“거짓말” kojitmal – Mentira. Parte 20

@by Jeannelok y Nuna.

Los dos hombres se miraban cara a cara sentados en el reservado de un club. El más joven parecía tenso, mientras que el mayor de ambos no dejaba de dedicarle miradas escrutadoras y desconfiadas.

– Ahora explícamelo de nuevo – gruñó el de más edad.

– Poco hay que explicar. Ya sabes cómo es. Le gusta causar problemas por diversión, y a veces es incluso más vanidosa que la misma Afrodita – su tono mostraba fastidio, pero cambió de repente a sonar muy indiferente -. Tiene la extraña idea de que puede fastidiarme a través de esa pequeña humana.

– ¿Y puede?

El hombre joven levantó la mirada y sostuvo la de su compañero de conversación sin vacilar.

– Sí. Puede. Siempre que su intención sea la de ponerme una piedra, por más pequeña que sea, en mi camino, puede. Estoy harto, padre. Lleva siglos gastándome jugarreta tras jugarreta, y si no la hubieras llamado, yo mismo le habría aplicado el castigo que merece – sus ojos brillaron con cólera fría – la habría agarrado del pescuezo y…

El golpe del hombre mayor sobre la mesa detuvo su monólogo.

– Sabes que el único que puede aplicar ciertos castigos soy yo – dijo éste, exasperado -. Ese carácter tuyo es el que hace que dioses menores como Eris sean capaces de molestarte. Si para empezar no entraras en sus juegos…

– No soy yo el que ha cortado un hilo que no debería haberse roto – protestó el otro.

El hombre mayor suspiró.

– Es cierto. Pero antes de nada debiste recurrir a mí, o a Ganímedes, para hacerme saber lo que estaba pasando con ella.

– Ganímedes lo experimentó por sí mismo… incluso trató de meterlo en problemas con…

– Sí, lo sé, me lo contó. Y también metió a la humana por medio… – miró hacia un lado pensativo – ¿Estará obsesionada con esa…? ¿Cómo dices que se llama?

Ares se sintió por primera vez nervioso al tener que pronunciar el nombre de la chica delante de su padre.

– Sun Rae. Song Sun Rae – respondió, intentando conservar un tono casual -. Ella es mi último juguete.

Tampoco le resultaba agradable hablar de ella en aquellos términos, pero igual que hizo ante Ganímedes, sabía que esta era la única forma en la que alguien como él se suponía que debía hablar de una humana.

– Song Sun Rae… Me dijo Ganímedes que la chica no es nada especial… me pregunto si fue del todo sincero.

El comentario, expresado con voz casual, no engañó al Dios de la guerra. Sentía la mirada penetrante de Zeus sobre él, analizando cada gesto e intentando leer en cada una de sus reacciones. Se mantuvo tranquilo, aunque por dentro, sus pasionales emociones pugnaban por gritarle a su padre toda la verdad: estaba enamorado de ella y la protegería incluso del mismo señor de todos los dioses.

Pero optó por calmarse y seguir mintiendo. Esa era la mejor forma de protegerla, y por mucho que fuera en contra de su naturaleza, era la mejor opción.

– No pretenderás que me ocupe de las mentiras o verdades del copero, ¿verdad padre? Desde siempre, ese chico sólo te ha interesado a ti, no a nosotros.

La risa grave de Zeus atravesó la habitación.

– Todavía no me habéis perdonado que lo elevara. Él era tan…

– No hace falta que lo vuelvas a explicar. Al fin y al cabo fue tu decisión, y tú no permites que tus decisiones sean cuestionadas. Aunque tengo curiosidad por saber por qué sospechas que el copero miente.

Zeus se sirvió un vaso de aquel licor extraño que solían beber en ese país y lo bebió de un trago.

– Interesante sabor… – comentó.

– Deberías probarlo mientras comes esta comida endiabladamente picante. El soju es el complemento perfecto para estos sabores – dijo Ares, acercándole uno de los platos que los camareros les habían traído minutos antes, y que Zeus no había probado.

