“거짓말” kojitmal – Mentira. Capítulo nº19

By @Jeanelok y Nuna.

Decidieron ir a sentarse a algún lugar tranquilo, porque allí de pie en el parking del lugar con Sun Rae tambaleándose no iban a estar demasiado cómodos para pensar con claridad.

Se acomodaron en un restaurante cercano. Aunque era temprano por la mañana, una cafetería hubiera estado demasiado llena para poder hablar con tranquilidad y allí podían sentarse y tomar algo con cierta intimidad.

Sun Rae sostuvo entre sus manos un vaso de agua, sin atinar a beberlo. Todo aquello la superaba, y por suerte tenía a Keun Suk rodeándola con un brazo protector.

Fuera la lluvia seguía cayendo con fuerza, lo sabían por los truenos que sonaban de vez en cuando. Seguramente Zeus primero habría ido a hablar con Ganímedes, y Ares estaba seguro de que él no tardaría en acusarlo pues era la opción más evidente.

-Éris-dijo de repente-, está claro que ha tenido que ser ella.

-Pero… ¿por qué?

-¿Quién?-preguntó Sun Rae a la vez que Atenea. Los dos dioses enmudecieron durante unos segundos.

-Sun Rae, ¿recuerdas cuando descubriste quién soy en realidad?-ella asintió despacio con la cabeza- ¿Recuerdas también qué estaba sucediendo?

-Estabas…enfadado. Discutías con…alguien- lo había olvidado totalmente, seguramente porque todo lo que vino después fue tan grande que no tenía sitio para retener toda la información-. Nunca llegué a preguntarte sobre ello… ¿crees que esa persona…?

-Diosa. Es otra diosa, antes te lo he comentado, que hay más a parte de nosotros.

-Recuerda que te pedí que vigilaras con los extraños, porque no puedes fiarte de nadie, Sun Rae. Hay dioses a los que sí les gusta entrometerse entre los humanos y provocarlos-dudó unos instantes-. Fue ella quien provocó todo el lío que se formó sobre tu relación con Joon.-pudo sentir cómo la muchacha se ponía tensa bajo su brazo ante el recuerdo de lo sucedido.

-Es la Diosa de la discordia. Le gusta meter cizaña en todos lados, y le encanta molestar sobre todo a Ares. No hay duda que se enteró de lo vuestro, y de que a través de ti podía llegar a hacerle daño a él.

-¿Pero cómo pudo saberlo?-nada más formular la pregunta, la sangre de Ares comenzó a bullir- Esa maldita zorra, no habrá sido capaz, ella…-Sun Rae lo observó durante unos instantes sin entender, y fue al ver su rostro frustrado cuando entendió lo que debía sucederle y de nuevo su cuerpo se vio asaltado por una sacudida.

-Nos espió.-suspiró profundamente al decirlo, abriendo los ojos desmesuradamente. Tendría que haberlo sabido, cosas como que mantener un romance con un Dios era peligroso y querrían privarla de su intimidad.

Alguien, cuando ella se estaba sincerando con él, los había espiado. Quién sabía si había presenciado TODO lo que había sucedido entre ellos dos. Hundió el rostro entre las manos, queriendo echarse a llorar, frustrada.

Keun Suk la apretó más contra su cuerpo. La muchacha intentaba ser fuerte, de verdad que estaba dándolo todo para no hundirse. Por sí misma, y porque sabía que él se culparía de lo que le estaba sucediendo.

Se quedaron en silencio durante unos instantes, y justo en ese momento el teléfono de la chica comenzó a sonar. Le costó acertar el movimiento de manos para descolgar el número desconocido que la estaba llamando, y cuando la voz al otro lado le dijo quién era, el aparato casi se le resbaló de la mano.

-¿Qué sucede?-le preguntó Ares cuando la chica colgó después de responder con monosílabos a su interlocutor. Ella alzó la cabeza despacio, con los ojos prácticamente saliéndose de su lugar.

-Era la policía. Me han pedido que vaya a la comisaría.

