogía a otro por el cuello.

Una vez analizada la situación fue hacia Armaggedon y lo hizo. Brilló, brilló con todas sus fuerzas. Brilló, hasta que el inmortal que se enfrentaba a aquel grandullón cayó con pesadez sobre el suelo, fulminado, y su amigo se destapó los ojos.

-Increíble…-le oyó murmurar mientras pasaba por su lado en dirección a Seungho.

Brilló de nuevo, todavía con más fuerza. El inmortal al que habían estado a punto de ahogar se encogió sobre sí mismo y se cubrió, tapándose al saber qué iba a hacer ella y lo peligroso que podía resultar para él.

Cuando dejó de brillar, dos cuerpos cayeron al suelo. No tuvo a tiempo de ayudar a Seungho, y horrorizada vio cómo el chico sangraba por una gran herida en el estómago, y encharcaba todo el suelo rápidamente a causa de otra que debía estar en su espalda.

-¡¡Líder!!-gritó, lanzándose al suelo a su lado e intentando taponar la herida del estómago. La sangre la cubría prácticamente entera y había comenzado a llorar con angustia. La respiración de Seungho era prácticamente nula- ¡¡Líder, Seungho, no!!-gritaba, no conseguía detener la hemorragia. Podía sentir que la herida no era demasiado profunda, había llegado antes de que el brazo del inmortal traspasara demasiada carne, sin embargo sangraba, sangraba… el suelo era rojo… Se limpió las lágrimas con el dorso de la mano, volviéndose ella misma roja- ¡¡Líder, no, por favor no!!

Notó el brazo de Armaggedon apartándola del cuerpo y examinándolo.

-¡¡Traed a Insanity, a una maldita ambulancia, a lo que sea!!-rugió Armaggedon con angustia – ¡¡El líder se está muriendo!!

 ***

No terminaban de salir del complejo, cuando una aplastante cantidad de coches y furgonetas llegaron, levantando toneladas de polvo alrededor de los heridos congregados a las puertas.

Del primer coche que se detuvo, salió Mastermind.

– ¡Ya estamos aquí! Y vengo con compañía – gritó, mientras se acercaba corriendo a evaluar a sus chicos y a las gumihos -. Tengo mis contactos, y a los “neutrales” no les ha hecho ninguna gracia la idea de que estén reteniendo a estas criaturas. Explicó, mientras valoraba uno a uno rápidamente a los heridos -. Si tan sólo me hubieran escuchado antes… – gruñó, mientras examinaba la gran herida abierta que cruzaba la espalda de G.O. – Como sabéis, lo he monitorizado todo, estábamos esperando para intervenir. Ellos se harán cargo de “los suyos”, nosotros de los nuestros… no quisieron ayudar en la intervención, pero por lo menos nos han enviado muchísimo material sanitario. El hospital que hay preparado en El Cuartel está muy bien abastecido, pero ahora está reforzado con los últimos adelantos.

Un segundo después, un hombre con bata blanca y guantes de látex le sustituyó, tumbaron a G.O. en una camilla boca abajo, y comenzaron a curarle mientras lo trasladaban hasta una de las furgonetas.

Insanity también había llegado corriendo y ya había habierto su maletín, metódico y extrañamente calmado. Después de echar un ojo al grupo, se decidió finalmente por Joon. Seung Min les lanzó a ambos una mirada de preocupación. Si Insanity se había decantado por él, seguramente era el que peor aspecto tenía de todos.

Alrededor de ellos, empezaron a corretear diversas personas, algunas con batas blancas, otros con camillas.

– ¡Las chicas a vuestro hospital – gritó Mastermind – los míos a “El Cuartel”. ¡RÁPIDO! – se volvió hacia ellos -. ¿Dónde están Seungho y Armaggedon?

– Se quedaron dentro – respondió Seung Min, que era la que más entera de todos estaba – con dos inmortales que se nos unieron… trataban de proteger a las chicas. Hay una gumiho más dentro… creo que se está muriendo.

De repente, se escuchó la voz alta y clara de Armaggedon a través de los intercomunicadores:

– ¡¡Traed a Insanity, a una maldita ambulancia, a lo que sea!! ¡¡El líder se está muriendo!!

Insanity se levantó como un resorte, recogiendo su maletín a velocidad de vértigo.

– Atended a Joon cuanto antes – dijo -. Puede tener heridas internas.

Después se dio la vuelta, y salió corriendo tras ordenar a dos médicos que le acompañaran.

Thunder se levantó, dispuesto a seguirlo.

– ¡Chico! – gritó Mastermind – necesitamos ayuda aquí. CyberDanger y tú, id a revisar el perímetro. Lo hemos acotado para que no se acerquen los curiosos, no necesitamos publicidad, y ahora somos muchos más de lo previsto.