El dios del rayo hizo caso omiso a su propuesta y se sirvió un segundo vaso que tomó de un trago.

– Con respecto a tu pregunta… no sé… hay algo en su versión que no me cuadra – dijo por fin -. Creo que me equivoqué al enviar a Ganímedes. Su procedencia humana hace que simpatice enseguida con los miembros de su anterior género. Creo que intenta proteger a esa chica.

– ¿De ti o de mí? – bromeó Ares, arrancándole otra carcajada.

– Probablemente, de ambos.

La sonrisa murió en la boca del dios todopoderoso, y su mirada volvió a ser severa cuando le habló de nuevo:

– Lo cual deja todavía sin resolver el problema por el cual lo envié. Eris afirma que tu pequeña diversión sabe quién eres, Ganímedes no opina lo mismo.

Esta vez Ares no pudo reprimir una expresión de sorpresa.

– Sí, es una idea loca, ¿verdad? Si la chica en realidad lo supiera… supongo que ahora mismo estaría ingresada en un manicomio…

El comentario de su padre le sirvió de alivio. Zeus había interpretado erróneamente su reacción, pensando que se debía a la afirmación de Eris. Sin embargo, lo que le había asombrado realmente era que Ganímedes hubiera allanado el camino. A estas alturas, si él mismo había sido quien había llevado a Eris ante la presencia de Zeus, probablemente ésta le habría contado lo suficiente como para que Ganímedes se hiciera una idea aproximada de lo que estaba ocurriendo.

Ares no esperaba que el copero también hubiera desviado la atención de su padre de la chica, o incluso que no hubiera confirmado que la relación entre él y Sun Rae era, cuanto mínimo, extraña. ¿Estaba el copero ayudándoles? Y si era así, ¿por qué lo hacía?

– La verdad es que la versión de Eris tiene algo de sentido – siguió diciendo Zeus, interrumpiendo sus pensamientos, y fingiendo todavía que no estaba atento a sus reacciones -. Si como yo creo, has revelado parte de tu poder ante alguien, probablemente sea esa chica, tal y como ella afirma…

– Sí, claro – rió Ares -. Por eso es que la humana sigue viviendo y trabajando para mí como si nada….

– Pero algo hiciste…

Ares bajó la cabeza. Su padre continuó:

– Quizás me equivoqué de mensajero… debí enviar a Atenea – Zeus observó cómo su hijo levantaba la cabeza alarmado -. A ella no se le habría escapado detalle, y sabes que siempre hace lo correcto para todos… pero no me dejó ni proponérselo. Con una simple insinuación de lo que quería que hiciera, se sintió ofendida, y me dijo que alguien como ella jamás se prestaría a hacer algo tan insignificante como espiar a otro dios. ¿Puedes creerlo? Mi propia hija…

Se interrumpió al ver la expresión confundida de Ares, que por primera vez se sentía totalmente desconcertado.

Atenea… ¿ella había dicho eso? Si no se equivocaba, su hermana ya había entrado en contacto con Sun Rae cuando Zeus envió a Ganímedes… ella dijo que sólo se había metido para ayudar, y aunque le pareció sincera, jamás se le hubiera ocurrido que acabaría mintiendo para protegerle. De Zeus. Inaudito.

– Mmmm… Veo que la idea de vértelas con Atenea no te divierte en absoluto… ¿Quieres decirme de una vez si tienes o no algo que ocultar?

– Es cierto… lo tengo…

– Sería más fácil para todos que me lo contaras de una vez, hijo – otra vez el tono era grave de nuevo -. Sé que hay algo más.

Ahora fue Ares quien se sirvió un trago y lo engulló a toda prisa.

– Maldición. No quería… padre… me daba vergüenza confesarlo – dijo, algo enfadado -. ¿Es necesario que pierda mi orgullo y cuente lo que me llevó a hacer semejante estupidez?

Zeus se inclinó hacia su hijo con evidente interés.

– ¿Tiene que ver con esa chica? – preguntó.

– Sí.

El Dios del Rayo suspiró y se recostó sobre su asiento.

– Adelante, cuéntamelo.