***

Ares se negó a dejarla ir sola hasta aquel lugar, así que la acompañó en condición de jefe preocupado por su trabajadora. Atenea prefirió dejarle aquello a ellos dos mientras investigaba por su propio lado dónde podía encontrarse Éris, y pensaba por qué Zeus no se había manifestado todavía ante ellos. Supuso que estaría con Ganímedes, y deseó que el copero hubiera sido lo suficientemente sensato como para percatarse de que aquello no era obra de Ares como podría seguramente, parecer.

No podían tener contacto físico en la comisaría, delatando que entre ellos había una relación. Sin embargo, ambos sabían que la chica lo que más necesitaba en aquellos momentos era que él le agarrase bien fuerte la mano y la encaminara hacia delante, porque lo que tenía ganas de hacer era dar media vuelta y salir huyendo de allí.

Les recibió un oficial que les hizo pasar a una sala cerrada, porque todo el mundo se estaba revolucionando allí dentro al ver a una celebridad entrar. Suponían que algo así sucedería, era lo de menos en aquellos momentos. Keun Suk no tomó asiento hasta que la chica lo hizo.

-Espero que no le incomode mi presencia. Me gustaría saber por qué han llamado a una de mis trabajadoras a la comisaría.

-Sí, si ella no tiene inconveniente no hay problema, señor…

-Jang Keun Suk.-apostilló él, entornando los ojos al no verse reconocido al instante.

-Bien-el hombre, no muy alto, con cabello volviéndose ya blanco y gafas de culo de botella-. Verá, señorita Sun Rae, no sé si ha visto en las noticias que se ha hallado el cuerpo de un hombre sin vida y…

-Sí, el de mi exnovio.-cortó ella al instante. El hombre asintió despacio con la cabeza.

-Pues verá, lo que no se hizo público es que encontramos el suelo lleno de fotografías. Fotos de usted. Y cerca había una agenda tirada en el suelo con su número de teléfono…

Keun Suk se removió en su asiento, evitando el saltar sobre el oficial de policía.

-¿Está intentando decir que ella tiene algo que ver con esto?

-No, pero nos preguntábamos si había tenido algún tipo de contacto ayer, antes del momento de su muerte.

-Ella estuvo trabajando conmigo.

-Hace mucho que no sé de él-añadió la muchacha, haciendo caso omiso de la defensa de Keun Suk-. No se portó nada bien conmigo, y preferí borrarlo de mi vida para siempre.-señaló ella, apretujándose las manos sobre las piernas.

-¿Le importaría contarme qué quiere decir con eso?

-¿Es importante su pasado acaso para la investigación?-gruñó interrumpiéndolo el Dios. El hombre se mantuvo paciente, respondiendo casi sin mirarle.

-Podría serlo. Simplemente queremos saber si fue un suicidio, o hay un culpable al cual encontrar. No es que crea que usted está implicada, además su…jefe acaba de darle una coartada, que debería verificar, eso sí, pero…

-Está bien, no necesito más explicaciones. Si contarle todo me ayuda a irme de aquí y…y olvidarme de él…y de todo…yo…-tragó aire con dificultad, intentando ser fuerte, preguntándose por qué tenía que pasar por todo aquello cuando creía que su vida al fin iba a equilibrarse- Se lo contaré.

El relato fue breve, pero intenso. Sun Rae no habló de la misma manera con la cual se lo hubo contado a Ares, ni mucho menos. Fue escueta, se saltó sentimientos y simplemente contó todo el sufrimiento que aquel mal nacido le había provocado. Fue sincera al decir que muchas veces deseó su muerte, pero que al instante se arrepentía por sus propios oscuros pensamientos, y que hacía muchísimo tiempo que no sabía nada de él y ni tan siquiera le dedicaba pensamientos.

El policía se mantuvo escuchándola atentamente, grabando lo que decía con previo aviso antes de que lo haría, y cuando ella terminó se mantuvo unos instantes cavilando, hasta que finalmente dijo esta boca es mía:

-Gracias por su ayuda. Ahora, del todo, podría decir que veo el caso resuelto. No debería contarles esto, pero de esta conversación podía sacar en claro una cosa: que era suicidio. En realidad, hace horas que estamos seguros de ello, pero las fotografías nos hacían preguntarnos por qué. Su compañía estaba decayendo, así que al principio suponíamos que fue por eso…y con lo que me cuenta, ya entiendo lo de las fotografías.