Thunder no discutió la orden, por más que le hubiera gustado entrar para ver qué le había sucedido a Seungho. Junto a su compañero informático, salió también corriendo a toda prisa.

Cuando Insanity irrumpió en la habitación, se dirigió corriendo al lugar donde estaba postrado Seungho, y apartó a Sun Nyu con brusquedad.

– ¡Mierda! – gritó, al ver la herida abierta en el estómago. Levantó la mirada hacia uno de los médicos – pide más ayuda, esos dos están bastante j*didos, pero no son nuestros, no sabemos cómo atenderles. ¿Tenemos bolsas de sangre en la UCI móvil? – el hombre asintió – Pues vamos a contener esta hemorragia porque si no, el líder está listo de papeles.

Los médicos se afanaron en ayudar a Seungho, y al cabo de treinta segundos más médicos llegaron y se pusieron a atender a los demás heridos.

Armaggedon observaba lo que ocurría a su alrededor impotente. Sólo sabía de armas, y le resultaba del todo exasperante permanecer ahí, mirando como un pasmarote, mientras Insanity y los demás trataban de salvarle al vida al líder.

No tuvo tiempo de pensar en los dos inmortales que ahora estaban siendo atendidos, pero escuchó a sus doctores hablar entre ellos.

– Sobrevivirán. Saquémosles de aquí. Será un placer escuchar lo que tienen que decir cuando despierten.

– ¿Quiénes son estos tipos? – se preguntó. Pero en su estado de confusión, y viendo lo que ocurría ante sus ojos, no tuvo tiempo de pensar demasiado en cómo aquella gente estaba allí, ni en cómo habían llegado, ni en quién les había avisado. Ver a Insanity entrar por aquella puerta, era lo mejor que les habría ocurrido después de la llegada de Sun Nyu… sin ella… probablemente estarían todos muertos.

Muy probablemente, la situación de Seungho era límite. Porque instantes antes, al entrar por la puerta, Insanity había tenido la única reacción espontánea que Armaggedon le había visto en todo el tiempo que le conocía: había gritado “¡mierda!”

Miró a la chica que todavía lloraba en un rincón, sin quitarle ojo al líder. Después observó cómo miraba hacia el rincón donde había otro cuerpo. Dios, se habían olvidado de ella.

Sun Nyu ya se había puesto al lado de la Gumiho moribunda cuando él llegó.

– ¡Aquí! ¡Ayuda! – gritó Armaggedon.

Uno de los médicos se acercó… observó la situación, y sacudió lentamente la cabeza. Después volvió a lo que estaba haciendo.

Sun Nyu acunó a la mujer entre sus brazos, y esta emitió un leve gemido.

– Estás a salvo, hermana – susurró la chica – ya no pueden hacerte daño.

Iba a morir… otra de sus hermanas iba a morir y no podría evitarlo… si tan sólo hubiera llegado antes quizás… quizás… No, probablemente no habría podido salvarla, ya estaba muy herida antes de que ellos llegaran al complejo. Pero si ella no hubiera estado todo aquel tiempo escondida y huyendo de todo aquello, no esta, sino otras muchas habrían podido ser salvadas. Sun Nyu comenzó a llorar de nuevo. Se sentía culpable por haberse mantenido al margen, por intentar escapar mientras otras sufrían. Nunca más lo haría. Desde aquel momento, decidió que ella también iba a luchar.

La mujer abrió los ojos.

– Vi a… la chica… la hermana de… Soo Min… ella, ¿está bien? – gimió -. La buscan… Su madre… era mi amiga…

– Está con nosotros. Ella y su hermana. Están bien. Cuidaremos de ellas – la tranquilizó Sun Nyu. Si no hubiera sido cierto, habría mentido de todas maneras, para dejarla ir en paz. La mujer sonrió imperceptiblemente, y segundos después, dejó de respirar.

Armaggedon bajó la cabeza apenado. Era curioso lo mucho que le entristecía ver a alguien morir, mucho más curioso cuando él mismo era un experto en darle boleto a la gente… seguía sin gustarle, pero era su trabajo. Pensó que nunca se acostumbraría a ello, que nunca estaría preparado para ver una vida más abandonar el mundo.

Pero para lo que no estaba preparado era para lo que ocurrió a continuación. El cuerpo de la gumiho muerta emitió una luz cegadora, y después, simplemente, desapareció.

Todos en la sala miraron hacia el lugar donde ellos estaban, donde ahora sólo quedaban él y Sun Nyu, la chica con los brazos todavía extendidos, y la nada entre ellos.

– ¡Jod*r!- gritó Armaggedon dando un salto hacia atrás que lo dejó sentado de culo.