– Ella… padre, ella no quería rendirse – dijo Ares, bajando al cabeza para esconder su vergüenza -. Ella luchó contra mí, no quería tener nada que ver conmigo, ¿sabes lo enfadado que estaba entonces? Una mujer, ¡una humana! Rechazando al dios de la Guerra… era inconcebible…

– Entiendo – le animó Zeus, al ver que callaba.

– Una noche la llevé a un almacén en las afueras. Me insinué y ella volvió a rechazarme. Quizás me puse algo violento, no lo sé, porque creo que se asustó, y salió corriendo… de mí.

Otra vez silencio.

Le costaba demasiado reconocer su propia humillación, la forma en que Sun Rae se le resistía en aquel entonces era casi una obsesión para él. Su orgullo estaba herido, su vanidad echada por tierra. Mientras hablaba, dejó que sus gestos, su voz y su expresión dejaran ver la veracidad de un sentimiento que en realidad todavía era capaz de recordar y de vivir con toda claridad. Su relato era tan real simplemente porque había pasado tal y como lo estaba contando en ese momento… pero ahora venía la parte en la que tocaba mentir de nuevo.

– Continúa – le apremió Zeus.

– Ella huyó, me rechazó una vez más y salió corriendo… Creo que me volví loco, padre. En cuanto la chica salió por la puerta y vi que me había dejado atrás, me sentí tan humillado, que el poder creció dentro de mí , y no pude contenerme, ni evitar destrozar aquel sitio.

– ¿Estás diciendo que ella no te vio?

Ares lo miró con una sonrisa malévola.

– ¿Crees que si me hubiera visto, habría terminado haciendo que se rindiera poco después? Esa pequeña ramera ha terminado comiendo de mi mano… pero de vez en cuando sigue sacando algo de ese antiguo orgullo, por eso todavía me divierte. Me propongo doblegarla totalmente… me dará mucho placer conseguirlo.

Zeus se rió ante la travesura de su hijo, que lo miró asombrado.

– ¿Te ríes de mi humillación? – protestó Ares.

– No… – intentó contener la risa -. Nada de eso, hijo mío… ¿qué lleva este licor? Sea lo que sea, esta surtiendo efecto – comentó, mirando el vaso que había vaciado por tercera vez -… No me río de ti. En el fondo te entiendo. Humanos… ¿por qué serán capaces siempre de desatar nuestras más bajas pasiones? Si supieras la de artimañas que tuve que realizar para conseguir mis placeres… – Zeus suspiró con nostalgia.

– Las fábulas y las leyendas están llenas de historias sobre eso – bromeó el dios de la guerra.

– Sí… pero no todas han quedado reflejadas en ellas.

La potente risa de Zeus volvió a sonar en la sala.

– Bebamos, Ares. Este licor me pone de buen humor, y para variar, es una buena manera de pasar el tiempo. Beber, reír, estar con la familia…

– ¿Estar con la familia? – Ares fingió que se alarmaba – ¡Dame eso, es perjudicial para ti! – gritó, arrebatando la botella de soju de manos de su padre, y provocándole nuevas carcajadas, que fueron rápidamente acompañadas por las suyas.

– Creo que todo esto de enviarte aquí abajo, ha sido un error, es demasiado divertido como para ser un castigo…

– Olvidas que aquí no tengo ni la sombra del poder que me corresponde. Créeme, estar limitado resulta hasta cierto punto humillante…

– Mmmmm… eso formaba parte del castigo. Perder parte de tu poder… ¿Crees que podría bajar como actor, igual que tú? Sería un actor reputado, con una madurez extremadamente atractiva y mucho éxito… quizás hable con Hera. Puede que a tu madre le apetezca hacer una pequeña excursión también… Qué tiempos aquellos en los que lo hacíamos constantemente…

***

Ares se había marchado precipitadamente después de recibir una llamada telefónica, diciéndoles que su padre quería verle y dejándolas a las dos infinitamente preocupadas.

Sun Rae estaba tan nerviosa, que todo lo que había vivido tras conocer la muerte de su ex-novio, y pasar después por comisaría, había pasado a formar parte de un problema menor, más que del trauma de su vida.