-¿Qué quiere decir?-preguntó Keun Suk, aunque él ya sabía el razonamiento que debía haber hecho el hombre, quería que Sun Rae lo escuchara. Le pareció estúpida la manera de comportarse del oficial, y lo rápido que decidían archivar una muerte, no obstante en aquel caso para sí mismo, mejor que fuese así.

-Al verse endeudado, seguramente comenzó a pensar en el pasado y se arrepintió. Supongo que quiso disculparse con usted por lo sucedido, pero finalmente el miedo y la vergüenza pudieron con él y optó por no hacerlo.

Después de esta sencilla aclaración los despidió a los dos del lugar, haciendo que el frío de la calle los recibiera de nuevo. Keun Suk tuvo que guiar a la chica hasta el coche y ayudarla a abrocharse el cinturón, porque estaba tan aturdida por todo lo que estaba sucediendo que no podía ni encargarse por sí misma.

La llevó hasta casa y cuando detuvo el coche, esperando verla reaccionar, ella simplemente continuó con la vista clavada en el cristal.

-Sun Rae, ¿quieres que me quede contigo?-le preguntó. Ella al fin se dio cuenta de que estaba en su propio mundo y por primera vez en todo el día, hizo un intento de sonrisa que quedó en mueca.

-Tranquilo, prefiero…quedarme sola y pensar un poco. Ten cuidado al regresar, sigue…lloviendo mucho.-sabía que era estúpido decirle que tuviera cuidado tratándose de quién era, sin embargo las palabras salieron solas de su boca. Se bajó del vehículo y cubriéndose con el bolso corrió hacia la entrada.

Se metió en el ascensor, pero al instante salió de él sofocada y prefirió subir por las escaleras. Caminar haría que se cansara y distrajera un poco, al menos.

Llegó a su piso y entró cando atinó a introducir la llave.

-¿Pero qué…?-las luces estaban encendidas. En un principio creyó que de la conmoción ella misma se las había dejado así. Llevaba haciendo cosas extrañas y nada a derechas todo el día.

Se sacó los zapatos y se puso las zapatillas, colgó el bolso y la chaqueta empapados y de repente, la vio. Un cuerpo totalmente envidiable, un vestido ajustado y unos ojos felinos arañándole el alma. Perdió el aliento y tardó unos instantes en preguntarle quién era y qué hacía en su casa. La desconocida se echó a reír estridente.

-¿No te han hablado todavía de mí? Qué maleducados… ven, acércate humana, voy a presentarme. Mi nombre es Eris, Éride si lo prefieres. Y sí, soy la que ha matado a ese mal nacido por ti, ¿no deberías darme las gracias?- sonreía maliciosamente. Una sonrisa espantosa que la afeaba totalmente y daba ganas a Sun Rae de correr y gritar asustada.

-¿Por qué…lo hiciste? Sé que no fue por mí.

-Soy la Diosa de la discordia, humana. Me gusta crear el caos allí por donde voy, y sobre todo me gusta molestar a Ares. Es irascible y se envalentona fácilmente. De todos mis juguetes, es el que siempre me ha divertido más. Pero entonces apareciste tú…siglos divirtiéndome con él, y por culpa de una simple humana se vuelve idiota y… ¿pero por qué te tengo que dar explicaciones?

Sun Rae no supo cuándo fue, pero de repente la tuvo frente a sí, acariciándole el cuello. No podía moverse, estaba totalmente aterrada.

-Humana…siendo engañada por los dioses, ¿cómo te has sentido? Supongo que entenderás que en realidad no eres nadie, nada… para nosotros, tu existencia es como un suspiro-para hacerle una demostración dejó escapar un soplo de aire-. Ares podrá tener a miles de mujeres más…pero tú, tú me estorbas -le apretó el cuello tan fuerte y tan rápidamente, que la chica estaba a punto de perder el aliento-. Tú…

-¡Suéltala, Éris!-Realmente esperó escuchar la voz de Ares, o la de Atenea, pero él ¿qué hacía él allí, cómo había entrado, por qué conocía el nombre de la Diosa?