– ¿Pero qué co…? – empezó a preguntar Insanity – a la m*erda, luego lo pensaré. ¡Saquémosle de aquí! – gritó, señalando la camilla donde habían instalado a Seungho, que ya estaba rodeado de cables y de aparatos móviles mientras sus médicos seguían trabajando en su vientre.

“Segunda reacción espontánea del día para Insanity”, pensó Armaggedon. Y eso significaba que no había alucinado. Se sentía algo mareado.

Sun Nyu seguía llorando, ahora amargamente. Armaggedon se levantó, o más bien trató de levantarse, porque cuando lo intentaba, cayó desplomado. Sun Nyu se arrastró a gatas hasta donde estaba.

– ¡RÁPIDO! ¡Ayuda! Él también está herido – gritó, desesperada, antes de caer sobre él desmayada.

***

Mir colgó el teléfono con una expresión devastadora en el rostro. Mastermind acababa de comunicarle que estaban dirigiéndose al hospital del nivel inferior con sus compañeros, y que algunos estaban muy heridos.

Quiso pedirle más detalles al Jefe, pero éste estaba frenético gritando órdenes, y le colgó rápidamente diciéndole que estaba muy ocupado.

Se levantó descuidadamente, de forma que sus costillas se quejaron, y se dirigió a la puerta de salida. Cuando llegó a ella vaciló… debería avisar a Sun Nyu. O mejor no, ella era cándida y sensible, mejor ahorrarle el desagradable espectáculo que iba a presenciar. Ya se lo contaría después.

Mir se abalanzó hacia Thunder y Cyber, que fueron los únicos que entraron por su propio pie.

– ¿Qué ha pasado? ¿Están muy mal? – preguntó, con desesperación.

De repente vio una camilla pasar volando por delante suya rodeada de médicos. Insanity corría junto a ella y gritaba órdenes como loco. La persona tumbada llevaba mascarilla y estaba cubierta de sangre, pero pudo reconocer los cabellos de Seungho.

– El lider… – murmuró Thunder -… está en estado crítico. No saben si podrán salvarle. Esos salvajes…

Después vio pasar a Armaggedon inconsciente en otra camilla.

– Tiene heridas internas, parece que son graves. Pero aguantó en pie hasta el final, ni siquiera parecía herido – lloriqueó Cyber -. No saben el alcance de… habrá que esperar.

Mir observó el desfile de llegadas, que estaba siendo vertiginoso, a cámara lenta. El tercero en llegar fue Joon. Por lo menos él estaba consciente. Desde la camilla vio el gesto preocupado de Mir, y le sonrió a través de la mascarilla, mientras levantaba el pulgar de la mano.

– ¿Estás bien, Joon? – preguntó Mir, abalanzándose sobre él. Los médicos le apartaron con brusquedad.

– Está bien. Puede que tenga algo interno, Insanity les dijo que lo comprobaran, dijo que no le gustaba su color de piel. Pero ha estado consciente todo el rato – explicó Thunder -. Es Seungho quien les preocupa. No responde, sus signos vitales son muy bajos, y creen que ha entrado en coma.

La siguiente en llegar fue Seung Min. Trataba de levantarse de la silla de ruedas en la que la obligaban a sentarse, gritando que estaba bien. Tenía cortes y magulladuras, y llevaba un brazo en cabestrillo. Al pasar junto a ellos les dedicó una mirada de fastidio.

– ¡Decidles que se preocupen por los demás! – les pidió – ¡Estoy bien!

Pero ninguno de ellos atendió su súplica y la agente tuvo que aguantarse su mal humor mientras la conducían al interior.

Tras ella llegó G.O., con la espalda ensangrentada y una fea herida cruzándosela de parte a parte. También le saludó con la mano, intentando sonreír. Debía dolerle mucho…

– ¿Pero qué ha pasado? – preguntó Mir, desesperado – ¿Qué son esos tíos? ¿Qué…?

La pregunta murió en su boca al ver pasar una nueva camilla.

– ¡No! – gritó mientras pasaba junto a sus dos compañeros y se abalanzaba sobre ella – ¡Sun Nyu! ¡NO!

Notó cómo le empujaban, tratando de apartarle como la otra vez, pero esta vez luchó y no les dejó. Las costillas aullaron de dolor, pero simplemente el registro de dolor físico no era procesado por su cerebro. Sun Nyu estaba allí, delante de él, inconsciente, cuando en realidad debería estar en el piso de arriba, descansando.

Lamento no poder ayudarte mejor, a veces me siento un poco inútil.Espera, puedo ayudarte…

Las palabras de la chica acudieron a su mente rellenando totalmente los huecos. Ella había ido a ayudarles… por él… y la habían herido.