No se equivocaba con el desasosiego que sentía, que a ratos rayaba en el más puro temor… la cara de preocupación de Atenea era por sí solo motivo suficiente para darle a entender que había de qué preocuparse.

Las consecuencias de levantar la ira de un dios se escapaban a su entendimiento. No era capaz de imaginarse qué sucedería si Zeus dirigía su cólera temida contra ella… de hecho era algo que no podía hacer. Sólo pensar que ahora mismo era Keun Suk quien estaba enfrentándose a ella, corriendo quién sabe qué peligros, bastaba para que no pudiera pensar en ella misma.

– ¿Qué crees que estará pasando? – le preguntó con nerviosismo.

Atenea tomó sus manos, que retorcía constantemente, para hacer que parase.

– Tranquilízate – le dijo.

– Tú misma estás nerviosa…

– A la expectativa. Estoy a la expectativa… Créeme que a estas alturas, si no está cayendo el diluvio universal, con rayos atronadores incluidos, no tenemos motivo por el que preocuparnos… pero me muero por saber qué está pasando entre ellos.

– ¿No puedes ir también? ¿No puedes ayudarle?

La diosa sacudió la cabeza.

– No puedo hacer eso… si Zeus supiera que estoy aquí, o que simplemente sé algo sobre todo esto, estaríamos en verdaderos apuros – dijo.

– Pero… pero…

– Tranquilízate – repitió Atenea.

– Él es impulsivo, habla antes de pensar… ¿crees que será capaz de resolver esto? ¿Y si pierde los nervios…? Tengo miedo – al mirarla, supo que Atenea compartía su temor -. Vosotros tenéis una especie de comunicación especial… habláis de alguna manera, ¿no es eso lo que me dijiste hace un rato? Habla con él, tranquilízalo… por favor…

– No – la respuesta fue imperiosa -. Sería peor… Suelo irritarlo cuando le hablo, lo pondría más nervioso de lo que debe estar.

– Pensaba que estábais unidos…

Atenea sonrió.

– Lo estamos… bueno, dentro de lo que nuestro orgullo como dioses nos deja reconocer, se podría decir que nos llevamos bien, pero en realidad estamos muy unidos, aunque esto Ares jamás lo reconocería. Sentir afecto para él es una debilidad… aunque creo que eso está a punto de cambiar. Sin embargo… hay algo por lo que me guarda rencor, y creo que lo hará por el resto de su existencia.

Sun Rae la miró interesada, y Atenea agradeció que así fuera. Quizás contarle esa pequeña aventura serviría para distraerla un poco mientras esperaban señales de Ares… o de Zeus.

– ¿Recuerdas la guerra de Troya? – la chica asintió vigorosamente -. Bueno… había un tal Diomedes…

***

Sun Rae se había quedado muy sorprendida cuando a media historia (la cuarta en realidad que iba contándole) Atenea le dijo que tenía que marcharse. Se despidió amigablemente, y le dijo que intentase no preocuparse más de lo necesario porque no le haría ningún bien y de alguna manera saldrían de esa.

La chica prácticamente no tuvo ni tiempo de despedirse, porque la mujer ya se había marchado. Suspiró y cerró la puerta, pero no se había alejado más de cinco pasos cuando llamaron al timbre. Pensó, extrañada, que Atenea se habría olvidado algo y cuál fue su sorpresa cuando al abrir se encontró ante un hombre de unos cuarenta años, alto y apuesto pero con el rostro algo enrojecido, quizá por haber tomado demasiado alcohol. No fue capaz de reaccionar hasta que sus ojos se posaron en alguien todavía más borracho, apoyado en el hombro del desconocido. Keun Suk estaba prácticamente dormido, aunque de vez en cuando entornaba los ojos dando a entender que no era así. Sun Rae se hizo a un lado y les dejó pasar inmediatamente, preguntándose qué había sucedido y quién era aquel hombre.