-Ah, Ganímedes, ¿tú por aquí?-Sun Rae pudo respirar con normalidad de nuevo y cayó al suelo sin poder evitarlo, agarrándose el cuello con las lágrimas en los ojos. Estaba mareada y casi había perdido los sentidos, pero pudo seguir lo que estaba sucediendo y sintió que la situación la partía en dos.

De todo lo vivido durante el día, lo que estaba presenciando en aquellos momentos fue lo más doloroso y difícil de todo.

Joon se acercó a la mujer y la agarró por el brazo, dirigiéndole una mirada veloz y lastimera a ella.

Joon era parte de todo aquello.

Su amigo, el único en el que decidió confiar, aquel por el cual lo habría entregado todo, a quien estaba dispuesta a apreciar incluso más que al mismísimo Dios de la guerra (de quien estaba total, profunda y completamente enamorada), él…la había traicionado.

Más mentiras.

-Te lo dije, Éris- la sacudió, sin soltarle el brazo. Ella le miró desafiante-. Que no te atrevieras a hacerle daño de nuevo, pero tú desoíste mis palabras. Esta vez no tienes perdón. No quiero ni voy a perdonarte – su voz no fue la del tierno y divertido Joon. Las lágrimas caían ya sin poder ser detenidas. Ella misma no estaba segura de si eran provocadas por el dolor físico o psicológico-. Zeus te busca.

-¡No!- la misma que instantes antes estaba agarrándola por el cuello, de repente pareció un simple humano asustado ante la ira de un Dios, y la única humana totalmente de aquel cuarto no pudo menos que asombrarse del gran impacto que podía tener un nombre- ¡No, no!-siguió gimoteando, intentando soltarse, en vano.

No sabía por dónde habían llegado, y tampoco se percató de por dónde se fueron, pero Sun Rae sí que pudo ver, antes de caer desmayada, los ojos de Joon clavados en ella y suplicando su perdón.

Cuando despertó, unos amorosos brazos la sujetaban. Keun Suk la estaba arropando y a los pies de la cama Atenea la observaba también.

-Lo siento-se disculpó él al verla despertar y mirarlos a ambos con curiosidad-. Estaba tan ofuscado…debí darme cuenta antes de que ella iría a por ti. Te dejé sola para ir a buscarla, y resulta que ella…

Sun Rae se enderezó de golpe. Le dolía horrores el cuello, sin embargo había algo todavía más desgarrador. Un recuerdo que le partía el corazón, y alzó el rostro, mirando a Atenea y comenzando a llorar de nuevo.

-Oh, pequeña…-susurró la Diosa, entendiendo qué sucedía, porque Atenea siempre lo entendía todo. Ares se quedó mudo, preguntando en silencio qué sucedía y su hermana simplemente negó con la cabeza.

-Joon…Joon… ¿él también es un Dios?

***

La lluvia arreciaba en la Tierra. Los relámpagos se sucedían, cada vez más frecuentemente y cada vez más eran más violentos. Para los simples mortales, se trataba tan solo de una tormenta espectacular. Pero todo lo que no era humano, corría a esconderse al intuir en cada uno de los terribles rayos la ira del padre de todos los dioses.

Zeus tronaba.

Allá arriba, nadie hubiera querido compartir el espacio donde dos dioses y un semidios discutían acaloradamente. Nadie quería enfrentarse a Zeus cuando se enfadaba, y aunque la curiosidad era grande, ni los dioses más importantes del Olimpo se atreverían a hacer otra cosa más que alejarse tanto como les fuera posible de él.

Incluso Hera, intuyendo que algo grave ocurría, había puesto pies en polvorosa. Sí, era su consorte, y quería saber qué había ocurrido, pero pensó que valdría la pena esperar a que Zeus se hubiera calmado para tantearlo hasta averiguarlo todo.

Así que, solos y sin nadie que les molestase, por fin Ganímedes presentó ante Zeus a la culpable de aquella alteración que tenía totalmente fuera de sí a Las Tejedoras.