– ¡Sun Nyu! ¿¡Por qué!? – gritó -. ¡Oh, no dios mío Sun Nyu! ¡No! ¡Sun Nyu!

La llamó varias veces por su nombre, con la esperanza de que ella le oyera y despertara, pero eso no sucedió. Notó cómo fuertes brazos lo agarraban y las punzadas de dolor físico se hicieron más patentes. No le dejaron ir tras ella, y escuchó cómo le llamaban por su nombre, pero no quería oírles, quería que le soltaran y quería correr tras Sun Nyu. Ella… por él… dios…

– ¡Mir! ¡Quieto! ¡Quieto, te harás daño!

Escuchó la voz de Cyber como si viniera de muy lejos.

– ¡Está bien, Mir, ella está bien! ¡Sólo está desmayada!

Mir se volvió hacia Thunder, que era quien había hablado y dejó de agitarse.

– ¿Estás seguro? – preguntó, incrédulo.

– Llegó a última hora, salida de ninguna parte, y entró a buscar a los que habían quedado dentro – explicó Thunder -. Creo que brilló… y les salvó la vida. Si Sun Nyu no hubiera llegado a tiempo, Seungho y Armaggedon estarían muertos. Les salvó la vida…

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8 respuestas a “비밀” Bimil – secreto. Capítulo nº 13

  1. saiquitos dijo:

    AHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHHH,hermoso, fabuloso, expectacular, alucinante, infartante y se me acaban los adjetivos para descibir tan maravilloso capitulo, definitivamente cada día se superan chicas y nos dejan expectantes por como continuará la historia !!!!!!!!!!!!!!!

  2. ARI8 dijo:

    La intensidad del capítulo fue brutal, madre mía, en tensión de principio a fin.

    Ole por Sun Nyu, que se dejó de zarandajas y se metió de lleno en harina, por lo que gracias a ella, se salvaron Seungho y Armaggedon. Aunque eso sí, Seungho está más para allá que para acá. Ya me lo estáis salvando, cabritas, que no quiero que la palme.

    Fue tremenda la pare de Seungho intentando matar al inmortal y centrándose en la imagen de la que se quedó en El Cuartel. Eso sí que le dio un subidón del doce, que era lo que necesitaba para seguir hacia adelante, porque el pobre estaba destrozado. Cuando lo del brazo atravesándole el torso, ya pensé que la palmaba allí mismo.

    Vaya, Insanity por fin reacciona, ya era hora, leñes. Ya parece algo más humano y en cierta manera, visto desde los ojos de Armageddon, es el pequeño punto cómico a semejante capítulo, donde no ya lugar para una sola sonrisa, si no para estar de los nervios, porque es que casi se cargan a medio equipo, leñes.

    Nenas, os quedó genial, enhorabuena y estoy deseando ver cómo les va a los que están en quirófano.

  3. fullvcia dijo:

    ¡¡¡excelente, excelente relato..trepidante!!!..La narración es perfecta, la acción esta perfectamente relatada y sincronizada situándonos en medio de ella y la historia se está poniéndo cada vez mejor. De nuevo me he quedado, corrijo..nos habeís dejado en el punto de suspense… (espero que no os «cargueís» a nadie (¡pobrecicos..con lo que les esta costando!)…De verdad, cada día me dejaís más desclocada. Una sugerencia¿por qué no envías el relato a una de la productoras?..pasádlo al inglés y lo enviaís..¡¡animaros!!..¡¡sería total verlo transformado en una serie de TV…!!..Nota: no lo digo de coña.

  4. ClAudiaL dijo:

    Que buen capi chicas….pero.. con esta angustia.. otoké?? ahora que hago hasta el próximo bimil?? digo.. miércoles???? 0.o

  5. Agra dijo:

    Menudo desfile de heridos! Ha estado genial, en algún momento me he perdido un poquitín, es que me atropello cuando hay acción XDD, pero genial.
    Y ahora mi pregunta trampa: ¿Cómo reaccionarán las chicas ante tanta escabechina, alentarán a los chicos para que se recuperen más rápido? Muajajaja.

  6. Alusiana dijo:

    xD impresionante^^

  7. Sandy dijo:

    Esto cada vez se pone mejor….pero tengo una solcitud….Q NO MUERA SEUNGHO…me aguanto un coma un capitulo pero q no muera…yo quiero y creo en los finales felices….ademas nos deben aunq sea un gesto o confesion entre J esta pareja…ahhh estoy senble hoy jeje…en fin me gusta mucho la historia y aunq solo conozco al grupo x una o dos canciones ya les tengo un aprecio espe ci al y eso es gracias a uds chikas, asi q sig an asi saludos desde colombia

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