-Perdona-dijo. Su voz era grave, muy masculina y profunda. Sun Rae sintió un cosquilleo en la nuca solo con escucharle decir una palabra-, es que… hemos bebido de más, y él no dejaba de decirme que…lo trajese a esta dirección.

Sun Rae prefirió no responder a eso y se limitó a ayudarle a cargar el chico, recostándolo en el sofá y tapándolo con una manta.

-Por suerte, se recupera pronto de las borracheras.-musitó ella, en una voz más baja de lo que le habría gustado. Comenzó a restregar las manos una con la otra cuando sintió que el peso de la mirada del hombre caía con fuerza sobre sus hombros.

-¿Te importa que me quede un rato aquí? Ya sé que no me conoces de nada, pero…-el hombre tuvo una especie de mareo y se apoyó en una silla que tenía al lado. Instintivamente, Sun Rae se lanzó a ayudarlo y cuando quiso darse cuenta lo estaba sosteniendo y llevándolo hasta el sillón al lado del sofá donde estaba Keun Suk.

-¡Ponme más soju!-exclamó de repente él, despertándose un momento y finalmente, quedándose de verdad dormido.

Sun Rae contuvo el aliento por el susto y cuando lo soltó se escuchó la risa del hombre. Era increíblemente sensual y atrayente incluso cuando se reía.

-¿Quiere un vaso de agua?-ofreció. Agradeció que él le dijera que sí, que era muy amable, porque lo hacía para poder moverse y no estarse quieta. Demasiadas cosas habían sucedido en un solo día y su mente trabajaba demasiado deprisa como para tener el cuerpo parado.

-Cuando despierte-comentó el desconocido-, dile que no es de hombre presentarse borracho a las tantas en casa de una dama. Yo lo he hecho por obligación.-remarcó. Sun Rae no pudo evitar sonreír tímidamente ante eso.

Aquel hombre le producía sensaciones totalmente contradictorias. Por un lado, una alarma saltaba en ella y la ponía nerviosa, pero a la vez estaba cómoda con su presencia.

-Bueno…ya es hora de que me vaya-comentó. La chica notó nuevamente sus afilados ojos sobre ella y perdió el aliento. Intentó hacer memoria mientras se recuperaba, mas no recordó un instante como aquel ni siquiera con Keun Suk, el mismísimo Dios de la Guerra-. Gracias por todo, pequeña.

-A usted-le dedicó una reverencia-. Muchas gracias.- muchas gracias por traerlo a salvo, pensó para sus adentros.

Cuando cerró nuevamente la puerta, se acercó a Keun Suk y se sentó de rodillas frente a él, acariciándole el rostro cariñosamente. Era increíble lo cambiado que estaba de aquella manera, durmiendo, tranquilo, profundamente, sin ser escandalosamente llamativo. Parecía totalmente un humano indefenso. Lo suficientemente indefenso como para que ella agachara ligeramente el rostro, sujetándose el pelo, y le besara dulcemente en la frente.

***

Sun Rae se despertó en cuanto Keun Suk se movió en el sofá. Se había quedado dormida en el suelo, apoyada sobre él.

-Sun Rae…

-Has tardado…-miró su reloj de pulsera- Menos de una hora en recuperarte. Qué suerte tienes de ser un Dios.

-¿Por qué estoy en tu casa?-le preguntó, apoyándose sobre un codo para enderezarse y acariciándole la cabeza cariñosamente.

-Te emborrachaste… y un hombre te ha traído, ¿quién era? ¿Cómo fue con tu… con tu padre?-preguntó de repente, sin poder aguantarse más. Keun Suk reaccionó levantándose del todo de golpe, y observándola con los ojos prácticamente fuera de lugar. Ella se puso en pie también.

-Sun Rae, él era mi padre. Él era Zeus.

La muchacha se quedó en blanco durante unos instantes, intentando entender lo que acababa de decirle. Y la situación comenzó a tomar sentido, el por qué se había sentido de aquella manera en su presencia.

Cuando quiso darse cuenta, estaba temblando de pies a cabeza.

-¿Y por qué él…?