Eris se encogió ante la presencia del gran dios, pero la mirada de Zeus era implacable, y demostraba que no podía aspirar a ningún tipo de piedad.

Dos figuras, las de Ganímedes y Zeus, miraban a una tercera, Eris, que se había arrojado sollozando ante los pies de su soberano.

Sus formas ya no eran las que tomaban para bajar al mundo humano, sino las originales. Aquellas mismas que los humanos habían tratado de reflejar en las múltiples escuculturas, pinturas o relieves que aún todavía hoy se conservaba de ellos.

Ganímedes observaba en guardia… Zeus también había pensado que el culpable había sido Ares, pero entonces había hecho algo que normalmente no solía hacerse. Había consultado a Las Tejedoras para buscar la verdad.

Normalmente, a ellas no les gustaban las intromisiones en su trabajo. Estaban demasiado ocupadas con todos aquellos hilos como para tener que soportar las contínuas demandas que habían venido sufriendo por parte de los dioses para alterar este u otro hecho en alguna vida, y esto las había convertido en personajes huraños y bastante desconfiados.

Pero hacía muchos siglos ya que nadie les pedía nada de eso, y ahora solían trabajar más tranquilas, y además, la abrupta ruptura de un hilo que no debía haberse partido, las tenía muy desconcertadas, por lo que la llegada de Zeus, más que una molestia, fue un alivio para ellas.

Así fue como Zeus se enteró de quién había matado a aquel tipo.

Y Ganímedes, que ahora presenciaba la furia que su protector dirigía hacia la diosa responsable de aquello, no tenía idea de cuánto había podido Zeus averiguar sobre el hombre que había muerto… o sobre Sun Rae y Ares.

– ¡HAS MATADO A UN HOMBRE! – rugió Zeus, por fin -.

Eris había llegado muy entera mientras Ganímedes la arrastraba por el brazo. Se había enfrentado a Zeus directamente al principio, pensando que probablemente podría utilizar algún truco para engañarlo, pero la mirada intensa e iracunda del gran dios, había ido mermando su confianza, hasta que había caído sollozante a sus pies.

– El… el… era una mala persona – intentó excusarse -. Nadie lo echará de menos – levantó la mirada tímidamente – y nadie sospecha de nosotros… ellos… esos humanos creen que se ha matado él mismo.

Zeus se levantó casi de un salto de su trono, y la tormenta arreció alla abajo.

– ¡¡NOSOTROS NO MATAMOS HUMANOS!! – gritó, con su voz resonando por todo el Olimpo – ¡¡ HACE MUCHO QUE NO LO HACEMOS!!

-Na… nadie lo averiguará…

– ¡¡ESTÁ PROHIBIDO, ERIS!! – volvió a gritar -. No se trata de revelarnos, ni de que haya malas personas. ¡¡ESTÁ PROHIBIDO Y LO SABES!! ¡¡YO MISMO LO PROHIBÍ!! ¿Te has atrevido a desobedecerme?

Eris, llorosa, no pudo siquiera contestar. Zeus intentó controlarse, o terminaría incendiando medio planeta con los incesantes rayos que su furia provocaba…

– ¿Por qué lo hiciste, mujer? – preguntó, después de respirar profundamente, y tomar asiento de nuevo.

La mirada de Ganímedes se tensó al observar a Eris, que dejó de sollozar y se atrevió por fin a mirar a Zeus.

– Fue por Ares… él está obnubilado con esa chica, Sun Rae – respondió, atropelladamente, y recobrando un poco la compostura -. ¡La ama! Sólo quería demostrar que si ella estaba en un lío, él la protegería no importaba con qué medios. Zeus, ¡tu hijo se ha enamorado de una mortal! ¿No es eso más vergonzoso?

La risa de Ganímedes resonó en la sala.

Zeus lo miró gravemente…

– ¿Vergonzoso? – dijo el muchacho -. Puede que fuera vergonzoso, pero no está prohibido, además, Ares no sería el primero ni el último de los dioses que se enamora de un mortal – era una clara referencia a su propia situación con Zeus, y esto hizo efecto en el dios -. Además, ¿Ares enamorado? ¡No me hagas reír! He visto a esa chica – ahora se dirigía a Zeus -. No es nada especial, y Ares simplemente estaba protegiendo su terreno por orgullo, no a ella. Pero Eris, que no deja de provocarle constantemente, está empeñada en esa tontería. Y quiso hacerle daño a través de ella matando a ese hombre. ¿No es absurdo?

– ¡Tú sabes que lo que digo es cierto! – le gritó Eris -. Les has visto, les has oído como yo.

Ganímedes volvió a reír. Sabía perfectamente que Zeus escuchaba con interés, pero no quiso mirarle, tenía miedo de que el dios viera la mentira en sus ojos. Ni siquiera sabía por qué había terminado defendiendo al Dios de la Guerra, pero había sido algo espontáneo, y ahora no podía echarse atrás.

– Sí, oí sus falsas palabras de amor – reconoció Ganímedes, mientras reía de nuevo -. Y sólo puedo decir que por lo menos se ha molestado en variar su repertorio desde los viejos tiempos. Vamos, Eris, siempre ha sido un mujeriego. Pero esta vez agotaste su paciencia y no quiso dejarte jugar con él. Lo confundiste todo, y tú sola te has metido en este lío. Sea lo que sea lo que haya hecho Ares, no hay nada prohibido en ello.

– ¡Pero ella sabe quién es! – gritó Eris. Volvió la vista hacia el dios del rayo -: Zeus, ella sabe de nosotros, y sabe quién es él.

Zeus se revolvió incómodo en su trono.

– ¿Con qué motivo afirmas eso? – se interesó.

Eris calló al ver que no podía contarle que su propia imprudencia había hecho que la chica lo averiguara todo.

– Porque… porque… – titubeó pensando con toda velocidad en algo en lo que apoyar sus palabras – por cómo se comportan cuando están juntos. Lo sé, Zeus, si los observas, es evidente.

Zeus le dirigió una mirada interrogante a Ganímedes.

– No he visto nada extraño – afirmó el copero.

– Está bien… no puedo creerte, Eris, por motivos que son obvios – sentenció Zeus -. Respecto a Ares, ya no es de tu incumbencia. Envié a Ganímedes a investigar, y lo resolveré con él. En cuanto a ti… mereces un castigo. Estabas desterrada, y esa es una de las penas más altas para un dios, aunque en tu caso parece que te ha aportado cierta diversión. Fui un estúpido por no haberlo pensado antes… Hefesto está construyendo una preciosa jaula para ti… pero mientras termina, esto servirá – y con un movimiento rápido, echó sobre ella una red invisible.

Era la misma red en la que el dios cojo de la fragua retuvo a Afrodita y a Ares en pleno acto amoroso, para exhibirlos delante de todos los dioses como castigo. Ellos no pudieron escapar hasta que no se les liberó. Eris tampoco podría.

Tras esto, le pidió a Ganímedes que la retirara de su vista.

– Vuelve cuando la hayas dejado con Hefesto – ordenó -. Todavía tenemos muchas cosas que hablar tú y yo.

Su tono era amenazante, pero la furia había desaparecido. Ganímedes sonrió sin que Zeus lo viera. Lo conocía lo suficiente como para saber que ya no representaba una amenaza y que, en el peor de los casos, si sabía que le había mentido, podría todavía razonar con él.

Listado de capítulos.

12 respuestas a “거짓말” kojitmal – Mentira. Capítulo nº19

  1. Jey dijo:

    Genial, Eris por fin a un lado… pero queda mucho por resolver… a esperar el otro miércoles, gracias!

  2. tenmachan dijo:

    INCREIBLE capo!!!!! Osea, encantadaaaaaaaaaaaaaaaa!!! De verdad nenas!!! Sabeis lo único que no me mola?? Que me huelo final cercano, jo!!!

    Pero de verdad SUBLIME Oppazeus chicas! Ainsssss es uno de mis dioses favoritos, y le habeis dotado de SU personalidad!!! Es que es el Zeus que siempre he leido!! Ainssssss!!!

    Gracias, de verdad, otra semana más de felicidad, otra semana más de muércoles XD

  3. ARI8 dijo:

    DOBLE MATRÍCULA DE HONOR CUM LAUDE POR ESTE PEDAZO CAPÍTULO.