-Tranquila-se dejó caer sobre el sofá-. Date la vuelta un momento…-sin entender por qué le pedía eso, pero sin poder evitar obedecerle, se giró sobre sí misma. Keun Suk la rodeó por la cintura y tiró de ella hacia abajo hasta tenerla sentada sobre su regazo. Hundió el rostro en su nuca y puso sentir cómo aspiraba sus cabellos.

– Ni siquiera yo sé cómo lo hemos conseguido, pero…lo hemos hecho. Podemos estar tranquilos, Sun Rae. Zeus no sospecha nada.

Pero ella no podía estar tranquila. No entendía nada de lo que estaba sucediendo, y necesitaba que se lo aclarase. Él pareció entender sus preocupaciones sin manifestarlas en alto, porque siguió hablando:

-A ver… él me ha hecho muchas preguntas. Estaba muy interesado en saber mi relación contigo, y yo…-se apretó más a ella, besándole el cuello antes de proseguir- Le he tenido que mentir, le he dicho que simplemente eres una más en mi lista, y que me cabreaba que tú huyeras de mí…

-Ambos sabemos que al principio…

-Eso queda muy, muy lejos, Sun Rae-musitó él-. El caso es que él seguía a la suya, pero…hay dos cosas, sobre todo, que me han dejado extrañado, pero no sé si debería decírtelas.

-Si has hecho ese comentario, es porque quieres decírmelas.

-Sabes pillarme al vuelo. Verás, la primera es que… él quería enviar a mi hermana, a Atenea, a vigilarme, y ella se negó… ¡pero ya estaba en contacto contigo! No tiene sentido que hiciera algo así, ¿no crees? Y la otra…-se quedó en silencio hasta que ella se removió como amenazándolo con un “o sigues hablando, o me suelto”-. Está bien, está bien, fierecilla. Joon… él, bueno… ya sabes, Ganímedes…-una vez Sun Rae había descubierto la verdad sobre el chico, tanto él como su hermana se habían entretenido en contarle quién era verdaderamente, sin embargo durante su explicación la chica se había mantenido bastante distraída, como si no les escuchase, totalmente en shock por lo sucedido. Ares no sabía hasta qué punto entendía quién era Joon- como Atenea no quiso bajar, tuvo que enviarlo a él a vigilarme. Zeus confía ciegamente en él. Podría habernos delatado fácilmente y entonces, dijera lo que dijese, mi padre no me habría creído. Pero por alguna razón que desconozco, Ganímedes, ese copero que nunca me ha interesado lo más mínimo y la relación mantengo con él es bastante… escasa, intercedió por mí, y mintió. Mintió por nosotros, Sun Rae.

No dijo nada, no emitió ni un sonido. De todo lo que había sucedido, y por estúpido que pudiera parecer si lo decía en voz alta, el descubrir que Joon estaba metido en todo aquello era lo que más daño le había hecho. Joon, su Joon, su amigo, su lugar de apoyo. No sabía si estaba enfadada con él, o quería verlo, abrazarlo y perdonarlo. Agradecerle que les hubiera ayudado.

No tenía ni idea. Lo único que sabía es que necesitaba verle y hablar con él.

Listado de capítulos.

9 respuestas a “거짓말” kojitmal – Mentira. Parte 20

  1. tenmachan dijo:

    Tiassss, llevo una sobredosis de Joon hoy que casi agradezco que apenas haya aparecido en el capi, porque de verdad, que no puedo perder más fluidos varios esta noche XDDDD

    Me ha encantado este capi, como siempre, pero este ha sido un relax total comparado con otros ^^ Cosa que también se agradece porque esta semana mis uñas están intactas XDDDD En serio, normalmente no me doy cuenta, pero la posición que adopto mientras os leo es con los codos encima del escritorio, las uñas en la boca, y el tembleque en la pierna XDDDD Tensión totala!!! XDDD

    Qué mono Ares borrachin… y sip, a mi también me encantaría abrir la puerta y encontrarme a OppaZeus añjkshdflakjhlfjdf!!! Escalofríos en la nuca??? Yo pondría las largas directamente!!! XDDDDDD