    Nenas, lo disfruté de principio a fin. Desde luego, volvió la intensidad y a lo grande, no hay que dudarlo.
    Me encantó cómo desarrollasteis la escena de la comisaría y la preocupación de Ares por ella. El querer cogerle de la mano, el consolarla, darle ánimos. Lo humaniza mucho y eso es tremendo.
    Cuando se encuentra con Eris, pues ya pensé que la mataría, porque madre mía, qué angustia, pero no, al final intervino Joon que le salvó la vida me dieron ganas de saltar y ponerme a aplaudir, porque su forma de aparecer, su voz, su forma de actuar, era la de un dios y ese gif, pues qué decir, mortal, madre mía de mi vida. Encaja a la perfección con esa situación.
    Ahora bien, me da mucha pena porque la amistad entre él y Sun Rae se irá al garete y no quiero que eso pase, porque él la hace muy feliz y a él se le nota inmensamente feliz con ella. Espero que Atenea logre arreglar las cosas entre ellos, porque de Ares me veo venir escena de celos y macho alfa totalmente dominante, aunque claro, si tanto la ama, algo hará para arreglar ese asunto.

    La parte de Zeus, tremenda, simplemente tremenda, me encantó y cómo se ocupó de Eris, a pesar de que ella quiso volver a armarla pero Joon volvió a meterse por medio y salvar la relación entre Ares y Sun Rae, que espero lo logre y espero también que Zeus no sea un hipócrita y los deje estar juntos. A ver si entre Atenea y Joon pueden lograrlo, porque con el temperamente de Ares, a saber lo que puede acabar pasando.

    Pues nada, que deseo el siguiente capítulo para saber lo que pasa entre Joon y Sun Rae, que ahora mismo me deja preocupada.

  4. rosaday dijo:

    en vez de miercoles KOJIMA jueves , aunque en las islas todavia es miercoles . Besotes y a la espera de una semana mas.

  5. zhio dijo:

    madre miaaa esperar para el miercoles, les ah quedado muy bueno este capítulo!!! gracias!!!!

  6. saiquitos dijo:

    Como siempre chicas se superan: inmejorable este capítulo lo devore ni bien me llego la notificación, todavia en miercoles en Argentina y si hubiera sido jueves no habría problemas. Esperando la prox publicación y deseando ver otra fotis de ZEUS!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

  7. nanita dijo:

    Gracias por el esfuerzo chicas, cuando lei capitulo 19 no lo podia creer ….que rapido y ya son tantos! Me encantó este capitulo.

  8. Agra dijo:

    Aunque el capítulo está perfecto como siempre, hoy mi pequeño delicatessen personal ha sido la escena de Joon entrando al rescate de Sun Rae y ése juego de miradas de ella rompiéndosele el corazón y de él pidiendo perdón. Que puedo decir, me encantan las escenas así.
    Él es el chico del momento, jajaja.

  9. thaniayamato dijo:

    wooooo simplemente hermoso estoy mas que complacida con este capitulo me enamoro mas y mas de este fiic cada parte sun rae desmoronandose y loego joon que no pudo intervenir en un momento tan bueno pero realmente sufro porque sufre
    mi niño perdon mi dios ares wooo perece mas un humano con sus acciones se ha sabido controlar y ayudarla ja ame el compartamiento de joon con zeus me lo imagine y me fascino
    ja a la mejor penso ahora si ya esta mansito a atacar y hara lo k diga aaaa me imegine a zeus detras de joon aaaa k tiernos perdon ya no imaginare tanto
    gracias gracias por este capitulo y yo no se ustedes como sera pero para mi el capitulo si cae en miercoles

  10. Pamela dijo:

    GRACIAS!!!…..chicas no importa si es tarde, muy tarde o super tarde el dia miercoles …. Aunque se demoraran mas estaria igual de agradecida…. Ese gift de Joon …. Por dios que me han matado!!….

  11. Ilatsi dijo:

    Chicas me van a matar de tanta emoción. Genial el capítulo!!!!!

    Gracias.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.