    Gracias por contribuir al muércoles una semana más!!! ^^

  2. saiquitos dijo:

    Sin palabras, todavia no puedo reaccionar por culpa de la fotaza del OPPAZO en traje y la del BOMBON descansando, cuando mis patitos vuelvan a enfilarse y recupere la cordura volvere a releer el capítulo

  3. thaniayamato dijo:

    wooo papa zeus planea venir a la tierra jajaja k interesante esto sobre atenea espero no tenga nadha mas oculto sobre k no quiso venir a la tierra a vigilar a ares
    vermos k pasa me imagine la escena de cuando entra papa <zeus con hijo borracho ja y se me hace tan tierno apesar de la mirada de zeus
    gracias por seguir este fic que me sigue encantando con todo lo que ha pasado
    ja otra curiosidad estoy segura que atenea se dio cuenta de que su padre venia llegandocon ares algo pasa ahi en definitiva

  4. ARI8 dijo:

    SANTA MADRE DE DIOS, MATRÍCULA DE HONOR NENAS, MATRÍCULA.

    Bueno, no nos podéis dejar así, con ese final esperando a ver qué pasa entre Joon y Sun Rae, porque ya llevamos dos semanas esperando por su encuentro, pero claro, antes tenía que meter baza el oppazo como Zeus y la verdad que me encantó cómo lo presentasteis, es perfecto.
    Ahora bien, toda esa conversación con Ares, esa manera de estudiarlo, ese no darle importancia a nada de lo que le decía y tratando de meter por medio los viejos tiempos como si nada, no me pega para nada, me pone la piel de gallina, no me fío. A eso súmale que haya sido él el que llevase a Ares a casa de Sun Rae. Vamos a ver, es Zeus, no puede estar tan ciego, no me creo que se marchase así como así y sin armar alguna. Algo se trae entre manos, no sé qué pero algo se trae entre manos y que Sun Rae estará en medio me lo veo venir.
    Zeus nunca dejaría marchar a un mortal así como así y menos dejar que Ares se fuese sin castigo ¿qué se le estará pasando por la cabeza? ¿Traer a Hera a la tierra? ¿Los padres de los dioses juntos en la tierra con sus hijos? Aquí hay algo que no cuadra, algún plan hay detrás.

    Me encanta cómo Ares se queda alucinado con lo que hicieron tanto Atenea como Joon. Protegerlos y mentir por los dos para que fuesen felices. Creo que eso le llevará tiempo digerirlo.

    Ahora me preocupa el reencuentro de Joon y Sun Rae y esas emociones tan encontradas que tiene ella respecto a él, que además, ¿estará sintiendo algo más que simple amistad por ella? Dios, creo que me volveré loca, os lo juro.

  5. zhio dijo:

    que capitulazoo!!! todos se van superando unos a otros muy buenooo!! gracias chicas!!!! n.n

  6. nanita dijo:

    Alucino los ojazos del OPPAZO y ya quisiera que esta fuera una pelicula, ya estaría dando de gritos seguramente jajajaj.
    Zeus se llevó el capítulo bajo el brazo, chicas. Gracias!!

  7. La' Vete dijo:

    Uuuu tengo una sensacion extraña en los brazos, creo que fue OPPAZO, pero ya me voy recuperando. Sigan asi chicas! Hasta el otro miercoles

  8. Agra dijo:

    ¡Me encantan los miércoles muahahaha!
    Y me encanta cuando escribís estas escenas tipo interrogatorio, porque se os dan cada vez mejor. Creo que ya lo dije, pero lo repito, me gusta mucho que aparezcan esos juegos de miradas, como creáis la tensión y como jugáis con la psicología de los personajes para crear sus reacciones.
    Y ahora la parte de mí que está más metida en el fic dice… yo creo que éste no es tonto, Zeus no ha tragao!
    Y vuelta a esperar…

  9. Ilatsi dijo:

    Estoy totalmente de acuerdo con lo que apuntó Ari8,
    Así que chicas mi única petición es que no me hagan sufrir a Ares.

    Son estupendas escribiendo.

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